domingo, 28 de marzo de 2021

Crisis migratoria / Jorge Durand.

Jorge Durand
Migrantes caminan por la carretera que comunica la comunidad de Frontera Corozal con Palenque a Chiapas. Foto Víctor Camacho
Ciudad de México. La crisis migratoria vuelve al primer plano nacional e internacional y todos los sectores involucrados, menos uno, han salido perjudicados.
Lo que desató las alarmas es el nivel de aprehensiones que reporta cada mes la patrulla fronteriza. En mayo pasado fueron retenidos cerca de 100 mil migrantes, una cifra muy elevada y fuera de lo normal, y se estima que a fines de marzo podría llegar a 170 mil.
Un poco más de la mitad son personas mayores de edad y en este grupo se incluye a un buen grupo de migrantes mexicanos, pero también hay familias y menores no acompañados de origen centroamericano. Estos últimos se han ido incrementando en los meses recientes, fueron detenidos 5 mil 500 en enero, 9 mil 300 en febrero y en lo primeros 20 días de marzo ya se habían contabilizado a 11 mil. Por su parte, en cuanto a los grupos familiares, fueron detenidas 32 mil personas, aunque propiamente no son capturadas, sino simplemente se entregan a la patrulla fronteriza y solicitan refugio, al igual que los menores no acompañados
Varias razones explican este incremento. La política migratoria de Trump, brutalmente represiva, ciertamente operó como un factor disuasivo. A esto hay que añadir el cierre de fronteras por la pandemia, que dificultó el tránsito de los migrantes. Estos dos elementos, que operaron como factores disuasivos, se liberaron a comienzos de año, con la llegada de las vacunas y el cambio de gobierno en Estados Unidos.
Al mismo tiempo, el mensaje de Joe Biden de una reforma migratoria y un cambio radical en la política de refugio fue interpretado como un signo de apertura, que fue aprovechado por las mafias que trafican personas migrantes para inducir su salida.
El principal perjudicado por al crisis migratoria puede ser el gobierno de Joe Biden, lo que había ganado con el manejo de la pandemia puede perderlo con un mal manejo de la crisis migratoria. No es fácil, pero resulta alentador que quieran ir a la raíz del problema. Y no poner un parche más, como se hizo en 2014 con Obama y en 2019 con Trump.
En segundo lugar, México también se vio afectado por la crisis migratoria. La pandemia era una excusa perfecta para contener el flujo migratorio, pero ciertamente relajaron los controles y provocaron un incremento notable de migrantes en tránsito que se dirigen a Estados Unidos. La reacción de la Casa Blanca ha sido clara, al enviar una delegación de alto nivel, con Roberta Jacobson a la cabeza. Pero en el futuro la relación con la nueva administración demócrata depende del manejo que tenga México con respecto al tema migratorio. En tres meses pasaron por el territorio mexicano 25 mil menores de edad no acompañados y nadie se dio cuenta.
La relación con la administración Biden dependería de cómo México coopere para paliar la crisis migratoria. De hecho, antes de que llegara la delegación, ya se habían puesto las pilas en el Instituto Nacional de Migración. Pero la apuesta del presidente estadunidense es ahora mucho mayor, al encargar a Kamala Harris el asunto migratorio.
En tercer lugar, también se verán afectados los migrantes mismos. No es un momento adecuado para emigrar. Todavía no se ha puesto en marcha, al cien por ciento, la economía estadunidense, existe mucho desempleo entre la población migrante radicada en Estados Unidos y la llegada de parientes podría complicar su situación.
Tampoco es seguro que los recién llegados puedan encontrar trabajo, el sistema de refugio en Estados Unidos, a diferencia de otros, no otorga beneficios y ayudas, simplemente se recarga en los familiares o contactos que los migrantes tienen en ese país.
Para los migrantes no acompañados, que no tengan parientes, el panorama también es incierto y nada promisorio. Tendrán que quedarse en centros de confinamiento o en familias sustitutas que reciben dinero por acoger a personas sin hogar. Un panorama muy poco halagador. Más allá del shock que significa para un joven abandonar su escuela, el barrio, la familia, los amigos, deben enfrentarse a otra cultura, otro idioma, otras reglas del juego.
Pero quizá el saldo negativo más importante sea el peligro que ronda en torno de la reforma migratoria. Once millones de migrantes han esperado más de 20 años por una reforma integral y compasiva, como la que propone Biden. La crisis abona a polarizar las posiciones y dificultar las negociaciones en el Congreso y el Senado. La mayoría precaria de los demócratas no es suficiente para lograr un avance en ese sentido.
En realidad, los únicos beneficiarios de la crisis migratoria son las mafias de traficantes de personas. El tráfico de drogas, de armas y de personas es de los negocios más redituables que existen en el mundo. Pero sólo se combate el tráfico de drogas, el de armas nunca le ha preocupado a Estados Unidos y tampoco el de personas.
Si se quiere hacer algo para superar la crisis, se debe empezar por combatir a los traficantes, desmantelar sus redes, sus casas de seguridad, sus vínculos con las policías, aplicar la extinción de dominio a unidades de transporte, hoteles y casas donde los esconden, combatir la extorsión que se hace a través de los sistemas de transferencia y procesar a los traficantes.
Hay que criminalizar a los criminales, no a los migrantes.

