El grupo está integrado por Roberta Jacob-son, ex embajadora de su país en el nuestro y actual coordinadora del gobierno de Joe Biden para la frontera sur; Juan Hernández, director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, y Ricardo Zúñiga, enviado del Departamento de Estado para el Triángulo Norte centroamericano, compuesto por Guatemala, Honduras y El Salvador. Tras su estancia en México, el equipo viajará al primero de esos países.
De acuerdo con lo dicho por esos funcionarios, el propósito del viaje es abordar las causas de raíz de un flujo migratorio que no empieza ni acaba en la frontera sur de Estados Unidos y buscar la adopción de una estrategia conjunta de desarrollo en el sur de México y en las naciones del Triángulo Norte, que son los puntos de origen de la mayor parte de la migración. En tanto se logra ese objetivo, el propósito de la administración de Biden es cambiar el sistema migratorio, intencional y cruelmente debilitado en el cuatrienio de Donald Trump, quien pervirtió el legado estadunidense como lugar de asilo y refugio.
Es pertinente recordar que la idea de atajar los tránsitos masivos desde México y Centroamérica hacia Estados Unidos, por medio de la promoción del desarrollo con acciones y programas promovidos por nuestro país y por Washington, ha sido sostenida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, desde que era candidato e incluso antes.
Se trata de una propuesta radical que va mucho más allá de estrategias fronterizas, administrativas o humanitarias para regular o hacer menos insegura la migración; se trata, en cambio, de acabar con las causas que le dan origen: la pobreza, la inseguridad y la falta de perspectivas de vida en amplias regiones de nuestro país y de las naciones vecinas del sur. Como lo ha reiterado el propio titular del Ejecutivo, su objetivo es que nadie se vea obligado a dejar su lugar de residencia y a separarse de su familia y su entorno social por hambre o violencia.
Ha de apuntarse también que, al llegar a Palacio Nacional, el mandatario consiguió el respaldo verbal de Trump, pero éste no mostró, en los hechos, un compromiso real en su aplicación. Y aunque hasta ahora no se hayan registrado cambios con respecto al gobierno anterior en el duro e inhumano trato que las autoridades federales y estatales del país vecino reservan a quienes llegan a Estados Unidos en busca de trabajo o de refugio, el relevo en la Casa Blanca ha significado, por lo que puede verse, una mayor receptividad de ideas en materia migratoria, como lo prueba el discurso de los funcionarios que hoy inician su visita a México.
Cabe esperar, finalmente, que los cinco países involucrados en el fenómeno logren formular y poner en práctica estrategias de desarrollo capaces de arraigar en sus lugares de origen y residencia a cientos de miles o millones de personas, no sólo para evitarles los peligros y sufrimientos que conlleva su desplazamiento al norte, sino también para crear condiciones de vida más favorables, combatir el desempleo, dignificar las condiciones de trabajo, abatir la inseguridad y contener y erradicar la delincuencia organizada en su faceta de tráfico de personas.
Alud migratorio obliga a EU a buscar ayuda extra de México y Guatemala
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Centros de detención desbordados en EU. Foto cortesía congresista Henry Cuellar
Washington, 22 de marzo .- -Una delegación oficial el gobierno de Joe Biden viaja este lunes a México para abordar el tema de migración con el canciller Marcelo Ebrard y su equipo, informaron altos funcionarios estadunidenses.
La delegación que primero viajará a Mexico y después a Guatemala está conformada por Roberta Jacobson, la coordinadora para la frontera suroeste de la Casa Blanca y ex embajadora en México; Juan Hernández, director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional y el hoy nombrado como enviado especial del Departamento de Estado para el Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga.
El enfoque de la visita es continuar el diálogo constante con México, esta vez en persona, sobre el desarrollo de “un curso de acción efectivo y humanitario sobre migración”, informó una alta funcionaria a medios poco antes del viaje.
Los funcionarios estadunidenses reiteraron que el objetivo del gobierno de Biden es abordar las “causas de raíz” del fenómeno migratorio, “que no empieza ni acaba en la frontera sur de Estados Unidos”, y el cual se ha agudizado por la pandemia, los problemas económicos y los desastres naturales que han afectado a la región. En torno a esto, se dialogará con México sobre una “estrategia conjunta de desarrollo” en el sur de México y en el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), desde donde se está generando buena parte del flujo migratorio.
Una vez más, se subrayó que el presidente Biden desea “cambiar el sistema migratorio” y que el gobierno anterior “intencionalmente y cruelmente debilitó el sistema” migratorio, afirmó una alta funcionaria. Más aún, acusó que durante los últimos cuatro años, el gobierno previo “pervirtió el largo legado de Estados Unidos como lugar de asilo y refugio”, y enfatizó que esos daños tomarán un tiempo significativo para ser atendidos y superados, mientras se procede a un sistema de migración más ordenado y estable sin “ciclos de migración irregular”.
Ese objetivo, afirmaron los funcionarios, se logrará en coordinación y diálogo con contrapartes en México y Centroamérica para abordar esas “causas de raíz” de la migración a largo plazo, y esta gira de trabajo es parte de ese esfuerzo.
En un tono entre firme y desesperado de la Casa Blanca, confirmó ayer lo que durante semanas se venía gestando: una crisis fronteriza ante la avalancha de migrantes, particularmente menores de edad.
