martes, 19 de noviembre de 2024

Trump declarará el estado de emergencia para deportar migrantes.

Revertirá la invasión de indocumentados con el ejército
El futuro presidente de EU efectuará expulsiones masivas con la ayuda de gobernadores
▲ Partidarios de Donald Trump celebraron un desfile de la victoria el domingo en Palm Beach, Florida. En la imagen, un asistente con el disfraz del personaje de comic Deadpool.Foto Ap
Jim Cason y David Brooks   Corresponsales
Periódico La Jornada  Martes 19 de noviembre de 2024, p. 21
Washington y Nueva York., El futuro presidente Donald Trump confirmó ayer que declarará un estado de emergencia a raíz de la crisis nacional detonada por la situación en la frontera con México, y empleará a las fuerzas armadas para realizar las deportaciones masivas de indocumentados que prometió durante su campaña.
Durante más de un año, Stephen Miller, asesor y arquitecto de las políticas antimigrantes de Trump, ha repetido que está desarrollando planes para solicitar que gobernadores republicanos en varios estados desplieguen tropas de la Guardia Nacional (las de cada entidad están comandadas por los gobernadores) con el fin de asistir en el esfuerzo para arrestar, establecer centros de detención y finalmente deportar a muchos de los 11 millones de inmigrantes irregulares que viven en el país. Miller fue recién nombrado por Trump subjefe del gabinete para políticas.
Ayer por la mañana Trump respondió es verdad a un comentario en redes sociales de Tom Fitton, presidente de la agrupación conservadora Judicial Watch, donde describió que el gobierno de Trump empleará recursos militares para revertir la invasión (migrante) de Biden por medio de un programa de deportaciones masivas. Fitton, cuyo grupo tuvo un papel clave en instalar a tres jueces ultraconservadores en la Suprema Corte durante el primer periodo de Trump, añadió que el magnate está preparado para declarar una emergencia nacional con el fin de facilitar este gran esfuerzo.
El republicano ha prometido iniciar las deportaciones el día uno, o poco después de que arranque su presidencia, el 20 de enero, pero hasta la fecha no ha ofrecido detalles sobre cómo obtendrá los fondos y el personal para un esfuerzo de estas dimensiones. Líderes de ambos partidos han usado las declaraciones de emergencia nacional en el pasado para canalizar fondos apropiados por el Congreso para un propósito y dedicarlos a otro.
El gobernador de Oklahoma comentó el viernes pasado que lanzará un proyecto piloto este mes para entregar a indocumentados encarcelados a las autoridades federales de inmigración, en preparación para el esfuerzos de deportación masiva. Queremos ser el primer estado que trabaja con el presidente Trump, informó el gobernador Kevin Stitt al Washington Examiner. “Ahora mismo, tenemos a más de 500 personas encarceladas en Oklahoma que han violado la ley, que son criminales, y también son ilegales. Nos encantaría sacarlos del estado de Oklahoma y del país”.
Medida inconstitucional, dice America’s Voice
Críticos subrayan que una declaración de emergencia y la movilización de fuerzas armadas para realizar una deportación masiva es algo ilegal. No hay ninguna ley que permita a un presidente declarar una emergencia y después usar a militares para hacer cualquier cosa, y menos aplicar la ley migratoria domésticamente, mencionó la agrupación de defensa de derechos migrantes America’s Voice. La Unión Estadunidense por las Libertades Civiles presentó ayer una demanda contra el gobierno de Joe Biden para obtener más detalles sobre cómo se ha deportado a inmigrantes sin papeles en estos últimos años con el propósito de preparar la lucha en los tribunales contra el plan de deportaciones masivas del próximo gobierno.
Desde la elección, líderes republicanos también han empezado a reconocer públicamente que la mano de obra migrante es urgentemente necesitada y quedarse sin ella dañaría seriamente a la economía nacional. Necesitamos visas de trabajo y alentar la inmigración legal, declaró ayer el presidente republicano de la Cámara baja, Mike Johnson, a CNN. Thomas Hornan, nombrado zar fronterizo en el próximo gobierno, ha dicho que las deportaciones masivas se iniciarán con indocumentados encarcelados o que hayan violado la ley. Trump comentó algo parecido en entrevista con la junta editorial del Wall Street Journal poco antes de la elección.
