Ap
16 de abril de 2025 11:43
Jerusalén. El ministro de Defensa israelí dice que las tropas permanecerán indefinidamente en “zonas de seguridad” en la franja de Gaza, Líbano y Siria, después de que Israel expandió unilateralmente sus fronteras en la guerra desatada por el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023.
Israel dice que necesita mantener estas zonas para prevenir ataques similares, pero las tomas parecen cumplir con la definición de ocupación militar, según el diccionario.
La adquisición de territorio por la fuerza es vista universalmente como una violación del derecho internacional, algo que los aliados occidentales de Israel han invocado repetidamente con respecto a la invasión de Rusia a Ucrania.
Israel, que ha capturado territorio durante guerras con sus vecinos árabes desde el establecimiento del país en 1948, dice que este es un caso especial. Durante décadas, los gobiernos israelíes han dicho que deben mantener tales tierras para la autodefensa, pero que las devolverían en acuerdos de paz, como cuando Israel devolvió la península del Sinaí a Egipto en los Acuerdos de Camp David.
Israel ha anexado formalmente Jerusalén Este, así como los Altos del Golán capturados a Siria. Ha ocupado Cisjordania, hogar de unos tres millones de palestinos, durante más de medio siglo y ha construido asentamientos allí que hoy albergan a más de 500 mil colonos judíos.
Israel retiró soldados y colonos de Gaza en 2005, pero impuso un bloqueo, junto con Egipto, después de que Hamas tomó el poder dos años después.
En un comunicado el miércoles, el ministro de Defensa, Israel Katz dijo que las tropas israelíes permanecerían en las llamadas zonas de seguridad en Gaza, Siria y Líbano “en cualquier situación temporal o permanente”.
Israel lanzó una ofensiva masiva después del ataque de 2023 y creó una amplia zona de amortiguamiento a lo largo de la frontera. Israel terminó su alto el fuego con Hamas el mes pasado y desde entonces ha expandido la zona de amortiguamiento, establecido corredores a través de la franja y rodeado la ciudad sureña de Rafah.
Israel ahora controla más del 50 por ciento de Gaza, según expertos. Katz no especificó a qué territorios se refería.
Se suponía que Israel se retiraría de Líbano bajo el alto el fuego que alcanzó con el grupo armado libanés Hezbollah en noviembre después de más de un año de combates. Pero las tropas han permanecido en cinco ubicaciones estratégicas en la frontera y siguen llevando a cabo ataques contra lo que Israel dice son objetivos de milicianos.
Cuando los rebeldes derrocaron al presidente sirio Bashar Assad en diciembre, las fuerzas israelíes avanzaron desde los Altos del Golán hacia el lado sirio de una zona de amortiguamiento establecida después de la guerra de 1973. Desde entonces, Israel ha expandido su zona de control a aldeas cercanas, provocando enfrentamientos con los residentes el mes pasado.
Israel también ha bombardeado repetidamente bases militares sirias y otros objetivos, y ha dicho que no permitirá que las fuerzas de seguridad sirias operen al sur de Damasco.
Líbano y Siria han condenado la toma de su territorio por parte de Israel como una violación flagrante de su soberanía y del derecho internacional. Pero las fuerzas armadas de ninguno de los dos países son capaces de defender sus fronteras contra Israel.
Hezbollah, que se estableció durante los primeros años de la ocupación israelí del sur de Líbano de 1982 a 2000, ha amenazado con renovar las hostilidades si Israel no completa su retirada, pero sus capacidades militares han sido severamente mermadas por la guerra y la caída de Assad, quien era un aliado.
Aunque parece poco probable que Hezbollah regrese a la guerra, una ocupación israelí en curso podría complicar los esfuerzos libaneses para negociar el desarme del grupo.
Los palestinos buscan un Estado independiente en Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza, territorios que Israel capturó en la guerra de Oriente Medio de 1967. Una solución de dos Estados es vista ampliamente a nivel internacional como la única forma de resolver el conflicto, pero las últimas conversaciones de paz serias se rompieron hace más de 15 años.
Hamas ha dicho que solo liberará a los 59 rehenes restantes retenidos en Gaza —24 de los cuales se cree que están vivos— a cambio de una retirada completa de Israel del territorio y un alto el fuego duradero. La promesa de Israel de permanecer en Gaza podría complicar aún más las lentas conversaciones sobre un nuevo alto el fuego.
Estados Unidos aún no ha comentado sobre las declaraciones de Katz.
Pero la administración Trump ha expresado su pleno apoyo a las acciones de Israel en Gaza, incluida su decisión de terminar el alto el fuego, renovar las operaciones militares con un bombardeo sorpresa que mató a cientos de personas, y sellar el territorio de todo alimento, combustible u otros suministros.
Durante su primer mandato, el presidente estadounidense Donald Trump brindó un apoyo sin precedentes a la adquisición de territorio por la fuerza por parte de Israel, a veces trastocando décadas de política exterior de Estados Unidos.
