martes, 16 de abril de 2024

Gaza: no desviar la mirada.

Desesperados, acosados por el hambre, las enfermedades y las bombas que caen todos los días sobre sus hogares y refugios improvisados, los gazatíes desarraigados por la invasión militar israelí claman que no se les relegue al olvido conforme el foco mediático se mueve hacia las tensiones entre Tel Aviv y Teherán.
Un hombre, parte del millón y medio de palestinos víctimas de desplazamiento forzado, remarca que a él y a quienes comparten su situación no les importan las agresiones y las amenazas entre el régimen de Benjamin Netanyahu y el de Ebrahim Raisi, sino volver a sus hogares, pese a que la gran mayoría de ellos ya no existe, pues Israel los arrasó de forma sistemática, destruyendo con buldóceres lo poco que perdonaron las bombas.
Mientras los medios se vuelcan a la especulación acerca de los alcances que cobrará el contencioso entre la república islámica e Israel, éste continúa masacrando a los palestinos y no dejan de aparecer evidencias irrefutables de que la operación militar lanzada por Tel Aviv hace más de seis meses tiene poco o nada qué ver con la defensa de las vidas israelíes. Queda claro, por el contrario, que se encuentra en marcha un plan de exterminio consistente en aniquilar al mayor número posible de palestinos y obligar al resto a huir a fin de completar la ocupación colonial iniciada hace más de 70 años.
Así lo demuestran las declaraciones de dirigentes sionistas y de autoridades israelíes, comenzando por su primer ministro: Ahora vayan y hiéranlos y destruyan absolutamente todo lo que tengan y no los perdonen, sino mátenlos, tanto a hombres como a mujeres, infantes y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y burros, fue el pasaje bíblico citado por Netanyahu para arengar a sus tropas a ir contra los palestinos.
Los soldados israelíes han seguido al pie de la letra ese llamado al genocidio. En apenas un mes, ya habían dejado inservibles 18 hospitales de la franja de Gaza, los cuales han sido un objetivo constante de ataques aéreos. Cuando abandonaron el hospital de Al Shifa tras dos semanas de ofensiva, salieron a la luz escenas espeluznantes que reflejan el grado de sadismo e inhumanidad de las fuerzas invasoras: dentro del recinto fueron ejecutados de manera sumaria alrededor de 400 médicos, pacientes, ancianos y desplazados, cuyos cuerpos fueron lanzados a fosas comunes con el material sanitario con que los galenos trataban de salvarles la vida.
De modo inexplicable, estos crímenes de guerra han merecido menos atención que la respuesta de Irán a la matanza perpetrada por Israel en su sede diplomática en Damasco. En este sentido, es imperativo remarcar que el ataque de un Estado contra instalaciones militares de otro, por injustificable que sea, no puede compararse con el asesinato en masa de civiles inermes.
También debe denunciarse la falsa dicotomía entre respaldar a Israel o a Irán como una burda maniobra propagandística para desviar la mirada del genocidio que las fuerzas armadas israelíes perpetran en Gaza.
Tan urgente es desactivar el riesgo de una guerra abierta entre la república islámica y la potencia nuclear respaldada por Occidente, como frenar de una vez por todas la limpieza étnica más atroz del siglo XXI.
Y está claro que ambas tareas serán irrealizables mientras Washington, sus aliados y sus satélites sigan brindando su apoyo incondicional a Tel Aviv.

Empieza el juicio a Trump en NY con la selección del jurado
Entrevistan a 96 y ninguno es seleccionado
El ex presidente aprovecha reflectores y pide ayuda financiera// Afuera del tribunal, partidarios y detractores // A ratos, el magnate se durmió
▲ Afuera del tribunal hubo guerra de pancartas entre seguidores y opositores a Donald Trump. Durmió con una estrella porno y se jodió a los votantes, se lee en el cartel.Foto La Jornada
David Brooks y Jim Cason   Corresponsales
Periódico La Jornada  Martes 16 de abril de 2024, p. 21
Nueva York y Washington., Llegó, vio y hasta se quedó dormido (o parecía) un ratito al llegar al primer día de lo que llamó “un asalto a America”, o sea, el juicio en el que está acusado, no de salvador y defensor de su país como él dice, sino de intentar encubrir pagos a una estrella de pornografía a quien buscaba silenciar por un encuentro sexual ilícito.
Arrancó así el primer juicio criminal de un ex presidente en la historia de Estados Unidos, con lo cual existe la posibilidad de que ocurran otros dos hechos sin precedente: podría ser el primer candidato de uno de los dos partidos nacionales principales declarado culpable y hasta el primer presidente criminalmente convicto (la Constitución no prohíbe que un criminal culpable ocupe la presidencia).