El líder de Judicial Watch Fitton, cuyo tuit fue el que usó Trump ayer para confirmar sus planes de deportaciones masivas, respondió a aquellos que argumentan que el presidente no puede declarar una emergencia nacional en el contexto migratorio. ¿Alguien discute que la invasión no es una emergencia nacional?, preguntó en el noticiero derechista Newsmax ayer.

En el gabinete del republicano pesan la lealtad, la recompensa y el negocio
▲ Matt Gaetz, nombrado secretario de Justicia en el próximo gabinete, con un invitado en la gala del America First Policy Institute celebrada en Mar-a-Lago, Florida, el pasado jueves.Foto Afp
Jim Cason y David Brooks   Corresponsales
Periódico La Jornada  Martes 19 de noviembre de 2024, p. 21
Washington y Nueva York., Donald Trump está seleccionando a su gabinete y jefes de agencias casi exclusivamente con base en la lealtad al próximo jefe supremo, y no por ser expertos o calificados, con lo cual buscará consolidar su poder personal para transformar partes claves del gobierno y también recompensar a los donantes ricos que invirtieron en su campaña (resulta que no fue sólo por apoyo, sino por negocio).
Aunque la falta de experiencia y hasta acusaciones contra algunos de los nombrados para encabezar el Departamento de Justicia y el Pentágono han provocado titulares, Trump y su equipo de transición ya trabajan para asegurar que el Senado ratifique a los nominados y, si no, que le permitan instalarlos sin aprobación legislativa a través de una maniobra parlamentaria.
En 2016, el triunfo de Trump fue una sorpresa para casi todos, incluyendo el propio magnate, e integrantes de su equipo han admitido que no estaban preparados para tomar el poder. Muchos de los secretarios y jefes del Departamento de Justicia y de las fuerzas armadas revelaron después de salir de su gobierno que habían desobedecido o desviado órdenes del mandatario por considerarlas peligrosas y anticonstitucionales.
Por ello, al nombrar a cómplices leales a su gabinete en formación, como el ex diputado Matt Gaetz, quien será secretario de Justicia, el comentarista de Fox News Pete Hegseth en la Defensa y la ex diputada Tulsi Gabbard, jefa de inteligencia –todos sin experiencia en esas secretarías–, Trump supone que serán leales sólo a él. De hecho, durante la campaña el próximo presidente prometió que realizaría una purga de lo que llama el gobierno permanente, que incluye a altos burócratas en los departamentos de Justicia, Defensa y las agencias de inteligencia, y hasta proceder penalmente contra algunos que se atrevieron a criticar o no cumplir sus órdenes durante su primer periodo.
Asesores de Trump han filtrado a medios que ya han preparado listas de funcionarios en Justicia –el mandatario ha amenazado abiertamente al fiscal especial Jack Smith, encargado de dos casos criminales contra el ex presidente–, Defensa e Inteligencia que podrían ser cesados en los primeros días de la nueva presidencia (algunos, como Smith, ya se están retirando).
Claramente desea el poder con el propósito de derrocar las prácticas establecidas de gobernar, explicó el ex senador republicano John Danforth al Wall Street Journal. Adam Jentleson, asesor demócrata en el Senado, agregó: es imposible observar lo que se pinta aquí y no ver un presidente con la intención de tomar un nivel de control sin precedente.
A la vez, Trump también está buscando asegurar no sólo el control total de su equipo y gabinete, sino también sobre el gasto federal. Por ejemplo, el Congreso aprobó una ley en 1974 requiriendo que el mandatario gaste fondos sobre las prioridades establecidas por la legislatura, pero como candidato, el republicano declaró que esa ley no es constitucional y que buscará anularla, algo que es posible, ya que el presidente electo tiene a la Suprema Corte alineada a él.
