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Afp
17 de noviembre de 2024 20:21
Tegucigalpa. La depresión tropical Sara llegó este domingo al sur de México después de haber azotado como tormenta países de Centroamérica, donde provocó un muerto y más de 100 mil afectados, principalmente en Honduras, Belice y Guatemala.
El último informe del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) señaló que Sara ya entró en México por el estado de Quintana Roo y, a pesar de estar perdiendo fuerza, “el riesgo de inundaciones catastróficas continuará”.
La depresión “continuará causando inundaciones y deslizamientos de tierra significativos que amenazan la vida a medida que Sara se mueva tierra adentro”.
El último reporte de las autoridades hondureñas señaló que el paso de Sara provocó un muerto, 110 mil 889 afectados, 2 mil 534 viviendas dañadas y mil 707 comunidades incomunicadas, ya que el incremento de los cauces destruyó 20 acueductos, nueve puentes y 233 calles.
Los rescatistas se afanaban desde la mañana del domingo para llegar a los lugares anegados en el norte del país, donde seis departamentos siguen en alerta roja.
Se monitorea constantemente el aumento del nivel de los ríos en el sur, principalmente a su paso por Tegucigalpa, donde el caudal “comienza a descender”, afirmaron las autoridades.
Los servicios de emergencias tuvieron que utilizar botes y lanchas para socorrer a muchas personas, incluso entregar comidas o medicamentos con drones ante la imposibilidad de acceder a ciertas comunidades.
Depresión tropical
Tras golpear duramente Honduras, Sara cruzó a Belice con rumbo al noroeste entre la madrugada y la mañana del domingo y se fue debilitando desde que tocó tierra hasta convertirse en depresión tropical.
Las autoridades beliceñas no reportaron ningún fallecido, aunque debido a las fuertes lluvias se registraron “inundaciones graves” en el curso del río Macal y algunos deslizamientos en las laderas orientales de la Cordillera Maya, en la zona centro del país.
El principal aeropuerto del país seguía cerrado hasta el lunes y, pese a que la tormenta ya pasó por el país, todavía se registran lluvias copiosas.
En el norte de Guatemala, Sara llegó debilitada pero las lluvias en los departamentos de Petén, Izabal y Alta Verapaz, en el norte del país, provocaron inundaciones y el aumento del caudal en algunos ríos, afectando al menos a 11 mil 102 personas. Cuatro puentes y ocho carreteras quedaron dañados.
“A pesar del descenso en la intensidad, se espera que continúen la nubosidad y lluvias intermitentes sobre varias regiones del país”, indicaron autoridades guatemaltecas en su último reporte.
Aunque advirtieron que inundaciones y deslizamientos de tierra podrían ocurrir en las próximas 24 horas.
Centroamérica inundado
Si bien Sara fue declarada tormenta tropical el pasado jueves, su lenta formación en El Caribe durante al menos dos semanas afectaron a varios países centroamericanos.
Al menos cuatro personas fallecieron y otras cuatro permanecen desaparecidas en Costa Rica. Casi 3 mil personas fueron llevadas a albergues, y deslizamientos y ríos desbordados afectaron cientos de viviendas, carreteras y puentes.
Costa Rica declaró estado de emergencia y todavía persiste la alerta roja en la costa del Pacífico.
En Panamá la situación fue similar, con al menos 11 muertos en la zona oeste, cercana a Costa Rica, donde tres provincias están en alerta roja.
Nicaragua informó de la desaparición de una persona arrastrada por la crecida de un río, más de 2 mil personas evacuadas y 18 cauces desbordados.
El Salvador fue el país que menos sufrió el embate de Sara, aunque ciertas zonas registraron incremento en ríos que se desbordaron causando inundaciones en terrenos agrícolas.
Centroamérica sufrió en 1998 el paso del huracán Mitch, que dejó unos 9 mil muertos y millonarias pérdidas a la economía de los países de la región, principalmente en Honduras.
