Eric Nepomuceno
27 de abril de 2025 00:03
Son días de tensa, muy tensa turbulencia en el país presidido por Lula da Silva, que avanza en la segunda mitad de su tercer mandato.
A empezar, desde luego, y a ejemplo de un sinfín de países, por el sacudón provocado por la noticia de la partida del papa Francisco, el lunes 21 de abril, terminando de esa manera su periodo como Sumo Pontífice iniciado en 2013.
El Papa jamás ocultó su simpatía por Dilma Rousseff y Lula da Silva. Los dos fueron sus interlocutores con relativa frecuencia.
El presidente brasileño estaba en Roma para la ceremonia de despedida del Sumo Pontífice cuando a las cuatro de la mañana, horario brasileño, del viernes 25 de abril era detenido el ex presidente Fernando Collor de Mello, un ultraderechista notorio por su participación en historias de corrupción. En seguida de su detención, fue despachado para una cárcel por determinación directa del juez Alexandre de Moraes, que integra el Superior Tribunal Federal, instancia máxima de la Justicia brasileña.
El motivo: desviación de presupuesto público destinado a obras para los bolsillos privados de él y un par de cómplices.
Además de la partida del Papa y la prisión de Collor de Mello, hay, por supuesto, una robusta pila de temas concentrando atenciones en Brasil.
Las dificultades cada vez más palpables de Lula de estructurar una alianza en la cual pueda efectivamente confiar, es uno de esos temas.
Buena muestra de esa dificultad: uno de los partidos aliados, y que ocupa tres ministerios, permitió que la apabullante mayoría de diputados votasen de manera favorable a un proyecto que será llevado al pleno del Congreso, cuya intención es prestar amnistía a los involucrados en el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023, cuyo objetivo era deponer a Lula que recién había asumido la presidencia para la cual había sido electo.
Entre los beneficiados estaría el desequilibrado ultraderechista Jair Bolsonaro, sobre quien pairan pesadísimas nubes indicando una prisión inevitable, cuyo plazo depende de lo que decida el Superior Tribunal Federal, instancia máxima de la Justicia en Brasil.
También en el Congreso permanece otra herencia de Bolsonaro, y que permite a los integrantes utilizar “enmiendas del presupuestos”, es decir, liberar dinero a sus seguidores sin pasar ni por el ministerio de Hacienda ni por la cúpula de la misma institución integrada por diputados y senadores. Son varios los que disponen de “enmiendas” que superan los mil millones de dólares.
Amnistía, gordos puñados de dinero distribuidos sin control alguno, o casi, partidos que ganan de regalo ministerios pero en el Congreso no son leales a Lula y al mismo gobierno que integran, ¿qué más falta para indicar el más que difícil cuadro vivido por Brasil?
En medio de ese tan virulento escenario, una noticia de mediados de abril corre el riesgo de pasar directo al olvido. Y es que el Ministerio Público Federal, que corresponde en Brasil a la instancia superior de investigación y denuncia, encontró, preservados, otros archivos de los tiempos de la dictadura que se impuso entre 1964 y 1985 en el país.
Una rápida pasada de ojos sobre la documentación ya muestra hasta qué punto hubo barbaridad sin control ni límite a lo largo de esos 21 años. Son pilas y pilas de documentos que reposan en el Instituto Médico Legal, cuyas instalaciones están cerradas desde 2009
Y es precisamente con la intención de proteger y rescatar esos documentos, que el Ministerio Público Federal pidió que sean declarados con urgencia patrimonio público
Vale recordar que de todos –absolutamente todos– los países latinoamericanos que enfrentaron dictaduras a lo largo de los últimos 60 o 70 años, Brasil ha sido el único –vale reiterar: el único– que no investigó los agentes del Estado que participaron en crímenes contra la Humanidad. No hubo punición a nadie.
De todas formas, la documentación ahora preservada podrá permitir al menos que se sepa, en especial los familiares, cómo fueron las torturas, las violaciones de hombres y mujeres, las prisiones clandestinas.