Detrás de esto no sólo está la consolidación de mayor poder ejecutivo, sino también razones empresariales. Cambiar esa ley será parte clave para la tarea otorgada por Trump a los multimillonarios Elon Musk y Vivek Ramaswamy de hacer más eficiente el gobierno. Musk ha propuesto reducir el presupuesto federal de 7 billones por 2 billones en dos años y reducir el número de agencias federales de más de 400 a 99. Recortes de esa magnitud enfrentarían amplia oposición de ambos partidos en el Congreso y los intereses que representan, y analistas dudan que algo tan ambicioso sea viable. Pero reducir las agencias federales podría resultar en miles de millones de dólares en nuevo negocio para el sector privado que se encargaría de esas tareas antes realizadas por el sector público.
Los donantes más grandes esperan rendimientos de sus inversiones, fue el titular del New York Times este fin de semana al citar una larga lista de millonarios que esperan ser beneficiados por el nuevo gobierno. La empresa privada de prisiones GEO Group, por ejemplo, comentó a ejecutivos de Wall Street que esperan que la deportación masivas de indocumentados llene decenas de miles de espacios en sus centros de detención.
Cumple a donantes millonarios
En abril, en una cena en su club Mar-a-Lago, en Florida, Trump fue explícito al comentar a sus invitados –ejecutivos de empresas petroleras– que si contribuían colectivamente con mil millones de dólares a su campaña, él se comprometería a revertir regulaciones ambientales impuestas por el gobierno de Joe Biden sobre ese sector, ampliar las exportaciones de gas líquido, congeladas en el gobierno actual, y poner fin al crédito fiscal para vehículos eléctricos. Trump ya ha empezado a cumplir al nombrar a Chris Wright, ejecutivo de una empresa de fracking como su próximo secretario de Energía y prometió que desde su primer día en la Casa Blanca anulará las regulaciones ambientales sobre el sector petrolero.
Ejecutivos en empresas de tecnología militar también contribuyeron con millones a la campaña de Trump, reportó el New York Times, y ahora esperan ser recompensados con contratos en torno al presupuesto militar de 850 mil millones de dólares que antes sólo se ofrecían a las empresas de defensa tradicionales. Por otro lado, inversionistas en criptomonedas irritados por actuales regulaciones a su sector también invirtieron en la campaña de Trump, quien al triunfar incrementó el precio de la criptomoneda más popular, bitcóin, en anticipación de lo que viene con el nuevo gobierno.
El mayor beneficiado por el triunfo de Trump –quien no ha sido nada discreto– podría ser el hombre más rico del planeta, Elon Musk. Una investigación del Times reveló que el año pasado, Musk gozaba de casi 100 contratos con un total de 17 diferentes agencias del gobierno federal por valor total de unos 3 mil millones de dólares.
Parte del mensaje central de la campaña de Trump fue denunciar que una clase corrupta de políticos y funcionarios tenían el control del gobierno y que él se encargaría de drenar el pantano de Washington. Es posible que Trump cumplirá en parte su promesa y sacará a funcionarios corruptos, pero todo indica que sólo los sustituirá con los suyos.

El G-20 llama a un alto el fuego en Gaza y Líbano
Respaldo a iniciativas para una paz justa en Ucrania
Pocos avances en la agenda climática // Xi Jinping convoca a crear una economía mundial basada en la cooperación
Afp, Ap, Xinhua, Sputnik y Reuters
Periódico La Jornada   Martes 19 de noviembre de 2024, p. 23
Río de Janeiro., Los líderes de los países del G-20, reunidos en Río de Janeiro acordaron ayer una declaración en la cual demandan un alto el fuego en Gaza y Líbano, a la vez que respaldan iniciativas para una paz justa y duradera en Ucrania, sin mencionar a Rusia, y asumen, en parte, una de las principales banderas de Brasil en la presidencia del grupo: la necesidad de que los más ricos del mundo paguen más impuestos.
Pese a que Brasil quería evitarlo, las guerras de Ucrania y Gaza marcaron los debates en el arranque de la cumbre, mientras el presidente chino, Xi Jinping, advirtió que el mundo entra en un periodo de grandes cambios.
