lunes, 8 de marzo de 2021

Amplificadas.

Ana Cecilia Cárdenas y Marisse Del Olmo*
Marzo es el mes en que se conmemora la lucha por los derechos de las mujeres y el impacto que éstas tienen en la sociedad. Los días 8 y 9 de marzo de 2020 vivimos hechos históricos en México, cuando cientos de miles de mujeres tomamos las calles y decidimos parar nuestras actividades a fin de exigir una sociedad más justa.
La campaña del 9M, #UnDíaSinMujeres, animó a las mujeres a detenerse voluntariamente con el propósito de visibilizar qué sucedería si desaparecieran del espacio laboral, de los negocios, de las calles; qué pasaría si no consumieran ningún producto o servicio. El resultado fue claro: aproximadamente 30 por ciento de mujeres se ausentaron de sus labores productivas, como consecuencia, se estimó la pérdida de cerca de 34 mil 571 millones de pesos en México.
¿Por qué marchamos y decidimos parar? Porque 11 mujeres son asesinadas diariamente en este país, donde más de 50 por ciento de los feminicidios quedan impunes, según datos de la organización Impunidad Cero. Porque persisten también otras formas de violencia que, en distintos ámbitos, reflejan profundas desigualdades: desde la repartición de las tareas en el hogar, hasta los salarios más bajos por realizar el mismo trabajo, el rezago de las mujeres en el campo de la educación y la inequidad en el acceso a los servicios de salud.
Hoy, 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, no como un acto de celebración, sino como un recordatorio de la lucha por el cumplimiento de nuestros derechos y el reconocimiento de los logros alcanzados por muchas mujeres a lo largo de la historia. Durante el año reciente, a causa del confinamiento, la violencia contra las mujeres aumentó significativamente. Lo ganado en la lucha por la igualdad retrocedió.
Pero no debemos olvidar lo que somos capaces de lograr, recordemos que un solo acto puede marcar el inicio de un cambio; incluso algo tan sencillo como reflexionar en una sobremesa acerca de las desigualdades y la discriminación de las que somos objeto las mujeres puede ayudar a generar conciencia y contribuir a la transformación. Entendamos y usemos nuestra voz como una de las herramientas más poderosas que tenemos para amplificar el mensaje.
Por ese motivo, nuestro trabajo como activistas ha sido mantener viva la agenda de género a través del foro digital #Desnormaliza la desigualdad de género, el cual brinda información para que las mujeres seamos agentes de cambio.
La cuarta edición de dicho foro se llevará a cabo el sábado 13 de marzo con la temática Respetando y Reconociendo Nuestro Cuerpo. Contaremos con diversas voces expertas para discutir la importancia de que las mujeres retomemos el poder de nuestros cuerpos a lo largo de todas las etapas y durante todos los ciclos de la vida. Habrá intérprete de lengua de señas mexicana; el registro es gratuito en www.desnormaliza.com y se transmitirá de 9 a 15 horas a través de Facebook Live desde la cuenta de @desnormaliza.
El foro es coorganizado por cuatro plataformas enfocadas en la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento femenino: MIA Co-Growing, Cold Press News, Women Ambassadors Forum y MUTUA Co-Autoras.
Únete a la conversación. Estamos en esta batalla juntas. Recordemos que al amplificar nuestro mensaje en la lucha por la igualdad de género seremos escuchadas. ¡Levantemos la voz!
*Cofundadoras de MIA Co-Growing y #Desnormaliza