Cuando el viaje al norte termina en expulsión y agonizantes opciones
Redacción Sin Fronteras
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Foto/AFP
REYNOSA, México, 28 de marzo .— Algunos migrantes son expulsados de Estados Unidos durante la noche a una de las ciudades mexicanas más conocidas por el crimen organizado, agotados por el viaje, decepcionados por no tener la oportunidad de solicitar asilo y en una encrucijada sobre a dónde irán ahora.
Marisela Ramírez, de 30 años y quien fue enviada de regreso a Reynosa el jueves a alrededor de las 4 de la madrugada, se trajo consigo a su hijo de 14 años y dejó en Guatemala a otros cinco —uno de apenas unos ocho meses de edad— debido a que no tenía más dinero para pagarle a los traficantes. Ahora, ante otra agonizante elección, sopesa enviar a su hijo a cruzar la frontera solo para que se instale con una hermana en Missouri, sabiendo que Estados Unidos está permitiendo que menores que viajan sin la compañía de un adulto soliciten asilo.
En tanto, Lesdny Suyapa Castillo, de 35 años, dijo entre lágrimas que regresaría a Honduras con su hija de 8 años, quien estaba acostada sobre un kiosco respirando agitadamente con los ojos parcialmente abiertos y las moscas revoloteando sobre su cara. Luego de no recibir su sueldo durante tres meses como enfermera en Honduras durante la pandemia de coronavirus, quería un trabajo estable en Estados Unidos para que una hija más grande estudie medicina. Una amiga que vive en Nueva York la alentó a volver a intentarlo.
Tras llegar a Reynosa a las 10 de la noche, la hondureña asegura que le encantaría ir, pero tampoco quiere ver a su hija en estas condiciones.
Esto sucede mientras la Patrulla Fronteriza reporta un promedio de 30 días extraordinariamente alto de 5.000 detenciones diarias de migrantes. Los niños que viajaron sin compañía de un adulto tienen permitido quedarse en Estados Unidos para solicitar asilo, mientras que casi todos los adultos que viajan solos son expulsados a México bajo normas impuestas durante la pandemia de COVID-19 que no les permiten buscar protección humanitaria.
Las familias con niños menores de 7 años pueden permanecer en Estados Unidos para solicitar asilo, de acuerdo con un agente de la Patrulla Fronteriza que habló con los reporteros el viernes bajo condición de anonimato. Otros que viajaron en familia, sólo 300 de 2.200 el jueves, fueron expulsados.
Reynosa, una ciudad de 700.000 personas, es el sitio al que muchos migrantes son enviados luego de ser expulsados de la ciudad de Rio Grande Valley, Texas, que es el corredor de cruces ilegales más concurrido. La Patrulla Fronteriza ha dicho que la mayoría de los migrantes son expulsados a México menos de dos horas después de haber ingresado a Estados Unidos para limitar la propagación del COVID-19, lo que significa que llegan de noche.
con información de AP