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17 de noviembre de 2024 20:21
Tegucigalpa. La depresión tropical Sara llegó este domingo al sur de México después de haber azotado como tormenta países de Centroamérica, donde provocó un muerto y más de 100 mil afectados, principalmente en Honduras, Belice y Guatemala.
El último informe del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) señaló que Sara ya entró en México por el estado de Quintana Roo y, a pesar de estar perdiendo fuerza, “el riesgo de inundaciones catastróficas continuará”.
La depresión “continuará causando inundaciones y deslizamientos de tierra significativos que amenazan la vida a medida que Sara se mueva tierra adentro”.
El último reporte de las autoridades hondureñas señaló que el paso de Sara provocó un muerto, 110 mil 889 afectados, 2 mil 534 viviendas dañadas y mil 707 comunidades incomunicadas, ya que el incremento de los cauces destruyó 20 acueductos, nueve puentes y 233 calles.
Los rescatistas se afanaban desde la mañana del domingo para llegar a los lugares anegados en el norte del país, donde seis departamentos siguen en alerta roja.
Se monitorea constantemente el aumento del nivel de los ríos en el sur, principalmente a su paso por Tegucigalpa, donde el caudal “comienza a descender”, afirmaron las autoridades.
Los servicios de emergencias tuvieron que utilizar botes y lanchas para socorrer a muchas personas, incluso entregar comidas o medicamentos con drones ante la imposibilidad de acceder a ciertas comunidades.
Depresión tropical
Tras golpear duramente Honduras, Sara cruzó a Belice con rumbo al noroeste entre la madrugada y la mañana del domingo y se fue debilitando desde que tocó tierra hasta convertirse en depresión tropical.
Las autoridades beliceñas no reportaron ningún fallecido, aunque debido a las fuertes lluvias se registraron “inundaciones graves” en el curso del río Macal y algunos deslizamientos en las laderas orientales de la Cordillera Maya, en la zona centro del país.
El principal aeropuerto del país seguía cerrado hasta el lunes y, pese a que la tormenta ya pasó por el país, todavía se registran lluvias copiosas.
En el norte de Guatemala, Sara llegó debilitada pero las lluvias en los departamentos de Petén, Izabal y Alta Verapaz, en el norte del país, provocaron inundaciones y el aumento del caudal en algunos ríos, afectando al menos a 11 mil 102 personas. Cuatro puentes y ocho carreteras quedaron dañados.
“A pesar del descenso en la intensidad, se espera que continúen la nubosidad y lluvias intermitentes sobre varias regiones del país”, indicaron autoridades guatemaltecas en su último reporte.
Aunque advirtieron que inundaciones y deslizamientos de tierra podrían ocurrir en las próximas 24 horas.
Centroamérica inundado
Si bien Sara fue declarada tormenta tropical el pasado jueves, su lenta formación en El Caribe durante al menos dos semanas afectaron a varios países centroamericanos.
Al menos cuatro personas fallecieron y otras cuatro permanecen desaparecidas en Costa Rica. Casi 3 mil personas fueron llevadas a albergues, y deslizamientos y ríos desbordados afectaron cientos de viviendas, carreteras y puentes.
Costa Rica declaró estado de emergencia y todavía persiste la alerta roja en la costa del Pacífico.
En Panamá la situación fue similar, con al menos 11 muertos en la zona oeste, cercana a Costa Rica, donde tres provincias están en alerta roja.
Nicaragua informó de la desaparición de una persona arrastrada por la crecida de un río, más de 2 mil personas evacuadas y 18 cauces desbordados.
El Salvador fue el país que menos sufrió el embate de Sara, aunque ciertas zonas registraron incremento en ríos que se desbordaron causando inundaciones en terrenos agrícolas.
Centroamérica sufrió en 1998 el paso del huracán Mitch, que dejó unos 9 mil muertos y millonarias pérdidas a la economía de los países de la región, principalmente en Honduras.
