jueves, 2 de febrero de 2023

Kamala Harris condena violencia policial en funeral de Tyre Nichols.

AFP
En mMemphis, Tennessee, se realizó el funeral del joven afrodescendiente, Tyre Nichols, víctima de la brutalidad policial. Foto Afp
Memphis. Asistentes al funeral de Tyre Nichols, el afroestadunidense fallecido tras una brutal golpiza policial, condenaron la violencia institucional que segó la vida de "una buena persona (…) que se fue demasiado pronto".
Luego de haber abrazado a la madre de Nichols durante un largo rato en la iglesia de Memphis, donde tuvo lugar el homenaje, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, fustigó a los agentes negros que lo golpearon mientras gritaba y pedía ayuda.
"¿No tenía derecho a estar seguro?", cuestionó la vicepresidenta. "Aquí está una familia que perdió a su hijo y su hermano en un acto violento" perpetrado por "personas encargadas de protegerlo", y "este acto violento no buscaba garantizar la seguridad pública", afirmó ante los presentes.
Nichols era "una buena persona, una bella alma, un hijo, un padre, un hermano, un amigo, un ser humano que se fue demasiado temprano", dijo por su parte el reverendo J. Lawrence Turner, en el discurso de apertura del evento en la Iglesia Cristiana Misisipi Boulevard.
Una allegada de Nichols recitó un poema sobre las palabras que él les dijo a los policías que lo golpearon: "Solo trato de llegar a casa".
El reverendo Al Sharpton, defensor los derechos civiles y quien pronunció la oración fúnebre, se reconoció particularmente afectado por el hecho de que los cinco policías implicados son negros.
"En la ciudad donde (Martin Luther) King perdió la vida (…), matas a golpes a un hermano", dijo. "No hay nada más insultante para los que luchamos por abrir las puertas, que ustedes entraran por ellas y actuaran como las personas con las que tuvimos que luchar para poder entrar por esas puertas", expresó. La multitud le dio una ovación de pie.
Estaba presente otro símbolo fuerte, un hermano de George Floyd, el hombre negro que murió en 2020 mientras era reducido por un policía blanco y cuyo deceso hizo estallar multitudinarias manifestaciones antirracistas.
También estuvo la madre de Breonna Taylor, afroestadunidense de 26 años abatida por la policía en su apartamento de Kentucky en 2020, convertida en ícono del movimiento Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan).
Calvario
Nichols, de 29 años, fue arrestado en Memphis el 7 de enero por miembros de una unidad especial de policía llamada Scorpion, que le atribuyó al hombre una falta de tránsito.
El procedimiento policial quedó grabado en las cámaras que van incorporadas en los uniformes de los agentes y en las de seguridad pública de la ciudad.
Los videos muestran como los agentes propinan al joven puñetazos, patadas y golpes con porras, gases lacrimógenos y una pistola eléctrica. En ningún momento se ve a Nichols tratar de atacar a los policías. Intenta huir y lo atrapan. Murió tres días después.
Cinco de los policías involucrados -todos negros- fueron despedidos y enfrentan cargos por asesinato. Y la policía de Memphis desmanteló la unidad Scorpion, creada en noviembre de 2021 con la intención de reducir la actividad ilegal en puntos conflictivos. Otros dos oficiales fueron suspendidos así como tres bomberos.
Reclamo de reformas
Tras la muerte de Nichols se registraron manifestaciones en las que se exigen reformas drásticas en las fuerzas del orden. Las autoridades temen que las protestas se tornen violentas, como tras la muerte de George Floyd, aunque por el momento las manifestaciones han sido pacíficas.
Entre lágrimas, RowVaughn Wells, la madre de Tyre Nichols llamó a que el Congreso apruebe un proyecto de ley de reforma policial llamado George Floyd, que por ahora está estancado. "Porque si no lo hacemos, esa sangre, la del próximo hijo que muera, manchará sus manos", suplicó.
La presencia de la vicepresidenta Harris subraya el impacto político de la muerte de Nichols. El mismo presidente Joe Biden se declaró "indignado y profundamente dolorido" por las imágenes del procedimiento y habló con la familia de Nichols para saludar "su valentía y su fuerza", horas antes de la publicación de las imágenes de su brutal detención.
El mandatario planea reunirse el jueves con miembros del Caucus Negro del Congreso en la Casa Blanca para debatir sobre una legislación que permita una reforma policial, según un portavoz de la Casa Blanca.
"El presidente Biden está decidido a hacer todo a su alcance (…) para garantizar que nuestro sistema de justicia penal esté a la altura de las expectativas de imparcialidad (…) y dignidad para todos", agregó.
Este mismo miércoles, la policía de Estados Unidos se vio nuevamente acusada de hacer uso excesivo de la fuerza tras la muerte en California de un afroestadounidense con ambas piernas amputadas durante una intervención policial por un apuñalamiento.

