El 26 enero de 1959, el general Lázaro Cárdenas llegó a Pekín, invitado por Mao Tse Tung. El mariscal Chan-Yi le había expresado al periodista portugués asentado en México, Antonio Rodríguez, colaborador de Siempre!: Le pido que transmita mis saludos y los del gobierno de la República Popular al general Lázaro Cárdenas. Dígale, por favor, que el presidente Mao le invita a visitar China.
México no tenía entonces relaciones diplomáticas con China (se formalizaron hasta 1972). Del lado mexicano, el vínculo entre ambos países se alimentaba, básicamente, de iniciativas de intelectuales, artistas, médicos y militantes de izquierda, en mucho coordinadas por la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular, fundada en 1953, apenas tres años después del triunfo de la revolución en la nación asiática.
A lo largo de los años, en la Sociedad participaron figuras tan prominentes como el filósofo Elí de Gortari, el escritor Fernando Benítez, el pintor Xavier Guerrero, la doctora Paula Gómez. El organismo funcionó en un primer momento –como ha recordado Jesús Vargas– en casa de Esther Chapa, comunista, feminista y sufragista.
El viaje del general estuvo precedido de visitas previas de intelectuales y periodistas que dieron a luz libros y reportajes narrando sus experiencias. Vicente Lombardo Toledano, el primer mexicano en peregrinar a la nueva Meca revolucionaria después del triunfo comunista, escribió Diario de un viaje a la China nueva, testimonio con indiscutibles méritos literarios sobre el nuevo coloso. Con una pluma privilegiada, Fernando Benítez publicó una obra excepcional: China a la vista. Según él, tres meses después de regresar a México seguía hablando sin cesar de lo que había visto. En septiembre de 1958, Elí de Gortari dio a conocer sus Estudios filosóficos de Mao Tse Tung, remarcando la importancia del revolucionario chino como filósofo. Años antes, había divulgado en Cuadernos Americanos sus vivencias sobre el terreno y estudios sobre esa nación.
Antes de recibir la invitación a Pekín, el ex mandatario había declarado públicamente que China tenía derecho a recuperar todo su territorio y expresado su rechazo a la bomba atómica. Nosotros le agradecemos mucho su apoyo –le dijo el mariscal Chan-Yi a Rodríguez, en referencia al michoacano–; el nombre de Lázaro Cárdenas es conocido de todos los chinos. Sus palabras adquieren una importancia particular, por ser pronunciadas por un antiguo presidente de la República Mexicana, que es actualmente general del Ejército.
El mexicano voló en compañía de su hijo Cuauhtémoc, Alejandro Carrillo Marcor y César Buenrostro. Recuerdo –señaló Buenrostro– que le dijeron a Lázaro Cárdenas que viajara como funcionario, lo rechazó y pagó de su bolsa sus gastos e incluso los míos. Los asiáticos realizaron un documental que da cuenta del cálido recibimiento de que fueron objeto los mexicanos (https://bit.ly/3q9SdzX).
El 4 de octubre de 1959, la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular y la Universidad Obrera de México efectuaron un acto de solidaridad hacia el pueblo chino, con motivo del décimo aniversario de la fundación de su República, e invitaron al general.
Cárdenas informó allí sobre su viaje: “Observamos y admiramos el extraordinario esfuerzo que esa nación está realizando para superarse y eliminar la miseria en que han vivido, durante siglos, sus grandes mayorías.
Es unánime la opinión acerca del progreso espectacular que se advierte en la China de nuestros días. Ello es el resultado de una profunda y larga Revolución, que tuvo su primera victoria en 1911 y que ha pasado por varias etapas. Se trata de un movimiento social, surgido de la entraña del pueblo chino, tan auténticamente suyo, como profundamente nuestra es la Revolución Mexicana. Quienes somos partidarios del derecho de autodeterminación de los pueblos, la aceptamos y la respetamos como tal. Añadió: Es innegable el derecho inalienable que el pueblo chino tiene a regir sus destinos nacionales, por sí mismo, ejerciendo su soberanía sobre todo su territorio, continental e insular.
Cuando, en 1963 se produjo la ruptura chino-soviética, el general le escribió a Mao y a Nikita Kruschev, y les advirtió que esas diferencias perjudicaban seriamente la unidad de los comunistas en el ámbito internacional, repercutiendo desfavorablemente entre las luchas por la liberación de los pueblos y por la paz mundial.
Como sucedió en muchos países, al calor del conflicto chino-soviético emergieron los primeros maoísmos mexicanos. Después de ser expulsados del Partido Comunista Mexicano en el Congreso 14, Camilo Chávez (https://bit.ly/3b0NA6U), Edelmiro Maldonado (https://bit.ly/3r0z8kI) y Samuel López, se propusieron, junto a Tereso González, reconstituir el partido en marzo de 1964, respaldando la línea china. Poco antes, en la Liga Leninista Espartaco, Francisco González y Enrique González Rojo (https://bit.ly/3q2PVCz) defendieron las posiciones de Pekín, en contra de José Revueltas, que se negó a debatirlas. Otros desprendimientos del PCM se inclinarían también por los maoísmos.
