jueves, 28 de marzo de 2024

México SA

Javier Milei=masacre social // Argentina, cerca del estallido // Esperpento pendenciero
Carlos Fernández-Vega
▲ En Argentina protestan contra la escasez de alimentos en los comedores populares y las reformas económicas aplicadas por Javier Milei.Foto Ap
Desde que llegó a la Casa Rosada, en diciembre pasado, el esperpéntico Javier Milei no sólo ha masacrado socialmente al pueblo argentino y privilegiado a quienes prometió combatir (la casta, le llama), sino que ha destrozado la política exterior de su país y, por tanto, las relaciones con la comunidad de naciones. Lo mismo hizo público su deseo de no hacer pactos con comunistas (entre ellos China y Brasil, los principales socios de la nación sudamericana, y por mucho), calificar al papa Francisco de representante del maligno en la tierra, abrazar, cálida y cordialmente al canciller británico, David Cameron (ex primer ministro de aquella nación), al que prometió hacer grandes migas, siempre y cuando no reclame por Las Malvinas y rechazar la incorporación a los BRICS, un gran mercado con potencial financiamiento. Eso y mucho más.
Enloquecido, el anarcocapitalista goza anunciando el despido de 70 mil trabajadores del sector público (que en una primera instancia llegaría a 120 mil), pero calla por la incorporación de toda la familia de sus ministros a la nómina gubernamental (empezando por su hermana Karina, alias El Jefe, como la llama), mientras mata por hambre a los jubilados y a los argentinos todos con una política económica que arrasa y promete más, mientras pasa horas y horas metido en X, desde donde gobierna y, junto con su ejército de bots, responde a la mínima crítica, mientras el país se incendia socialmente.
Cierto es que los argentinos querían un cambio, pues las cosas no funcionaron lo bien que quisieran en el gobierno de Alberto Fernández, pero de ahí a votar por un esquizoide como Milei hay un trecho enorme. Lo peor del caso es que los ciudadanos de aquel país ya habían pasado por esa ruta, tanto en tiempos de la dictadura como en los de Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Mauricio Macri. En apenas tres meses de gobierno la inflación acumula un avance de 70 por ciento, bestiales incrementos en alimentos, tarifazos todos los días y cero por ciento de aumento a salarios y jubilaciones, Y que se aguanten, exige.
No es la primera vez que Milei se le va al cuello al presidente López Obrador ni al mandatario colombiano Gustavo Petro, pero ayer (tal vez porque no tenía nada qué hacer, como acostumbra) se le ocurrió la brillante idea de una nueva andanada: es un halago que un ignorante como López Obrador hable mal de mí, me enaltece, dijo el presidente de Argentina durante una entrevista en CNN en español, y en la misma oportunidad arremetió también contra su par colombiano, Gustavo Petro, al referirse a su pasado como guerrillero: mucho no se puede esperar de alguien que era un asesino terrorista ( La Jornada).
Petro respondió de inmediato: tras los insultos de Milei expulsó al embajador argentino en Colombia, Gustavo Dzugala, a la vez que retiró a su embajador en Argentina, Camilo Romero. “Esta representa la segunda crisis bilateral en el año, ya que en enero Milei calificó a Petro de ‘comunista asesino que está hundiendo a Colombia’, lo que también hizo que el presidente de Colombia llamara a Romero” ( La Jornada).
No se conoce la respuesta mexicana, pero es de suponer que el presidente López Obrador aborde el tema en la mañanera de hoy, como lo ha hecho en ocasiones anteriores.
Por ejemplo, en la mañanera del pasado 2 de febrero se transmitió un video sobre la durísima realidad desde que Milei llegó al gobierno, y en él una madre de aquella nación expone que echaron a mi hija de su trabajo; por estoy acá, porque tienen superpoderes, no les importa otra cosa. ¿Sabes para qué quieren superpoderes? Para vender la Patagonia, para vender el litio, para vender YPF (por decirlo de alguna manera, el Pemex de allá), para venderse todos, para vender aerolíneas, ferrocarriles.
Ante esa denuncia, el presidente López Obrador fijó posición: allá hacen lo que ya hicieron aquí. Entonces, México no está en venta. Hay gobiernos que dan y otros que quitan, y nuestro gobierno da, no quita. Yo lo que planteo es: ese modelo (el de Milei y todo lo que representa) no funciona, lamento mucho que esté pasando eso.
Y si al esperpéntico Milei no le encolerizó ese comentario, habrá que imaginar lo que piensan los argentinos de él y de la masacre social de que son víctimas. De hecho, a estas alturas allá las apuestas no giran sobre si el esquizofrénico deja o no la Casa Rosada, sino en qué fecha se va, y mejor mientras más rápido, porque el país no aguanta ese ritmo.
Las rebanadas del pastel
Un fuerte abrazo de despedida a nuestro querido Cupy. Buen viaje.
X, antes Twitter: @cafevega   cfvmexico_sa@hotmail.com

