domingo, 17 de noviembre de 2024

China aboga por mayor libre comercio en la región Asia-Pacífico.

El presidente de China, Xi Jinping, llega a la Reunión de Líderes Económicos de APEC (AELM) en el Centro de Convenciones de Lima, el 16 de noviembre de 2024. 
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Reuters
16 de noviembre de 2024 11:09
Lima. El presidente chino, Xi Jinping, dijo este sábado en la capital de Perú que la región del Asia-Pacífico debe impulsar un mayor libre comercio, ya que la cooperación en la región se enfrenta a un "proteccionismo creciente", de acuerdo a medios estatales chinos.
Esto se da en medio del inminente regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, que se cierne sobre la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se desarrolla en Lima.
"Debemos desmantelar el alto muro que divide el flujo del comercio, la inversión, la tecnología y los servicios, y mantener una cadena de suministro industrial estable y fluida", dijo Xi este sábado, según una transcripción del discurso publicada por la televisora estatal CCTV.
China será anfitrión de APEC en 2026
Xi Jinping anunció en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico que se celebra en Lima, Perú, que su país será el anfitrión en 2026 de la cumbre, informó el sábado la televisión estatal CCTV.
Xi dijo el sábado en Lima que la región del Asia-Pacífico debe impulsar un mayor libre comercio, ya que la cooperación en la región se enfrenta a un "proteccionismo creciente", de acuerdo a medios estatales chinos

Xi promete trabajar con equipo de Trump mientras se reúne con Biden
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (izq.), habla con el presidente chino, Xi Jinping, en el marco de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Lima, Perú, el 16 de noviembre de 2024. 
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Reuters
16 de noviembre de 2024 17:39
Lima. El presidente chino, Xi Jinping, se comprometió el sábado trabajar con la administración entrante de Estados Unidos del presidente electo Donald Trump al mantener sus conversaciones finales con el mandatario saliente Joe Biden sobre conflictos clave, desde delitos cibernéticos hasta comercio, Taiwán y Rusia.
Biden se reunió con Xi en un hotel donde el líder chino se alojaba, al margen del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Lima, Perú, para sus primeras conversaciones en siete meses.
"El objetivo de China de una relación estable, saludable y sostenible entre China y Estados Unidos sigue sin cambios", después de la elección, dijo Xi, reconociendo "altibajos" entre los países. "China está lista para trabajar con la nueva administración estadunidense para mantener la comunicación, expandir la cooperación y gestionar las diferencias".
Allí, Biden y Xi se dieron la mano antes de tomar asiento y pronunciar breves palabras de apertura.
Biden le dijo a Xi que los dos líderes no siempre han estado de acuerdo, pero que sus discusiones han sido "francas" y "sinceras".
Las conversaciones se producen dos meses antes de que Trump asuma el cargo. Trump ha prometido adoptar aranceles generales del 60 por ciento sobre las importaciones estadunidenses de productos chinos como parte de un paquete de medidas comerciales de "América primero". Pekín se opone a esas medidas.
El presidente electo republicano también planea sumar a varias voces de línea dura sobre China en puestos de alto nivel, incluido el senador estadunidense Marco Rubio como secretario de Estado y al representante Mike Waltz como asesor de seguridad nacional.
Biden ha tenido como objetivo reducir las tensiones con China, pero Washington está indignado por un reciente hackeo vinculado con China de las comunicaciones telefónicas del gobierno estadunidense y funcionarios de la campaña presidencial, y está preocupado por el aumento de la presión de Pekín sobre Taiwán y el apoyo chino a Rusia.
El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, tiene previsto hacer escala en el estado estadunidense de Hawái y quizá en Guam, en una delicada visita que seguramente enfurecerá a Pekín en las próximas semanas, informó Reuters el viernes. Mientras, Biden se reunió con el representante de Taiwán en la cumbre, el ex ministro de Economía Lin Hsin-i, quien el viernes lo invitó a visitar Taiwán en un futuro próximo.
China considera a Taiwán, gobernado democráticamente, como su propio territorio. Estados Unidos es el principal apoyo internacional y proveedor de armas de Taiwán, pese a la falta de reconocimiento diplomático formal.
Biden también quiere la ayuda de China con Corea del Norte, cuyos lazos cada vez más profundos con Rusia y el despliegue de tropas allí han preocupado a Washington.
Golpe económico en China
Al mismo tiempo, la economía de Pekín está recibiendo un duro golpe por las medidas de Biden en materia de comercio, incluido un plan para restringir la inversión estadunidense en inteligencia artificial, computación cuántica y semiconductores chinos y restricciones a la exportación de chips informáticos de gama alta. Se esperaba que todos estos temas figuren en las conversaciones, según funcionarios estadunidenses.
