martes, 10 de mayo de 2016

Defensor de los que menos tienen.

Por Martín Esparza Flores /
07 May 2016
Martín Esparza Flores
Falleció Néstor de Buen
El sindicalismo independiente en México está de luto. La muerte del abogado laborista Néstor de Buen representa una gran pérdida para la lucha que libran hoy en día millones de trabajadores por la defensa de sus derechos y sus conquistas sociales, ahora en latente riesgo tras la aprobación y puesta en marcha de uno de los instrumentos jurídicos más aviesos del neoliberalismo: la reforma laboral.
Imposible no recordar la ejemplar defensa que el insigne jurista realizó en favor de la lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), en los álgidos momentos cuando el autoritario gobierno de Felipe Calderón utilizó todo el poder del Estado en su perversa intención de aniquilar nuestra organización y nuestro movimiento de resistencia para recuperar nuestras fuentes de empleo.
Ante el desaseo jurídico mostrado por los funcionarios de consigna de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), que buscaron en su laudo de agosto de 2010 apuntalar los endebles argumentos de Calderón para cancelar nuestro Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), argumentando “causas de fuerza mayor” y “caso fortuito”, para esgrimir la improcedencia de la sustitución patronal y el fin de nuestras relaciones laborales con el gobierno federal, el abogado De Buen estableció una bien fundamentada demanda de amparo ante la Suprema Corte, que fue radicada en el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito en Materia de Trabajo.
En septiembre de 2012, los tres magistrados del Segundo Tribunal determinaron en su fallo de la causa 1337/2010 que el gobierno de Calderón nunca demostró que el fin de las relaciones individuales y colectivas de trabajo de los 16 mil 599 electricistas en resistencia obedeciera a “caso fortuito” o de “fuerza mayor”, conminándolo para que, vía la CFE, se asumiera como el patrón sustituto”. En las 499 fojas del expediente, se comprobó además que la materia de trabajo subsistía, echándose abajo otra de las falacias del entonces presidente y sus funcionarios: la inviabilidad financiera. El laudo dictado por consigna en la JFCA fue hecho añicos por la impecable demanda presentada por el maestro De Buen.
Hasta la fecha, los ministros de la Corte que revocaron la sentencia de los magistrados del Segundo Tribunal, en enero de 2013, han rehuido su responsabilidad histórica de explicar de cara al país y de manera pública ante los más connotados juristas de México, la infamia cometida no únicamente contra el SME sino contra el trabajo impecable de argumentación del maestro De Buen.
Hoy que se nos ha adelantado en el viaje (falleció el pasado 25 de abril a los 90 años), no podemos menos que rendirle un homenaje, a través de estas breves pero sinceras líneas, a un hombre que a lo largo de su fructífera carrera académica y profesional demostró estar comprometido con las causas más justas de México, sobre todo con las batallas legales de la clase obrera.
Su ejemplo, como el de su hijo Carlos, deben ser inspiración a las nuevas generaciones de abogados, sobre todo para aquéllos que aspiran a hacer de su profesión un instrumento de auténtica defensa en favor de los que menos tienen y que de manera cotidiana ven pisoteados sus derechos.