Grandes potencias, contra el ambiente
Iván Restrepo
Como mencioné el lunes pasado, con buenos frutos y pendientes importantes terminó la COP16, la máxima reunión mundial sobre la biodiversidad. Tuvo lugar en la ciudad de Cali, Colombia y registró la mayor movilización social de todas las celebradas. Pero también enconadas discusiones de geopolítica que mostraron nuevamente cómo los intereses de las grandes potencias buscan frenar las acciones que el ambiente requiere con urgencia a escala mundial. Tal es el caso de la obtención de recursos monetarios y acciones claras destinadas a la restauración y conservación de la biodiversidad.
Entre los logros importantes sobresale el Plan de trabajo para pueblos indígenas y afrodescendientes y para las comunidades campesinas. A todos ellos se les reconoció, finalmente, como actores fundamentales en el cuidado y la protección de la biodiversidad. Y la posibilidad real de que su voz tenga más peso en las discusiones de las cumbres futuras. Para tal fin, recibirán acceso a recursos para concretar proyectos que ayuden a salvaguardar la naturaleza.
Otro logro fue el acuerdo global para identificar y conservar áreas marinas de alta importancia ecológica en aguas internacionales, una propuesta que llevaba ocho años discutiéndose sin éxito. Todo indica que será posible establecer un mecanismo que facilite declarar zonas de reserva o conservación en territorios que no pertenecen a ningún país.
Es muy importante recordar que los océanos albergan 80 por ciento de la biodiversidad del planeta y es nuestro mayor aliado climático. Por ello, los programas para revertir los daños que sufren debe ser una prioridad para todos los países. Y, además, porque menos de 9 por ciento de los océanos gozan de alguna protección, mientras continúa la sobrepesca y la extracción de combustibles fósiles.
También en Cali se acordó establecer un nuevo fondo global cuyo objetivo es compartir los beneficios derivados del uso de información de secuencias digitales (DSI, por sus siglas en inglés) de recursos genéticos. La decisión sobre el llamado Fondo Cali establece que las empresas que utilicen información de dichas secuencias digitales en sus productos, deberán destinar parte de sus ganancias o ingresos al fondo. Y que 50 por ciento de éste se destine a pueblos indígenas y comunidades locales en forma directa o vía los gobiernos. Una forma de compartir las ganancias con dichas comunidades.
En cambio no se pudo crear un nuevo fondo de biodiversidad más amplio, al igual que otras decisiones fundamentales. Y ello al no poder tomar decisiones por la falta de quorum en la sesión final, que fue larguísima y extenuante.
Prometer no empobrece , reza el dicho popular. Y en ese tenor es importante mencionar que los países desarrollados no cumplen todavía sus compromisos de proporcionar 20 mil millones de dólares al año para financiamiento internacional de biodiversidad en 2025. Con Donald Trump en la Casa Blanca, cero apoyo de Estados Unidos a dicho financiamiento.
Si bien la movilización gubernamental, de grupos científicos, defensores del ambiente, los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos, fue multitudinaria, en cambio hay un enorme faltante de la inmensa mayoría de los 196 países que asistieron a la COP16. En efecto, solamente 35 entregaron su Plan de Acción de Biodiversidad (NBSAP, por sus siglas en inglés). Es el documento en el que cada país detalla sus estrategias y acciones encaminadas a cumplir con las 23 metas en la materia con las que se comprometieron para el año 2030.
El gobierno de México presentó el suyo. Incluye 48 metas establecidas como parte de la Estrategia Nacional sobre Biodiversidad (Enbiomex). Entre las acciones que la integran destacan las referidas a crear mecanismos de participación que incluyan a los pueblos indígenas; la prevención y el control de especies invasoras; la restauración de ecosistemas terrestres y marinos, y la sustentabilidad en sectores claves, como son la agricultura, la ganadería y la pesca.
Habrá numerosos análisis sobre la COP 16, pero deseo agregar finalmente que allí se abordó la necesidad de lograr una colaboración más sólida entre las convenciones del clima (la 29 se realiza ahora deslucidamente en Baku, Azerbaiyán), la desertización (el mes próximo) y la biodiversidad. Hoy no existe.