Después de horas de resolver solicitudes y demandas de fiscales y abogados del acusado, el juez Juan Merchan empezó el lento proceso de seleccionar a los 12 integrantes del jurado más seis alternos, proceso que durará varios días. La dificultad es encontrar a 18 ciudadanos que muestren suficiente imparcialidad para evaluar y emitir veredicto sólo sobre los méritos del caso y los 34 cargos criminales, algo difícil dado el perfil del personaje en el banquillo de los acusados. Ayer fueron entrevistados los primeros 96, y ninguno fue seleccionado.
Más aún, el juez ha ordenado que una vez seleccionados los 18 integrantes del jurado, sus identidades serán mantenidas en el anonimato (sólo el juez, los fiscales y los abogados de defensa sabrán sus nombres), precaución necesaria dado incidentes anteriores de amenazas de violencia y hasta muerte de fanáticos de Trump contra quien se atreva a criticarlo o acusarlo, incluyendo jueces, fiscales, testigos y sus familias.
Trump tendrá que dedicarse a su juicio (sesionará cuatro días a la semana, menos los miércoles) y a su proselitismo electoral el resto del tiempo, aunque ya está usando el proceso como parte de su campaña. Al concluir la sesión de ayer, su campaña de inmediato emitió un boletín y declaró: salí furioso –o sea, lo dejaron salir– del tribunal farsa de Biden solicitando apoyo financiero porque nunca me rendiré.
Poco antes de entrar al tribunal ayer, hizo declaraciones reiterando que éste es un ataque contra un opositor político del presidente Joe Biden y los demócratas. Afirmó: cuando entre a ese tribunal, sé que tendré el amor de 200 millones de estadunidenses conmigo.
Las calles y una plaza frente al edificio de los tribunales estaban protegidas con barreras y policías, y alrededor de la hora de la llegada del acusado, un helicóptero de la policía sobrevolaba la zona. Mientras, en la plaza, unos 50 simpatizantes de Trump con gorras de Make America Great Again ondeaban banderas entre las cuales había una que decía Trump o muerte y otra Trump 2024. Salven a Estados Unidos.
Un contingente de unas 40 personas ofrecía otro mensaje: Nadie sobre la ley y pancartas denunciando a Trump y exigiendo justicia. En un cartel se leía: Trump se acostó con una estrella de porno y se cogió a los votantes. Cámaras y periodistas transmitían la escena frente al tribunal y otros pocos estaban dentro reportando sobre el proceso, incluyendo que el ex presidente pareció quedarse dormido durante parte de la sesión.
Los cargos criminales que enfrenta están centrados en que los pagos a la estrella de pornografía Stormy Daniels fueron disfrazados como gastos empresariales y encubrieron así lo que los fiscales dicen que son violaciones a las leyes electorales (Trump estaba haciendo los pagos para evitar que esas acusaciones dañaran su campaña electora). La pena máxima, si es declarado culpable de todos los cargos, es una condena de cuatro años de prisión.
El juicio procederá lentamente con la selección del jurado, pero una vez encaminado, todos estarán esperando a las estrellas de este proceso. Entre los testigos que se presentarán en este juicio para ofrecer evidencia contra el acusado estarán Stormy Daniels, Michael Cohen, el ex abogado de Trump encargado de entregar los pagos; Karen McDougal, ex modelo de Playboy que dice que tuvo una relación extramarital con Trump durante meses y a quien también le pagaron para guardar silencio, y hasta un portero de la Torre Trump que intentó vender una versión de que el magnate había tenido un hijo ilegítimo.
Así comienza el único de los cuatro juicios criminales que enfrenta Trump –con un total de 88 cargos que incluyen interferencia electoral y manejo ilegal de documentos oficiales clasificados–que está procediendo por ahora.

El asalto a la embajada mexicana en Ecuador
Luis Hernández Navarro
El ilegal asalto a la embajada mexicana en Ecuador forma parte de la campaña del presidente Daniel Noboa para ganar la consulta popular y el referendo del próximo 21 de abril, y abrirle paso a su relección en febrero próximo.
No le importa pasar por encima del derecho internacional o que su país sea condenado por otras naciones y la OEA. Lo que busca es acrecentar su popularidad demostrando fuerza y firmeza. A su manera, sigue la ruta fijada por mandatarios como Donald Trump, de Estados Unidos; Jair Bolsonaro, de Brasil; Javier Milei, de Argentina, y Nayib Bukele, de El Salvador. Se trata de no pedir perdón ni permiso.
