Ap y Afp
Periódico La Jornada Martes 30 de marzo de 2021, p. 19
Panamá. El número de niños y adolescentes migrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién, en la frontera sur de Panamá con Colombia, con rumbo a Estados Unidos, se ha incrementado drásticamente desde 2017, advirtió ayer el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En in informe divulgado en Panamá, el Unicef ofrece cifras reveladoras de este flujo en una de las rutas más arriesgadas del mundo, cuyo tránsito continuó pese a las restricciones por el coronavirus, aunque en menor cantidad respecto al flujo que se daba previo a la pandemia.
La agencia de Naciones Unidas aseguró que a finales de 2020 se registraron los primeros casos de violencia sexual contra menores.
Precisó que los menores representaron 2 por ciento de todos los migrantes que hicieron ese cruce en 2017, mientras en 2020 ese porcentaje fue de más de 25 por ciento.
En cifras, unos 109 sortearon esa larga caminata por una jungla sin ley en 2017, mientras 3 mil 956 lo hicieron en 2019 y mil 653 en 2020.
He visto a mujeres salir de la selva con sus bebés en brazos después de caminar durante más de siete días sin agua, comida o cualquier tipo de protección, afirmó en el reporte Jean Gough, directora regional para América Latina y el Caribe del Unicef, quien realizó una visita de dos días a esa zona.
“Estas familias están sobrepasando sus propios límites y poniendo sus vidas en peligro, a menudo sin darse cuenta del riesgo que corren", agregó. Los menores andan generalmente con sus familiares.
En los últimos cuatro años más de 46 mil 500 migrantes cruzaron el llamado Tapón del Darién, de los cuales 6 mil 240 fueron niños, niñas y adolescentes, detalla el informe.
Este es un flujo que cobró notoriedad hace una década y en el que toman parte migrantes procedentes de Cuba, Haití y de naciones más lejanas de África y Asia afectadas por la guerra, violencia y pobreza. El objetivo es llegar a Estados Unidos.
Múltiples amenazas para migrantes
Los migrantes no sólo tienen que sortear una jungla con terreno montañoso, llena de insectos y serpientes, sino a bandas dedicadas al tráfico humano y de drogas. Los migrantes que han logrado cruzar esa tupida selva aseguran que sujetos armados abusan de las mujeres y despojan el dinero y otras pertenencias a los caminantes durante el difícil trayecto.
Los migrantes que quedan atrapados en ella están expuestos a múltiples amenazas, incluida la muerte, indica el Unicef. En este contexto, las mujeres, especialmente las embarazadas, al igual que los niños, niñas y adolescentes, son los más vulnerables.
Dijo que quienes emigran a través del Darién no son sólo hombres solteros en busca de trabajo, sino familias enteras que huyen de la violencia y la pobreza de más de 50 países de todo el mundo, con el sueño de encontrar mejores oportunidades en el norte.
Las repercusiones socioeconómicas con la pandemia del Covid-19, unidas a la violencia, el desempleo, el racismo, la xenofobia y los fenómenos climáticos extremos, aumentarán la pobreza y empujarán a más familias a emigrar al norte en los próximos meses, advirtió el organismo.
El corredor selvático de 266 kilómetros entre Colombia y Panamá es una jungla virgen de 575 mil hectáreas y sin vías de comunicación terrestre.
Advierten “fatalidad inminente” ante nueva ola de contagios en EU
Autoridades de control de enfermedades en Estados Unidos, advirtieron una nueva ola de contagios de Covid-19. Foto Afp
Nueva York. La ex coordinadora médica contra el Covid del gobierno de Donald Trump sugirió que más de 400 mil muertes en la pandemia podrían haber sido evitadas con una respuesta efectiva del ex ocupante de la Casa Blanca, mientras que la directora de los Centros de Control de Enfermedades (CDC) alertó este lunes de una “catástrofe inminente” si no se redoblan esfuerzos de prevención al asomarse un nuevo repunte de casos en la pandemia.
El presidente Joe Biden advirtió que se podrían perder los logros ante la pandemia porque “la gente está dejando de tomar precauciones”, y llamó a que gobernadores y alcaldes emitan nuevas órdenes para el uso de cubrebocas como “un deber patriótico” y recomendó que los estados frenen sus esfuerzos de reapertura.
También anunció que todo adulto será elegible para una vacuna a partir del 19 de abril (o sea, ya no se limitará por edad o condiciones médicas).
Unas horas antes en la misma Casa Blanca, la doctora Rochelle Walensky, directora del CDC, expresó alarma ante una posible cuarta ola del Covid. Afirmando que aunque hay muchas razones para tener esperanza, “en este momento estoy asustada” y hay elementos para “sentir una catástrofe inminente” ante nuevos rebrotes de contagio en varias partes del país. Aconsejó mantener las medidas de mitigación y que todos se vacunen tan pronto puedan con el fin de “que todos los que queremos estén aquí cuando se acabe esta pandemia”.
Aunque la distribución y aplicación de vacunas se ha incrementado dramáticamente llegando a un promedio de hasta 2.7 millones al día, se siguen registrando nuevos brotes de Covid en varios estados donde se informa de incrementos de entre 40 a 60 por ciento solo en las últimas dos semanas.
El país ya superó el total de 30 millones de casos con unos casi 5 mil más cada día, según la Universidad Johns Hopkins. Casi 550 mil estadunidenses han muerto de Covid.
La gran mayoría de esas muertes podría haber sido evitada, sugirió la doctora Deborah Birx, la coordinadora de la respuesta al Covid de la Casa Blanca de Trump. En entrevista con CNN el fin de semana, Birx pareció indicar que más de 400 mil de esas muertes podrían haber sido mitigadas o evitadas si el gobierno de Trump hubiera implementado una respuesta más efectiva a la crisis de salud pública. “Lo veo de esta manera: La primera vez tenemos una excusa, había como cien mil muertes en esa primera ola. Todas las demás, a mi pesar, podrían haber sido mitigadas o reducidas sustancialmente”.
En el mismo programa, el doctor Anthony Fauci, el especialista de mayor rango dentro del gobierno sobre enfermedades contagiosas, comentó que las exigencias de Trump de reabrir la economía en contra de las recomendaciones de la comunidad científica las sintió como “un golpe al pecho”.

