Adrián de la Garza Santos, candidato priísta de la coalición PRI-PRD a la gubernatura de Nuevo León, es un síntoma agudo de la derecha neoliberal que sentó sus reales desde el salinato. Como este personaje, hay legiones por todos los rumbos del país. De la Garza fue a visitar a Luis Almagro, secretario general de la OEA, para involucrarlo en la próxima elección de México, y acusar al presidente López Obrador de inmiscuirse en ese mismo proceso. Hoy no vengo por el tema de la elección en Nuevo León, creo que es más grande nuestro interés que es la democracia de México. Lo que está pasando en México es grave para todos nosotros, atenta contra muchas luchas que tuvimos que pasar para tener elecciones limpias, elecciones certeras y que dan democracia a nuestro país. Es la ilustrada opinión de De la Garza.
Almagro lo recibió, se tomó la foto y ofreció apoyo: son la misma calaña. La lista del intervencionismo faccioso de Almagro, apoyado por Estados Unidos (EU) y sus lacayos latinoamericanos, es interminable. En enero de 2020 se reunió con Sebastián Piñera, presidente de Chile, y celebró la represión de Piñera contra masivas manifestaciones sociales, impulsadas desde el 18 de octubre de 2019, que forzaron el proceso de reforma constitucional en Chile. Ha defendido usted con eficiencia el orden público, le dijo a Piñera. Las circunstancias que se debieron enfrentar se enfrentaron de la mejor manera, en el marco del estado de derecho, aplicando el derecho y haciendo trabajar a la justicia en lo que debía trabajar, pero también aportando las soluciones políticas. Como si esas soluciones no las hubiera originado la lucha sostenida de los chilenos en medio de la represión. El respaldo de Almagro a Piñera llegó en el momento en que el presidente chileno registraba niveles históricos de rechazo popular, entre cinco y 10 por ciento de aceptación.
Almagro estuvo involucrado en el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia. Y todos lo oímos respaldar al titerillo Juan Guaidó. La embajadora de México ante la OEA, Luz Elena Baños Rivas, dijo a Almagro, cuando fue relegido con el apoyo de EU: usted es muestra del triunfo de la conducción parcial de la OEA, de un secretario general que actúa como otro Estado miembro y no como un facilitador. Un secretario general que no cree en la relección e hizo todo lo posible por relegirse usando nuestros recursos para lograrlo. Muy lamentable su relección, señor secretario general.
Esa es la democracia que defiende Almagro. Ese es, claramente, el padrino que le viene bien a Adrián de la Garza.Quien lea el programa del regiomontano se enterará de que su asunto son los bussines, no una sociedad democrática, de la que no tiene ni la más mínima idea. ¿Alguien sabe algo acerca de la participación de De la Garza en luchas democráticas que tuvimos que pasar?
La democracia es un proyecto incumplido con dos siglos y medio de existencia. En los hechos: ¿existe la soberanía del pueblo? ¿Hay en alguna parte un gobierno del pueblo? ¿Existe el gobierno para el pueblo? ¿Hay en un algún lado un gobierno con el pueblo? La democracia aún debe ser construida. La democracia es una promesa histórica que no le hace falta al capital, en lo absoluto, y no es extraño que el neoliberalismo haya procurado hundirla porque, tomada en serio, le resulta amenazante. De lo que habla el capital no es de democracia, sino de una idea cicatera de la libertad, que entiende como libertad de los individuos y de los mercados en pareja indisoluble, es decir, consumidores y ganancias monetarias. Imaginar un sociedad en la que pueda darse respuesta afirmativa a las interrogantes arriba señaladas, es una sociedad de la que el capital no quiere saber nada. Bajo el neoliberalismo la democracia es una mentira total que apuesta a reducirla a su mínima expresión, como contar votos corrompidos comprados con tarjetas de promesa de pago.
Las sociedades de nuestros días se hallan trincadas por el orden neoliberal que profundizó su dominio mediante el empobrecimiento de los más y les hizo creer que su estado subhumano es responsabilidad de ellos mismos, no un atraco del capital. El programa de la izquierda tiene que ser un camino de emancipación para sacudirse esa situación brutal y esa mentira escandalosa. El pueblo no va a encontrar ese camino en el triunvirato PAN-PRI-PRD, su coalición en Va por México y su patrón Claudio X. González, sencillamente porque fueron los eficaces colaboradores, todos a una, en la creación del orden neoliberal de México y sus bárbaras consecuencias sobre las mayorías hiperexplotadas.
Es preciso seguir un camino de creación institucional donde se anuden los planos de los intereses individuales con los comunitarios y los sociales, para establecer políticas de Estado que puedan zafarse al máximo posible de las decisiones que hoy se toman corporativa e internacionalmente, dejando espacio sólo a los socios de la globalización neoliberal. De la Garza es un peón en esas decisiones.