El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dio inicio a la ceremonia de esta cumbre, que se realiza dos semanas después de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.
El presidente estadunidense saliente, Joe Biden, llamó a los líderes del G-20 a aumentar la presión sobre Hamas para un alto el fuego, al tiempo que pidió defender la integridad de Ucrania.
En la declaración final se establece que el G-20 apoya las iniciativas relevantes y constructivas para una paz amplia, justa y duradera en Ucrania, y añade que ésta debe estar en consonancia con los principios de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y promover relaciones amistosas y buenas entre países vecinos, señala el documento, sin mencionar a Rusia.
Añade el texto: estamos unidos en el apoyo a un alto el fuego completo en Gaza y en Líbano, que permita a los ciudadanos regresar con seguridad a sus hogares a ambos lados de la Línea Azul, que delimita la frontera entre territorio libanés e Israel.
El documento expresa preocupación por la catastrófica situación humanitaria en la franja de Gaza y la escalada en Líbano, enfatizamos la urgente necesidad de ampliar el flujo de asistencia humanitaria y reforzar la protección de los civiles.
Se aceptó la propuesta de Lula para gravar a los superricos y con esos recursos “enfrentar los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo.
Con pleno respeto a la soberanía fiscal, buscaremos cooperar para garantizar que las personas con un patrimonio neto ultralto paguen impuestos de manera efectiva, se asienta en la declaración.
Los líderes del G-20 concluyen que las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA), impactaron dramáticamente en la velocidad, la escala y el alcance de la desinformación no intencional e intencional y los discursos de odio, pero también reconocen el potencial de la misma para reducir las desigualdades y facilitar la información.
En los debates, Xi Jinping pidió mejorar la gobernanza económica global y construir una economía mundial caracterizada por la cooperación. Las instituciones financieras internacionales y los acreedores comerciales deben participar en la reducción y la suspensión de la deuda de los países en desarrollo, subrayó.
Lula insiste en reformar la ONU
En la sesión dedicada a discutir las reformas de los órganos multilaterales, Lula remarcó la necesidad de reformar la ONU. La omisión del Consejo de Seguridad ha sido en sí misma una amenaza a la paz y a la seguridad internacionales, el uso indiscriminado del veto vuelve al órgano rehén de los cinco miembros permanentes y citó los ejemplos de Ucrania o Gaza; de igual manera, expuso que intervenciones desastrosas subvirtieron el orden en Afganistán y en Libia y que la indiferencia relegó a Sudán y a Haití al olvido.
Lula presentó la Alianza Mundial contra el Hambre, un proyecto personal –más allá del G-20– cuyo objetivo es erradicar el hambre y la pobreza de aquí a 2030 y reducir las desigualdades. La iniciativa fue firmada por los 82 participantes, con la excepción de que Argentina se adhirió, pero disociándose de algunos puntos, tales como la mayor intervención estatal para luchar contra el hambre, pues aseguró que la solución está en correr al Estado del medio (sic) y liberar el mercado, aseguró el presidente Javier Milei.
El mandatario argentino firmó la declaración final pero también se disoció de varios puntos, entre ellos el referente a la regulación de redes sociales, con el argumento de que promueve la limitación de la libertad de expresión.
Milei y Lula mantienen un tensa relación; Milei le llamó ladrón y corrupto, mientras Lula señaló que su homólogo dice muchas tonterías. Al rencontrarse en Río de Janeiro apenas se miraron, fue un saludo que contrastó con los apretones de manos y abrazos con que el anfitrión recibió a los visitantes.
La cumbre logró pocos avances climáticos en su declaración final, pues evitó mencionar el compromiso que la comunidad internacional adoptó en la COP28 de salir progresivamente de la dependencia de las energías fósiles, a pesar del llamado del secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a que se hicieran concesiones con el fin de salvar al planeta.
Biden, el premier canadiense, Justin Trudeau, y su par italiana, Georgia Meloni, llegaron tarde y no salieron en la foto oficial.
El presidente paraguayo, Santiago Peña, fue ingresado al hospital Samaritano, luego de sentir dolores en el pecho durante la cumbre.