Se podrá ofrecer a un país especialmente amnésico, bien como a su pueblo igualmente olvidadizo, parte de esa memoria perdida, olvidada. Y que debería servir como recuerdo para que nunca más ocurra.
México no se va a endeudar, responde Sheinbaum al FMI
▲ La presidenta, Claudia Sheinbaum, y el gobernador Joaquín Díaz Mena en una de las estaciones del Tren Maya.Foto Presidencia
Emir Olivares Alonso Enviado
Periódico La Jornada Domingo 27 de abril de 2025, p. 13
Progreso, Yuc., La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo desestimó las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que hace unos días apuntó que la deuda pública de México crecerá y alcanzará el nivel más alto en los últimos seis años.
Al encabezar ayer el banderazo para el arranque de las obras del proyecto de carga del Tren Maya, la jefa del Ejecutivo subrayó que ese organismo financiero internacional no ha considerado que a México llegó la 4T y con ello se acabó la corrupción.
Hace unos días salió un reporte del Fondo Monetario Internacional y dicen que México se va a endeudar, esa es su visión. Pues es que no entendieron que en México llegó la Cuarta Transformación, que aquí se acabó la corrupción, se acabaron los privilegios y el recurso del pueblo se le regresa al pueblo de México.
Acompañada por funcionarios de su gobierno y por el gobernador del estado, Joaquín Díaz Mena, la mandataria remarcó que con los gobiernos de la transformación el modelo económico ha cambiado y hoy apoya a los más necesitados.
Hace unos días, el FMI afirmó que en el primer año del gobierno de Sheinbaum la deuda general del gobierno alcanzará una proporción de 60.7 puntos del PIB de México, que será el nivel más alto de los últimos seis años (https://t.ly/kJ9lV).
De acuerdo con el organismo global esta proporción de la deuda continuará por debajo del promedio que gestionarán los gobiernos de economías emergentes, equivalente a 73.6 por ciento del PIB.
La Presidenta de México insistió que los recursos públicos se regresan a la gente con el acceso a derechos como salud, educación y vivienda.
Uno de los principios de la 4T, que establece que por el bien de todos, primero los pobres, “ha permitido que México tenga una economía sólida.
Es el principio de la prosperidad compartida. Cambió el modelo. Antes se pensaba que dándole sólo a los de arriba, algún día iba a llegar abajo. Y ahora es todo lo contrario, se riega la economía desde abajo como una planta para que crezca, para que florezca.
Otra vez, David y Goliat
Foto tomada de X @PanamOficial Foto autor
Antonio Gershenson
27 de abril de 2025 00:02
Uno de los asuntos que aún ocupan los titulares de las principales fuentes de información es la crítica de la comunidad empresarial de derecha hacia la República Popular China y su forma de comerciar sus productos en todo el mundo. Acusan al gobierno de Xi Jinping de invasor industrial y de seguir un sistema económico socialista más agresivo que el capitalismo más voraz de cualquier época.
El tema lo ha traído a discusión en nuestro grupo de trabajo el compañero Mijaíl Blandino, desde su punto de vista filosófico. Es verdad, hemos sufrido décadas de invasión de todo tipo de mercancías, útiles e inútiles, prescindibles y no, aunque sí, algunas son de gran utilidad, como las que ayudan a mejorar la atención de la salud; pero la invasión de accesorios, alimentos, técnicas y muchas modalidades más, no comenzó en el siglo XXI. Hace más de 500 años hemos sido invadidos, infiltrados y mutilados científica y técnicamente, aunque, no nos dábamos cuenta o simulábamos indiferencia.
Quienes han promovido el método del libre mercado (depredador del desarrollo industrial de muchos países), ahora se sienten víctimas. China y México, entre otros países más, han sufrido la guerra de aranceles, de boicoteos con fines políticos y de dominio económico. Tratados comerciales han sido firmados, violados y utilizados como pretexto para seguir invadiendo. El auge industrial y comercial de China no lo va a detener una guerra arancelaria estúpida, como la que ha organizado la élite millonaria empresarial estadunidense, conjuntamente con la también millonaria élite política republicana y demócrata. Y nuevamente, como siempre, los Goliat neoliberales hacen alarde de su poderío, pese a los desastres mundiales que han ocasionado. Es ahora que, casualmente, se han dado cuenta de que los David han crecido, se han desarrollado y han cambiado de armas. No más hondas y piedras. Hoy cuentan con espectaculares armas y metodología dispersa por el mundo.
