miércoles, 1 de febrero de 2023

Economía mexicana recupera el tamaño previo a la pandemia.

Supera pronósticos y crece 3% en 2022
Se recobró por completo de sendas caídas de 0.2 y 8.2% en 2019 y 2020
Clara Zepeda
Periódico La Jornada  Miércoles 1º de febrero de 2023, p. 15
El comportamiento de la economía de México durante 2022 sorprendió a los agentes económicos, por resultar mejor a lo esperado al inicio del año. La estimación oportuna del producto interno bruto (PIB) indicó un crecimiento anual de 3 por ciento, incremento con el que prácticamente la economía mexicana recuperó su tamaño previo a la pandemia de covid- 19.
La actividad económica hiló cinco avances a tasa trimestral, pero la del cuarto trimestre, de 0.4 por ciento real, fue la menor. Con ello, quedó 0.7 por ciento arriba de los niveles precovid y empató su máximo histórico.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las actividades secundarias (minería, construcción y manufactura) registraron un crecimiento anual de 3.2 por ciento real en 2022. Le siguieron las actividades primarias (agropecuarias y ganaderas) que subieron 2.8 por ciento; mientras las terciarias (servicios y comercio) crecieron 2.7 por ciento.
En su comparación trimestral, el principal impulso provino del sector primario, con un crecimiento de 2 por ciento en el cuarto trimestre respecto al periodo previo. El sector terciario se desaceleró, al aumentar sólo 0.2 por ciento en el último trimestre de 2022, frente al tercer trimestre, cuando avanzó 1.1 por ciento, con todo y El Buen Fin. El sector secundario avanzó 0.4 por ciento. Así, la tasa anual del crecimiento de la actividad productiva se ubicó en 3.6 por ciento.
Según estimaciones de Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex, la economía mexicana fijó un nuevo máximo histórico con el crecimiento trimestral de 0.4 por ciento, por lo que superó el previo del tercer trimestre de 2018.
La economía mexicana creció 3 por ciento en 2022, tras el crecimiento de 4.7 por ciento reportado en 2021. Con ello, se recuperó por completo de las caídas de 0.2 por ciento y 8.2 por ciento reportadas en 2019 y 2020, respectivamente, precisó Quiroz.
Para el 24 de febrero, el Inegi publicará el dato definitivo del PIB nacional.
En el paquete económico de 2022, la Secretaría de Hacienda estimó un crecimiento de la economía mexicana de 4.1 por ciento. Tras el estallido de la guerra en Ucrania y ante una mayor inflación, la dependencia revisó a la baja su proyección del PIB, a 2.4 por ciento, en julio del año pasado.
Asimismo, en la encuesta de analistas privados, que elabora el Banco de México (BdeM), se pronosticó un crecimiento de 2.79 por ciento en su edición de diciembre de 2021; posteriormente, en marzo del año pasado, la estimación fue revisada a la baja, a 1.76 por ciento; para septiembre la proyección mejoró a 2.01 por ciento y en el último sondeo del año pasado, el pronóstico fue de 2.9 por ciento.
Cuando a mediados del año pasado la mayoría de los analistas adoptamos un tono pesimista, el sector terciario (comercio y servicios) registró un desempeño mejor al previsto. La creación de empleos en el país fue sólida y, a pesar de las menores expectativas de crecimiento para Estados Unidos (principal socio comercial de nuestro país), las exportaciones (16.9 por ciento anual) y la producción manufacturera mostraron una firme expansión en 2022, explicó Ricardo Aguilar, economista en jefe de Invex.
Sin embargo, para Alejandro Saldaña, subdirector de análisis de Ve por Más, la economía mexicana registrará una fuerte desaceleración este 2023, al agotarse el efecto de reapertura y ante el debilitamiento esperado en la demanda, por la erosión del poder adquisitivo (inflación) y el endurecimiento monetario a niveles local y mundial. Las inversiones asociadas al nearshoring (relocalización de empresas) ofrecerán algo de resiliencia a la economía mexicana.