China niega sistemáticamente las acusaciones estadunidenses de piratería informática, considera Taiwán un asunto interno y ha protestado por las declaraciones estadunidenses sobre el comercio chino-ruso. Un portavoz de la embajada china en Washington declinó hacer comentarios.
"Cuando los dos países se traten como socios y amigos, busquen puntos en común mientras dejan de lado las diferencias y se ayuden mutuamente a tener éxito, nuestra relación logrará un progreso considerable", dijo Xi al reunirse con Biden, según una traducción simultánea.
"Pero si nos tomamos como rivales o adversarios, perseguimos una competencia feroz y buscamos hacernos daño mutuamente, enturbiaremos la relación o incluso la haremos retroceder".
El miércoles, el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, describió la transición como "un momento en el que los competidores y adversarios pueden ver una posible oportunidad". Biden subrayará con Xi la "necesidad de mantener la estabilidad, la claridad y la previsibilidad a través de esta transición entre Estados Unidos y China".
Shen Dingli, un experto en relaciones internacionales con sede en Shanghái, dijo que China quiere que la reunión alivie las tensiones durante el período de transición. "China definitivamente no quiere que las relaciones con Estados Unidos se vean afectadas antes de que Trump asuma formalmente el cargo", dijo Shen.
Los líderes de la Cuenca del Pacífico reunidos en la cumbre de la APEC están evaluando las implicaciones del regreso de Trump al poder como presidente de Estados Unidos el 20 de enero. La cumbre en Sudamérica ofrece nuevas señales de los desafíos al poder de Estados Unidos en su propio patio trasero, donde China está en una fuerte ofensiva.
Xi, que llegó a Lima el jueves, planea una ofensiva diplomática de una semana en América Latina que incluye un acuerdo de libre comercio renovado con Perú, la inauguración del enorme puerto de Chancay allí y ser recibido en la capital de Brasil la próxima semana para una visita de Estado. China también anunció planes para albergar la cumbre de la APEC en 2026.
China está buscando minerales metálicos, soja y otros productos básicos de América Latina, pero los funcionarios estadunidenses temen que también puedan estar buscando nuevos puestos militares y de inteligencia adyacentes a Estados Unidos. Los medios de comunicación respaldados por el Estado chino han calificado esas acusaciones de difamación.

China pide certidumbre en su relación con EU
Se reúnen XI y Biden en la APEC
Washington afirma que hubo estabilidad bajo el actual gobierno en los lazos binacionales // Pekín se dice listo para trabajar con Trump, quien amenazó con aranceles de más de 60% // La FBI reitera peligros desde el gigante asiático
▲ Al margen de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Lima, Perú, se reunieron los presidentes de EU, Joe Biden (izquierda) y de China, Xi Jinping ( derecha).Foto Afp
Ap, Reuters y Xinhua   Periódico La Jornada
Domingo 17 de noviembre de 2024, p. 16
Lima. El presidente chino, Xi Jinping, manifestó ayer a su par estadunidense, Joe Biden, que China y Estados Unidos deben continuar explorando vías de coexistencia entre dos grandes países. Xi manifestó que su país está listo para trabajar con el próximo gobierno estadunidense a fin de mantener la comunicación, ampliar la cooperación y gestionar las diferencias. Ambos líderes se reunieron al margen del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Lima, Perú.
Nuestro objetivo de conseguir una relación estable, sana y sostenible con Washington sigue siendo el mismo, afirmó Xi, luego de señalar su preocupación porque la retórica proteccionista exhibida por el presidente entrante durante la campaña electoral pudiera llevar la relación binacional a otro lugar.
Cuando dos naciones se tratan como socios y amigos, buscan puntos en común dejando de lado las diferencias y se ayudan a tener éxito, entonces su relación progresará. Pero si se consideran rivales o adversarios, se enzarzan en una feroz competencia y tratan de hacerse daño, enturbiarán la relación o incluso la harán retroceder, agregó el líder asiático.
El mandatario chino cuestionó las políticas de contención de Washing-ton hacia Pekín, calificándolas de imprudentes, inaceptables y destinadas al fracaso; además, criticó la aplicación excesiva del concepto de seguridad nacional por parte de la Casa Blanca.
Sobre el delicado equilibrio en la península coreana, Xi aseguró que Pekín no permitirá conflictos ni agitación en la región, reafirmando el compromiso de su gobierno con la estabilidad, e instó a Estados Unidos a mantener coherencia entre sus palabras y sus acciones, en un claro llamado a reducir tensiones.
