lunes, 5 de septiembre de 2022

American curios.

Pan y rosas (otra vez)
David Brooks
▲ Trabajadores del Aeropuerto Internacional de San Francisco, en California, protestaron el viernes pasado afuera de la terminal aérea para denunciar la escasez de personal en vísperas del ajetreado fin de semana por el feriado del Día del Trabajo.Foto Afp
De repente el movimiento laboral estadunidense estalla con nueva vida alrededor del país, generando esperanza que después de una larga noche de más de cuatro décadas de neoliberalismo hay un nuevo amanecer de solidaridad y lucha de trabajadores, algo para por fin celebrar el Día del Trabajo este lunes (aquí no se festeja el primero de Mayo, a pesar de que nació en Chicago para dar la vuelta al mundo).
Entre lo primero que hicieron Reagan y Thatcher para inaugurar sus regímenes neoliberales fue declarar la guerra contra los sindicatos y dando luz verde a los patrones a reprimir o destruirlos. En los 50 uno de cada tres trabajadores estadunidenses estaban sindicalizados; hoy día son uno de cada 10 y, en el sector privado la tasa de sindicalización es de sólo 6.1 por ciento, en gran medida resultado de la ofensiva neoliberal y el desmantelamiento de los limitados derechos laborales en este país.
Con la reducción del poder de los sindicatos, el nivel de desigualdad económica se disparó a su nivel más alto en casi un siglo, hecho esencial para explicar la crisis política y social estadunidense. Hoy día, tres multimillonarios tienen más riqueza que la mitad de la población, 160 millones, y los salarios reales están igual o por debajo de su nivel de hace medio siglo.
Pero en los últimos meses hay señales de nueva vida para el movimiento laboral, mucho de lo cual es impulsado por jóvenes. Trabajadores en varias de las empresas más conocidas, y más antisindicales, se han organizado y agremiado por primera vez: van más de 225 tiendas de Starbucks con un total de 6 mil trabajadores que han formado sindicatos desde que la primera tienda en Buffalo lo hizo en diciembre de 2021; el primer mega almacén de Amazon con más de 8 mil empleados ganó una elección para formar el primer sindicato dentro del imperio del hombre más rico del mundo, Jeff Bezos; se lograron triunfos en elecciones por un sindicato en partes de Apple, en algunas cadenas de supermercados, trabajadores técnicos en el New York Times, enfermeras, trabajadores de museos, estudiantes de postgrado en universidades, y hasta entre trabajadores en la nueva industria de cannabis legal.
El número de sitios de empleo que han solicitado realizar elecciones para obtener un sindicato ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, se incrementó 58 por ciento en los primeros nueve meses de este año fiscal comparado con el mismo periodo el año pasado.
En 2022, los sindicatos han ganado 641 elecciones, el número más alto en 20 años, según reporta Bloomberg Law, representando a más de 43 mil trabajadores, el doble del año pasado.
Y también se registra un incremento de acciones laborales como huelgas y movilizaciones, desde mineros hasta miles de maestros, enfermeras y en tiendas de comida rápida: en lo que va del año se han registrado 256 huelgas y otras acciones laborales, un incremento de más de 76 por ciento comparado con el año anterior (https://striketracker.ilr.cornell.edu).
Vale señalar que bajo las leyes laborales muy limitadas de Estados Unidos, formar un sindicato no garantiza la negociación de un contrato colectivo. De hecho, la mayoría de los nuevos sindicatos no logran negociar un contrato durante su primer año y ante la nueva militancia, las empresas han despedido a organizadores, intimidado a sus empleados y hasta cerrado locales que se atrevieron a sindicalizarse.
Sin embargo, hay otro factor nuevo que ayudará en responder a las ofensivas antisindicales de la cúpula empresarial y gran parte de la política: el apoyo del público en general. La semana pasada, una encuesta de Gallup registró que un sorprendente 71 por ciento de estadunidenses aprueban/simpatizan con sindicatos, el nivel más alto desde 1965.
No se sabe si todo esto se sostendrá y con ello proclamar un renacimiento laboral, pero por ahora se escucha a lo largo del país esa antigua demanda de pan para todos, pero rosas también.
Bread and Roses (inspirada por la consigna de la gran huelga textilera de 1912 encabezada por mujeres). Judy Collins. https://open.spotify.com/track/1zBpuHWodpDufPON9nnxLY?si=ea791b99cac74d92
Paul Robeson. Joe Hill.
https://www.youtube.com/watch?v=n8Kxq9uFDes&t=103s
Dropkick Murphys. Workers Song. https://www.youtube.com/watch?v=Clj8htWcFho

