El aislamiento y su agudización por el Covid-19 tienen en alerta a varios países // Japón abrió un ministerio gubernamental para atender a personas solas // El artista Tetsuya Ishida documentó entre 1996 y 2004 la incertidumbre y la desolación, por lo que ya es visto como profeta
▲ Me identifico con el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la ansiedad y la soledad de los demás. Me gustaría asimilar esos sentimientos y expresarlos a través de mi método exclusivo. (La alienación) la provocan los humanos y es ineludible. Me gustaría conseguir que aprendiéramos a aceptarla con ayuda del humor, de la ironía, burlándonos de nosotros mismos, escribió en 1999 el artista. En la imagen, Soldado, 1993.Foto tomada del catálogo de la exposición
dedicada al artista en 2019 en el Museo Reina Sofía
Mónica Mateos-Vega
Periódico La Jornada Lunes 22 de marzo de 2021, p. 5
Reino Unido y Japón han puesto en marcha dos dependencias gubernamentales para atender lo que pronostican será la próxima pandemia a enfrentar en el mundo: la soledad.
El tema es preocupante sobre todo en el país asiático, porque en 2020, en pleno confinamiento para evitar contagios de Covid-19, aumentó la tasa de suicidios, principalmente en mujeres solas.
Hace más de una década que ese índice no mostraba cambios, por lo que el pasado 12 de febrero se creó el primer Ministerio para la Soledad japonés, con la encomienda del premier Yoshihide Suga de atender de manera urgente una situación que, de acuerdo con sus datos, provocó que 20 mil 919 personas se quitaran la vida el año pasado.
Sin embargo, la soledad es una espina clavada en el alma japonesa desde hace años, sólo recrudecida por la actual contingencia sanitaria. Así lo confirma la obra de Tetsuya Ishida, el pintor que a la luz de la situación que hoy día se vive en su país, es considerado una suerte de profeta.
Escenas de un país atrapado
Ishida nació en junio de 1973 y murió a los 32 años, en 2005, en un accidente de tren que posiblemente fue un suicidio, según autoridades.
Durante una década, el joven artista pintó lo que consideraba escenas de la vida cotidiana: un Japón atrapado en la desolación de la vida moderna y las exigencias del capitalismo salvaje.
En 2019, apenas unos meses antes de que apareciera en escena el coronavirus, una retrospectiva de Ishida en el museo Reina Sofía de España puso sobre la mesa el tema que en estos días ha llevado a las autoridades de ese país a considerar seguir el ejemplo de los gobiernos británicos y japonés, e implementar políticas estatales que atiendan a las personas solas.
A lo largo de 70 pinturas y dibujos creados entre 1996 y 2004, Tetsuya Ishida documentó inquietudes propias que hoy más que nunca son preocupaciones mundiales: la incertidumbre y la desolación.
En concreto, reseñó entonces el recinto español, el artista japonés “retrata con precisión descriptiva el estado de ánimo de su generación (conocida precisamente como Generación Perdida), marcada por el estallido de la burbuja financiera e inmobiliaria y los despidos masivos que en 1991 sumieron a su país en una profunda recesión.
“Durante los escasos 10 años de su trayectoria, el artista produjo un formidable corpus de trabajo centrado en la incomunicación y alienación en un mundo dominado por fuerzas incontrolables. La imaginería recurrente del escolar/oficinista le sirve para realizar una crítica acerada de los sistemas educativos y laborales regidos por los imperativos de productividad y competitividad.
La metamorfosis del cuerpo humano fusionado con ciertas especies de insectos, dispositivos tecnológicos o medios de transporte; las situaciones claustrofóbicas en las que el cuerpo se halla físicamente atrapado en agujeros y construcciones, o forma parte de una cadena de montaje como si de un engranaje más se tratara; la búsqueda de la identidad ligada a la necesidad primaria del retorno a la niñez y al componente escatológico reprimido; el lustro perdido de los parques de atracciones y la tristeza que invade los terrenos baldíos funcionan como telón de fondo para la apatía de una sociedad que ha sucumbido a la maquinaria de la producción y del consumo infinitos.
