Iván Restrepo
Comenzó agosto con un impopular aumento al precio de las gasolinas. Solamente lo defendieron los funcionarios y sus incondicionales en los medios, empeñados en hacernos creer que la economía es sólida y las medidas que toma el gobierno benefician a la población. Sostienen que dicho incremento no repercutirá en el costo de bienes y servicios ni acelerará la inflación. Tampoco que paguen 9 por ciento más cara la electricidad la industria, los servicios y los hogares que más la consumen. Muy diferente piensan la gente, los empresarios y analistas que perciben deterioro en la economía, menor crecimiento del producto interno bruto y una inflación muy por encima de la que mañosamente calcula el Banco de México.
En medio de tanto pesimismo, el gobierno y sus voceros mediáticos celebran que este año el sector automotriz muestre gran dinamismo. Subrayan que somos el maquilador por excelencia de vehículos de las empresas estadunidenses, por lo que esa actividad ocupa el primer lugar en ingreso de divisas. Le siguen las remesas de nuestros migrantes. También aplauden que la venta de coches nuevos alcance cifras récord, lo que demuestra que estamos en jauja. Pero se debe a las facilidades que las trasnacionales automotrices dan a la población con capacidad de endeudamiento para adquirirlos. Este aumento del parque vehicular causa severos problemas ambientales, económicos y en las finanzas públicas, pues importamos más gasolina, de mala calidad, y más cara por la devaluación del peso. De la demanda de gasolina, 54 por ciento se cubre con las importaciones procedentes de nuestro vecino y socio comercial.
Mientras, con más pena que gloria, terminó el tradicional Lunes del Cerro, la Guelaguetza, máxima fiesta oficial para cuyo lucimiento el gobierno de Oaxaca echó la casa por la ventana con invitados especiales y abundante publicidad. Casi a la par de esa fiesta se denuncia que más de mil 200 millones de pesos se esfumaron en dicha entidad. Eran de origen federal y estaban destinados a remplazar el obsoleto, insuficiente y contaminante transporte publico de la ciudad capital y su área conurbada; para mejorar la movilidad urbana y establecer un sistema integrado de transporte. Legisladores de varios partidos exigieron en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión que las instancias correspondientes investiguen en qué se gastaron esos recursos. Pero un manto de impunidad cubrirá a los responsables.
También Monterrey y su área conurbada carecen de un transporte moderno y cómodo. En cambio, florecen las fortunas de ciertos servidores públicos a la sombra del poder. Aquí criticamos recientemente las concesiones sin cuento que el anterior mandatario de Nuevo León, Rodrigo Medina, otorgó a la empresa coreana KIA a cambio de establecer una ensambladora de autos en dicha entidad. Quien lo sucedió en el cargo, Jaime Rodríguez El Bronco procedió a revisarlas como parte de su promesa de campaña electoral de acabar con la corrupción. En paralelo, logró acordar con la trasnacional automotriz apoyos menos onerosos para las finanzas públicas y los habitantes de la entidad. En esa revisión saltaron por doquier los negocios en que estarían involucrados Medina, sus más cercanos colaboradores y uno que otro familiar.
Uno de ellos es Rodolfo Gómez, quien fuera tesorero de su administración. Se le acusa de abuso indebido de funciones públicas, peculado y delitos patrimoniales. De participar activamente en el quebranto de las finanzas de la entidad por 3 mil 683 millones de pesos, al ofrecer incentivos y apoyos para la presencia de KIA en Nuevo León. La semana pasada, un juez ordenó que el ex mandatario Medina se presente a declarar en torno a esos delitos. Además, a un integrante del gabinete de Peña Nieto, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, se le señala por avalar los apoyos concedidos a KIA. Si la Operación Tornado, como se conoce a la investigación, no pierde fuerzas a fin de proteger grandes intereses económico-políticos, pronto sabremos más sobre las mañas utilizadas por importantes servidores públicos para enriquecerse en compañía de sus familias y sus más cercanos colaboradores. Como en Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua, Sonora...