Gabriela Rodríguez
Ya viene el Día de las Madres, y no se olvida ni por la pandemia del Covid-19. Porque la maternidad sigue siendo un mandato. Por siglos el modelo patriarcal ha construido la idea de ser mujer vinculada al hecho de ser madre, como categorías que se superponen, negando una presencia e identidad propia.
Uno de los factores que cambiaron sustantivamente la identidad de las mujeres fue su inserción en el mercado laboral y el control sobre su capacidad reproductiva. Hoy la mitad de las madres mexicanas combinan el trabajo de cuidados con el remunerado, aunque sin recibir pago alguno por el primero y con una carga laboral inequitativa: ellas dedican 39.1 horas semanales al trabajo doméstico y de cuidados, en tanto los hombres destinan 14.1 horas ( Mujeres y hombres de México, Inegi/Inmujeres, 2019). El 53 por ciento de las mamás forman parte de la población económicamente activa (34 millones), principalmente en el sector de servicios (53.5 por ciento), comercio (24.1), industria manufacturera (17.3), al agropecuario sólo 3.6 y al de construcción 0.7 por ciento. Sus ingresos desnudan la lacerante estratificación social: 5.6 por ciento no recibe ingresos, 11.1 por ciento no especifica, más de la cuarta parte (26.4 por ciento, 8 millones 976 mil) percibe hasta un salario mínimo, 34.9 obtiene entre uno y dos salarios mínimos, 13.5 recibe de dos y hasta tres salarios mínimos, 6.4 percibe de tres a cinco SM y solamente 0.2 (68 mil mujeres) tiene ingresos superiores a cinco salarios mínimos. El factor de discriminación salarial por sexo es de menos 6.6 por ciento. A mayor número de hijos, mayor proporción tiene el empleo informal, este tipo de empleo es la primera actividad de 50.9 por ciento de las madres que tienen entre uno y dos hijos/as, la proporción es de 65.6 entre quienes son madres de tres a cinco hijos/as y de 85.5 por ciento de las madres de seis. Del total de mamás, 0.4 por ciento no sabe o no tiene ningún grado escolar aprobado, 19 por ciento ha cursado algún grado en primaria, 36.8 tiene algún grado de secundaria, 21.7 por cientocursó alguno de bachillerato y sólo 15.7 por ciento tiene algún grado de educación superior, 4.2 por ciento cursó algún grado de carrera técnica. En el ámbito nacional, sólo dos de cada cinco de las madres trabajadoras tienen acceso a instituciones de salud, pero en Oaxaca y Guerrero llegan a 85.5 y 83.9 por ciento, respectivamente, quienes carecen de este derecho fundamental, según estimaciones del Conapo con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ENOE).
En 2020 el promedio de hijos/as por mujer durante su vida reproductiva es de 2.05 hijos/as (hace 40 años era de seis hijos/as), las mujeres de 20 a 34 años son las que contribuyen más a la fecundidad, con 102 y 116 nacimientos por cada mil mujeres, respectivamente; pero entre las de 15 a 19 años, nacen 69 por cada mil adolescentes, una etapa en la que las mujeres tendrían que estar en la escuela y no cuidando hijos. Las mujeres afrodescendientes tienen 2.4 hijos/as, en promedio, semejante a las que no tienen esa identidad. Las indígenas también han reducido su fecundidad, aunque en menor proporción; ellas tienen, en promedio, 2.7 hijos, pero las adolescentes indígenas mantienen un patrón de maternidad más temprana, con 99 nacimientos por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años. De madres lesbianas, bisexuales y trans hay una deuda de cifras, ni censos anteriores ni el actual incluyen preguntas al respecto. Hoy 95.9 por ciento de los partos se atienden por médicos, 1.5 por enfermeras/os, auxiliares y promotores/as de salud y 2.2 por ciento por parteras. Un factor preocupante de la medicalización del parto es que 46 por ciento se realice por cesárea, cuando la tasa ideal señalada por la OPS es de 10 a 15 por ciento. La lactancia se viene recuperando, 93.5 por ciento de las mujeres en edad fértil amamantó, con una duración promedio de 12.3 meses, según estimaciones del Conapo con base en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid, 2018).
Este 10 de mayo, ante la coyuntura actual del Covid-19, importa ubicar a quienes tienen factores de comorbilidad, a las mujeres que pueden presentar estados de gravedad en caso de ser contagiadas: actualmente 4.5 por ciento de la población femenina de 20 a 49 años de edad tiene diagnóstico previo de diabetes mellitus (en mayores de 60 años el porcentaje es de 27.13), el que sufre de hipertensión arterial asciende a 10 por ciento (en mayores de 60 años es de 47.8) y son fumadoras 10.4 por ciento. Además, registra sobrepeso 36.6 por ciento del total de mujeres y 40.2 presenta obesidad, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut). El mejor regalo de Día de las Madres será no visitarlas, sobre todo si son de la tercera edad o si padecen algún mal crónico.
Construirnos como mujeres libres, sujetas de derechos, con capacidad sexual, legal, política y científica fue uno de los grandes logros de los movimientos de resistencia feminista del siglo pasado, el reto actual es generalizar tales derechos a todas las mujeres que viven en condiciones de pobreza. La tecnología médica y los marcos legales para acceder a los anticonceptivos y al aborto contribuyeron al cambio de esta ecuación. Paulatinamente se está valorando la maternidad como fuente de placer y de poder, y no como vocación obligatoria. El reposicionamiento de las madres ha recolocado a los hombres, a los papás de las nuevas generaciones, para abandonar el machismo y enfrentarse a su propia feminidad, al cuidar maternalmente a sus hijos.
* Secretaria General del Conapo.
Twitter: Gabrielarodr108