miércoles, 7 de septiembre de 2022

Mantiene China aislamiento por covid, pese a sismo.

Ap y Afp  Periódico La Jornada
Miércoles 7 de septiembre de 2022, p. 13
Pekín. Las autoridades de la ciudad de Chengdu, suroeste de China, mantuvieron a sus 21 millones de habitantes bajo un estricto confinamiento por el covid-19, pese a un potente sismo que causó al menos 65 fallecidos y 16 desaparecidos en la periferia.
Los edificios de la ciudad y zonas del oeste del país se remecieron por el temblor, pero en la ciudad no se reportaron daños. El sismo afectó un área montañosa del condado de Luding, al borde de la Meseta Tibetana, a unos 200 kilómetros de Chengdu, donde se encuentran dos placas tectónicas.
Pese a que no se han registrado más que un puñado de positivos al coronavirus, el confinamiento de Chengdu es el más severo impuesto en el país desde el de Shanghái durante el verano, que desató protestas en las calles y en Internet.
China reportó ayer mil 499 nuevos casos de transmisión local, la mayoría asintomáticos. De ellos, 138 se registraron en Sichuan.
India aprobó ayer su primera vacuna nasal, sin aguja, contra el covid-19 para uso de emergencia, anunció el ministro indio de Salud.
El domingo, China aprobó la primera vacuna inhalable del mundo, administrada como refuerzo de emergencia. Fue fabricada por el grupo chino CanSino Biologics.
Esta etapa fortalecerá más nuestra lucha colectiva contra la pandemia, declaró en Twitter el ministro indio de Salud, Mansukh Mandaviya. Bharat Biotech efectuó sus ensayos en tercera fase en 14 lugares de India y comprobó que su seguridad era altamente comparable a la de otras vacunas, indicó la farmacéutica india en un comunicado. La vacuna fue aprobada por la autoridad de medicamentos para uso de emergencia, pero no se ha precisado cuándo estará a disposición del público.
El saldo de la pandemia hasta ahora es de 606 millones 76 mil 392 casos confirmados y 6 millones 505 mil 342 fallecimientos, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.

Encarar juntos la crisis alimentaria mundial
Jutta Urpilainen* y Harjit S. Sajjan**
Para millones de personas de todo el mundo que padecen inseguridad alimentaria, los últimos años han sido extraordinariamente difíciles, y el hambre y la desnutrición a escala mundial han alcanzado niveles nunca vistos. Los conflictos, el cambio climático y el covid-19 elevaron el número de personas que sufrían inseguridad alimentaria a 828 millones en 2021.
Esto ya era así antes de la invasión injustificable de Ucrania por Vladimir Putin, que ha provocado una enorme perturbación añadida en el sistema alimentario mundial. Su agresión ha causado una subida del precio de los alimentos, del combustible y de los fertilizantes, lo que ha acarreado la mayor crisis del coste de la vida del siglo XXI.
Si bien ayudamos a Ucrania y a su valiente pueblo frente a una agresión injustificable y no provocada, la Unión Europea y Canadá no darán la espalda a nuestros socios del sur global y a sus ciudadanos más vulnerables. Hemos intensificado desde el principio nuestra solidaridad y nuestras medidas para encarar la crisis alimentaria mundial, tratando al mismo tiempo de mejorar la seguridad y la autonomía alimentarias del sur global a largo plazo.
La propaganda controlada por el Estado ruso ha intentado sugerir que las sanciones contra Rusia son la causa de la creciente inseguridad alimentaria y nutricional. Nada más lejos de la realidad.
Al destruir las infraestructuras agrícolas y de transporte de Ucrania, al minar las tierras agrícolas y limitar radicalmente el comercio a través del mar Negro, Rusia ha puesto intencionadamente en peligro la vida de las personas más vulnerables del sur global y el comercio y la seguridad alimentaria internacionales. La campaña de hambre del presidente Putin se está librando contra el sur global y millones de vidas están en el aire.
Sabemos que muchos países dependen en gran medida de Rusia y Ucrania para sus productos básicos agrícolas. También entendemos que la inflación de los precios de los alimentos reduce el poder adquisitivo de los pobres, lo que agrava la pobreza y el hambre en todo el mundo.
Hacer frente a la situación actual exige forjar asociaciones más estrechas para encontrar soluciones a escala mundial. Canadá está colaborando con otros miembros del G-7 en pro de una respuesta global a través de la Alianza Mundial para la Seguridad Alimentaria. Canadá también ha sido un importante contribuyente al Programa Mundial de Agricultura y Seguridad Alimentaria, un fondo multilateral encaminado a sostener los esfuerzos de los países de renta baja por llevar a la práctica estrategias nacionales de agricultura y seguridad alimentaria.
La UE ha puesto en marcha la estrategia Global Gateway (Pasarela Mundial), que representa la oferta de Europa para la creación de vínculos sostenibles y asociaciones reforzadas basadas en valores comunes. La UE, sus estados miembros y Canadá siguen intensificando la ayuda de emergencia y su apoyo a las iniciativas dirigidas a impulsar la producción local de alimentos y crear sistemas alimentarios sostenibles y más resilientes.
Nos esforzamos por mantener los mercados abiertos y hacer llegar los cereales ucranios a los países que más los necesitan. Se calcula que la UE gastará 7 mil 700 millones de euros de aquí a 2024 en respuesta a la inseguridad alimentaria mundial, y las contribuciones de los distintos estados miembros se sumarán a ese importe. Además de los 824 millones de dólares concedidos en 2021 para programas de refuerzo de la seguridad alimentaria, Canadá anunció un aumento de 250 millones de dólares en apoyo de la seguridad alimentaria en África en la reunión de jefes de gobierno de la Commonwealth celebrada en Ruanda.
En vísperas de la reunión ministerial sobre desarrollo del G-20 que se celebrará en septiembre en Indonesia y en cuyo orden del día la seguridad alimentaria ocupa un lugar destacado, y de la COP 27 que se celebrará en noviembre, la UE y Canadá están firmemente comprometidas con acabar con el hambre y aportar seguridad alimentaria a las personas vulnerables de todo el mundo.
No obstante, sabemos que no podemos hacerlo solos. Como señaló el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, esta crisis exige que actuemos juntos, con urgencia y con solidaridad. Nos comprometemos a colaborar con nuestros socios de América, Asia, Oriente Próximo y África para sostener los esfuerzos por combatir el hambre y crear sistemas alimentarios más resilientes y preparados para resistir las perturbaciones externas como las provocadas por la invasión rusa de Ucrania, y también los efectos del cambio climático, tales como sequías, inundaciones, plagas y enfermedades.
* Comisaria Europea para Asociaciones Internacionales
**Ministro de Desarrollo Internacional y ministro responsable de la Agencia de Desarrollo Económico del Pacífico de Canadá