Un hombre camina frente a un cartel, en Sao Paulo, Brasil, el 12 de marzo de 2021. Foto Xinhua
Sao Paulo. Brasil tuvo este sábado su peor sábado de la pandemia al registrar mil 997 muertos y 76 mil 178 contagios de Covid-19 en 24 horas, en medio del colapso hospitalario en la mayoría de los estados, afectados por la segunda ola de contagios que tiene la predominancia de la variante del Amazonas, considerada más poderosa, informó el Ministerio de Salud.
De esta forma, Brasil llegó a los 277 mil 102 fallecidos y 11 millones 439 mil 558 infectados desde el inicio de coronavirus en el país y América Latina, el 26 de febrero de 2020.
Sin los números del estado de Acre (norte) por problemas técnicos, Brasil batió un nuevo récord de decesos y lidera la contabilidad mundial en el promedio diario, luego de que esta semana contabilizó más de dos mil muertos durante tres días consecutivos.
Con filas de enfermos de la Covid-19 para ocupar camas de Unidades de Terapia Intensica (UTI), la mayor parte de los gobernadores y alcaldes lanzaron toques de queda nocturnos que incluyen el cierre de comercios para intentar reducir las aglomeraciones.
Sao Paulo, el estado más afectado y el más poblado del país, registró 434 muertos en las últimas 24 horas, para acumular un total de 63 mil 965 decesos.
En fase roja de restricciones, la entidad tiene 87 por ciento de ocupación hospitalaria y ocupación de 100 por ciento en al menos 21 hospitales de referencia, informó la Secretaría de Salud del estado.
Este sábado la policía bloqueó el acceso a playas de la costa del estado de Sao Paulo para evitar aglomeraciones y el lunes el estado ingresará hasta el 30 de marzo a la fase de emergencia.
Unas 200 personas fueron arrestadas cuando realizaban una fiesta clandestina en una discoteca de la región sur de la ciudad de Sao Paulo, la mayor urbe sudamericana.
El uso de playas fue permitido sólo para circular en la ciudad de Río de Janeiro, que tendrá hasta el jueves el toque de queda nocturno para evitar la presión sobre el sistema sanitario.
En los estados Mato Grosso, en parte de Minas Gerais, Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná las personas hacen filas para el uso de UTI destinadas a enfermos por la pandemia, así como en la capital del país, Brasilia.
Con la nueva ola de Covid-19, generada según los especialistas por las aglomeraciones registradas en diciembre, enero y febrero, la situación epidemiológica ha acelerado los contagios y la muerte, incluso el aumento de fallecidos en la franja etaria de 20 a 50 años.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria reglamentó este sábado que las empresas proveedoras de oxígeno realicen un informe semanal para controlar este insumo de los hospitales.
Autoridades de los estados de Acre y Rondonia indicaron que tienen oxígeno para 13 días y pidieron un plan para abastecer a las regiones remotas de acceso difícil.
A mediados de enero colapsó el sistema de oxígeno del estado de Amazonas, socorrido entre otros por el gobierno de Venezuela.
Molesta a la UE almacenamiento de vacunas de Estados Unidos
Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca dijo que EU desea tener reservas en exceso de vacunas ante dificultades no previstas. Foto Afp
Washington. El gobierno del presidente Joe Biden está almacenando decenas de millones de dosis de una vacuna contra el Covid-19 cuya autorización en Estados Unidos sigue siendo incierta, frustrando a aliados de Washington que consideran que esas dosis deberían ser utilizadas de inmediato para salvar vidas en el extranjero.
La desavenencia es parte de un creciente debate global en torno a quién debería tener acceso a cientos de millones de dosis de vacunas que las compañías farmacéuticas están produciendo en Estados Unidos. Además de generar rencor, la insistencia de Biden de que Washington tenga exceso de suministros está creando en potencia nuevas oportunidades para los rivales geopolíticos Rusia y China.
Una vacuna de dos dosis de AstraZeneca ha recibido autorización de emergencia de la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud, pero no de Estados Unidos. Ahora, los socios de ese país están apremiando a Biden a que permita la exportación de sus suministros porque, subrayan, Washington posee suficientes dosis de tres vacunas ya autorizadas que bastarían para cubrir a todos los adultos del país para finales de mayo y a toda la población para finales de julio.
AstraZeneca asegura que las vacunas producidas en Estados Unidos son “propiedad” del gobierno estadunidense y que para enviarlas al extranjero se necesita la autorización de la Casa Blanca.
“Estamos al tanto de que otros gobiernos podrían haberse comunicado con el gobierno estadunidense para tratar la donación de dosis de AstraZeneca, y le hemos solicitado al gobierno que sopese detenidamente esas peticiones”, dijo Gonzalo Viña, portavoz de AstraZeneca, en un comunicado.
Aunque la Unión Europea está ansiosa de volver a impulsar una relación trasatlántica más fructífera después de la dolorosa presidencia de Donald Trump, el tema de las vacunas se está convirtiendo en un asunto espinoso, y algunos en el bloque lo consideran una continuación del enfoque de Trump de “Estados Unidos primero”.
Los embajadores de los Estados miembros de la UE examinaron la dificultad esta semana. El gobierno alemán dijo el viernes que conversó con las autoridades estadunidenses sobre el suministro de vacunas, aunque subrayó que la Comisión Europea tiene la última palabra en cuanto a la adquisición de dosis para los países miembros.
Biden y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han ordenado a sus representantes que conversen sobre las cadenas de abastecimiento en la producción de vacunas.
“Con suerte, estaremos en una posición a ambos lados del Atlántico para garantizar que se distribuyan dosis suficientes de vacunas en consonancia con el calendario, de forma que se puedan completar las campañas de inoculación”, dijo el principal portavoz de la comisión de la UE, Eric Mamer.
Hay más de 10 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca almacenadas en Estados Unidos para su uso en el país.
“Queremos tener reservas en exceso y estar preparados en exceso", dijo el viernes Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca, de forma que los estadunidenses aún puedan ser vacunados rápidamente en caso de dificultades no previstas en el actual cronograma de producción.
“No hemos proporcionado dosis del gobierno estadunidense a nadie", agregó.