Perú: la dictadura legislativa
Después de haber pospuesto por dos días consecutivos la votación, ayer el Congreso de Perú rechazó la propuesta de reforma para adelantar las elecciones generales a diciembre de este año. La decisión del Parlamento unicameral, tomada con 68 votos en contra del proyecto, 54 a favor y dos abstenciones, prolonga de manera indefinida la crisis política en que el mismo Congreso hundió al país el pasado 7 de diciembre, cuando destituyó al presidente constitucional, Pedro Castillo, e instaló en su lugar a la hasta entonces vicepresidenta, Dina Boluarte.
Las calles y las encuestas han sido contundentes: si las movilizaciones populares que se han sucedido de manera ininterrumpida en rechazo a la usurpación del Ejecutivo no hablaran con suficiente elocuencia del repudio social a Boluarte y a los legisladores que la llevaron al poder, estudios demoscópicos señalan que 73 por ciento de los ciudadanos quieren elecciones este mis-mo año, 74 por ciento demandan la renuncia de la presidenta y apenas 7 por ciento apoyan al Congreso.
La respuesta del régimen ha sido una sanguinaria represión que ha dejado 46 personas asesinadas por disparos de policías y militares, y una más por el lanzamiento directo de una bomba lacrimógena por parte de un uniformado en 56 días transcurridos desde el golpe de Estado. La cuota de muerte que se han cobrado las maniobras para eliminar políticamente al primer gobierno surgido de los movimientos populares en la historia peruana no ha variado la postura de unos congresistas que únicamente parecen responder a los intereses oligárquicos a los que representan y a la mezquina consideración de seguir cobrando sus dietas sin importar el costo humano. De hecho, las bancadas de derecha que controlan el Parlamento no sólo han saboteado sistemáticamente cualquier salida institucional, sino que han reprendido a la mandataria por no intensificar el abuso de la fuerza pública contra la población. En su celebración de la violencia de Estado, los congresistas conservadores han estado acompañados por los grandes medios de comunicación, empresas que primero intentaron descarrilar los comicios en los que triunfó Castillo, luego orquestaron una incesante campaña de difamación y golpeteo que facilitó su destitución, y ahora arremeten contra los manifestantes, tanto al criminalizarlos como al acallar la disidencia.
La sucesión de cuatro titulares del Ejecutivo entre julio de 2016 y julio de 2021 ya indicaba profundas disfunciones en el sistema político peruano, pero hoy no queda ninguna duda de que el país andino se encuentra bajo una dictadura legislativa en la que un colectivo carente de legitimidad pisotea sin pudor la voluntad popular. En lo inmediato, la única solución a la vista es la renuncia de Boluarte, que obligaría a celebrar elecciones en un plazo de seis meses, pero está claro que la crisis de gobernabilidad sólo podrá abordarse mediante la convocatoria a una Asamblea Constituyente, tal como lo exigen los peruanos en las calles y como lo mandataron en las urnas en 2021.

¿A qué viene el nuevo Lula?
Emir Sader
Desde que salió de prisión y recuperó sus derechos políticos, Lula se propuso volver a ser presidente de Brasil. Cuando se lanzó como candidato instaló el lema: Unidad y reconstrucción.
Cuando hablé con él por primera vez después de su segundo mandato presidencial, le pregunté qué más había aprendido de su experiencia como presidente. Me respondió: Emir, no se puede gobernar sin tener el apoyo de la mayoría.
Esto explica la necesidad de la unidad en Brasil. Más aún, tras haber vivido la división del país promovida por el discurso de odio de Bolsonaro, ese Brasil dolorosamente fragmentado y con Lula en prisión.
Lula, sin embargo, ganó las elecciones. Pero por pequeño margen, lo que refleja cuán profunda era aún esa división. Las primeras semanas de su nuevo mandato vieron su emotiva ceremonia de investidura y la brutal acción bolsonarista del domingo siguiente en Brasilia.
Esos dos primeros domingos de gobierno serían suficientes para mostrar las dos caras del mismo país. Así, la primera mención del lema –unidad– ganó una dimensión dramática, ante no sólo la división, sino la oposición de dos rostros radicalmente antagónicos de un país.
La conciencia de Lula sobre este problema ya lo había llevado a formular la idea de un Frente Amplio, alianza de fuerzas de izquierda, centro e incluso derecha, nucleadas por el objetivo de derrotar a Bolsonaro y al bolsonarismo.
Lula mejoró más su capacidad de diálogo con personas del espectro político, buscando aislar al bolsonarismo. La composición del gobierno reflejó esta compleja alianza, no sólo de diferentes fuerzas, sino también la amplia renovación de temas. Esto llevó a la creación de gran número de ministerios, revelando la amplitud del gobierno en la dirección de nuevos temas.
El discurso de Lula y la búsqueda de la recuperación de la bandera brasileña y sus colores en su imagen política reflejan esa actitud. Habla con todos en nombre de Brasil y sus intereses y necesidades.
La reconstrucción corresponde al diagnóstico del gobierno de Bolsonaro con su destrucción del país y la necesidad de rescatarlo. Esa reconstrucción debe partir de la recuperación del desarrollo económico –tema central del gobierno– cambiando radicalmente el modelo.
En este plan se retoma el modelo exitoso de gobiernos anteriores: desarrollo económico con distribución del ingreso impulsando políticas sociales como prioridad fundamental; ampliación del mercado interno de consumo de masas; generación de millones de empleos formales y lucha frontal contra las desigualdades sociales y territoriales.
Como ya aprendimos en este primer mes de gobierno de Lula3, hoy es difícil proyectar el futuro. No significa que todos los meses serán como éste. El balance de enero es fortalecer a Lula y debilitar a Bolsonaro.
Los mayores desafíos de Lula3 son, en primer lugar, consolidar el clima de tranquilidad del país durante su gobierno. Segundo, lograr que la economía vuelva a crecer y tener políticas exitosas de redistribución del ingreso. Si Brasil vuelve a salir del mapa del hambre, si deja de ser el país más desigual del continente más desigual, Lula3 habrá sido una versión aún más virtuosa de lo que fueron sus gobiernos anteriores.