Líneas rojas en Taiwán
Xi dejó en claro, en su diálogo con Biden, que la situación de Taiwán –la cual considera un asunto de política interna– la democracia y los derechos humanos, su sistema y el derecho al desarrollo de China son cuatro líneas rojas que no pueden ser desafiadas. El líder asiático, que llegó a Lima el jueves, planea una campaña diplomática de una semana en América Latina, que incluye un acuerdo de libre comercio renovado con Perú, la inauguración del enorme puerto de aguas profundas en Chancay y una visita de Estado a Brasil la próxima semana. China también anunció planes para albergar la cumbre de la APEC en 2026.
En tanto, Joe Biden habló en términos más amplios sobre hacia dónde ha ido la relación entres las dos naciones, y reflexionó sobre su larga historia. En los últimos cuatro años, la relación entre China y Estados Unidos ha experimentado altibajos, pero con nosotros dos al mando, también hemos entablado diálogo y establecido una cooperación fructífera. En general, hemos logrado estabilidad, afirmó.
Límite a la IA en el terreno nuclear
Ambos mandatarios acordaron que ninguno de sus países entregará el control de las armas nucleares a programas de inteligencia artificial, según transmitió el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a los periodistas después de la reunión que tuvo lugar en el hotel donde se hospedó Xi, informó Bloomberg.
Mas temprano, Sullivan sostuvo que la administración Biden informarán al equipo de Trump que el desafío de política exterior más importante es gestionar la intensa competencia con Pekín. Existe incertidumbre sobre lo que depara el futuro en la relación entre Estados Unidos y China bajo el gobierno de Trump, quien en su campaña prometió imponer aranceles de 60 por ciento a las importaciones desde aquella nación.
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) ofreció esta semana nuevos detalles de una investigación federal sobre los intentos del gobierno chino de invasión furtiva a las redes de telecomunicaciones de Estados Unidos. Los hallazgos revelaron una campaña de ciberespionaje amplia y significativa destinada a robar información a estadunidenses que trabajan en el gobierno y a personas activas en la política nacional, acusaciones que China negó. La FBI añadió su preocupación por la creciente presión de Pekín sobre Taiwán y el apoyo chino a Rusia.
Por su parte, el presidente de Taiwán, Lai Ching-te, planea una escala en Hawái, en una visita que seguramente enfadará a Pekín, en momentos en los que Biden se reunió con el representante taiwanés en la cumbre, el ex ministro de Economía, Lin Hsin-i, quien lo invitó a visitar Taiwán.

¿Puede el G-20 mejorar su imagen internacional?
Jiang Shixue * Especial para La Jornada
▲ Brasil ha reforzado la seguridad en torno a la cumbre de líderes del G-20 que se reunirán el lunes y el martes en el Museo de Arte Moderno de la bahía de Río de Janeiro.Foto Afp
A mediados de noviembre, la atención mundial podría desplazarse de los conflictos en Ucrania y Medio Oriente a Brasil, donde se reunirán los líderes del G-20.
En el proceso de formulación del G-20, en 1999, no había una lista codificada de criterios para determinar qué países serían invitados a unirse al nuevo foro. Finalmente fueron 19 y un representante regional (la Unión Europea), que representan casi 90 por ciento de la economía mundial. El nombre G-20 fue adoptado sobre la base de que era un número redondo, fácil de decir y no difícil de memorizar.
La crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos en 2007 se convirtió en una crisis financiera internacional en 2008. Los líderes del G-20 celebraron su primera cumbre en Washington DC a mediados de noviembre de 2008 para abordar la crisis y evitar el casi colapso de los sistemas financieros de varios países avanzados. A partir de entonces, la cumbre del G-20 se celebra casi todos los años en territorio de los diferentes miembros.
Como anfitrión de la presidencia rotatoria, Brasil ha establecido este lema como el tema central del G-20: Construir un mundo justo y un planeta sostenible. Para lograr este objetivo, también ha anunciado tres prioridades: (1) Lucha contra la desigualdad, promoción de la inclusión social y lucha contra el hambre; (2) Lucha contra el cambio climático, promoviendo la transición energética y el desarrollo sostenible, y 3) la reforma de las instituciones de gobernanza mundial.
Vale la pena decir que estos temas de discusión para el G-20 son todos pertinentes y necesarios. La pregunta es, ¿cómo lograr estos nobles objetivos?
El buen funcionamiento de una organización internacional requiere tres elementos: eficacia, eficiencia y legitimidad. Esto quiere decir que lo que la comunidad internacional desea ver no es sólo una declaración conjunta al final de la cumbre, sino acciones colectivas con los pies en la tierra. ¿Seguirá el G20 comportándose como una tertulia o será un equipo de acción?