Economía: los agoreros ante la realidad
Esta semana se publicaron varias estimaciones preliminares sobre el crecimiento de la economía mexicana en 2022: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) lo situó en 2.9 por ciento del PIB, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 3 por ciento (cifra coincidente con la del sector privado), mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo calculó en 3.1. Además, según el Inegi, la actividad productiva hiló cinco trimestres consecutivos al alza. Se considera que estos avances se lograron gracias al impulso del sector manufacturero por la relocalización de las cadenas productivas (fenómeno conocido como nearshoring), una recuperación del mercado laboral más rápida de lo esperado y la solidez macroeconómica de las finanzas públicas, entre otros factores.
Por todo ello, aunque 2023 será difícil por la continuidad de la inflación, las altas tasas de interés, las dislocaciones globales generadas por la guerra en Ucrania y las reacciones de Occidente ante el conflicto, así como por la incertidumbre sobre el desempeño de la economía estadunidense, un reporte del banco HSBC ubica más señales positivas que negativas para México en este año, y aventura que la inversión extranjera directa podría alcanzar 40 mil millones de dólares. En suma, la realidad ha propinado una clara derrota a los agoreros que pronosticaron una y otra vez el inminente e inevitable hundimiento del país a causa de las políticas económicas de la Cuarta Transformación.
Los resultados muestran la pertinencia del manejo económico, pero también la del proyecto: no se trata sólo de la disciplina innegable en el gasto gubernamental, sino de su reorientación hacia las dos grandes vertientes de la inversión pública, la social (con un presupuesto que supone la proporción más alta del PIB en la historia) y la de infraestructura, con obras que detonan empleos y posibilidades de desarrollo en varias regiones, con énfasis en el históricamente rezagado sureste.
Tal es el caso del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la refinería Olmeca, el Tren Maya, el Corredor Transístmico, las Universidades para el Bienestar, las sucursales del Banco del Bienestar; la rehabilitación de puertos, aeropuertos, instalaciones hidroeléctricas y refinerías que habían sido abandonadas para ceder el mercado al capital extranjero y la construcción y restauración de carreteras, hospitales y recintos culturales, entre otras. Lo anterior, aunado a la llegada de capitales extranjeros compensó con creces la merma causada por el sector empresarial que, ya sea por prejuicios ideológicos, por temor a una crisis interna que nunca llegó o por ambas cosas, ha sacado sistemáticamente su dinero del país.
Por otra parte, no puede perderse de vista que los ámbitos económico y financiero son particularmente sensibles a las predicciones vertidas por agentes clave como los medios de comunicación globales, las agencias calificadoras, los organismos multilaterales (en particular, el FMI y el Banco Mundial), los grandes bancos de inversión, organizaciones patronales y algunos multimillonarios aislados que son también figuras mediáticas.
No es inusual que los pronósticos de estos actores se conviertan en profecías que se cumplen a sí mismas: si el FMI dice que la moneda de un país caerá, los ciudadanos reaccionan haciendo compras de pánico de dólares, y la moneda efectivamente cae. Por ello, debe destacarse el fracaso de la campaña impulsada por la oposición política, sus analistas y comentócratas –reproducida a nivel internacional por un puñado de trasnacionales cuyos intereses se han visto afectados por la determinación de defender la soberanía y frenar el saqueo, para instalar la idea de que México se encaminaba a una catástrofe de grandes proporciones.
Debe reconocerse, pues, una doble fortaleza de la economía, la cual no sólo logró sobreponerse a la adversidad desastrosa del contexto mundial, sino que desmintió la campaña de rumores, predicciones catastrofistas y mentiras simples, a cuyos autores no importó el daño que pudiera infligirse a los bolsillos de las mayorías si con ello se obtenían réditos político-electorales.
Esta fortaleza habla también de una madurez de la opinión pública, que ya no se deja manipular de manera tan fácil, y también, quizá, de una pérdida de poder mediático de entidades que por décadas han usado sus pretendidas habilidades predictivas como arietes contra proyectos políticos con los que no están de acuerdo. Cabe felicitarse de estos cambios, y de haber alcanzado un alza del PIB por encima del promedio histórico en medio de unas condiciones tan difíciles como las que se han presentado en los tiempos de la pospandemia.

Tormenta invernal causa apagones en Texas
▲ En medio del clima invernal y las heladas que abarcan una amplia zona de Estados Unidos, ayer Texas enfrentó una serie de apagones. El gobernador Greg Abbott los atribuyó a factores como hielo en el tendido eléctrico o árboles caídos, y no a fallas en el funcionamiento de la red del estado. De acuerdo con el sitio poweroutage.us, anoche 33 mil clientes permanecían sin energía eléctrica.Foto Ap
Periódico La Jornada  Miércoles 1º de febrero de 2023, p. 18