En una semana de ataques han muerto 61 niños //Daños a la Media Luna Roja y la red hospitalaria en Gaza // Merkel, solidaria con Netanyahu
▲ Niños palestinos rescatan juguetes de su casa en la torre Al Jawhara, en la ciudad de Gaza, devastada en un ataque aéreo israelí.Foto Afp
Afp, Ap, Reuters y Europa Press
Periódico La Jornada Martes 18 de mayo de 2021, p. 21
Gaza. Las calles de Gaza estaban desiertas ayer después de una nueva serie de bombardeos nocturnos del ejército israelí que destruyeron 15 kilómetros de túneles milicianos y las viviendas de nueve supuestos comandantes de Hamas, según reporte del mando militar israelí, tras una semana que dejó más de 220 muertos.
El premier palestino, Mohamad Shtayé, reclamó a la comunidad internacional que actúe para detener la agresión de Israel, en una jornada en la que fue derribado el edificio de cinco pisos donde se encontraba el Ministerio de Asuntos Religiosos, espacio que, de acuerdo con Israel, albergaba el principal centro de operaciones de las fuerzas de seguridad interna del movimiento islamita.
La Media Luna Roja catarí afirmó que sus oficinas en la ciudad de Gaza resultaron dañadas, y el Ministerio de Salud indicó que sus locales fueron alcanzados por los misiles.
El único laboratorio que realizaba pruebas de Covid-19 en la franja de Gaza dejó de operar, después de que la clínica que lo albergaba fue atacada.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud, resaltó que la protección de las infraestructuras médicas y del personal de salud es un imperativo en cualquier circunstancia, y añadió: es esencial que las normas humanitarias internacionales sean totalmente respetadas.
El ejército israelí indicó que atacó nueve viviendas de altos mandos de Hamas, algunas de las cuales eran utilizadas para almacenar armas, y un navío sospechoso.
La Yihad Islámica, segundo grupo armado palestino en la franja de Gaza, reconoció que Hosam Abu Harbid, uno de sus comandantes, murió en un ataque.
Nunca había visto bombardeos de este calibre, aseguró Mad Abed Rabbo, de 39 años, quien vive en el oeste de la ciudad de Gaza y dijo sentir horror y miedo.
Al menos 212 palestinos han muerto en una semana de bombardeos sobre Gaza, incluidos 61 niños y 36 mujeres, y más de mil 400 personas han resultado heridas, según cifras del Ministerio de Salud.
Al menos 10 personas, entre ellas un niño de cinco años, han fallecido y 294 han resultado heridas por los ataques con misiles lanzados desde áreas civiles de Gaza hacia áreas civiles en Israel.
Un boquete en uno de los pisos de un edificio de concreto de varios niveles mostraba el impacto de los bombardeos que ahí cobraron cinco vidas.
Sin agua, cientos de casas
El alcalde de la ciudad de Gaza, Yahya Sarraj, informó que los ataques han causado daños a las carreteras e infraestructura, además de que el suministro de agua para cientos de viviendas fue interrumpido.
Naciones Unidas advirtió que la única central eléctrica en el territorio corre el riesgo de quedarse sin combustible. Gaza de antemano sufría apagones diarios de entre ocho a 12 horas, y el agua de la llave no es potable.
El Programa Mundial de Alimentos anunció una ayuda de urgencia para más de 51 mil personas en la franja de Gaza, asolada por la pobreza y el desempleo.
Desde el 10 de mayo, cuando comenzó esta espiral de violencia, unos 40 mil palestinos han abandonado sus hogares, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de Naciones Unidas.
Los israelíes, especialmente los del sur del país que viven con continuas alertas de cohetes, fueron llamados por el premier Benjamin Netanyahu a limitar sus actividades al aire libre.
Los grupos armados palestinos, entre ellos Hamas y Yihad Islámica, han disparado más de 3 mil 150 proyectiles contra Israel desde que empezaron las hostilidades.
Se trata del mayor ritmo de lanzamientos jamás registrado contra territorio israelí, precisó el ejército, según el cual gran parte fueron interceptados por su escudo antimisiles Cúpula de Hierro.
El ejército israelí, que sostiene que los objetivos de sus bombardeos son oficinas y equipos de Hamas, así como algunos comandantes y túneles, acusa al movimiento islamita de usar a los civiles de escudos.
