Aspecto de la marcha de anoche,desde el Sindicato Mexicano de Electricistas al edificio principal de Luz y Fuerza del CentroFoto María Luisa Severiano
Jaime Avilés
Periódico La Jornada. Domingo 18 de octubre de 2009, p. 6
En silencio, con veladoras en mano, bajo la llovizna de las 8 de la noche, una columna de casi 5 mil personas, formada por electricistas despedidos, sus esposas, hijos y parientes, partió de la sede de ese gremio sindical en Insurgentes Centro y Antonio Caso para dirigirse a Luz y Fuerza del Centro, en Marina Nacional.
Más que manifestación política de protesta, parecía una peregrinación o cortejo fúnebre. Las débiles llamitas de las veladoras, el sordo rumor de los zapatos al arrastrarse por el asfalto, las expresiones de tristeza, frustración y rabia en todos los rostros, confirmaban el carácter fúnebre del cortejo.
En la columna, que proseguía su camino silenciosamente, había familias enteras en las que dos o tres de sus integrantes eran trabajadores de base de Luz y Fuerza, y ahora estaban despedidos, es decir, que el decreto del 11 de octubre, en ciertos casos liquidó también los ingresos de todo un grupo familiar.
Poco después de las 9 de la noche, cuando la procesión llegó al edificio de Luz y Fuerza, cuya fachada permanece rodeada de vallas metálicas grises y azules soldados de la Policía Federal, las personas que iban al frente de la columna se distribuyeron a lo largo del muro de rejas que ahora los separa de su fuente de empleo y de sus expectativas de vida.
De quién sabe donde, los federales se apresuraron a reforzar a sus compañeros, y de ambos lados de la valla durante largos minutos hubo dos grupos humanos frente a frente en silencio.
Pero de repente, una garganta gritó: ¡Dame una ese!, y miles le respondieron: ¡Esee! ¡Dame una eme! ¡Eme! ¡Dame una e!, ¡Eee! ¿Qué dice? ¡Esmé, Esmé, Esmé!
Ese fue el inicio de un concierto de furia y de ingenio que repitió hasta el cansancio las siguientes consignas: ¡Señor Calderón, por qué no usó condón!, ¡Señora Hinojosa, por qué parió esa cosa!, ¡Felipe, ratero, devuélveme mi empleo!, ¡A tirar, a tirar, el decreto criminal!, ¡No quiero dinero, yo quiero mi trabajo!, ¡Si no hay solución, caerá Calderón! y, por supuesto, como estribillo intercalado al final de cada estrofa, retumbaba el clásico: Aquí se ve la fuerza del SME.
Del puente que pasa por encima de Marina Nacional colgaba una manta con los emblemas del SME y Luz y Fuerza y un rótulo en rojo: Resultados de la productividad de Calderón: 5 mil 500 policías y soldados muertos, igual número de familias desamparadas.
Veinte minutos después, las mujeres, los ancianos y los niños que habían quedado en la retaguardia de la procesión dieron media vuelta y se convirtieron en la vanguardia, al mismo tiempo que el gentío emprendía el regreso a la sede del SME, coreando y batiendo con las palmas de las manos el también clásico Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, que el pinche gobierno se tiene que morir. La manifestación se disolvió pacíficamente a las 10 de la noche.
Afectados, unos mil 100 estudiantes de la escuela técnica del sindicato
Se iban a graduar 600 durante este ciclo lectivo, afirma profesor
Israel Rodríguez
Periódico La Jornada. Domingo 18 de octubre de 2009, p. 3
Unos mil 100 alumnos de la escuela técnica del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) truncarán sus estudios debido al cierre de Luz y Fuerza del Centro (LFC). Además serán liquidados unos 50 profesores –la mayoría ingenieros en diversas disciplinas– que impartían clases en ese plantel, denunció Rodolfo Herrera Martínez.
El quejoso, quien es ingeniero electricista y en enero cumpliría 20 años de profesor en esa escuela, informó que unos 600 alumnos que iban a terminar su carrera técnica en este ciclo escolar ya no lo harán.
La institución educativa, fundada en 1926, impartía a hijos de electricistas y a los propios trabajadores de LFC carreras técnicas en computación, electricidad, electrónica y dibujo técnico.
También, carrera secretarial y clases de inglés, así como de educación para adultos a nivel secundaria y preparatoria, entre otras disciplinas.
Desde el lunes 12, después de que el sábado 10 fueron tomadas por asalto las instalaciones de LFC, las puertas del plantel permanecen cerradas, en perjuicio de unos mil 100 alumnos.
La institución –ubicada desde hace más de 40 años en Lisboa 46, entre Lucerna y Roma, colonia Juárez– tenía dos turnos: matutino y vespertino, e impartía cursos sabatinos.
Herrera expresó sus dudas de que los profesores sean beneficiarios de las liquidaciones ofrecidas por el gobierno, ya que fueron contratados por el SME, y ahora con la confusión existente no se les ha garantizado su finiquito.
Mencionó que se han entrevistado con Fernando Oliva, secretario de educación y propaganda del SME, quien les ha asegurado que recibirán su liquidación, pero primero tendrán que seguir el procedimiento correspondiente.
Agregó que el dirigente sindical les informó que en caso de que el gobierno no los hiciera beneficiarios de ese derecho, tendrían que esperar a que se obtengan los recursos, por ejemplo, con la venta del propio inmueble.
La capacitación en computación en esta escuela surgió en 1990, cuando el SME obtuvo 10 computadoras.
Un año más tarde, el director de Comisión Federal de Electricidad, Guillermo Guerrero Villalobos, otorgó otros 30 aparatos, y así nació la carrera técnica en computación en esa escuela.