sábado, 28 de enero de 2023

México SA

Pemex: deuda creció mil 430 veces // Con neoliberales, avance continuo // ¿Por qué no se preocuparon antes?
Carlos Fernández-Vega
▲ Con los tecnócratas instalados en Los Pinos, los pasivo de Pemex se multiplicaron por mil 430 entre diciembre de 1982 y noviembre de 2018.Foto Marco Peláez
Preocupadísimos dicen estar algunos sectores por los pasivos de Petróleos Mexicanos (Pemex), por lo cual externan sus dudas: en 2023, dicen, ¿la empresa productiva del Estado en realidad tiene capacidad financiera para cubrir 10 mil millones de dólares de su débito, sólo este año? Y de ese monto, casi 6 mil millones deberán cubrirse en el primer trimestre. De ahí la pregunta: ¿el gobierno federal va a apoyar a pagar esa cantidad? En caso de que sí, ¿de dónde van a conseguir el dinero?
Tal cuestionamiento obtuvo respuesta del presidente López Obrador, pero esa pregunta debió plantearse desde hace mucho, tanto como 36 años, a los timoneles del régimen neoliberal que desmantelaron, exprimieron y asfixiaron financieramente, y endeudaron a niveles insostenibles a la hoy empresa productiva del Estado, siempre con afán privatizador (aunque, entregada al capital privado, de cualquier forma el pasivo lo asumía el sector público, no los nuevos participantes).
Dijo el mandatario: sí, hemos estado apoyando a Petróleos Mexicanos y lo vamos a seguir haciendo, porque es el rescate de la empresa pública más importante de nuestro país y del mundo en el sector petrolero, y todos los vencimientos de deudas anteriores se están pagando puntualmente y siempre con el apoyo de la Secretaría de Hacienda; no dejamos a Pemex sin respaldo. Hacienda tiene un plan junto con la dirección de Pemex y se va a cumplir en tiempo y forma; los recursos están contemplados en presupuesto público, en los techos de endeudamiento que autoriza el Congreso; respaldo total. Por ejemplo, disminuir impuestos a Pemex para ayudar a la empresa.
Y, sí, los pasivos de Pemex son gigantescos, pero como bien dice el filósofo tabasqueño, texto sin contexto no es útil. Por ello, no hay que olvidar que se trata de una de las nefastas herencias del régimen neoliberal: seis gobiernos al hilo que destrozaron a la empresa y la quebraron, amén de la corrupción galopante, porque era necesario, según decían, adaptarse al nuevo paradigma que depara para México desarrollo y prosperidad (Peña Nieto dixit). ¡Ole!
Pues bien, la estadística histórica de Pemex da puntual cuenta de cómo el régimen neoliberal se adaptó al nuevo paradigma: con los tecnócratas instalados en Los Pinos, los pasivo de Pemex se multiplicaron por mil 430 entre diciembre de 1982 (con Miguel de la Madrid en la residencia oficial) y noviembre de 2018 (con Peña Nieto habitándola), pero sólo hasta hoy esos preocupadísimos sectores preguntan si la empresa productiva del Estado tiene con qué hacer frente al pago de deuda y si el gobierno federal la apoyará.
De acuerdo con esa misma estadística, cuando inició el gobierno de Miguel de la Madrid (uno de diciembre de 1982), Pemex reportó pasivos totales por 2 mil 472.1 millones de pesos (de los nuevos, aunque esta figura inicio en enero de 1993, pero se utiliza para dimensionar el fardo que dejaron en la ex paraestatal); el último día de noviembre de 2018, ya con Enrique Peña Nieto de salida, sumaron 3 billones 534 mil 602.7 millones de pesos, un incremento de 143 mil por ciento en el periodo. Pero los ahora preocupadísimos no preguntaban si el erario tenía con qué responder, tal vez porque sabían que se contrataba deuda para pagar los intereses de la deuda.
Con ese nuevo paradigma, los pasivos de Pemex crecieron constantemente en los seis gobiernos neoliberales: con Miguel de la Madrid se incrementaron 14 mil por ciento, en números cerrados; cerca de 200 por ciento con Carlos Salinas; 700 por ciento con Ernesto Zedillo; casi 300 por ciento con Vicente Fox (con enormes excedentes petroleros, al igual que su sucesor); alrededor de 200 por ciento con Felipe Calderón (en su sexenio se registraron los precios más altos para el crudo mexicano de exportación; en la decena trágica panista se dilapidaron esos ingresos y muchos más), y 154 por ciento con Enrique Peña Nieto. Y nadie preguntó.
En fin, todo (versión oficial) para el desarrollo y prosperidad de México, que, dicho sea de paso, se mantienen prófugos.
Las rebanadas del pastel
Canallada contra Claudia Sheinbaum: la cara visible es la pandillera, disfrazada de alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, quien resguardaba propaganda con mensajes de odio en contra de la jefa de Gobierno y arengó a los trabajadores a partirle la madre a la mandataria capitalina ( La Jornada, Alejandro Cruz Flores). ¿Y dónde están Lorenzo y sus valientes? Pues en la depre, porque ya se va.
@cafevega     cfvmexico_sa@hotmail.com

