Hamas alerta: la vida de los rehenes está en peligro
Reitera Tel Aviv plan para desterrar a la población de la franja
▲ Palestinos en éxodo a lo largo de la carretera costera de Al Rashid, que une la ciudad de Gaza en el norte con Nusseirat al centro del enclave.Foto Afp
Sputnik, Afp, Reuters y Europa Press
Periódico La Jornada Sábado 5 de abril de 2025, p. 17
El Cairo., Israel lanzó ayer una nueva ofensiva por cielo y tierra en Gaza que dejó al menos 86 muertos en distintos ataques en todo el territorio, menos de 48 horas después de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, prometió intensificar la presión militar sobre Hamas para liberar a los rehenes.
El principal ataque ocurrió en Yan Junis, donde al menos 25 personas, algunas de la misma familia, murieron en un ataque aéreo, informó el personal hospitalario en el enclave. Horas después, la gente seguía buscando sobrevivientes entre los escombros. También hubo hostilidad terrestre en el barrio de Shujaiya, cuyo propósito, explicó Israel, es ampliar la zona de seguridad.
En este contexto, Hamas advirtió a Tel Aviv que su ofensiva pone en una situación extremadamente peligrosa a los cautivos, y aseguró que la mitad de los que siguen vivos están en las zonas en las que el ejército bombardea. El portavoz de las Brigadas Ezedin al Qasamm, Abu Obeida, agregó que hay peligro extremo para la vida de los retenidos.
A su vez, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que el palestino Mohamed Hasan Mohamed Awad, encargado de supervisar el secuestro y asesinato de la familia Bibas, murió en un bombardeo en el norte del enclave. Awad, quien era miembro de las Brigadas Muhayidín, ala militar del Movimiento Palestino Muhayidín, una milicia pequeña del enclave, fue uno de los invasores del kibutz Nir Oz durante los ataques del 7 de octubre de 2023 y lideró el secuestro de Shiri, Ariel y Kfir Bibas.
En tanto, la administración Trump envió 20 mil rifles de asalto a las FDI en aras de ampliar su ofensiva militar el mes pasado, según un documento que tuvieron a la vista la agencia noticiosa británica Reuters y otra fuente, tras impulsar una venta que el gobierno del ex presidente demócrata Joe Biden retrasó por preocupaciones de que pudieran ser utilizados por extremistas, algunos de los cuales han llevado a cabo ataques contra palestinos en Cisjordania reocupada.
La administración Biden impuso sanciones a personas y entidades acusadas de cometer asesinatos en Cisjordania. La venta de fusiles es una transacción pequeña al lado de los miles de millones de dólares en armas que Washington suministra a Israel.
El Departamento de Estado envió una notificación al Congreso el 6 de marzo para realizar la venta por 24 millones de dólares, y dijo que el usuario final sería la policía nacional israelí, según el documento revelado.
En su primer día en el cargo, el 20 de enero, Trump emitió una orden ejecutiva en la que rescindía las sanciones de Estados Unidos a los colonos israelíes, en un giro de la política estadunidense.
En tanto, Tel Aviv trabaja para implementar los planes de Washing-ton de desterrar a los palestinos a otros países; un funcionario israelí afirmó que su país negocia con varias naciones dispuestas a acoger a los desplazados a cambio de algo estratégico, sin especificar qué, informó el diario israelí Haaretz. Cuando se le preguntó sobre el plan más amplio para la franja, el funcionario dijo: Lo que nos gustaría ver es que rescatemos a los rehenes, eliminemos a Hamas y que haya una oportunidad a gran escala para la migración voluntaria.
Citó encuestas anteriores a la guerra que indicaban que 60 por ciento de la población de Gaza (más de un millón de personas) quería irse, y agregó: Hay ruinas allí por culpa de Hamas, no por nuestra culpa. Estamos trabajando con este plan.
El funcionario enfatizó que Israel no busca el control permanente de Gaza, sino transferir la gobernanza a un consorcio de estados árabes, preferiblemente liderado por naciones del Golfo, que la gestionarán indefinidamente.
A su vez, el comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, advirtió que el bloqueo de la ayuda humanitaria y los suministros vitales al enclave podría constituir un crimen por parte de Israel al utilizar el hambre como arma de guerra.
