miércoles, 24 de marzo de 2021

Fomento por EU al progreso en CA, freno a migración: México.


Nuestra frontera sur está cerrada; no hagan el peligroso viaje, expresa Roberta Jacobson
▲ El canciller Marcelo Ebrard y Roberta Jacobson, encargada de Estados Unidos para la frontera sur (centro), encabezaron una reunión de trabajo con el fin de impulsar mecanismos de cooperación que promuevan una migración ordenada y segura en la región.Foto SRE
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada  Miércoles 24 de marzo de 2021, p. 3
México busca que Estados Unidos sea parte de los esfuerzos de cooperación internacional para generar condiciones de desarrollo inclusivo y bienestar en Centroamérica y el sur mexicano que eviten la migración irregular.
Con ese objetivo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador solicitó un intercambio presencial con representantes de la administración de Joe Biden. El demócrata envió a la Ciudad de México a su equipo para la región con el fin de dialogar en torno al fenómeno y analizar acciones conjuntas que mitiguen de raíz las causas de la migración.
La reunión se realizó a puerta cerrada en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). La delegación estadunidense fue encabezada por la encargada para la frontera sur, Roberta Jacobson, y la mexicana por el canciller Marcelo Ebrard Casaubón.
Al concluir el cónclave de alto nivel, el titular de la SRE difundió un videomensaje en el que aseguró que el objetivo del encuentro fue analizar estrategias de corto y mediano plazos con las que se ataque a fondo los motivos detrás de los flujos migratorios en la región.
También en un mensaje en video, Jacobson apremió a no migrar de manera irregular, pues quienes lo hacen pueden corren innumerables peligros, como ser víctimas de trata de personas, del abuso de los coyotes o de contagiarse de Covid-19.
Sé que muchos migrantes pueden estar soportando dolor y dificultades, pero debo enfatizar que la frontera (sur) de Estados Unidos está cerrada. No hagan el peligroso viaje. Quédense en casa, manténgase a salvo y esperen más información sobre el proceso de asilo, enfatizó.
Durante las reuniones se planteó a los emisarios estadunidenses la necesidad de impulsar el desarrollo en Honduras, Guatemala, El Salvador y el sureste mexicano.
Nos gustaría que Estados Unidos fuese parte de este gran esfuerzo. Si perseveramos y actuamos en conjunto podemos lograr que estos países y el sur de México tengan otro futuro, otras posibilidades, que nadie tenga que migrar por pobreza, por inseguridad, por desesperanza, sino que lo haga, quien lo quiera hacer, por opción, como una alternativa, como una opción que puedas elegir y no algo que te imponen las condiciones adversas en las que vives, subrayó Ebrard.
Recordó que ambos presidentes han coincidido en la importancia de impulsar el bienestar en los países del Triángulo Norte y las zonas menos favorecidas de México y el respeto a las garantías de los migrantes, por lo que el encuentro permitió tener una visión de hacia dónde ir.
Estimo que esta comunicación se va a mantener. No hemos llegado a un punto definitivo, no era el objetivo, la intención era intercambiar puntos de vista e información.
Participantes en las reuniones, que se prolongaron alrededor de tres horas, señalaron que el llamado de la parte mexicana tuvo efecto en los funcionarios estadunidenses, quienes percibieron que sólo a través de la cooperación mutua se podrán impulsar acciones concretas para el desarrollo regional.
En un comunicado, la SRE informó que los representantes de ambos países se centraron también en el impulso de mecanismos de cooperación que promuevan una migración ordenada, segura y regular en la región; formas para solucionar el incremento de los flujos, y el compromiso para proteger los derechos humanos de los migrantes, especialmente de los menores de edad.
A distancia, la secretaría ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Alicia Bárcena, presentó el Plan de Desarrollo Integral, elaborado por agencias de la ONU junto con México, Guatemala, Honduras y El Salvador, consistente en 15 programas temáticos en materia de desarrollo económico, bienestar social, combate al cambio climático y gestión integral del ciclo migratorio, que se articulan en 114 proyectos.

EU: no persistir en el desastre
Estados Unidos se encuentra conmocionado otra vez por una serie de tiroteos que han golpeado a los estados de Georgia, California, Oregón, Texas (en dos ocasiones), Pensilvania y Colorado: en total, siete eventos, en cada uno de los cuales al menos cuatro personas recibieron heridas de bala en apenas una semana.
El más mortífero de estos ataques tuvo lugar el lunes en la ciudad de Boulder, Colorado, donde un hombre de 21 años ingresó a una tienda de comestibles y asesinó a 10 personas con un rifle de asalto de tipo AR-15, que habría adquirido apenas cinco días antes. El martes 16, otro hombre de la misma edad mató a ocho personas en la zona metropolitana de Atlanta, en tres atentados con fuerte componente racista, pues fueron perpetrados en salones de masaje administrados por personas de origen asiático.
Atrocidades de esa clase se han vuelto parte macabra de la vida cotidiana en Estados Unidos y, a falta de mejor explicación, parecen achacables a una crisis civilizatoria. Se trata, en efecto, de un elemento estructural de la criminalidad específicamente estadunidense, pues aunque otras naciones padecen fenómenos de violencia a mayor escala –como ocurre en México con la mortandad desatada por el narcotráfico–, las características de aleatoriedad y falta de motivación clara sólo se presentan en la sociedad de la superpotencia.
Se han intentado las más diversas aproximaciones para dar cuenta de este flagelo en el país que tiene la mayor economía del mundo, pero poco se ha sacado en claro. Con todo, es imposible soslayar el papel que juega la facilidad para adquirir y portar armas de fuego de alto poder, como la usada en Boulder. Por ello, resulta por demás pertinente el exhorto del presidente Joe Biden a que la Cámara de Representantes y el Senado no esperen otro minuto para prohibir los fusiles de asalto y los cargadores de alta capacidad, así como a que avancen en una regulación general de la tenencia de armas.
Además de constituir una medida ineludible para disminuir la aterradora frecuencia y letalidad de estos eventos en Estados Unidos, terminar con la venta descontrolada de armamento de alto poder tendría consecuencias positivas para superar la crisis de inseguridad que tiene lugar al sur del río Bravo.
Como es bien sabido, 87 por ciento de las armas que cada año ingresan ilegalmente a México pasaron por algún distribuidor estadunidense, y alrededor de 41 por ciento de esos arsenales ingresan a través de Texas, lo cual resulta congruente con el hecho de que en ese estado se encuentran 5 mil 938 de las 9 mil 811 armerías existentes en las cuatro entidades que comparten frontera con nuestro país. Existe, entonces, una correlación ineludible entre la disponibilidad de armas en la nación vecina y su presencia en territorio mexicano.
Por el bien de los habitantes de ambos países, cabe esperar que los legisladores estadunidenses depongan mezquinas diferencias partidistas y den la espalda al avasallador poderío económico de los promotores del armamentismo. A la vista de lo ocurrido en esta semana trágica, está claro que la regulación de las armas debe estar en lo más alto de las prioridades de la clase política de Washington, y que mantener el statu quo sería nada menos que persistir en el desastre.