Las fuerzas israelíes respondieron con unos 22 tiros hacia Líbano luego de que seis proyectiles fueron disparados desde ahí hacia el norte de Israel, pero no llegaron a cruzar la frontera.
No hubo reportes de víctimas o daños y el bombardeo no parecía marcar la apertura de un nuevo frente en los combates de Israel con los militantes de la franja de Gaza.
En Beirut, una fuente militar libanesa indicó a la agencia de noticias Afp que “tres cohetes tipo Grad fueron disparados desde el sector de las granjas de Shebaa”, zona disputada entre ambos países, que están técnicamente en guerra.
Cohetes desde Líbano
Es la segunda vez que se lanzan cohetes de Líbano a Israel desde que empezaron los enfrentamientos entre el ejército israelí y el movimiento palestino Hamas, que gobierna Gaza desde 2007.
El Hezbolá libanés no reivindicó esos ataques ni los efectuados el 13 de mayo, también desde el sur de Líbano. Los cohetes cayeron en el mar.
La Organización de Estados Americanos catalogó a Hamas de organización terrorista y denunció el uso de escudos humanos. La agresión de dicho grupo es ilimitada y siempre procura víctimas civiles, persigue escalar dinámicas de conflictos y acciones armadas, así como sembrar el terror sobre población inocente, sea israelí o palestina, sostuvo el organismo.
La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, expresó ayer su solidaridad con Israel durante una conversación telefónica con Netanyahu, y pidió que los enfrentamientos cesen lo más rápido posible. La Unión Europea descartó sanciones para resolver el conflicto.
Francia, España, Rusia, China y Egipto llamaron a poner fin a las hostilidades.
La guerra comenzó el 10 de mayo, cuando Hamas disparó misiles de largo alcance contra Jerusalén después de semanas de enfrentamientos en la ciudad sagrada entre manifestantes palestinos y policías israelíes. Las protestas se centraban en las agresivas intervenciones policiales en un disputado lugar de culto durante el mes sagrado del ramadán y en la amenaza de desalojo de docenas de familias palestinas a instancias de colonos judíos.
En relación al conflicto palestino-israelí
Cuauhtémoc Cárdenas
En un mundo que anhela paz y fraternidad, estalla de nuevo la violencia entre el Estado de Israel y el pueblo palestino. Los violentos ataques del ejército israelí, dirigidos supuestamente contra las milicias palestinas Hamas y Yihad Islámica, han recibido como respuesta el lanzamiento por parte de Hamas de más de 3 mil cohetes, con graves efectos destructivos en la ciudad de Jerusalén y más de dos centenares de víctimas letales –niños, mujeres y hombres– entre la población civil.
Infructuosas han sido hasta ahora las gestiones de mediación de Egipto, Qatar y la ONU. Ha sido de pasmo la actitud del Consejo de Seguridad de la ONU al haber evitado hasta ahora pronunciarse en torno al conflicto.
El gobierno mexicano, por su parte, ha expresado, por medio de su representante ante la ONU, su consternación por la agudización del conflicto, su condena al uso desproporcionado de fuerza por Israel y al lanzamiento de cohetes por Hamas, además ha exhortado al Consejo de Seguridad para que formalmente se pronuncie en relación con el conflicto armado palestino-israelí.
Urge, ante todo, tomar medidas para la protección efectiva de la población civil. Urge que las naciones que forman la ONU reconozcan a Palestina como Estado nacional y lo incorporen a la Organización como miembro con derechos plenos.
El Estado Palestino, a julio de 2019, ha sido reconocido diplomáticamente por 139 de los 193 miembros de la ONU, entre ellos 26 de nuestro continente. Penosamente nuestro país, desde 1988, ningún paso ha dado en este sentido.
Urge ya que el gobierno mexicano reconozca al Estado Palestino.
Asimismo, es preciso y urgente que quienes buscan la paz en el mundo presionen al gobierno de Estados Unidos, al presidente Biden, que mantiene indecisión ante el conflicto actual, y exigirle que deje de brindar apoyos abiertos y subrepticios al gobierno de Israel, demandándole el cese de las hostilidades armadas y de cualquier otro tipo en apoyo a las acciones y pretensiones hegemónicas de Israel en la región.