Asimismo, la Comisión Europea calificó de profundamente alarmante el desplazamiento forzoso de más de 140 mil palestinos en el sur de Gaza, después de que el premier ordenó nuevas evacuaciones tras la violación al convenio de alto el fuego.
En tanto, un tribunal israelí rechazó la solicitud de la policía nacional y puso bajo arresto domiciliario a Yonatan Ulrich y Eli Feldstein, dos asesores de Netanyahu que son investigados por entregar información a varios medios de comunicación en el marco del escándalo Qatargate.
Trump y el huevo de la serpiente
Víctor Iván Gutiérrez
Las polémicas declaraciones de Donald Trump, acompañadas de algunas acciones de gobierno, han dado pie a la aparición de un sinnúmero de críticas provenientes de distintos espectros ideológicos. No obstante, la voluntad de Trump de poner fin a la guerra en Ucrania, su cruzada en contra de la Usaid, así como su intención de relocalizar las empresas estadunidenses en su propio territorio, provocan que el personaje sea difícil de interpretar.
Para efectos prácticos, la figura de Donald Trump es, ante todo, continuidad. Es un rostro más de la larga cadena de presidentes estadunidenses cuya principal agenda ha sido promover, proteger e imponer los intereses de su país sobre los del resto del mundo. Los matices se encuentran en las formas, pues mientras para los anteriores mandatarios la diplomacia, la propaganda y la hegemonía cultural eran los instrumentos que facilitaban el cumplimiento de estos intereses, desde su primer mandato Donald Trump optó por los instrumentos de las amenazas y la demagogia.
Contrariamente de lo que algunos pregonan, el hecho de que Trump haya optado por este peculiar estilo de gobernar no obedece exclusivamente a su personalidad (aunque este factor, sin lugar a dudas, juega un papel importante) sino, ante todo, a variables locales e internacionales.
Desde el punto de vista local, es de sobra conocido que, por lo menos los últimos 25 años, la calidad de vida del estadunidense promedio ha venido disminuyendo. Contrariamente a la realidad que conocieron las generaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial, las últimas no han conocido la movilidad social, la posibilidad de comprar una vivienda propia ni de planear una vida al margen de los vaivenes económicos. Además, estos ciudadanos –muchos de ellos blancos y protestantes– se encuentran experimentando una epidemia de adicciones a estupefacientes, lo cual refuerza la sensación de que esa sociedad está al borde del abismo.
En el escenario internacional, Estados Unidos no las ha tenido todas consigo. Por lo menos desde finales de la primera década de 2000, también ha estado perdiendo liderazgo en materia económica, energética, militar y geopolítica, gracias al fortalecimiento de China, Rusia, India e Irán, al mismo tiempo de la degradación de sus aliados estratégicos como Japón, Reino Unido y la Unión Europea.
Debido a estas contradicciones históricas, la figura de Donald Trump no es otra cosa más que la aparición y consolidación de una figura política, cuyo peculiar liderazgo concentra el malestar de algunos sectores políticos, empresariales y, sobre todo, de una ciudadanía que al escuchar las majaderías, los vituperios racistas y las amenazas, sus angustias, temores, resentimientos y frustraciones, adquiere consuelo.
Por desgracia, la solución que proponen Trump y los empresarios que lo acompañan no radica en formular políticas que disminuyan las distancias entre los de mayor y menor ingreso; tampoco en consolidar diversos programas de gobierno en favor de los sectores más vulnerables, mucho menos consolidar reformas fiscales que obliguen a las corporaciones a retribuir lo correspondiente al erario. Contrariamente, se vislumbra un ataque a la de por sí precaria y casi inexistente salud pública, exclusiones fiscales a las grandes trasnacionales e indiferencia ante las insultantes ganancias de las armerías y el capital financiero.
El segundo mandato de Trump se abre paso como un gobierno cuya intención es utilizar la fortaleza de un liderazgo, con métodos permitidos y no permitidos, para que las compañías reinviertan en Estados Unidos y de esta manera posibiliten de nuevo que ese país esté en condiciones de imponer su hegemonía a todo el orbe.
