Ap, Afp y Reuters Periódico La Jornada
Viernes 15 de noviembre de 2024, p. 25
Nueva York., El presidente electo Donald Trump eligió a Robert F. Kennedy Jr, abogado y activista antivacunas, como su próximo secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, una elección que se sumaría a la lista del magnate de provocadoras selecciones cuyos procesos de confirmación pondrán a prueba la lealtad de los republicanos del Senado.
Dicha dependencia federal supervisa todo, desde la inocuidad de medicamentos, vacunas y alimentos hasta la investigación médica y los programas de la red de seguridad social Medicare y Medicaid.
Los estadunidenses se han visto aplastados durante demasiado tiempo por el complejo industrial alimentario y las compañías farmacéuticas que han participado en engaños y desinformación en lo que respecta a la salud pública, anotó Trump en su plataforma de redes sociales Truth Social, donde anunció el nombramiento de Kennedy, y aseguró, pondrá fin a la epidemia de enfermedades crónicas y hará que ”¡Estados Unidos sea grande y saludable otra vez!”
Kennedy es uno de los activistas antivacunas más reconocidos a escala mundial y desde hace tiempo ha impulsado la idea de que las vacunas causan autismo y otros problemas de salud.
Miembro de una de las familias políticas más reconocidas del país, Kennedy es hijo del difunto secretario de Justicia Robert F. Kennedy y sobrino del presidente John F. Kennedy. Primero se postuló contra el presidente Joe Biden por la nominación del Partido Demócrata el año pasado. Posteriormente se lanzó como independiente hasta que dejó de lado su candidatura después de llegar a un acuerdo para respaldar a Trump con la promesa de obtener un papel en la política de salud del nuevo gobierno.
El ex presidente dejó en claro que tenía la intención de dar a Kennedy un papel significativo en la supervisión de salud pública como parte de una campaña para hacer que Estados Unidos sea saludable otra vez. Voy a dejar que se vuelva loco en [el sector] salud, añadió Donald Trump en un mitin el mes pasado.
Durante su discurso de victoria de la semana pasada en Palm Beach, Florida, Trump declaró: ¡Ve y diviértete, Bobby!
En el pasado, Kennedy afirmó a la agencia británica Reuters su firme apoyo a Israel, a quien considera una nación moral que estaba respondiendo justamente a las provocaciones de Hamas con sus ataques a Gaza.
Cuando se le preguntó si apoyaba un alto el fuego temporal en la franja, el entonces candidato independiente expresó: Ni siquiera sé qué significa eso en este momento.
Asuntos de Veteranos
El magnate republicano también anunció que eligió a Doug Collins, ex legislador de Georgia, para dirigir el Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos (VA, por sus iniciales en inglés). Collins es capellán en el Mando de Reserva de la Fuerza Aérea. El republicano fue miembro del Congreso desde 2013 hasta 2021 y ayudó a defender a Trump durante su primer juicio político.
La salud en el próximo gobierno de Trump
Asa Cristina Laurell
Ya desde la campaña se veía que un triunfo de Trump sería grave para el sistema de salud estadunidense, de por sí ineficiente y caro, tal como expresé en mi anterior artículo. Sin embargo, se vislumbraba que los temas de salud podrían favorecer a los demócratas. No ocurrió así. Las razones del triunfo más bien se vislumbran en el clásico Es la economía, estúpido, o más bien la inflación. Se añade a ésta la ideología del triunfo –el machismo por encima del racismo. Los machos, incluyendo los latinos, contra las mujeres a tal grado de que se considera que se tendrá una mujer presidenta en Estados Unidos sólo cuando los dos partidos postulen mujeres.
La contundencia del triunfo de Trump al ganar la presidencia y la mayoría del Senado y la Cámara de Representantes le da casi control total sobre las decisiones políticas en el país y si fallara, tiene a sus nombrados en la Suprema Corte. Este poder se expresa entre muchas otras cosas en que los altos funcionarios en su gobierno no necesitan pasar por un control de seguridad, sino que el presidente puede nombrar a quien él considere. Se puede suponer que ésta es una medida contra el Estado profundo donde se encuentran, por ejemplo, los altos mandos de la CIA, la DEA y la FBI.
Puede parecer que no tendrá mayores implicaciones para la salud, pero cuando se revisan los hasta ahora nombrados y mencionados por Trump para salud se perfilan riesgos considerables. Por ejemplo, su jefa de gabinete y anterior cabeza de campaña, Susie Wiles, es conocida por hacer cabildeo para una tabacalera en el Congreso. Por otra parte, Trump ha dicho que incluirá en una posición destacada en salud al activista antivacunas y teórico conspiracionista Robert F. Kennedy Jr, que además ha prometido retirar la fluorización del agua en el sistema público. Las altas posiciones que requieren la aprobación del Senado incluyen a la Secretaría de Salud y Servicios Humanos, el Centro de Control de Enfermedades y Prevención, la FDA y el Instituto Nacional de Salud. Estas instituciones desempeñan un papel importante no sólo en Estados Unidos, sino más allá de las fronteras de este país.
Otros dos ámbitos donde la elección de Trump probablemente tendrá profundas repercusiones es en el sistema de seguros públicos –Medicare y Medicaid– y en la salud de las mujeres. Medicare, que está dirigido a los adultos de más de 65 años, podría ser pasado para su manejo al sector privado. Sin embargo, parece que Trump sostendrá la negociación de los precios de los medicamentos de esta institución, que antes estaba prohibida. La razón de este veto era una concesión a un sector industrial que apoyaba las campañas de ambos partidos con muchos millones de dólares.
La situación de Medicaid, bajo el nuevo gobierno de Trump, es incierta, dado que su posición respecto a este programa ha sido vacilante y ambigua. Primero dijo que iba a anular Obamacare, luego que iba a hacer uno mucho mejor. Ahora presume que el salvó Medicaid, sin comprobarlo, pero ya no lo llama Obamacare. Varios expertos piensan que el número de no asegurados en EU puede incrementar de varios puntos porcentuales, particularmente a raíz de sus amenazantes políticas de migración. Trump, como ya aprendimos, habla por los pobres, pero actúa a favor de los ricos.
El último tema de gran impacto es la salud de las mujeres y particularmente el aborto. Como se sabe, la Suprema Corte, con mayoría de jueces nombrados por Trump, derogó en 2022 el derecho al aborto, garantizado desde 1973 con la sentencia Roe vs Wade. Es probable que los demócratas ganaron votos con la promesa de volver a garantizar el derecho al aborto, pero no era suficiente. Es más, varios estados donde se sometió a votación este derecho y se ganó, están preparando la defensa legal. No deja de ser lamentable que una persona con múltiples condenas por maltrato de mujeres y sobornos a una estrella porno pueda hacer valer con maniobras su desprecio por las mujeres. Más grave aún es que un personaje con las características de Trump puede ganar en toda la línea. Viene a la mente Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos.