David Brooks
▲ Sin mencionar la participación de Washington en el golpe a Salvador Allende en 1973, en Chile, el secretario de Estado Antony Blinken (en imagen de hace unos días) emitió una declaración el pasado día 27 para marcar el bicentenario de las relaciones entre Estados Unidos y el país sudamericano.
Foto Afp
La semana pasada el gobierno de Joe Biden emitió declaraciones festejando el bicentenario de relaciones con Chile y Argentina, todo hecho con excelente retórica y un gran talento diplomático que mientras proclamaba que todo era para bien de todos, logró omitir el apoyo de Washington para golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras cosas desagradables en la larga historia entre Washington y América Latina.
¿Será que los encargados de la política exterior no recuerdan, o es porque la amnesia selectiva es necesaria para las artes diplomáticas?
El secretario de Estado, Antony Blinken, emitió una declaración el 27 de enero para marcar el bicentenario de las relaciones entre Estados Unidos y Chile, afirmando que “valoro el compromiso de Chile a nuestras metas de promover la democracia y el imperio de la ley, salvaguardando y protegiendo los derechos humanos, promover la inclusión social y la igualdad…”
¿De verdad se le olvidó a Washington el primer 11-S, el de 1973 en Chile? Cuando ganó Salvador Allende en 1970, Washington contempló dos propuestas para promover el cambio de régimen: una era, como la resumió el propio Nixon, hacer que la economía gritara a través de sanciones, desinformación y sabotaje. La otra, preferida por el entonces asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger, era preparar un golpe de Estado, lo cual se logró en 1973 y que llevó a la muerte de por lo menos unos 3 mil y la huida de miles más.
No sé por qué necesitamos mantenernos quietos y observar a un país volverse comunista solo por la irresponsabilidad de su propio pueblo, declaró Kissinger el 27 de junio de 1970 ante lo que se llamaba el Comité Cuarenta, el grupo de operaciones clandestinas que encabezaba, al justificar la campaña de intervención que se ordenó para evitar la elección de Allende ese año y tres años después su derrocamiento.
La amenaza, según Kissinger, era que “el ejemplo de un gobierno marxista electo exitoso en Chile seguramente tendría un impacto sobre… otras partes del mundo” incluida Europa. (Para documentos oficiales desclasificados sobre el golpe y después: https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB437/).
En septiembre de este año se marcara el 50 aniversario del golpe en Chile. ¿El gobierno de Biden se atreverá a reconocer el papel de Washington?
El mismo día que festejó el bicentenario de relaciones con Chile, Blinken también declaró que se marcaban 200 años de relaciones diplomáticas y amistad con Argentina y expresó su agradecimiento por la asociación cálida y productiva que nuestros dos países han compartido a lo largo de los últimos dos siglos. Resaltó que desde 1823 a hoy día la relación se ha marcado por nuestro compromiso compartido a la democracia, el imperio de ley, derechos laborales y derechos humanos.
Más de dos años después del golpe en Chile, a partir de 1976, Kissinger, ya para entonces secretario de Estado, dio luz verde a la represión en Argentina bajo el gobierno militar golpista del general Videla, quien acabaría asesinando, torturando y secuestrando a más de 30 mil personas en la guerra sucia. Documentos oficiales desclasificados comprueban la aprobación por Washington de la guerra sucia. (https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB133/index.htm).
En 2016, en el 40 aniversario del golpe en Argentina, el presidente Barack Obama fue a Buenos Aires, prometió entregar documentos oficiales desclasificados sobre la guerra sucia, y lamentó el fracaso de Washington de reconocer la represión y violación de derechos humanos. Estados Unidos, dijo, tiene que examinar sus propias políticas también, y su propio pasado. Hemos sido lentos en declararnos por los derechos humanos, como fue el caso aquí.
Aún estamos esperando.
Mientras tanto, esta amnesia conveniente deja impune a los responsables de políticas que tanto han minado la democracia y los derechos humanos en el pasado, y aún peor (aparentemente la falta de memoria condena a más de lo mismo) que siguen aplicando hoy día contra otros regímenes que desean cambiar (aparentemente la falta de memoria condena a más de lo mismo).
En memoria de David Crosby: https://www.youtube.com/watch?v=kVUwrifwKrI
La semana pasada el gobierno de Joe Biden emitió declaraciones festejando el bicentenario de relaciones con Chile y Argentina, todo hecho con excelente retórica y un gran talento diplomático que mientras proclamaba que todo era para bien de todos, logró omitir el apoyo de Washington para golpes de Estado, tortura, desapariciones y otras cosas desagradables en la larga historia entre Washington y América Latina.
¿Será que los encargados de la política exterior no recuerdan, o es porque la amnesia selectiva es necesaria para las artes diplomáticas?
El secretario de Estado, Antony Blinken, emitió una declaración el 27 de enero para marcar el bicentenario de las relaciones entre Estados Unidos y Chile, afirmando que “valoro el compromiso de Chile a nuestras metas de promover la democracia y el imperio de la ley, salvaguardando y protegiendo los derechos humanos, promover la inclusión social y la igualdad…”
¿De verdad se le olvidó a Washington el primer 11-S, el de 1973 en Chile? Cuando ganó Salvador Allende en 1970, Washington contempló dos propuestas para promover el cambio de régimen: una era, como la resumió el propio Nixon, hacer que la economía gritara a través de sanciones, desinformación y sabotaje. La otra, preferida por el entonces asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger, era preparar un golpe de Estado, lo cual se logró en 1973 y que llevó a la muerte de por lo menos unos 3 mil y la huida de miles más.
No sé por qué necesitamos mantenernos quietos y observar a un país volverse comunista solo por la irresponsabilidad de su propio pueblo, declaró Kissinger el 27 de junio de 1970 ante lo que se llamaba el Comité Cuarenta, el grupo de operaciones clandestinas que encabezaba, al justificar la campaña de intervención que se ordenó para evitar la elección de Allende ese año y tres años después su derrocamiento.
La amenaza, según Kissinger, era que “el ejemplo de un gobierno marxista electo exitoso en Chile seguramente tendría un impacto sobre… otras partes del mundo” incluida Europa. (Para documentos oficiales desclasificados sobre el golpe y después: https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB437/).
En septiembre de este año se marcara el 50 aniversario del golpe en Chile. ¿El gobierno de Biden se atreverá a reconocer el papel de Washington?
El mismo día que festejó el bicentenario de relaciones con Chile, Blinken también declaró que se marcaban 200 años de relaciones diplomáticas y amistad con Argentina y expresó su agradecimiento por la asociación cálida y productiva que nuestros dos países han compartido a lo largo de los últimos dos siglos. Resaltó que desde 1823 a hoy día la relación se ha marcado por nuestro compromiso compartido a la democracia, el imperio de ley, derechos laborales y derechos humanos.
Más de dos años después del golpe en Chile, a partir de 1976, Kissinger, ya para entonces secretario de Estado, dio luz verde a la represión en Argentina bajo el gobierno militar golpista del general Videla, quien acabaría asesinando, torturando y secuestrando a más de 30 mil personas en la guerra sucia. Documentos oficiales desclasificados comprueban la aprobación por Washington de la guerra sucia. (https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB133/index.htm).
En 2016, en el 40 aniversario del golpe en Argentina, el presidente Barack Obama fue a Buenos Aires, prometió entregar documentos oficiales desclasificados sobre la guerra sucia, y lamentó el fracaso de Washington de reconocer la represión y violación de derechos humanos. Estados Unidos, dijo, tiene que examinar sus propias políticas también, y su propio pasado. Hemos sido lentos en declararnos por los derechos humanos, como fue el caso aquí.
Aún estamos esperando.