En esta clave es como debe leerse el acercamiento de Trump con Moscú, pues para efectos prácticos, la capitulación de Ucrania le retribuye enormes bonos a Washington, ya que Kiev le entregará tierras con minerales raros como pago del financiamiento de la guerra contra Rusia. Además, las compañías estadunidenses se verán beneficiadas con jugosos negocios, y por si fuera poco, la humillación de la guerra perdida la cargarán Ucrania, Reino Unido, Alemania y Francia.
El particular estilo de gobernar de Donald Trump está abriendo puertas que los propios estadunidenses no habían querido abrir en el pasado, porque si bien es cierto que siempre han velado por sus intereses, antes se preocuparon por cuidar las apariencias: promovían la democracia, la libertad y los derechos humanos para justificar las intervenciones más allá de que derivaban siempre en muerte y destrucción.
Con sus descalificaciones a los migrantes, pobres y los pueblos no anglosajones, Trump contribuye a erosionar la creencia de que para dominar y coaccionar se requiere aplicar métodos de persuasión, seducción y hasta de recompensa. Por el contrario, con el multitudinario apoyo tras sus espaldas, Trump refuerza la percepción de que es posible y viable, políticamente, aplicar la utopía de las clase empresarial estadunidense: clasificar a los humanos de acuerdo con categorías, prescindir de los menos aptos y en una de esas, hasta eliminarlos.
No exageran aquellos que establecen paralelismos entre Trump y el fascismo. Donald Trump ha abierto puertas, y el huevo de la serpiente anida dentro.
@vivangm
¡Ups!, dice Trump sobre hutíes asesinados por el Pentágono
Afp, Europa Press, Sputnik y Xinhua
Periódico La Jornada Sábado 5 de abril de 2025, p. 17
Saná. El presidente Donald Trump publicó ayer un video que muestra decenas de muertos presuntamente rebeldes hutíes de Yemen, tras un ataque de Estados Unidos, acompañado del comentario ¡Ups!
Similar a las imágenes tomadas desde drones militares, la grabación en blanco y negro que publicó el magnate en su red Truth Social deja ver múltiples figuras humanas desde una toma cenital.
Estos hutíes se reunieron para recibir instrucciones sobre un ataque, añadió en su publicación.
Reunidas a lo largo de un camino, las personas que aparecen en las imágenes se ven bajo una mira. Después aparece un destello. La cámara vuelve a acercarse para mostrar un amplio cráter. Después no se distingue ningún cuerpo.
¡Ups!, no habrá un ataque de estos hutíes. ¡Nunca volverán a hundir nuestros barcos!, subrayó.
En tanto, los hutíes anunciaron una nueva ofensiva contra el portaviones estadunidense Harry S. Truman, plataforma clave de lanzamiento de la nueva operación estadunidense contra el movimiento yemení. El portavoz militar del movimiento, Yahya Sari, afirmó que el embate, el segundo en 24 horas, consiguió frustrar dos ataques aéreos de Washington.
El grupo militar hutí informó que el embate fue realizado por aviones no tripulados y misiles crucero, y aseguró: Yemen no abandonará sus deberes religiosos, morales y humanitarios hacia el oprimido pueblo palestino, sean cuales sean las repercusiones y los resultados.
Los hutíes indicaron que su hostilidad bélica tiene como finalidad presionar a Israel, aliado cercano de Estados Unidos, para que termine con sus operaciones militares en los territorios palestinos y permita el ingreso de ayuda humanitaria al enclave amenazado por la hambruna.
El intercambio de ataques se produjo en el contexto del reciente anunció de Trump, quien emprendió una acción militar decisiva y contundente contra el grupo rebelde en respuesta los ataques en el mar Rojo contra barcos vinculados a Israel.
La decisión de la Casa Blanca de intensificar las hostilidades en Yemen condujo incluso a una crisis interna en el gobierno cuando el secretario de Defensa, Pete Hegseth, filtró información clasificada sobre los planes militares de su país contra Yemen en una acción que terminó con una investigación abierta por el Pentágono para evaluar hasta qué punto el secretario de Defensa y otro personal de la Defensa estadunidense cumplieron con las políticas y procedimientos.