Símbolo de la melancolía
Es así como Ishida, además de un pintor de culto en Asia, ahora es también símbolo de esa densa melancolía que la pandemia de Covid-19 no sólo llegó a intensificar en Japón, sino que se esparce en todos los rincones del planeta.
Me identifico profundamente con el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la ansiedad y la soledad de los demás. Me gustaría asimilar esos sentimientos y expresarlos a través de mi método exclusivo. (La alienación) la provocan los humanos y es ineludible. Me gustaría conseguir que aprendiéramos a aceptarla con ayuda del humor, de la ironía, burlándonos de nosotros mismos, escribió en 1999 el artista, quien en vida nunca atestiguó el impacto que su obra causó sobre todo en los jóvenes que descubrieron su trabajo un año después de su muerte.
Pero no sólo fue un visionario respecto a la sociedad, sino también a sí mismo, o mejor dicho, al papel que el arte juega para aliviar pesares. Kuniichi Uno, en el catálogo de la exposición de Ishida, titulada Autorretrato de otro, que se presentó en Madrid y en Chicago en 2019, recupera otro comentario de los diarios del pintor: Me atrae el artista que es como un santo, los seres que pretenden salvar al mundo con cada pincelada y adivinar el grito de toda la humanidad en el morro de los borregos. Pero sólo soy un filisteo. (El catálogo se puede descargar de manera gratuita en la siguiente dirección de Internet: https://www.museoreinasofia.es/sites/ default/files/publicaciones/catalogosPDF/ tetsuya_ishida_espanol._imprenta_1.pdf)
En la inauguración de esa muestra, hace dos años, algunos críticos de arte lanzaron una reflexión a todas luces premonitoria: Japón es punta de lanza de diversos procesos sociales, como la desazón provocada por el capitalismo (acentuada por la pandemia que se vive) y que Ishida describió en toda su crudeza.
716 mil 768 personas han recibido ya las dos vacunas: Ssa
Al 21 de marzo de 2021 hay un millón 736 mil 159 personas recuperadas de Covid-19 y 198 mil 036 defunciones confirmadas.
Al 21 de marzo de 2021 hay un millón 736 mil 159 personas recuperadas de Covid-19 y 198 mil 036 defunciones confirmadas. Foto Presidencia
En las pasadas 24 horas se confirmaron 209 fallecimientos por Covid-19, con lo cual el registro nacional acumulado llegó a 198 mil 36 defunciones, informó esta tarde Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud (Ssa).
Durante la conferencia vespertina sobre la situación de la pandemia en el país, el funcionario indicó que los casos acumulados suman 2 millones 390 mil 95, de los cuales mil 797 se confirmaron en el último día.
También destacó que los casos activos ascienden a 35 mil 515, los cuales representan uno por ciento del total de personas que han tenido el padecimiento. En tanto que los recuperados son 1 millón 736 mil 159 personas.
En cuanto a la campaña nacional de vacunación, dijo que hasta ahora se ha completado 716 mil 768 esquemas de vacunación, esto es, personas que han recibido las dos dosis del biológico correspondiente.
Hoy se aplicaron 109 mil 387 dosis. Con lo que ya 1suman 5 millones 612 mil 291 dosis aplicadas del 24 de diciembre –que empezó la campaña— a la fecha.
De ese total, se han perdido 3 mil 493 dosis perdidas, que representa 0.06 por ciento del total, una cifra muy baja en comparación a que regularmente en otras vacunas la pérdida estimada es de entre 15 y 20 por ciento.
Cortés Alcalá aseveró que las más de 5 millones 600 mil vacunas aplicadas hasta ahora representan 69 por ciento de las 8 millones 160 mil 250 biológicos que México ha recibido.
Entre maestros la cifra de vacunados es de 17 mil 463 personas, de estos, 12 mil 429 ya tienen las dos dosis.
En tanto que entre adultos mayores, se han aplicado 4 millones 26 mil 943 con una dosis, y apenas tienen dos dosis 102 mil 618 personas mayores de 60 años.