Noboa es un junior de 36 años, nacido en Estados Unidos, hijo de un magnate bananero. Ganó las elecciones en noviembre pasado, con 52 por ciento de los votos. Sustituyó al también potentado Guillermo Lasso, quien renunció en medio de escándalos. Gobernará sólo 18 meses. Durante la contienda, el candidato Fernando Villavicencio fue asesinado por la banda de Los Lobos. El empresario hizo campaña (incluso en el debate) enfundado en un chaleco antibalas que también usa en sus promocionales. Su propuesta central es la lucha contra la inseguridad pública. En febrero de 2025 se efectuarán elecciones en las que él podrá competir.
El nuevo presidente ha hecho de las imágenes carcelarias el epicentro de su gobierno. Las fotografías y videos de reos sometidos y disciplinados, de espaldas, con uniformes naranjas, son parte de una escenografía estilo Zelensky o Bukele que acompañan a sus mensajes. Las grabaciones de policías golpeando jóvenes, obligándolos a besarse entre ellos o maltratándose se han viralizado.
La violencia ha escalado, igual que la industria criminal. En 2023 hubo en Ecuador 7 mil 800 homicidios y más de 40 asesinatos por cada 100 mil habitantes.
“Lo que estamos haciendo hoy –dice Noboa en su propaganda– es una muestra de la lucha real contra el narcoterrorismo y estos grupos criminales, que creen que con base en miedo y en amenazas nos van a amedrentar. Nos quedan tres semanas para una consulta, para la cual ya los grupos narcoterroristas han dicho que están totalmente en contra. Están contra la extradición; en contra de que haya presencia militar en las cárceles, en contra de que las familias ecuatorianas tengan paz. Nosotros estamos a favor de devolver la dignidad a Ecuador.”
Al asumir, declaró que en su país existe un conflicto armado no internacional. Y añadió que, en términos prácticos, se vive una guerra contra el terrorismo, no limitada al narco, porque, según él, hay grupos terroristas no vinculados a esta industria.
De acuerdo con la Oficina en Washing­ton para Asuntos Latinoamericanos, la administración Biden apoyó desde el primer momento a Noboa. Una delegación de alto nivel visitó Quito la semana del 22 de enero, y el subsecretario de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado fue a principios de febrero. Mientras, la comandante del Comando Sur, general Laura Richardson, prometió un paquete de ayuda militar y policial de 93 millones de dólares. La asistencia sigue lo que Richardson llamó una hoja de ruta de asistencia a la seguridad de cinco años ( https://shorturl.at/cDTU0 ).
Si quiere relegirse, Noboa debe ganar la consulta popular y el referendo del 21 de abril. De las 11 preguntas a responder, cinco son para reformar la Constitución (referendo) y seis para modificar leyes.
Las medidas que se busca aprobar, re­fuerzan un Estado de excepción con mayor presencia militar contra el crimen. Además, legalizan la extradición; crean judicaturas especiales; abren la puerta al arbitraje internacional en inversiones y, en uno de los sueños húmedos del liberalismo, precariza la fuerza de trabajo mediante contratos de empleo por horas y a plazo fijo.
El allanamiento policial a la embajada mexicana en Quito, dos semanas antes de la consulta popular, y (según la Corte Nacional de Justicia) el ilegal y arbitrario arresto en su interior de Jorge Glas –ex vicepresidente de Ecuador con Rafael Correa y Lenín Moreno– al que México reconoció como asilado político, quiso ser justificada en nombre de esta guerra contra el narcoterrorismo. A Glas lo acusan de desviar fondos para la reconstrucción de Manabí por el terremoto de 2016, aunque él y su partido señalan (no sin razón) que él es víctima de persecución judicial.
Sin ser un apoyo incondicional, al arrancar el gobierno de Noboa se pactó una alianza en la Asamblea Nacional con el correísmo, fuerza mayoritaria en ese órgano. En noviembre de 2023, Correa anunció: Hay que tratar de lograr la unidad nacional. Añadió que la administración de Noboa contaba con el apoyo de la Revolución Ciudadana para las leyes que beneficien al país. Su asambleísta Viviana Veloz fue elegida vicepresidenta de la asamblea. La detención de Glas precipitó una ruptura entre ambas fuerzas, anticipada desde mediados de marzo.
Mientras, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador y su presidente, Leonardo Iza, señalaron que el asalto a la embajada de México es un acto alarmante que pone de manifiesto el autoritarismo de Noboa. Este acto fascista no sólo viola normas internacionales, sino que también atenta contra las relaciones diplomáticas de ambos países. Asimismo, llaman a votar no en la consulta popular.
La desfavorable correlación de fuerzas internacional del mandatario no quiere decir que vaya a perder la consulta. Por lo pronto, aunque hay muchos indecisos, las encuestas favorecen la propuesta del Ejecutivo. De ser así, más allá del descrédito diplomático que se ha ganado a pulso, la jugada de Noboa de envolverse en su bandera nacional le habría dado resultado. Ojalá fallen los sondeos.
Twitter: @lhan55