martes, 31 de enero de 2023

México SA

Lorenzo Córdova, en la histeria // Descuartizar, destazar y más// Nuevo pastel político, rancio
Carlos Fernández-Vega
▲ El consejero electoral Ciro Murayama y el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, durante un desayuno-conferencia con los medios, la semana pasada en la ex- hacienda de Tlalpan, en la Ciudad de México.Foto Cristina Rodríguez
Como los anteriores ya no les son útiles –de hecho nunca lo fueron, por mucho que los haya usado hasta la ignominia–, el nuevo juguete de Claudio Jr. y mafia que lo acompaña se llama plan B, la reforma electoral propuesta por el presidente López Obrador. Y la pandilla está feliz: es tal el gusto que le agarraron –pues ya no tienen otro a la mano–, que sus usuarios se manifiestan, duro que te dale, en forma verdaderamente histérica. Véase si no:
Dice el vocero en turno, Lorenzo Córdova, que el secretario de Gobernación ordenó descuartizar, destazar al Instituto Nacional Electoral … (el plan B) dinamita las elecciones… (en esta cruzada) todos los ciudadanos somos responsables de que este barco no quede a la deriva… daremos una batalla jurídica: todos los recursos legales que estén a nuestro alcance para detenerlo y defender la democracia… En caso de que se aplique esa reforma electoral, estaría en riesgo la realización de elecciones confiables y transparentes… No todos en México acompañan la transición a la democracia y hay quienes mantienen en su cabeza el germen autoritario que el país debe dejar atrás”.
Algo más: “esta reforma es una de constelación de inconstitucionalidades… No habrá una sola decisión inconstitucional de esta norma que no sea impugnada por el INE… La Suprema Corte de Justicia de la Nación deberá resolver todas las reformas en materia electoral antes del 2 de junio, para que no sean aplicables en 2024… El autoritarismo tiene prisa, así que seguramente se publicarán a principios de febrero… Dentro de los cauces legales debemos poner en la mesa a quienes tendrán que tomar la decisión final, a nuestras y nuestros jueces constitucionales todos los argumentos y elementos que creamos convenientes para que ellos cumplan esa tarea de control en la Constitución”, y así por el estilo. La madre de todas las batallas, pues.
Eso fue el domingo pasado durante la presentación de su libro, en coautoría con Ciro Murayama, La democracia no se toca, aunque días atrás el dúo dinámico aportó otra perla: la democracia no está en el ADN de la sociedad mexicana. Entonces, ¿qué democracia dice defender este par de joyas de la vida pública nacional si en realidad –según su versión– los habitantes de este país ni lejanamente la incluyen en sus haberes? Lo mejor del caso es que Córdova se presume como el árbitro electoral, y qué bueno que lo aclare, porque de otra forma algunos malpensados creerían que descaradamente tomó partido por lo que Claudio Jr. representa, junto a sus achichincles disfrazados de partidos políticos, siempre con la mano extendida.
Entre sus definiciones, el Diccionario de la lengua española describe la histeria como una enfermedad nerviosa, crónica, caracterizada por gran variedad de síntomas, principalmente funcionales, y a veces por ataques convulsivos. También, como un estado pasajero de excitación nerviosa producido a consecuencia de una situación anómala, como, por ejemplo, que en cuestión de dos meses Córdova se queda sin hueso dorado y, peor aún, sin presupuesto. Entonces, tal vez una tanda de válium combinado con tafil le eviten convulsiones, ansiedad y trastorno de pánico (aunque lamentablemente no le mantendrán el presupuesto dorado).
En vía de mientras, el presidente López Obrador se refirió a la histeria del árbitro. Dijo el mandatario: “es un servidor público, desde mi punto de vista, sin principios, sin ideales, un farsante. No es, por cierto, el más malo de todo ese grupo, hay otros peores. También demuestra que los grados (académicos), los títulos no son sinónimo de cultura, porque él está creo que en doctorado, y es un racista como muchos otros. Desde hace mucho tiempo el INE está tomado por el bloque conservador. Y nosotros ganamos a pesar de ellos. Entonces, ¿por qué están ahora de nuevo que ‘el INE no se toca’? Pues por cuestiones politiqueras, pero no es ni para preocuparse. El problema de México es la llamada clase política que está al servicio de una oligarquía rapaz muy corrupta. Todos estos son achichincles de los que se sentían dueños de México y defienden estos intereses”.
Las rebanadas del pastel
Demasiados adornos para un pastel político tan pobremente elaborado por Claudito y sus cocineros: Colectivo por México está hecho sólo con productos rancios, caducos, que en el pasado inmediato indigestaron a todo el país. Por cierto, bien haría el junior en proveer calculadoras a sus sirvientes, porque en eso de las sumas y restas de plano no dan una y, una vez más, los deja en ridículo.
cfvmexico_sa@hotmail.com