Años después, militantes del Partido Revolucionario del Proletariado Mexicano, dirigido por el ingeniero Javier Fuentes (https://bit.ly/2NKUZ1e), y del Movimiento Marxista Leninista Mexicano se trasladarían a China a recibir formación política y militar, y prepararse para organizar una revolución armada en México. Pero eso ya es otra historia.
Twitter: @lhan55
México SA
First Majestic: Calderón, padrino // Evasora, depredadora e invasora
Carlos Fernández-Vega
Las trasnacionales que operan en nuestro país, que gozaron de todo tipo de privilegios en los gobiernos neoliberales, a la primera provocación desenfundan el arma por ellas más utilizada a la hora en la que la autoridad nacional les exige cumplir con las leyes mexicanas: el chantaje. Tal es el caso del consorcio minero canadiense First Majestic Silver, que en su intento por evitar el pago de 11 mil millones de pesos en impuestos no pagados, amenaza con iniciar un arbitraje internacional, por mucho que las concesiones de las que goza dejan en claro que cualquier diferendo se dirimirá en tribunales mexicanos y bajo las leyes mexicanas.
La empresa anunció públicamente que ha presentado una solicitud de arbitraje al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI, un organismo del Banco Mundial que siempre falla a favor de la parte privada) bajo el amparo del Capítulo 11 del TLCAN y asegura que se ve obligada a recurrir a esa instancia por, según dice, la negativa del Servicio de Administración Tributaria (SAT) de llegar a un arreglo y a pesar de los repetidos intentos de alentar al gobierno de México a entablar negociaciones de buena fe para resolver la disputa.
Al menos desde mayo de 2020, cuando el SAT documentó la evasión y actuó en consecuencia, la trasnacional minera canadiense chantajea con recurrir al CIADI para evitar el pago de los impuestos que, por ley, le corresponden. El Servicio de Administración Tributaria ha sido puntual: se recuperarán alrededor de 11 mil millones de pesos por un adeudo fiscal de ese consorcio, por mantener artificialmente bajos los precios de la plata durante la última década. La empresa alega que firmó un acuerdo con el gobierno calderonista que le permitió dicha tropelía. Lo cierto es que adeuda y debe pagar.
Lo llamativo del caso es que lo que hoy la trasnacional canadiense presenta como novedad (la solicitud de arbitraje al CIADI) en realidad es un chantaje que repite desde mayo de 2020, cuando anunció lo mismo que hoy divulga, es decir, que comenzó el citado procedimiento, por lo que ahora corre un periodo de 90 días para poder llegar a un acuerdo, y acusa a la autoridad fiscal mexicana de mostrar un total desprecio por las disposiciones aplicables de tres tratados separados de doble imposición celebrados con Canadá, Barbados y Luxemburgo ( La Jornada, Braulio Carbajal).
Es bueno recordar que las concesiones mineras otorgadas por el gobierno mexicano a nacionales y extranjeros claramente establecen que en caso de desacuerdo o de abierto conflicto entre las partes, las diferencias se dirimirán aquí, y ello fue aceptado y firmado por la chantajista empresa canadiense.
Para no pagar los impuestos que le corresponden, First Majestic se ampara en un acuerdo de fijación de precios anticipado (para los años fiscales 2010-2014, el cual, considera, “sigue siendo válido) que firmó con el gobierno de Felipe Calderón, el mismo que entre otras gracias en 2009 a esa trasnacional canadiense otorgó 22 concesiones mineras (con una extensión cercana a 7 mil hectáreas, que cuentan con un decreto de área de reserva) en el territorio sagrado huichol de Wirikuta, lo que generó todo tipo de protestas y la permanente exigencia de cancelar dichas concesiones.
Pues bien, transcurridos 11 años, el problema se mantiene, por lo que el Consejo Regional Wixárika exige la protección y el reconocimiento efectivo de Wirikuta como patrimonio cultural y natural de la humanidad ante la Unesco; además, que se implementen de manera urgente programas y proyectos armónicos con el medio ambiente y no destructivos para los habitantes (ejidatarios mestizos) que son los guardianes de Wirikuta ( La Jornada, Juan Carlos García Partida).
Pero las concesiones a First Majestic en esa zona sagrada no sólo se mantuvieron, sino que se incrementaron (mediante sus filiales Real Bonanza y Real de Catorce), mientras las secretarías de Economía y de Medio Ambiente y Recursos Naturales no movieron un dedo.
Las rebanadas del pastel
Con la cara más dura que el concreto, los muy neoliberales cuan cínicos prianistas atracadores de la nación ahora pretenden acusar de lo mismo a los legisladores que rescatan la soberanía energética del país. ¿Cuántos de sus pingües negocios se irán a pique con la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica?
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