El costo de la crisis energética
Alonso Romero
En días recientes, columnas de opinión y artículos en varios medios han presentado los siguientes datos: Costó más de 300 mil millones de pesos el estímulo al IEPS y Subieron 7 por ciento las tarifas de la CFE. Ambos datos son ciertos, sin embargo, lo que debemos preguntarnos es ¿ qué significan esos números en el contexto de la crisis energética mundial? Dichas columnas y artículos, no presentan información adicional ni comparaciones con ningún país, pero de inmediato se esgrime el juicio de que esto evidencia la falla total de la política energética de Andrés Manuel López Obrador.
Afortunadamente, los datos de todas las naciones son públicos y México, no fue el único país que tuvo una política de contención de precios o de apoyo a la población. Para este ejemplo usaremos la información de Alemania, Reino Unido, Italia, Francia, Holanda, España y Estados Unidos.
México tuvo tres políticas de contención de precios de los energéticos durante 2022, el incentivo fiscal al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), los subsidios a la tarifa eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la política de control de precios del Gas LP. Esta última no representa erogación ni tampoco falta de ingreso por parte del Estado. De acuerdo con las Ley de Egresos de 2022, el monto destinado al subsidio eléctrico fue de 73 mil millones de pesos. En total, las políticas de contención de precios costaron 391 mil millones de pesos (es decir 1.6 por ciento del PIB), de los cuales 318 miles de millones de pesos fueron IEPS no cobrado lo cual significa que no representaron una erogación para el Estado (énfasis añadido).
La primera pregunta que surge es: ¿ocasionó un boquete en las finanzas públicas no haber cobrado IEPS a gasolinas y diésel completo?, no. De acuerdo con las declaraciones del subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, los ingresos del país tuvieron un excedente de uno por ciento del PIB. Es decir, se recaudaron 283 mil 100 millones de pesos más de lo que se había presupuestado. Entonces nos preguntamos ¿Qué se logró con esta política? Se contuvo la inflación y se logró proteger el ingreso de los trabajadores. De acuerdo con los datos de Hacienda, la inflación fue hasta 5 por ciento más baja de lo que hubiera sido de no haber aplicado las políticas y el ingreso del trabajador retuvo 7.6 por ciento de su poder de compra.
Todo esto se refleja en los índices de inflación energética, disponibles en la página de la OCDE. México tuvo la inflación energética más baja de toda la organización, con 5 por ciento. De las naciones en nuestro ejemplo, le siguen Francia, con 24 por ciento; Estados Unidos, con 25 por ciento; España, con 28 por ciento; Alemania, con 35 por ciento; Reino Unido, con 47 por ciento; Italia, con 51 por ciento, y Holanda, con 71 por ciento. Todos esos países experimentaron una inflación energética mucho más alta, a pesar de haber realizado gastos mucho mayores para contener el impacto de los energéticos en su población (como porcentaje del PIB y como valor absoluto) que el realizado por México (19 mil millones de euros). Francia destinó 2.8 por ciento de su PIB (70 mil millones de euros); España, 3.2 por ciento (39 mil millones de euros); Alemania, 7.4 por ciento de su PIB (264 mil millones de euros); Reino Unido, 3.5 por ciento (97 mil millones de euros); Italia, 5.1 por ciento (90 mil millones de euros), y Holanda, 5.1 por ciento (44 mil millones de euros). En todas las naciones se utilizaron una mezcla de herramientas como, transferencias directas de efectivo, incentivos fiscales (sí, se dejaron de cobrar o se disminuyeron impuestos a la gasolina en Alemania, Francia y Reino Unido, no sólo en México) y abarcaron todos los mercados energéticos, es decir, electricidad, gasolinas, diésel gas LP y gas natural.
Pero llevemos el análisis al segundo encabezado, sobre el alza de tarifas de 7 por ciento den la CFE. Como primer punto las tarifas eléctricas a las que hacen referencia son definidas por Hacienda, no por la CFE. Como segundo es ¿7 por ciento en el contexto de la crisis mundial es mucho, poco o es lo esperado? De nuevo podemos comparar el comportamiento con los demás países. En Estados Unidos, de acuerdo con el portal especializado Utility Dive (http://bit.ly/40a7NhR) las tarifas eléctricas aumentaron 14 por ciento en 2022. ¿Y Europa? De acuerdo con el Índice de Precios de la Energía para los Hogares, las tarifas eléctricas aumentaron en promedio 70 por ciento, siendo el Reino Unido quien experimentó el alza más grande en 2022, con 220 por ciento.
Entonces, ¿funcionó la política para contener los impactos derivados de la crisis mundial de energía? Sin duda alguna. Se lograron mejores resultados que incluso naciones que son exportadoras netas de energéticos, como Estados Unidos, y se gastó mucho menos dinero en hacerlo que aquellos que apostaron durante décadas a modelos irreales y extremadamente frágiles que dependían de que, como les dijeron en clase de economía I, suponiendo que todo lo demás se mantenga igual. Esa si es muestra de un falla absoluta de política energética.
* Maestro en finanzas en el sector energético en la Universidad de Edimburgo. Especialista en temas energéticos.
Twitter: @aloyub