El espíritu de la colmena y los pueblos de México
Víctor M. Toledo
El enorme interés que despertó mi último ar­tículo sobre el Movimiento Kurdo (https://rb.gy/g70dal) y su posible papel inspirador para los movimientos emancipadores de Mesoamérica, me obligan a dedicar una nueva reflexión sobre el tema. La lectura de varios pensadores de vanguardia nos lleva a aceptar una verdad incómoda: que a lo largo de la historia ninguna revolución ha logrado una verdadera transformación, porque han sido revoluciones políticas no sociales, que han terminado mejorando o embelleciendo el papel del Estado como institución que mantiene la opresión de una minoría sobre el resto, mediante el perfeccionamiento de una estructura vertical, centralizadora y burocrática. Se ha creado una falsa ilusión reproducida, una y otra vez, por quienes han documentado esos eventos desde una perspectiva acomodaticia o complaciente. Los pensadores y teóricos de la emancipación han estado girando durante siglos con la misma idea sin cuestionarla. Lo que viene a comprobar la afirmación anterior, que parece temeraria, es sin duda la situación de crisis que vive hoy la humanidad o la especie humana, al borde de un colapso e incluso de su desaparición de la faz de la Tierra.
Es dentro del contexto de esta idea general, que se vuelve obligado preguntar:
¿Podrían los pueblos de México impulsar una democracia sin Estado? ¿No ha llegado ya la hora de multiplicar comunas, cooperativas y asambleas por territorios concretos en organizaciones de escala local, municipal y microrregional que luego se vayan ensamblando en confederaciones? Dicho de otra forma, ¿frente a los proyectos de muerte que expanden y multiplican los poderes fácticos (capital y Estado) se pueden implantar y multiplicar territorios de vida? La respuesta es afirmativa, y esto surge de la existencia a lo largo y ancho del territorio mexicano de experiencias que pueden operar ya como las semillas de ese proceso, que en el fondo lo que buscan es implantar, ejercer y desarrollar el poder social. Alcanzo a distinguir numerosas regiones donde esto es ya posible.
En Michoacán el movimiento de autogobiernos comunitarios y municipales avanza con rapidez en la región indígena (purépecha) de la meseta y la cuenca del lago de Pátzcuaro inspirados por las experiencias emancipadoras exitosas de Nuevo San Juan y de Cherán. El primer impulso en Chiapas debería surgir de los caracoles zapatistas para crear sinergias con las más de 100 cooperativas cafetaleras y sus organizaciones, con la misión jesuita que trabaja con 500 comunidades y con la Red de Pueblos Zoques (80). En Puebla existen al menos tres instancias generadoras: la Sierra Norte de Puebla, donde más de 250 comunidades de 35 municipios se encuentran en sinergia y han realizado 32 asambleas regionales; la zona de Tehuacán-Cuicatlán, donde el proyecto Agua para Siempre avanza desde hace tres décadas en 66 municipios; y el Parlamento Comunitario de los Derechos de la Naturaleza, que aglutina unos 80 procesos tanto rurales como urbanos, incluyendo una red de 24 radios comunitarias. En Oaxaca existe ya un proceso de varias décadas de defensa y organización comunitaria en la Sierra Norte, además de las largas batallas de resistencia en Los Chimalapas y en la región del istmo. En la península de Yucatán se antoja el ensamble de los ejidos forestales y chicleros de Quintana Roo con los miles de apicultores ya organizados contra la soya transgénica que contamina su miel, y las comunidades conservacionistas y de turismo alternativo cuya máxima expresión es la Reserva Biocultural del Puuc, iniciativa promovida por cinco municipios mayas (Muna, Santa Elena, Oxkutzcab, Ticul y Tekax) que manejan un territorio de 135 mil hectáreas. En Guerrero un proceso de depuración y legitimación de las diversas policías comunitarias representa un potencial emancipador de escalas comunitaria y municipal. La lista sigue: la Red en Defensa del Agua y la Vida de Querétaro, la red de las comunidades afectadas por la contaminación del río Lerma, e incluso el programa Sembrando Vida, que hoy alcanza 450 mil sembradores y sus familias organizados en más de 18 mil ­cooperativas.
La larga historia de la civilización mesoamericana, con el maíz como símbolo o emblema, más una revolución agraria y un gobierno progresista en la actualidad que abre oportunidades al poder social, hacen del país un escenario adecuado para ensayar una modalidad que se antoja muy esperanzadora. Es el espíritu de la colmena heredado no sólo de 300 mil años de evolución humana, sino de las lecciones que nos dejan las múltiples sociedades animales.