Aunque siempre han existido algunos conflictos geopolíticos entre las naciones de América Latina, por lo general se ha aceptado la idea de unirse para hacerle frente a los enemigos imperialistas. Surge la imagen de innumerables luchadores por la libertad y, por supuesto, la del general Simón Bolívar, luchador hasta su muerte por la liberación de América y por su unificación.
La reciente propuesta por parte de Brasil y Argentina para la creación de una moneda unificada reactiva la expectativa de una gran unificación de América Latina y del Caribe.
Tenemos la seguridad de que los resultados positivos comenzarán a fortalecer la actividad comercial y financiera entre los países que acepten la moneda denominada Sur. Podría pensarse que, por el hecho de llamarse Sur, excluye a América Central y México, como parte de América del Norte.
Las especulaciones manifestadas en las redes sociales y en diversas publicaciones que van en contra de la moneda única se basan en la más que conocida, guerra financiera y las sanciones económicas que Estados Unidos acostumbra imponer a aquellas naciones que intenten enfrentarse a la política económica de ese país. En este caso, seguramente, lo hará con el surgimiento de la mencionada moneda.
Conociendo la agresiva política exterior estadunidense, tampoco sería nada raro que intentara promover una conflagración interna para desunir a las naciones integradas por la nueva moneda. Especialistas en economía aseguran que será muy difícil debilitar al dólar estadunidense. Sin embargo, son una realidad las devaluaciones de esta divisa. Otros aseguran que depender del dólar es un mal necesario.
Lo que debemos tener claro es que lo que hemos experimentado por décadas con la moneda estadunidense es un control monetario global y ha sido, por otro lado, un medidor de los intereses crediticios. Inflación, quiebra de economías de países dependientes de esa divisa, y sobre todo el vaivén de los costos del crédito han hecho del dólar una imposición monetaria que nos remite a elevados niveles de pobreza para muchas naciones.
La idea de tasarlo todo en dólares es una especie de sinónimo del colonialismo más recalcitrante. Si bien esta moneda ha sido una de las más fuertes en la historia, también ha sido la causante de la depreciación de innumerables divisas en el mundo. Y por el hecho de continuar siendo fuerte, el dólar adoptado como moneda nacional por diversos países no les ha garantizado un crecimiento económico sano.
Vamos a ver cómo se desarrolla el proyecto de la moneda compartida o moneda común, de acuerdo a la redacción internacional del periódico Granma. Esta idea de unificar esfuerzos para enfrentar y terminar con la imposición del dólar como divisa principal es uno de los asuntos relevantes para los próximos debates sobre economía regional “ …te-niendo en cuenta que este proyecto es necesario para cortar con la dependencia de la moneda estadunidense”.
Es hasta ahora que, de acuerdo con las declaraciones de Luiz Inácio Lula da Silva y Alberto Fernández, presidentes de Brasil y de Argentina, respectivamente, existe la posibilidad de concretar el proyecto de unificación por medio de una moneda común.
Aunque el presidente Fernández, previo a la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) –que se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires el pasado martes 2–, dijo que si no nos decidimos a cambiar, continuaremos padeciendo del mismo mal; la utilización de la moneda Sur, afianzaría los convenios comerciales de la región. Específicamente se refirió a Sudamérica.
Sin embargo, pese a no haber asistido a dicha cumbre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, habló del asunto vital que significa la creación de una moneda latinoamericana y caribeña.
Estamos hablando de independencia, de soberanía económica y de una posibilidad concreta de mayor crecimiento económico para los países que se independicen del dólar y que se unan al proyecto de unificación latinoamericana. Esta ha sido una posibilidad de desarrollo y crecimiento económico de nuestras naciones. Una economía que nos beneficie es un proyecto al cual tenemos derecho.
Twitter: @AntonioGershens
antonio.gershenson@gmail.com
José Martí y el humanismo mexicano
Tomás Pliego*
El mundo se ha construido con hechos e ideas, con teorías y prácticas, con acciones y pensamientos de mujeres y hombres. Individuos y comunidades reconocemos que hay personalidades que definen y marcan rumbos, para construir y para destruir.
Una de esas personalidades, eminentemente instalada en los caminos de la construcción y el amor al prójimo –México, Cuba, toda América Latina y Estados Unidos lo saben–, en la constitución de su historia y memoria, es José Martí. Hombre nacido en Cuba el 28 de enero de 1853 y que no ha muerto en la historia de las voluntades libertarias y de emancipación, en la vida literaria, en la acción patriótica, en la viveza de las ideas. Al cumplirse 170 años de su nacimiento, Martí, sus obras todas, deben ser reivindicadas y convertirse una vez más en bandera de nuestras luchas: presentes y futuras.