Es motivante el ejemplo de la empresa Panam (Producto Nacional Autentico Mexicano), ciento por ciento mexicana, que nunca se rindió frente a las voraces industrias estadunidenses Nike, Puma y Adidas. Como dice el investigador Yolo Camotes, autor del documental Panam y su lucha contra marcas internacionales, la familia Pérez y Melem sus fundadores, con más inteligencia, decisión y orgullo por su empresa, se enfrentaron a la aplastante campaña publicitaria proveniente de quienes quisieron desaparecer para siempre a la fábrica de tenis más famosa de México.
Durante la década de los 70 el crecimiento de la marca fue definitivo, era el calzado más utilizado entre la población estudiantil, desde primarias oficiales, incluso privadas; el uso de ese tipo de calzado era exigido por las autoridades como parte del uniforme de educación física y deporte y, por supuesto, este tipo de zapatos diferentes a lo tradicional, fueron utilizados por una población cada vez más amplia, debido a su duración y precio accesible.
Las marcas extranjeras mencionadas hicieron todo lo posible por desaparecer a Panam; no obstante, hoy es una marca fuerte, internacional y original con proyección mundial que, lejos de desaparecer, ha ganado terreno ante la poderosa Nike, ya que ésta plagió el logotipo de Panam y algunos de sus diseños. Finalmente, la ley dio la razón a la empresa mexicana. Hoy la empresa se ha consolidado; aumentó la producción y la distribución, e incluso abrió sus propias tiendas, en México y Estados Unidos.
Es fuente de trabajo para 450 mil obreros en el país y beneficia a empresas proveedoras de materia prima. Su producción anual llega a 3.2 millones de pares. Han vendido más de 7.2 millones en 45 países y continúan incrementando el mercado. Gracias a esta empresa, la industria nacional del calzado ocupa el noveno lugar en el mundo como productora y exportadora, después de China, India y Vietnam. Se puede decir que la marca es tendencia en el mundo, ya que las ediciones especiales son de colección. Panam es un orgullo nacional.
Es importante recordar que gran parte de las empresas extranjeras acabaron con un sinnúmero de marcas y pequeñas industrias mexicanas, no sólo del gremio del calzado, sino de otros productos. La competencia fue desleal siempre, pero no nos dábamos cuenta. La publicidad extranjera supo infiltrarse en cada hogar mexicano. Nos hicieron creer que “lo extranjero era lo mejor”. Se difundió el nefasto pensamiento de que lo hecho en México era de mala calidad, fuera de época y símbolo de atraso industrial. Así crecimos.
Desde Miguel de la Madrid, pasando por el más devastador privatizador en la historia del país, Carlos Salinas, y un largo etcétera, la industria mexicana, en general, ha estado en peligro de extinción. Quisieron desaparecer Pemex, la CFE y otras empresas, pero no pudieron ni podrán.
Otro ejemplo es la industria nuclear. ¿Quién dijo que no tenemos capacidad para construirla, dirigirla y desarrollarla en México? Si esta industria se detiene, el beneficio no llegará a la población y la oportunidad de disminuir del dióxido de carbono no se aprovechará en este rubro.
Los impulsores del libre comercio hoy lloran por la aplastante industria china y la acusan de invadir los mercados del orbe. Ahora dirigen sus amenazas y ataques a todo el mundo. La industria mexicana está en la mira también, pero el ejemplo de Panam nos alienta, como ya decíamos al inicio. Los mayores invasores han sido los capitalistas de siempre y sufren porque pierden cada día sus dominios.
(Colaboró Ruxi Mendieta.) antonio.gershenson@gmail.com