Decisiones de política monetaria
Orlando Delgado Selley
El 20 y 21 de este mes, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco de México (BdeM) anunciaron su decisión de política monetaria para las siguientes semanas: la Fed resolvió mantener el rango de tasas para los fondos federales entre 5.25 y 5.50 por ciento anual; el BdeM redujo en 0.25 puntos porcentuales el objetivo de la tasa de interés interbancaria a un día de 11.25 a 11 por ciento. Con esta decisión, la Reserva Federal sostuvo su postura restrictiva, mientras el BdeM podría haber iniciado un proceso de relajación que iría disminuyendo paulatinamente el costo del dinero para fines crediticios, aunque mantuvo una postura restrictiva.
Los propósitos de estos dos bancos centrales son diferentes. Como se señala explícitamente en el comunicado de la Fed, el Comité Federal de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) busca alcanzar el máximo empleo con una tasa de inflación de 2 por ciento a largo plazo. La junta de gobierno del Banco de México en su comunicado reafirmó el compromiso con su mandato prioritario de consolidar un entorno de inflación baja y estable con una meta de 3 por ciento. Estas diferencias de propósitos, por supuesto, influyen en las consideraciones que ambos toman y que impactan a sus respectivas economías.
Las metas de 2 y 3 por ciento para Estados Unidos y México fueron fijadas hace tiempo por los propios bancos centrales. De modo que, haciendo uso de su autonomía, ellos deciden ese objetivo y luego resuelven su política para cumplirlo. En el caso de 2 por ciento de inflación a largo plazo para la economía estadunidense, se ha cuestionado si ese número constituye una meta sensata. Siempre sería posible establecer la meta en 3 por ciento, lo que significaría que en Estados Unidos ya estarían en el rango buscado y, en consecuencia, se habría cambiado la postura monetaria de restrictiva a neutral. Dicho en corto, hubieran disminuido las tasas que pagan todos que tienen créditos bancarios medio punto porcentual o más.
Lo mismo puede decirse para la meta de 3 por ciento de inflación para México. Es posible explicar de dónde salió ese número, lo que difícilmente puede explicarse es porqué ha permanecido en ese nivel, aunque las condiciones económicas han variado sustancialmente. En el último trimestre de 2023 el índice nacional de precios al consumidor aumentó 4.4 por ciento anual. Si nuestra meta fuera de 4 por ciento, prácticamente estaríamos llegando a ella, de modo que la reducción de la tasa interbancaria podría haber sido mayor.
Para la toma de decisiones los miembros de los comités respectivos de los bancos centrales utilizan información económica dura, tanto global como de sus propias economías, pero también incorporan factores subjetivos. En cuanto a lo primero, establecen un balance de riesgos para su decisión. Consideran la evolución de la actividad económica, del mercado de trabajo, de la tasa de desempleo y, por supuesto, de los elementos relevantes de la economía global con una estimación de la manera en la que la modificación del panorama global pudiera afectar a las respectivas economías.
Pero también incorporan la confianza. Los estadunidenses señalan que los miembros del FOMC tiene que ganar confianza en que la inflación se mueve sostenidamente hacia la meta de 2 por ciento. Los mexicanos advierten sobre las expectativas a mediano y largo plazos y su impacto en los mecanismos de formación de precios. Estas diferencias, sin embargo, no significan que sus perspectivas teóricas difieran. Como se ha mostrado insistentemente, los dos bancos centrales en este episodio inflacionario actuaron tarde y mal.
Pensaron que el brote inflacionario era pasajero y resultó que permaneció. Luego sostuvieron que, como siempre, la inflación se debía a un exceso de demanda provocado por las políticas fiscales y resultó que era provocada por dificultades del lado de la oferta, complicaciones en las cadenas de suministro derivadas de la pandemia. Pese a que las cosas eran diferentes actuaron como siempre. Powell y Lagarde reconocieron que no había suficiente información, Powell expresó: Navegamos mirando las estrellas, pero el cielo está nublado. Lagarde preguntó: En esta época de rupturas y cambios no sabemos si estamos regresando al viejo mundo o entrando a uno nuevo, ¿cómo podemos asegurar que las decisiones políticas sigan siendo robustas?
Así las cosas, tanto en EU como en México, las decisiones de los banqueros centrales siguen sosteniendo la visión derivada del consenso monetario que impuso el pensamiento neoliberal. Son producto de esa línea de pensamiento que denominaron única. Pero resulta que no sólo no es única, sino que es incorrecta. No se trata de señalar su equivocación teórica, sino que de ella se derivan consecuencias negativas sobre la economía.
odselley@gmail.com