Con Trump, Estados Unidos se convirtió en el primer y hasta ahora único estado en reconocer la anexión de los Altos del Golán por parte de Israel. Trump también trasladó la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, apoyando las reclamaciones de Israel sobre toda la ciudad. Ambas políticas continuaron bajo la administración de Biden.
Trump ha propuesto que Estados Unidos tome posesión de Gaza después de la guerra y la desarrolle como un destino turístico. Ha pedido que la población palestina sea reasentada en otros países, un plan que ha sido rechazado por los palestinos y gran parte de la comunidad internacional.
El primer ministro Benjamin Netanyahu ha prometido implementar el plan después de que Hamas sea derrotado, diciendo que Israel apoya la “emigración voluntaria” de los palestinos de un territorio que controla en gran medida, gran parte del cual ha quedado inhabitable por su ofensiva.
Estima ONU 500 mil desplazados en Gaza desde el fin de la tregua
Tiendas de campaña que albergan a palestinos desplazados en el campus de la Universidad Islámica de la ciudad de Gaza, el 16 de abril de 2025. Foto Afp Foto autor
Sputnik
16 de abril de 2025 14:15
Gaza. Alrededor de 500 mil personas en la franja de Gaza fueron desplazadas tras la reanudación de los combates en el enclave palestino en marzo, informó Stephanie Tremblay, portavoz de la oficina del secretario general de la ONU."Nuestros socios humanitarios estiman que desde el 18 de marzo alrededor de 500 mil personas han sido nuevamente desplazadas o privadas de su vivienda", declaró Tremblay en una rueda de prensa.
La noche del 17 al 18 de marzo, el Ejército israelí reanudó los ataques contra la franja de Gaza. El primer ministro del país, Benjamín Netanyahu, aseguró que la decisión se debía a la negativa del movimiento palestino Hamas a aceptar el plan estadounidense de extender el alto el fuego y liberar a los rehenes.
Del 19 de enero al 1 de marzo en el enclave palestino rigió un alto el fuego en el marco del acuerdo entre Israel y Hamas sobre la liberación de rehenes israelíes a cambio de presos palestinos.
Al expirar oficialmente la tregua, las hostilidades seguían sin reanudarse por los intentos de los mediadores de involucrar a las partes en unas negociaciones continuas sobre un acuerdo en la franja de Gaza.
Sin embargo, Israel dejó de suministrar electricidad a la planta desalinizadora en Gaza y cerró el acceso a la entrada de camiones de ayuda humanitaria al enclave.
Hasta la fecha, Hamas aún retiene en la franja de Gaza a 59 rehenes, la mitad de los cuales oficialmente se dieron por muertos.
Maldivas prohíbe la entrada a personas con pasaporte israelí
El parlamento aprobó la enmienda el pasado lunes y el presidente la ratificó al día siguiente, comunicó la oficina presidencial. Foto redes sociales Foto autor
Ap, Europa Press, Reuters
16 de abril de 2025 21:53
El presidente de Maldivas, Mohamed Muizzu, modificó la ley de inmigración para prohibir la entrada al país a toda persona con pasaporte israelí y acusó a Israel de cometer genocidio contra los palestinos en Gaza.
"La ratificación refleja la firme postura del gobierno en respuesta a las continuas atrocidades y los actos de genocidio en curso cometidos por Israel contra el pueblo palestino", afirmó el comunicado.
El parlamento aprobó la enmienda el pasado lunes y el presidente la ratificó al día siguiente, comunicó la oficina presidencial. Esta medida fue anunciada el año pasado , pero no la formalizó hasta esta semana.
Mizzui reafirmó el compromiso de su gobierno con la soberanía palestina "Maldivas sigue abogando por la rendición de cuentas por las violaciones del Derecho Internacional y se mantiene firme en su condena de las acciones de Israel en diversas plataformas internacionales", añadió en el escrito.
Tras el anuncio, el gobierno de Israel negó rápidamente la acusación de genocidio, emitió una alerta de viaje a su población, recomendó no viajar a Maldivas e instó a los compatriotas a abandonar la isla asiática. A pesar de que no existían relaciones diplomáticas entre los países el gobierno maldivo permitía la entrada a ciudadanos israelíes.
Maldivas es un pequeño estado archipiélago ubicado al sur de India, conocido por ser un destino turístico de alto nivel. Es una nación de mayoría musulmana donde predicar y practicar otras religiones está prohibido legalmente. Según las últimas estadísticas de inmigración disponibles, 59 personas con pasaporte israelí entraron en el país en febrero.
Estudiar Estados Unidos
Una bandera de Estados Unidos ondea frente al Capitolio en Washington, D.C en imagen de archivo. Foto Afp Foto autor
Abraham Nuncio
17 de abril de 2025 00:02
Nos estudian, examinan, vigilan, dronean, espían. De ellos nosotros apenas sabemos lo que nos quieren informar sus medios corporativos y el polvo que de ellos recogen los de la misma laya que circulan en territorio nacional.
