El pasado 7 de diciembre, las autoridades alemanas detenían en una macroperación a 25 presuntos miembros de una organización terrorista ultraderechista que planeaba un golpe de Estado en ese país. El supuesto dirigente de la trama terrorista es Heinrich XIII, príncipe de Reuss, descendiente de una familia noble del este y un empresario activo en el sector inmobiliario. Entre los detenidos se encontraban militares en la reserva y en activo, una ex diputada del grupo ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) y jueza de Berlín y un conjunto variopinto de un chef, un piloto, un tenor y una doctora.
Los miembros se inspiran en un conjunto de teorías de la conspiración de la llamada ideología de los Reichsbürguer (Ciudadanos del Reich) –movimiento ultraderechista que no reconoce la soberanía de la actual Alemania– y QAnon. Esos que vestidos de bisonte ocuparon el capitolio de Estados Unidos hace dos años y se han convertido en una de las teorías de la conspiración más importantes de la ultraderecha actual. De hecho, Alemania es el país de habla no inglesa con mayor presencia de QAnon, donde sus simpatizantes han crecido de forma muy notable tras la pandemia. Un estudio de NewsGuard sobre el aumento de QAnon en los países de habla germana revela que hay un enorme intercambio entre QAnon y el movimiento Ciudadanos del Reich. Y que la mitad de personas no vacunadas en Alemania y Austria creen en su narrativa, y los votantes de AfD son mucho más proclives a simpatizar con sus consignas.
El riesgo del terrorismo ultraderechista en Alemania no es cuestión menor. Según la actual ministra de Interior, Nancy Faeser, y su predecesor en el cargo, Horst Seefofer, la extrema derecha es la mayor amenaza para la seguridad del país. Así lo demuestra una investigación de Zeit y el diario Tagesspiegel por la que entre 1990 y 2017 al menos 169 personas fueron asesinadas por miembros de la extrema derecha, a pesar de que las cifras de organismos oficiales reconocen tan sólo a casi la mitad de esas víctimas. Entre éstas se encuentran extranjeros, personas sin hogar, del colectivo LGTBI, izquierdistas y otras a las que la violencia ultraderechista consideró adversarios políticos.
Dos semanas después del frustrado plan de golpe de Estado ultraderechista en Alemania, un pistolero asesinaba a tres activistas kurdos en una céntrica calle de París. Según confesó a la policía, su intención era matar a cuantos más kurdos mejor. El detenido era conocido por la justicia por dos intentos de homicidio cometidos en 2016 y diciembre de 2021, uno contra población migrante, y había sido puesto en libertad el pasado 12 de diciembre. Sin embargo, el ministro de Interior francés se ha negado a catalogar el crimen como atentado ultraderechista, como piden los grupos kurdos en Francia.
Este aumento de los atentados ultraderechistas en Europa se produce en paralelo al reciente auge electoral de partidos de extrema derecha, pero también a la difusión y normalización de sus ideas y propuestas. Hay muchos responsables en este proceso generalizado de lepenización de los espíritus o normalización de los discursos de la extrema derecha. Dando cabida a argumentos supremacistas o excluyentes, como si se tratase de una opción política más, se abre la puerta a normalizar los proyectos que defienden estas propuestas, ya sean formaciones políticas, foros en Internet o iniciativas terroristas.
Uno de los elementos más claros que muestran la unión del terrorismo ultraderechista y los discursos del odio que propagan los partidos de extrema derecha es la referencia a las teorías de la conspiración del Gran Remplazo, Plan de Kalergi y de QAnon. Desde los atentados de Utoya, de Breivik, a Gendron, en Búfalo, los manifiestos que colgaron en Internet poco antes de cometer sus ataques hacían referencia a estas teorías de la conspiración, que han sido ampliamente difundidas por los principales líderes y partidos de la ultraderecha europea y estadunidense, como la propia Le Pen, Matteo Salvini, Santiago Abascal, Viktor Orban, la youtuber estadunidense de la alt-right Lauren Southern o el propio ex presidente Trump, que ha usado su plataforma Truth Social para difundir mensajes ligados a QAnon como una foto de sí mismo llevando una insignia de una Q superpuesta con la frase The storm is coming, una publicidad fundamental para ampliar la difusión de estas teorías ultraderechistas.
Teorías de la conspiración que recorren y se diseminan por Internet. Las investigaciones sobre el origen y funcionamiento de los terroristas ultraderechistas indica que muchos se radicalizaron mediante Internet, que se coordinan en foros de debate online y que usan las redes sociales para publicitar sus ataques, aun con retransmisiones en directo de sus atentados. Aunque pueda parecer sorprendente, el terrorismo ultraderechista tiene mucho en común con el terrorismo yihadista. Lo dicen académicos, como Moussa Bourakba, que constata una similitud sorprendente en las técnicas de propaganda que usan ambos para el reclutamiento. Como las organizaciones yihadistas, la extrema derecha violenta recluta por las redes sociales, en foros y plataformas de videojuegos (https://rb.gy/vk7wou).
