Grupo de hondureños solicitantes de asilo es detenido por la Patrulla Fronteriza tras cruzar la frontera entre EU y México, en San Diego, California el 10 de diciembre de 2018. Foto Ap
San Diego. California destinará hasta 28 millones de dólares para ayudar a los migrantes que lleguen de México luego de ser puestos en libertad en Estados Unidos hasta que sean convocados a las cortes, un agudo contraste con las medidas que han adoptado otros estados fronterizos opuestos a las políticas de inmigración del presidente Joe Biden.
Los fondos, que se prevé duren hasta junio, son ofrecidos en un momento en que Biden revierte la política implementada por el expresidente Donald Trump, la cual requería que los solicitantes de asilo esperaran en México hasta la fecha de sus audiencias en los tribunales. El dinero se utilizará para pagar habitaciones de hotel para que los inmigrantes guarden cuarentena durante la pandemia de coronavirus, antes de que viajen a su destino final en Estados Unidos.
El dinero también irá a la organización Jewish Family Service de San Diego para proporcionar alimentos, transporte y ayuda con la logística de los viajes. El estado financiará servicios de salud por las estadías cortas, incluidas pruebas de Covid-19.
La semana pasada, el gobierno de Biden empezó a permitir la entrada a Estados Unidos a las personas que habían tenido que esperar al otro lado de la frontera bajo la política “Quédate en México” implementada por Trump. En su primer día en el cargo, Biden suspendió el programa para las nuevas llegadas.
Se permitirá el ingreso a Estados Unidos de aproximadamente 26 mil personas con casos activos. Unas 25 personas son puestas en libertad cada día en la ciudad de San Diego.
Si bien la mayoría de la gente es expulsada de manera expedita sin la oportunidad de solicitar asilo bajo unas medidas impuestas por Trump durante la pandemia de coronavirus y que Biden ha mantenido en vigor, las liberaciones limitadas en Estados Unidos han planteado inquietudes financieras y humanitarias en algunas ciudades fronterizas.
Siria: Estados Unidos, de vuelta
Estados Unidos realizó el jueves ataques aéreos en un punto de control fronterizo entre Siria e Irak. De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH, opositor al gobierno de Bashar al Assad), los bombardeos dejaron al menos 17 muertos y destruyeron tres camiones de municiones entre milicias que apoyan a Damasco.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, emitió un comunicado en el que reivindica el ataque, informa que fue efectuado por órdenes del presidente Joe Biden, y asegura que esta ofensiva fue autorizada en respuesta a los recientes ataques contra el personal estadunidense y de la coalición en Irak, y a las continuas amenazas a ese personal, en referencia a la muerte de un contratista civil y las heridas sufridas por un militar estadunidense el 15 de febrero en la ciudad iraquí de Erbil. El ministerio de Relaciones Exteriores sirio calificó los bombardeos como una agresión contra su país, y sostuvo que “constituye un signo de mal augurio sobre las políticas de la nueva administración estadunidense", que amenaza con llevar a una nueva escalada los enfrentamientos en la región.
Ciertamente, la primera acción bélica emprendida por las fuerzas armadas de la superpotencia desde el arribo de Biden a la Casa Blanca, es un pésimo augurio acerca del significado del discurso en el cual aseguró que Estados Unidos está de vuelta en la arena internacional. Que el letal ataque se produjera apenas un mes después del estreno de la administración demócrata, proyecta sobre el resto de su cuatrienio la sombra del imperialismo que ha caracterizado a la política exterior de la nación que se considera a sí misma defensora excepcional de las libertades y la democracia.
El desprecio por la vida humana, la legalidad internacional, y la soberanía del resto de las naciones queda exhibida desde el momento en que se bombardean instalaciones presuntamente financiadas por Irán en territorio sirio, en represalia por atentados ocurridos en Irak, sin haber presentado ante la Organización de Naciones Unidas prueba alguna de la participación siria o iraní en los ataques contra las fuerzas encabezadas por Washington.
Sólo queda condenar esta enésima agresión estadunidense en Medio Oriente, y hacer votos porque no dé al traste con los frágiles equilibrios en esta región azotada por intervenciones occidentales y conflictos internos.