Entre centros, institutos, programas educativos, bancos de datos, organismos oficiales y civiles suman –si conté bien– 87 instituciones estadunidenses dedicadas al estudio y la investigación de los países de América Latina y el Caribe. Más de 30 de ellas se hallan insertas en estructuras universitarias.
Aparte debe contarse una miríada de think tanks (centros o tanques de pensamiento). Unos operan como oficinas gubernamentales (dependen del Departamento de Estado, de otras agencias, diversas secretarías y del Pentágono); son también organismos civiles (dependientes de individuos, partidos, universidades, empresas u organizaciones empresariales), que pueden ser de apoyo a las políticas y estrategias de Washington. Google Custom Research indica mil 200 centros y think tanks de investigación. En una lista restringida conté casi 320 de los más visibles. Sólo en los temas de economía y política Wikipedia enlista 150 y la Heritage Foundation alrededor de 130.
La temática de esos centros y think tanks es muy variada y no se limita a la realidad de Estados Unidos; es de hecho global. Muchos tienen que ver con defensa y seguridad nacional y con su reverso: estrategias para controlar y combatir donde se presente –sobre todo en su patio trasero, que no hemos dejado de serlo– aquello que milite contra sus intereses o de los intereses convergentes de sus trasnacionales. Desde vivienda, salud, educación y recursos naturales hasta las principales ramas económicas, el gobierno, la ciencias y la tecnología, así como problemas sociales, son algunos de sus temas que, por supuesto, implican aquí y allá a los países de América Latina y el Caribe.
Añádanse las agencias, oficinas, consejos, comisiones, donde se realizan numerosas investigaciones vinculadas a la gestión estatal, el control sociopolítico interno y externo del gobierno estadunidense y la defensa y la seguridad. Son cientos. El cine y ciertos hechos nos han familiarizado con la FBI, la CIA, la DEA: la punta del iceberg.
Buena cantidad de ese universo de lugares desde los cuales se hace investigación sobre nuestros países se halla en manos de la derecha (los famosos neocons o neoconservadores). De algunos hemos conocido sus programas e informes estratégicos que atentan contra el interés soberano de los países latinoamericanos y caribeños: el Instituto Santa Fe, el Instituto Baker de Políticas Públicas, Pro Pública, la Heritage Foundation, la Red Atlas y la Usaid (ya extinta).
Frente a esa enorme acumulación cognitiva sobre nuestras realidades, los gobiernos, las entidades educativas de nivel superior y los centros civiles de cada uno de los países que integramos la América al sur del río Bravo, o bien nada hacen o lo que hacen es insignificante acerca de lo que geopolíticamente representa Estados Unidos para el subcontinente. Como si lo que irradia todos los días y a cada hora hacia nosotros no tuviera la importancia que tiene.
De ahí que ante decisiones que afectan nuestro presente y futuro, como las que hoy se derivan del gobierno encabezado por Donald Trump, nuestras respuestas sean usualmente reactivas. Carecemos de estrategias de defensa territorial, soberana, de nuestros recursos naturales, de economía (sobre todo financiera y de inversiones), de objetivos y operaciones militares, de migración, tráfico criminal, expresiones culturales.
Por lo que hace a México, sólo en unas cuantas instituciones educativas se realizan estudios e investigaciones sobre Estados Unidos. Están el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (UNAM), y programas en torno al tema en El Colegio de México, El Colegio de la Frontera Norte, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad de Guadalajara, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma de Querétaro, la Universidad Autónoma de Yucatán, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Iberoamericana, la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo, la Universidad de Guanajuato, el Instituto Tecnológico Autónomo de México, la Universidad de las Américas. Y los estudios que desarrollan, a título individual o de grupo, los investigadores inscritos en el Conahcyt. Menos, en todo caso, que el número de instituciones y centros de estudios que existen en las principales universidades de Estados Unidos sobre México.
Algunos de esos programas están patrocinados por el Departamento de Estado y en colaboración con empresas mexicanas y extranjeras. Por ejemplo, el Fondo de Innovación 100K in the Americas, en coparticipación con la Fundación Jenkins, Coca-Cola en México y Sempra Energy. Su orientación ideológica, es claro, obedece a los intereses de Estados Unidos. Y lo que se requiere es de estudios e investigaciones sobre Estados Unidos con una visión estratégica desde América Latina y el Caribe. A esta región pertenece México, aunque a veces no se lo piense así. Justo como lo expresó la presidenta Claudia Sheinbaum en la reciente cumbre de la Celac.
Estudiar con esa visión a Estados Unidos. Y de igual manera, para entenderlo cabalmente, asumir ese necesario ejercicio respecto a los países de América Latina y el Caribe. Estudiar, pues, las Américas. Creo que es imperativo.