Aplastante rechazo a la nueva Constitución en plebiscito chileno
Boric convoca a elaborar una nueva propuesta
Según conteo, cerca de 62% se opone a la Carta Magna; histórica participación de 82% del padrón
▲ Tristeza entre los partidarios del apruebo la nueva Constitución ayer en Santiago, tras conocerse la apabullante derrota en el plebiscito de ayer en Chile.Foto Ap
Aldo Anfossi
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada  Lunes 5 de septiembre de 2022, p. 23
Santiago. El rechazo a la propuesta de una nueva Constitución chilena derrotó de manera inapelable y categórica al apruebo, un desenlace que deja vigente el texto de 1980, herencia de la dictadura de Augusto Pinochet, y que siembra incertidumbres acerca de si continuará o no y cómo el proceso constitucional chileno, pese a las promesas de una gran mayoría de los sectores políticos, incluidos los de la derecha, que aseguran que así será.
Escrutado 95.87 por ciento de las mesas (casillas) receptoras de sufragios, el rechazo obtenía 61.92 por ciento de las preferencias para sumar 7.5 millones de votos, mientras el apruebo se quedó en 38.08 por ciento, con 4 millones 651 mil. En todas las regiones del país, incluso en aquellas históricamente favorables al progresismo, se impuso el rechazo, un resultado apabullante.
Es una elección histórica en cuanto a la tasa de participación: votó 82 por ciento del padrón electoral, 12.4 millones de personas de un total de 15 millones habilitadas para sufragar, un porcentaje jamás inigualado.
Se trata de un desenlace abrumador, pues ni en los peores pronósticos la opción de continuidad del actual escenario constitucional parecía tan sólida. En la noche santiaguina rápidamente estallaron las celebraciones de los ganadores, una franca contradicción con el paupérrimo acto de cierre de campaña que realizaron apenas el jueves pasado.
Las primeras señales de la derrota desastrosa llegaron temprano, con el escrutinio en la región de Magallanes, en el extremo austral del país, del cual es oriundo el presidente Gabriel Boric. Ahí, donde él se impuso hace apenas nueve meses con 61 por ciento de sufragios, este domingo el apruebo apenas obtenía 37.8 por ciento.
Menos de tres horas después de iniciado el recuento de los votos, a las 20:50 horas (local) y cuando ya todo estaba consumado, el presidente Boric compareció ante el país, reconociendo indirectamente el castigo que el resultado del plebiscito implica para su administración –por mandato constitucional está impedido de manifestar preferencias–, intentando rencauzar el proceso constitucional y también a su presidencia, drásticamente juzgada en el resultado, pues él se jugó a fondo en los últimos 60 días promoviendo de manera indirecta el apruebo, visitando decenas de territorios y de comunidades.
En un discurso de casi nueve minutos, estas fueron sus ideas centrales:
El mensaje del pueblo es que no quedó satisfecho con la propuesta de Constitución que la Convención le presentó a Chile y ha decidido rechazarla de manera clara en las urnas. Esta decisión exige a nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, más dialogo, más respeto y más cariño hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos y que nos una como país, dijo.
Como presidente de la república recojo con mucha humildad este mensaje y lo hago propio: es que hay que escuchar la voz del pueblo. No sólo este día, sino de todo lo acontecido en estos últimos años intensos que hemos vivido. No olvidemos por qué llegamos hasta aquí, ese malestar sigue latente y no podemos olvidarlo, afirmó.
Fue una alusión directa al estallido social del 18 de octubre de 2019 y meses siguientes, donde pareció que todo cambiaba para siempre.
Luego reinstaló la idea que hace semanas viene promoviendo, cual anticipo de lo que hoy sucedió: el proceso constitucional debe continuar, porque la Constitución pinochetista está socialmente caduca.
Debemos ser autocríticos respecto de lo obrado. Los chilenos y chilenas han exigido una nueva oportunidad para encontrarnos y debemos estar a la altura de este llamado. Me comprometo a poner todo de mi parte para construir en conjunto con el Congreso y la sociedad civil, un nuevo itinerario constituyente que nos entregue un texto que, reconociendo los aprendizajes del proceso, logre interpretar a una nueva mayoría ciudadana, declaró.
Luego anunció que este lunes se reunirá con los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado y con otras autoridades para avanzar lo más rápido posible en esta dirección y llevaremos una ronda de conversaciones para recoger la propuesta de los distintos sectores que se han comprometido para establecer un nuevo proceso constituyente.
Boric pidió a todas las fuerzas políticas acordar a la brevedad los plazos y bordes de un nuevo proceso constitucional, del cual el Congreso será protagonista, porque cualquier acuerdo al respecto deberá ser refrendado en una reforma constitucional para poder ejecutarlo; el gobierno no tiene capacidad por sí mismo para llevarlo adelante. El problema es que la derecha tiene mayoría en ambas cámaras, por tanto está en sus manos la capacidad de decisión.
Un voto de castigo
Mario Herrera, académico de la Universidad de Talca, explicó a La Jornada que el resultado del plebiscito tiene una correlación directa entre la aprobación a la gestión gubernamental de Boric y la aprobación a la Convención Constitucional que sesionó durante un año.
Parte de electorado tomó la elección como un voto de castigo a la gestión del presidente y hacia el trabajo que realizó la Convención, aseveró.
De hecho, en las comunas populares de Santiago, donde Boric en la segunda vuelta de la elección presidencial de diciembre pasado obtuvo un aplastante apoyo que le permitió ganar, ayer el apruebo logró un resultado muy inferior, apenas un empate con el rechazo, en lo que fue un desenlace determinante.
“Hubo hoy un voto de castigo que en diciembre estuvo dispuesto a apoyar a Boric y también de acuerdo en tener una nueva Constitución, pero que hoy se manifestó por el rechazo. Eso en gran medida lo que explica el resultado, la discusión no era sólo sobre el texto, sino sobre el gobierno y el desempeño de la Convención”, explicó.
También influyó la entrada de nuevos electores, alrededor de 4 millones que nunca jamás participaron de procesos electorales porque el voto era voluntario y esta vez se convirtió en obligatorio, de los cuales no había antecedentes acerca de sus preferencias.
Como consecuencia de todo lo anterior, se anuncia inminente e inevitable un cambio del gabinete, donde de acuerdo con los analistas los inevitables sacrificados serán al menos la ministra del Interior, Izkia Siches, y su par de la Presidencia, Giorgio Jackson. Todo lo cual podría dar paso a una reconfiguración de las alianzas gubernamentales.