Sin tapujos, el Secretario de Seguridad Interna (DHS), Alejandro Mayorkas, se veía obligado a reforzar el mensaje de la administración Biden:
Nuestro mensaje ha sido claro: la frontera está cerrada. Alentamos a los niños a que no vengan. Ahora no es el momento de llegar. El viaje es peligroso”.
De forma casi simultánea, la Casa Blanca confirmaba el viaje urgente de una delegación de alto nivel a México y Guatemala. Los integrantes, Roberta Jacobson, coordinadora para la frontera sur, Juan González, integrante del Consejo de Seguridad Nacional de Biden y el enviado especial presidencial Ricardo Zúñiga para los países que confirman el Triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador), intentarán lidiar la crisis con la ayuda de sus vecinos del sur.
Como un predador que olisquea la sangre, el ex presidente, Donald Trump, declaraba ayer a la cadena FOX que Joe Biden ha hecho de “mis triunfos en materia migratoria un desastre nacional.
“Nunca debieron haber detenido la construcción del Muro fronterizo con México. Ahora son ellos los responsables de esta invasión y tragedia nacional”, señaló Trump.
Los esfuerzos por contener esta nueva marea arrancaban desde ayer, con la aparición de Alejandro Mayorkas en medios de comunicación:
“Estamos expulsando a familias, a los adultos que llegan solos, y hemos tomado la decisión de que no echaremos a los niños pequeños, vulnerables”, dijo, al defender la acogida de menores no acompañados que promueve la Casa Blanca como una medida concordante con los valores del país.
Pero resaltó que no implica una política de puertas abiertas que permita la entrada indiscriminada de migrantes a través de México.
“Lo que no vamos a hacer es expulsar a niños huérfanos al desierto”, declaró Mayorkas, en comentarios al programa Meet the Press, de la cadena NBC, los cuales repitió en otras tres cadenas, en medio de críticas del Partido Republicano a las intenciones aperturistas demostradas por el presidente de Estados Unidos.
El gobierno del demócrata Joe Biden se ha negado a calificar la situación de una crisis, en medio de una batalla retórica en los pasillos de Washington sobre cómo se le debe llamar a la circunstancia actual.
Profesionales del área de inmigración habían advertido que aumentaría drásticamente el número de migrantes que llegan a la frontera después de las elecciones de noviembre, cuando se corra la voz de que las políticas de Donald Trump, ampliamente consideradas crueles, serían revocadas.
Mayorkas visitó el viernes un centro de menores de El Paso, Texas, en la que estuvieron ausentes los dos senadores republicanos del estado, John Cornyn y Ted Cruz, ambos acérrimos partidarios del cierre de fronteras impuesto por la pasada administración de Trump.
Biden indicó que planea visitar la frontera con México en algún momento y que su gobierno trabaja para asegurarse de que los potenciales migrantes soliciten asilo desde sus países de origen.
Consultado sobre qué más podría hacerse para convencer a las familias migrantes de que no crucen la frontera, el mandatario dijo a periodistas: Mucho más, estamos en proceso de hacerlo ahora, como asegurar que podamos restablecer lo que teníamos antes, que puedan quedarse en un lugar y realizar su solicitud desde sus países de origen.
Estados Unidos ha registrado un importante aumento de las llegadas durante febrero, entre ellas 18 mil 945 miembros de familias, un aumento de 168 por ciento respecto del mes anterior, según datos del Pew Research Center.
En el mismo mes anterior , más de 9 mil 600 menores sin acompañar entraron en la frontera, cifra tres veces mayor a la del año pasado.
El portal de noticias Axios informó el sábado que la administración de Biden concedió contratos por valor de 86 millones de dólares para la acogida en hoteles de mil 200 personas y el diario Washington Post avanzó que las autoridades fronterizas estadunidenses están planteando transportar a algunos de los menores a estados de la frontera con Canadá.
No abandonaremos nuestros principios
Los centros de menores no son lugar para un niño. No abandonaremos nuestros valores y nuestros principios, no haremos de lado las necesidades de los niños vulnerables, dijo Mayorkas al programa State of the Union, de la cadena CNN.
Luego, en una entrevista con la conservadora Fox News, Mayorkas apuntó que esta práctica no va a sustituir en modo alguno a la necesidad de configurar un sistema de inmigración seguro y ordenado. Se necesita tiempo porque Trump desmanteló todo el sistema, añadió.
El servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos mantiene retenidos a más de 5 mil migrantes menores no acompañados, informó este fin de semana CNN. A éstos habría que sumar los casi 10 mil 500 que se encuentran en alojamientos del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Entre los detenidos hay más de 600 menores que llevan retenidos más de 10 días, lo que estaría provocando el desbordamiento del organismo, afectado ya por la pandemia del coronavirus.
Trump desmanteló por completo el sistema de asilo
La administración de Biden acusó a Trump de desmantelar completamente el sistema de asilo y de eliminar las vías legales existentes para que los niños en situación de vulnerabilidad pudiesen llegar a Estados Unidos.
También le atribuyó el recorte de ayuda a países centroamericanos y recordó que la región se vio afectada a finales de 2020 por dos potentes huracanes. Ante esta situación, Washington prevé que el número de migrantes que intentan llegar desde México va camino de alcanzar niveles inéditos en las últimas dos décadas.
Con material de agencias