México SA
Tarjetas de crédito: usura bancaria// Un millón rescindidas// ¿Crisis?: 135 mil mdp en utilidades
Carlos Fernández-Vega
Según información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), hasta marzo pasado más de un millón de tarjetas de crédito han sido canceladas por los usuarios de la banca, esto justo a un año del inicio de la pandemia de Covid-19 ( La Jornada, Julio Gutiérrez) y las instituciones financieras con más cancelaciones fueron cuatro de las mayores que operan en el país (tres trasnacionales –Santander, Citibanamex y HSBC– y una mexicana –Banorte–).
Podría decirse que lo anterior es resultado de la pandémica crisis económica, sí, pero sobre todo de la voracidad de los bancos, del agiotismo disfrazado de servicios financieros, pues otorgan tarjetas de crédito que cobran tasas de interés (la información es de la Condusef) hasta de 106.2 por ciento anual (más impuesto al valor agregado, IVA) cuando la inflación anualizada (marzo de 2020 a igual mes de 2021) que reporta el Inegi es de 4.67 por ciento.
Así, esas tasas de interés que cargan a su clientela llegan a ser hasta 23 veces mayores (más IVA) a la inflación, lo que es un verdadero asalto en despoblado, y lo peor del caso es que esos niveles de usura se registran entre los tarjetahabientes de menores ingresos (3 mil 500 pesos mensuales) que recurren al plástico para hacer la compra diaria de alimentos.
La información publicada ayer por La Jornada indica que otros bancos (entre ellos BBVA, Azteca, Banregio y del Bajío) ganaron tarjetahabientes, lo que llama la atención, pues el otrora Bancomer (hoy propiedad de la trasnacional española BBVA) es uno de los que mayor tasa de interés carga a su clientela (103.6 por ciento para quienes comprueben ingresos mensuales mínimos de 6 mil pesos; además, el titular debe pagar una anualidad de 699 pesos; sin embargo, quienes comprueben ingresos de 50 mil pesos la tasa de interés es de 45 por ciento, es decir, 10 veces la inflación, más IVA).
En Banregio, la tasa de interés es 66 por ciento (más IVA) para quienes comprueben ingresos de 10 mil pesos al mes, y en el del Bajío 76.4 por ciento, con ingresos de 7 mil pesos. Según la Condusef, el plástico más oneroso del mercado nacional (lo que ya es decir, pues todos cobran intereses de agio) es la de Inbursa (súper tarjeta de crédito de Bodega Aurrerá), con una tasa de 106.2 por ciento (más IVA). Ahora, si el cliente de Carlos Slim comprueba ingresos mayores a 50 mil pesos, entonces la tasa de interés baja a 30 por ciento (más IVA). Azteca no tiene registrada la tasa de interés que aplica.
BBVA –antes Bancomer– ocupa la segun-da posición en este esquema de agio institucionalizado, pues sus distintas tarjetas de crédito aplican tasas de interés de 91.8 a 103.6 por ciento (más IVA) para clientes con ingresos mensuales comprobables de entre 6 mil y 12 mil pesos.
Además de pagar intereses descomunales, los tarjetahabientes deben cubrir una anualidad por el plástico, la cual va de 5 mil 693 (HSBC, tarjeta Premier World Elite Master Card, otorgada a los clientes con ingresos superiores a 80 mil pesos mensuales) a 348 pesos (Inbursa clásica, con ingresos comprobables por 5 mil pesos). Otros ejemplos son Scotiabank, 2 mil 350 pesos, y Afirme, 4 mil 500.
Entonces, en el año de la pandemia resulta casi milagroso que sólo un millón de tarjetahabientes decidieran cancelar sus plásticos, en el entendido de que lo hicieron los de menores ingresos, pues al final de cuentas son los que pagan exorbitantes intereses por su uso. En cambio, los de mayores recursos pagan mucho menos, aunque siempre muy por arriba de la inflación (hasta cinco veces más). De acuerdo con la Condusef, la tarjeta de crédito más barata del mercado sería la Elite, de Banca Mifel, para aquellos con 70 mil pesos de ingresos mensuales, con una tasa de interés (más IVA) de 23.3 por ciento (cinco tantos la inflación), más el pago de 3 mil 500 pesos por anualidad.
Las rebanadas del pastel
Pero bueno, con todo y sus lágrimas de cocodrilo, la banca que opera en México no se puede quejar: en 2020 acumuló utilidades netas por 135 mil millones de pesos y en el primer trimestre de 2021, 35 mil millones. Para no ir más lejos, en lo que va del presente siglo se ha embolsado (limpios de polvo y paja) un billón 700 mil millones de pesos, y contando.
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