La intensa vida política contemporánea de América Latina, sus latentes cicatrices, sus pueblos y paisajes, continúan amenazados por las voracidades imperiales, capitalistas, neoliberales conservadoras y ahora también fascistas, todas de distinto nombre y misma febril columna vertebral. Toda América Latina está bajo franco ataque, explícito e implícito de esas voracidades atroces. Es responsabilidad de una actividad cultural, regida por la ética de la sobrevivencia de las civilizaciones, erigirse en lo que Martí llamó: una causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores. Llámense como se llamen, los opresores han demostrado, desde las conquistas europeas hasta ahora mismo, tener ese mandato: conquistar, explotar, despojar, concentrar riqueza, bajo cualquier medio y con la única finalidad de imponer, mantener y recuperar el dominio en beneficio de las élites.
En nuestro país las ideas y acciones de Martí han calado, han permeado, han hecho de los próceres de la patria una continuidad, una articulación histórica de independencia, reforma, revolución y humanismo que poseen varios elementos del pensamiento martiano, una dinámica de sapiencia y actividad, de conocimiento y acción impostergable, constante y persuasiva. Ahora la denominada Cuarta Transformación (4T) recoge ideario, sentido, forma y fondo de las ideas de Martí, con un imperativo categórico: la paz, pero la paz digna.
A cuatro años de vigencia de la 4T, millones de mexicanos somos testigos y partícipes del camino de los sentimientos y tribulaciones de la nación. Las añejas legitimidades de equilibrios sociales, de construcciones sociales justas, se están materializando. Se reventaron los códigos de la hipocresía, se arrojaron fuera todos aquellos simuladores que vivían de la corrupción; se expulsaron los parásitos, se orientó la riqueza a resarcir los daños de lesa humanidad –porque esa es la característica neoliberal: propiciar el daño de la pobreza para acumular las comodidades a los privilegiados–; se impulsaron obras para exponenciar el desarrollo y no la dependencia. El fuego de la práctica revolucionaria está prendido, en marcha, siempre administrado con estrategia, tal como lo propuso Martí: estrategia es política.
Las palabras y cada una de las decisiones del Presidente de México, que desatan la movilización masiva del pueblo, tienen el aliento de Martí, la visión aprendida y ejecutada del apóstol de Cuba, los esfuerzos y proyectos plasmados en nuestra América. Una sola sangre recorre América, una constelación de voluntades liberadoras que se recrea en toda la América indígena, nativa, mestiza. Unir comunidades, conocer adversidades e historias locales. Los pueblos, dice Martí, han de vivir criticándose, porque la crítica es salud. Han de surgir estadistas naturales de estudio directo de la naturaleza. Leen para aplicar. Los economistas estudian la dificultad en sus orígenes. Pensar es servir. Hay que dotar de contenido moral las acciones revolucionarias. Todo resuena en estos días. Hay una peculiar atmósfera de reiteraciones en las energías sociales, aunque hoy en el mundo se aprecia la paz que traen consigo los procesos democráticos, aunque se avizoran tiempos de alerta y disciplina ante lo que atenta contra las exigencias democráticas: el fascismo recargado con las ventajas de las desigualdades económicas, como siempre.
Es un tiempo donde ya existen las condiciones, por las prácticas humanistas en franco desenvolvimiento, de postular la forma de un pensamiento propio: el humanismo mexicano propuesto por López Obrador.
A 170 años del nacimiento de un prodigioso titán libertario como Martí, otra colosal voluntad de colocarse en la punta de las decisiones, de ir en contracorriente metálica del dinero y sus condiciones y conducir por un camino que se hace al andar, Andrés Manuel López Obrador, toma el relevo de nutrir la llamada patria grande, de ejercer soberanía, trastocar cadenas de mercado, crear obras mayúsculas para y por el pueblo, su presente y futuro, despertar y prender conciencias, quitar máscaras, poner en el centro a los pobres. Por el bien de todos, primero los pobres, un principio planteado por López Obrador de raíces martianas que es un temerario, poderoso y justiciero vuelco a cualquier teoría de mercado.
El humanismo mexicano vislumbrado por López Obrador viene de muchos afluentes, de varias corrientes vitales, de la circulación de ideas universales, de la experiencia exclusiva del pueblo mexicano, de la actividad humana que conjuga fuego y libro, ambición con respeto, traición con lealtad. Uno de los manantiales más visibles, una de las aguas más vitales, es la vida y obra de José Martí. Por ello, como lo sugiere: hay que poner hombro en la obra....
* Secretario de Arte y Cultura de Morena
Cuba conmemora natalicio 170 de José Martí
Xinhua Periódico La Jornada
Domingo 29 de enero de 2023, p. 19
En La Habana, Raúl Castro (izquierda), líder de la Revolución cubana, acompañado del presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel (centro) –a la izquierda del primer ministro, Manuel Marrero Cruz– y de miles de ciudadanos, encabezó la Marcha de las Antorchas para conmemorar el natalicio 170 de José Martí. Repitió el desfile que Fidel Castro encabezó en 1953, cuando se destacó un bloque de unos 300 hombres, que en julio de ese año atacaron los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, lo que inició la rebelión contra Fulgencio Batista. Poeta, ensayista, narrador y periodista, Martí nació el 28 de enero de 1853. Dejó sus profesiones para dedicarse a la preparación de la guerra por la independencia. Murió en combate el 19 de mayo de 1895.