Mientras tanto, esta amnesia conveniente deja impune a los responsables de políticas que tanto han minado la democracia y los derechos humanos en el pasado, y aún peor (aparentemente la falta de memoria condena a más de lo mismo) que siguen aplicando hoy día contra otros regímenes que desean cambiar (aparentemente la falta de memoria condena a más de lo mismo).
En memoria de David Crosby: https://www.youtube.com/watch?v=kVUwrifwKrI
Rusia acusa a Ucrania de crímenes de guerra, al bombardear hospitales en Lugansk y Jersón
▲ Lyubov Surzhan, de 66 años, ex directora adjunta de la estación de trenes de Lyman, visita su apartamento destruido, luego de abandonar el sótano donde vive con otras dos mujeres, en la ciudad de Lyman, región de Donietsk, en Ucrania.Foto Afp
Europa Press, Sputnik, Afp y Reuters
Periódico La Jornada Lunes 30 de enero de 2023, p. 24
Moscú. Rusia acusó ayer al ejército ucranio de crímenes de guerra al bombardear con un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes Himars, suministrado por Estados Unidos, dos hospitales en Lugansk y Jersón, y acusó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), tanto por la indiferencia exhibida ante tales ataques, como por proporcionar información de Inteligencia para la ejecución de los mismos, lo que convierte a los países de la alianza atlántica, a juicio de Moscú, en participantes directos en el conflicto.
Los bombardeos deliberados contra instalaciones médicas civiles, así como el asesinato intencional de civiles son graves crímenes de guerra del régimen de Kiev y de sus titiriteros occidentales, indicó el Ministerio de Exteriores de Rusia en un comunicado.
Al menos 14 personas fallecieron y otras 34 resultaron lesionadas anteayer, durante un ataque aéreo ucranio sobre un hospital de Novoaidar, en la zona bajo control de Moscú de la región oriental de Lugansk, en el que se utilizó un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes Himars suministrado por Estados Unidos.
Un segundo ataque ocurrió an-tier en la ciudad de Nova Kajovja, en la región de Jersón, a la orilla derecha del río Dniéper bajo control ruso, donde impactaron 17 cohetes, un tercio de los cuales en el territorio de un hospital local, sin que hasta ahora se tenga constancia de víctimas.
La indiferencia de Estados Unidos y otros países de la alianza atlántica ante este pisoteo monstruoso del derecho internacional humanitario por parte de Kiev confirma una vez más su implicación directa en el conflicto y en los crímenes que se están cometiendo, añadió el Ministerio.
Kiev asesina a civiles con armas de Occidente
Asimismo, la entidad diplomática rusa agregó que los países occidentales ignoran las acciones de Kiev, que mata a civiles con armas estadunidenses, británicas, francesas y alemanas.
Las autoridades ucranias no se pronunciaron sobre estas acusaciones, pero sí denunciaron numerosos ataques contra Jersón ciudad, la capital de la región homónima, que habrían dejado varios fallecidos y alcanzado un hospital.
La administración ucrania de la ciudad informó que el primer bombardeo comenzó la pasada medianoche y alcanzó una empresa de servicios públicos.
Rusia lanzó desde entonces otros seis ataques, uno de los cuales impactó un hospital y dejó tres personas fallecidas.
Ataque con Himars a puente ferroviario: 4 muertos
En tanto, al menos cuatro personas murieron y otras cinco resultaron heridas a causa de un ataque ucranio con Himars contra un puente del ferrocarril ubicado al noroeste de la ciudad de Melitopol, en Zaporiyia, informó el gobernador interino de la región, Evgueni Bálitski.
En Donietsk, el ejército ucranio afirmó que repelió un ataque cerca del pueblo de Blahodatne, un asentamiento urbano cercano a Soledar, aunque el grupo paramilitar ruso Wagner aseguró que tomó el control de la localidad momentos antes.
El presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, pidió acelerar la entrega de armamento, al afirmar que la situación es muy dura en Bajmut, Vuhledar y otros sectores de la región de Donietsk.