miércoles, 1 de febrero de 2023

Cártel de Sinaloa enviaba sobornos multimillonarios a García Luna.

David Brooks, corresponsal
Ilustraciones Jane Rosenberg del juicio de Genaro García Luna
Nueva York. “Nosotros no trabajamos para Genaro García Luna, García Luna trabaja para nosotros”, le informaron sus nuevos jefes del cártel de Sinaloa al ahora testigo protegido quien también reveló que vio pagos multimillonarios anotados para el entonces secretario de Seguridad Pública registrados en los libros de contabilidad de esa organización criminal.
Israel Ávila, quien llegó a la corte federal en Brooklyn en su uniforme de reo color verde-gris, está cumpliendo una condena de 15 años de prisión en Estados Unidos y es el tercero de quienes se espera serán varios testigos cooperantes en declarar que tienen conocimiento de los sobornos multimillonarios que le pagó el cártel de Sinaloa, eje de los cargos criminales que enfrenta García Luna en este juicio.
Bajo interrogatorio de la fiscal asistente Erin Reid, Ávila declaró que se habían registrado múltiples pagos asignados a García Luna en los libros de contabilidad de la fracción del cártel de Sinaloa con quien trabajaba, y que el más grande que vio fue de 5 millones de dólares, pero que también había de 3 millones, de un millón, de 1.8 millones entre otros.
Indicó que en esos libros de contabilidad no se identificaba a García Luna por su nombre, sino por apodos, incluyendo El Tartamudo y Metralleta. Informó que los pagos de sus jefes, los hermanos Pineda Villa, solían ser emviados primero al Rey Zambada, Arturo Beltrán Leyva o La Barbie del cártel de Sinaloa para que ellos a su vez los entregaran a García Luna.
Ávila trabajó con el cártel entre 2005 y 2008 con la fracción de los Beltrán Leyva y sus subordinados los hermanos Pineda Villa, y se quedó con ese lado después de la fractura del cártel hasta 2012 cuando fue arrestado en Texas por viajar entre estados en actividades ilícitas y por traficar cocaína.

México SA
De videntes y desaciertos // Atínale al crecimiento // Momento de definiciones
Carlos Fernández-Vega
El voluminoso ejército de videntes financieros no se pone de acuerdo sobre el devenir económico del planeta y con sus respectivas bolas de cristal suelen no dar una a la hora de los pronósticos; cada una de ellas registra visiones que nada tienen que ver entre sí, que van desde la inminente recesión hasta la súbita mejoría de las perspectivas. ¿Qué sucederá en el naciente 2023? Habrá que ver, pero parece que el mundo se mueve a contrapelo de los sesudos análisis de tales adivinos.
En vía de mientras, el Inegi informa oficialmente que en 2022 el producto interno mexicano (PIB) registró un crecimiento de 3 por ciento respecto del año previo. Ese es el dato real, pero el ejército de videntes nacionales y foráneos nunca lo vieron venir. La Jornada (Julio Gutiérrez) lo reseña así: el avance de la economía mexicana durante 2022 sorprendió a analistas del sector financiero, quienes aseguraron que es una tasa superior al promedio de las últimas tres décadas.
Sorprende que se sorprendan, porque ¿no presumen que todo lo ven, todo lo saben y el futuro está a su servicio en sus respectivas bolas de cristal? Dados los escuálidos resultados de sus análisis y proyecciones, nada mal estaría que, con urgencia, los videntes renovaran sus respectivos artefactos cristalinos, porque de plano sus propietarios no dan una, aunque sí cobran puntual y generosamente. Eso sí, para 2023 pronostican un panorama retador para la economía mexicana y –es de suponer– global.
Del despiporre que caracteriza a los videntes financieros –que pululan– da puntual cuenta una gráfica publicada por un periódico ( El Economista) especializado en estos temas. ¿Cuál es la expectativa de los expertos en estos menesteres sobre el crecimiento del PIB mexicano en 2023?, pregunta. Y ante la inminente conmemoración del Día de la Candelaria y con ella la obligada tamaliza, pues la respuesta no sólo es abundante, sino totalmente asimétrica, porque hay de chile, dulce y manteca, a elección del consumidor.
Por ejemplo, la Secretaría de Hacienda estima que al cierre del presente año la economía mexicana crecería 3 por ciento, es decir, repetiría el resultado de 2022. Sin embargo, la proyección se reduce a 1.8 por ciento para los videntes de una institución financiera privada nacional; a 1.7 si se trata del Fondo Monetario Internacional (proporción que ayer actualizó, porque antes, en octubre pasado, fue de 1.2); la OCDE calcula 1.6; el Banco Mundial 0.9 por ciento y de ahí paulatinamente se reduce hasta llegar a 0.3 por ciento visualizado por un banco extranjero con sede en París, es decir, 10 veces menos que lo previsto por Hacienda, casi seis por debajo de lo revelado por la bola de cristal del FMI y tres menos que el Banco Mundial. Un mundo de diferencia.
Una más: días atrás, la calificadora estadunidense Fitch Ratings estimó que en 2023 la economía mexicana alcanzará un crecimiento de entre uno y 1.5 por ciento, una tasa cinco veces más alta que la del país vecino ( La Jornada, Dora Villanueva), lo que implicaría –según su versión– que el PIB de Estados Unidos apenas avanzaría entre 0.2 y 0.3 por ciento en el mismo periodo, si no salda con una recesión anual, de acuerdo con sus proyecciones. Pero, ¡sorpresa!: el FMI recalculó y ahora asegura que, en realidad –la suya, desde luego–, el vecino del norte avanzará 1.4 por ciento. Solo es cuestión de ponerse de acuerdo.
De cereza, otra calificadora, Moody’s Analytics, asegura que la economía mexicana no desilusionó el año pasado, al reportar un crecimiento anual de 3 por ciento, mejor a lo esperado. Eso sí, en su bola de cristal aparecen señales de fatiga, por lo que su avance en 2023 podría ir de 0.5 a uno por ciento ( La Jornada, Dora Villanueva).
Entonces, más seriedad y menos juego de atínale al crecimiento económico, que el horno no está para bollos. Además, se supone que todos los videntes –nacionales y foráneos– parten de una misma realidad y utilizan los mismos indicadores para analizar y medir la salud económica nacional y global, y con base en ellos proyectar el resultado en un periodo dado.
Las rebanadas del pastel
¿Quiénes integran el llamado Colectivo por México? “Partidarios de mantener el statu quo, los privilegios, la corrupción, y que el pueblo siga en la pobreza, en el abandono”. ¿Y Cuauh-témoc Cárdenas? Adversario en política si asume esa postura, porque vivimos un momento de definiciones: con el pueblo o con la oligarquía, no hay justo medio (Andrés Manuel en la mañanera de ayer).
Twitter: @cafevega
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