Pese al auge del terrorismo ultraderechista y sus similitudes con el yihadismo, seguimos sin tomarnos la amenaza de la primera con la seriedad que se merece; tampoco parece que se aplique el mismo marco de análisis para ambos. Como apunta Daniel Poohl, director de la revista sueca Expo, en el caso de un ataque islamita siempre tendemos a verlo como parte de un patrón más amplio. Entendemos que forma parte de la estrategia de una ideología política malévola. Con la ultraderecha, en cambio, solemos olvidarnos de este patrón e intentamos entender al individuo detrás del ataque (https://rb.gy/pkmggw). Individualizar el acto terrorista es una manera de neutralizar la necesaria respuesta social que se ha de poner en marcha. Así, se podría decir que la mayoría de los partidos y las instituciones prefieren siquiatrizar las motivaciones y los actos terroristas ultraderechistas, antes que analizar las motivaciones políticas del fenómeno y responder desde sus respectivas competencias y responsabilidades.
Si no tiramos de ese hilo y no unimos los puntos hasta llegar a sus responsables últimos, sólo nos quedaremos con la figura de quien aprieta el gatillo y su perfil sicológico violento, conspiranoico, enfermo y aislado. Pero el lobo solitario supremacista es sólo un eslabón en una cadena de horror y odio que debemos comprender y combatir. El terrorismo ultraderechista es una realidad que ya está aquí, y que necesitamos abordar con la importancia que se merece, no deberíamos esperar un aviso más, nos jugamos vidas en ello.
* Diputado de la izquierda en el Parlamento Europeo
Cifra récord de remesas: 58 mil 497 mdd en 2022
Por transferencias electrónicas, 98.9% de los envíos
Braulio Carbajal y Julio Gutiérrez
Periódico La Jornada Jueves 2 de febrero de 2023, p. 17
Los ingresos por remesas cerraron 2022 en 58 mil 497 millones de dólares, un incremento de 13.4 por ciento respecto a los 51 mil 586 millones de dólares de 2021, alcanzando un nuevo récord para un año desde que hay registros, reveló este miércoles el Banco de México (BdeM).
Durante el año pasado, según detalló el banco central, 98.9 por ciento del total de los envíos se realizaron por transferencias electrónicas, con un monto de 57 mil 867 millones de dólares, mientras las realizadas en efectivo y especie, así como las money orders, representaron apenas 0.8 y 0.3 por ciento, respectivamente.
Las remesas han crecido a ritmos acelerados en años recientes, al grado que en los pasados seis registran un incremento de 116 por ciento, pues de acuerdo con información del BdeM, en 2016 el monto que registró el país fue de 26 mil 993 millones de dólares. Es decir, en sólo seis años el flujo de recursos que envían los connacionales, principalmente desde Estados Unidos, se ha más que duplicado.
De acuerdo con la información del BdeM, en lo que se refiere únicamente a diciembre de 2022, los ingresos por remesas ascendieron a 5 mil 358 millones de dólares, un incremento de 12.8 por ciento en comparación con los 4 mil 752 millones de dólares reportados en igual mes de 2021.
Diciembre del año pasado fue el segundo mes con el mayor monto de divisas desde que existen registros, quedando cerca del record actual que es de 5 mil 359 millones de dólares en octubre del mismo año. En 2022 se registraron siete meses con ingresos por arriba de la barrera de 5 mil millones de dólares.
En un reporte, BBVA México destacó que los recursos que envían los connacionales a México ligaron 32 meses consecutivos al alza, y entre mayo de 2020 y diciembre de 2022 han aumentado a una tasa promedio de 18.2 por ciento anual.
Estos ingresos equivalen a un aumento de 13.4 por ciento respecto de lo recibido en 2021 y duplican en dólares lo recibido en 2016, hace seis años, explicó el área de análisis de la institución financiera más grande del país.
Destacó que de las remesas captadas por México, 95.5 por ciento provienen de Estados Unidos, donde reside la mayoría de la población migrante mexicana en el extranjero.
Se estima que más de 12 millones de mexicanos residen en ese país. Tres estados concentran más de la mitad de las remesas a México desde Estados Unidos en 2022: California, con 18 mil 432 millones de dólares; Texas, con 8 mil 419 millones, y Minnesota con 4 mil 708 millones, puntualizó el banco.
Destacó que Jalisco, Michoacán y Guanajuato son las principales entidades receptoras de remesas y cada uno de estos tres estados superó los 5 mil millones de dólares durante 2022.
En este sentido, apuntó que los estados que reportaron las mayores tasas de crecimiento en las remesas durante 2022 fueron: Chiapas (alza de 66.5 por ciento), Baja California Sur (59.9), Hidalgo (29), Puebla (28.4) y Quintana Roo (26.1).