México SA
Oro: de Hernán Cortés a los neoliberales // Canadienses acaparan el metal mexicano // PAN-PRI: concesiones mineras al por mayor
Carlos Fernández-Vega
Diez años atrás, México SA publicó un imaginario interrogatorio registrado cinco siglos atrás, pero con tintes futuristas. Decía así: “Hernán Cortés preguntó a Cuauhtémoc ¿do está el oro que guardáis?, y el último tlatoani mexica, que no estaba precisamente en un lecho de rosas, le contestó: se lo llevarán los canadienses en pleno siglo XXI, tras graciosas cuan abundantes concesiones mineras otorgadas por el gobierno federal, especialmente de sello blanquiazul; así que no jodáis, capitán general de la Nueva España, que ustedes ya nos saquearon y nos volverán a saquear, pues, mediante Malinches neoliberales, se quedarán con la gran tajada del negocio bancario, el gas natural, la generación eléctrica y las obras públicas, entre otros tantos tesoros, mientras los hijos de la hoja de maple acapararán el áureo metal que tanto buscáis.
“Y el último tlatoani mexica tenía razón: cinco siglos después de su nada grata entrevista con el capitán general de la Nueva España, las mineras canadienses acaparan el oro mexicano y se estima que 30 centavos de cada dólar que genera la industria sectorial en el país van a parar a los bolsillos de dichos consorcios… A cambio, el erario mexicano obtiene, cuando está de suerte, entre 5 y 111 pesos por hectárea concesionada”.
Lo anterior viene a colación, porque al igual que en 2011, cuando se publicó dicho pasaje, La Jornada (Braulio Carbajal) ha documentado que en 2021 la situación ha empeorado (para el interés nacional, desde luego), toda vez que “seis de las 10 minas de oro más importantes del país están en manos de empresas canadienses, según datos oficiales, lo que da como resultado que casi 60 por ciento de ese metal precioso, considerado como el más importante del mundo, que se extrae de suelo mexicano, sea propiedad de una minera de Canadá.
“Con más de 70 mil kilogramos de oro anuales, que representan 64 mil millones de pesos, México es el noveno productor a escala mundial… Del total que produce México, cerca de 60 mil kilogramos salen de sus 10 minas de oro más grandes, de las cuales, seis son explotadas por empresas canadienses, que son Torex Gold, Agnico Eagle Mines, Equinox Gold, Alamos Gold, Pan American Silver y First Majestic (la que se niega a pagar al SAT 11 mil millones de pesos en impuestos atrasados), indica información de la Secretaría de Economía” (ídem).
Si de recordar se trata, también en 2011 La Jornada publicó un suplemento sobre la minería en el país, en el que se subrayaba: “tanto ha dado, y sigue dando esta tierra, que sólo en la primera década del siglo XXI, con dos gobiernos panistas (2001-2010), un pequeño grupo de empresas mexicanas y extranjeras –con las canadienses a la cabeza– extrajeron el doble de oro (…) que la Corona española atesoró en 300 años de conquista y coloniaje, de 1521 a 1821, en lo que hoy es México, de acuerdo con la estadística histórica del Inegi. En esa década panista, con Fox y Calderón en Los Pinos, los corporativos mineros obtuvieron 380 toneladas de oro (…) contra 182 en los tres siglos citados”.
Riqueza de ensueño, sin duda, pero el balance no cierra ahí, porque de 2011 a 2019 los corporativos mineros –especialmente canadienses– obtuvieron 882 toneladas adicionales, es decir, que en lo que va del siglo XXI los barones (con los del país de la hoja de maple a la cabeza) se quedaron con mil 262 toneladas de oro mexicano, o lo que es lo mismo, en apenas 20 años los dueños de este sector estructuralmente oligopólico obtuvieron un volumen casi siete veces mayor que en 300 años de Conquista.
En esas dos décadas las ganancias de los barones de la minería crecieron como la espuma (al igual que las concesiones otorgadas por los gobiernos panistas y priístas), pero no sólo por el aumento sostenido de la extracción de oro mexicano, sino por el incremento del precio internacional de dicho metal en el mismo periodo: 500 por ciento, modestamente.
Y el festín sigue.
Las rebanadas del pastel
Por cierto, en agosto de 2011 el entonces gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, anunció que nuestro país incrementaría sus reservas en oro, para lo cual adquirió 98 toneladas de ese metal extraído de minas mexicanas, por mineros mexicanos, en territorio mexicano y con dinero de los mexicanos. ¿A quién se las compró? A las mineras canadienses.
cfvmexico_sa@hotmail.com