Las cinco cuestiones siguientes podrían ser pertinentes:
En primer lugar, el G-20 debería mejorar su imagen. Si bien hizo un buen trabajo al hacer frente a la crisis financiera mundial de 2008 coordinando las políticas macroeconómicas de sus miembros de manera concertada, no ha logrado pasar del papel de bombero a un comité directivo para abordar cuestiones tan importantes como la aceleración del crecimiento mundial, el impulso de la gobernanza económica global, frenar el proteccionismo comercial, etcétera.
No es de extrañar que algunas personas se quejen de que la cumbre del G-20 es una pérdida de tiempo para los líderes mundiales, y sugieran que se reúnan y hablen por teléfono o video como lo hicieron varias veces durante la pandemia de covid-19, sin volar miles de millas a una sala de conferencias en el país de presidencia rotatoria y así contribuir a reducir la huella de carbono. Este tipo de críticas han ido demasiado lejos, pero el grupo realmente necesita demostrar que puede cumplir con las expectativas de la comunidad internacional.
En segundo lugar, el G-20 debe promover la cooperación entre sus miembros con el espíritu de unidos resistimos y divididos caemos. No es extraño que cada país tenga sus propios intereses e ideales nacionales, pero no deben ser la causa de acciones egoístas que potencialmente puedan perjudicar a una comunidad de futuro compartido para la humanidad. Una vez más, en muchos temas importantes, como el cambio climático, la reforma de las organizaciones financieras internacionales, etcétera, los países desarrollados a menudo no logran tomar las mismas acciones de cooperación. Por ejemplo, en la cumbre del G-20 celebrada en Roma en octubre de 2021 se acordó que los integrantes deben tomar medidas significativas y eficaces para limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1.5 °C por encima de los niveles preindustriales, pero no hubo compromisos específicos para cumplir ese objetivo debido a la obstinada posición de los poderosos miembros del bloque. De hecho, el G-20 no se ha convertido en una plataforma para la consulta y la cooperación, sino en un escenario en el que los países desarrollados eligen encontrar fallas en los demás.
En tercer lugar, hay que determinar claramente las cuestiones más urgentes de la cooperación. De hecho, cada miembro del grupo tiene su propia prioridad de cooperación. Esta diferencia puede observarse tanto en los desarrollados como en los países en desarrollo, lo que da lugar a una amplia gama de cuestiones que deben abordarse en cada cumbre o en las reuniones ministeriales. La declaración conjunta publicada por cada cumbre del G-20 muestra claramente que el bloque desea convertirse en un dios que pueda lograr todos los objetivos, desde la protección de la paz mundial hasta el estímulo del crecimiento económico mundial, desde la reforma de la OMC hasta la mejora del sistema financiero internacional, pasando por la seguridad alimentaria y energética, así como la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. No es fácil resolver todos los problemas globales. Por tanto, se debe establecer una prioridad de cooperación. Por el momento, y en el futuro cercano, se deben redoblar los esfuerzos para impulsar la gobernanza económica mundial.
En cuarto lugar, los países desarrollados deben dar un buen ejemplo de promoción del crecimiento mundial. Sin duda, la economía global se enfrenta a muchos obstáculos y el más pernicioso es el proteccionismo, que perjudica tanto a la inversión internacional como al comercio mundial.
Lamentablemente, los países desarrollados se han convertido en la vanguardia del proteccionismo, en lugar de ser los promotores de la justicia económica. El caso más conocido en la actualidad es la aplicación de las llamadas medidas antisubsidios contra los vehículos eléctricos (VE) fabricados en China, perjudicando a la industria mundial de autos eléctricos y también a los esfuerzos globales para hacer frente al cambio climático. Por tanto, se puede concluir que, aunque las declaraciones conjuntas anteriores emitidas por los líderes del G-20 apuntan a oponerse al proteccionismo, en realidad se ha intensificado, con los países en desarrollo como principales objetivos.
Por último, pero no menos importante, el grupo debería realizar la institucionalización lo antes posible. En términos generales, la cooperación entre países adoptaría dos formas, a saber, la no institucionalización y la institucionalización.
La no institucionalización se refiere a la cooperación sin una organización formal, sin un propósito y estatuto definidos, aunque se celebran reuniones en la cumbre con regularidad y se emiten declaraciones o comunicados conjuntos después de ellas. Sin un mecanismo establecido de institucionalización, el G-20 tiene que limitar su función a las discusiones o a la palabrería entre los líderes mediante la producción de documentos no vinculantes.
Al igual que una persona, el grupo podría no ser capaz de remodelar su hábito o personalidad, pero esperemos que a partir de la cumbre en Brasil este año, este bloque se comporte más como un equipo de acción que como una tertulia. De lo contrario, su imagen internacional se debilitará aún más.
*Investigador sénior del Instituto Charhar
jiangshixue@126.com