Armando G. Tejeda, Corresponsal
15 de noviembre de 2024 12:02
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, interviene durante una sesión plenaria, en Les Corts. Foto Europa Press
Madrid. Ni el clamor popular en las calles ni las presiones políticas procedentes de todas los frentes ideológicos hicieron que el presidente de la Generalitat Valenciana, el derechista Carlos Mazón, presentara su dimisión al cargo durante su primera comparecencia pública ante el Parlamento regional después de la tragedia provocada por la DANA del pasado 29 de octubre, que ha causado 216 víctimas mortales, todavía hay 16 desaparecidos y centenares de miles de damnificados. “No oculto los errores de la Generalitat, los reconozco, los asumo e incluso pido disculpas y no voy a eludir las responsabilidades que tengo que asumir, tengo que ser el primero”, señaló Mazón, mientras que la oposición local y el gobierno español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, exigieron su renuncia y nombrar a un presidente “técnico” para liderar la etapa de la reconstrucción de la zona.
El día que inició la tragedia, aquel 29 de octubre por la tarde, Mazón estuvo en una comida con un periodista mientras se reunía el comité de crisis y no se incorporó a la zona de mando y vigilancia de la situación hasta pasadas las siete de la tarde, prácticamente cuando ya se habían desbordado varios ríos y algunos pueblos de la zona pedían auxilio a gritos. Pero el presidente valenciano atribuyó los fallos en la gestión de la crisis a una serie de errores de diversos organismos; desde los equipos especializados de su gobierno hasta los responsables de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que pertenece al ministerio de Transición Ecológica del gobierno central y que está presidido por la vicepresidente tercera, Teresa Ribera, además de a los propios responsables de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
En su comparecencia, Mazón explicó que “la respuesta no fue todo lo eficaz que se necesitaba y hay que pedir disculpa”, además de anunciar una remodelación en su gobierno en el que habrá una nueva vicepresidencia para la recuperación y una consejería de Emergencias e Interior. Además, en su relato de los hechos, Mazón señaló que “mantuve mi agenda sabiendo que la consejera se había desplazado a las zonas afectadas” y que si él llegó tarde a la reunión en el Centro de Coordinación de Emergencias fue, según ha dicho, por “culpa del tráfico”. Y a partir de ahí señaló a la CHJ que, según él, “ni avisa ni alerta a Emergencias de la Generalitat del riesgo de desbordamiento del barranco del Poyo”, que fue el origen de la tragedia. “No contamos con información suficiente y a tiempo. La catástrofe superó nuestros protocolos. No es lo mismo un episodio de lluvias torrenciales, que era para lo que estaba previsto todo, que una barrancada que superó las previsiones de Aemet”.
Tras su comparecencia, la ministra de Ciencia y líder del socialismo valenciano, Diana Morant, exigió al Partido Popular (PP) que “destituya” a Mazón del cargo y se elige a un presidente de perfil “técnico” para liderar la reconstrucción de la zona. “Hay quien pide una convocatoria electoral, pero ahora toca sacar lodo de los colegios, no las urnas. Otros piden a Mazón que dimita, pero eso no soluciona el problema, que es la coalición con Vox, que elimina la ciencia y lo público y que la primera vez que se enfrenta a una emergencia fracasa estrepitosamente. Y eso no acabaría sin Mazón. Ante esta situación tan extraordinaria, debemos dar una respuesta responsable. No podemos seguir gobernados por un presidente negligente. Por eso, nos dirigimos al PP con una exigencia y una propuesta: que destituya a Mazón y que elija a un presidente con capacidad técnica y experiencia de gestión, que no anteponga su supervivencia a las necesidades de los valencianos”, dijo la ministra española.
Para el partido de la izquierda nacionalista valenciana, Compromís, la comparecencia de Mazón fue “absolutamente decepcionante” y “no aportó información sobre las horas más importantes, las horas en que estuvo desaparecido y las horas en que se hubiera podido mandar ese aviso que hubiera salvado muchísimas vidas. ¿Dónde estuvo esa tarde?, ¿qué hizo? y ¿por qué se mandó esa alerta a las 20.11, cuando muchísimos valencianos tenían ya el agua al cuello?”, se preguntó el líder Joan Baldoví.
En su comparecencia, Mazón explicó que “la respuesta no fue todo lo eficaz que se necesitaba y hay que pedir disculpa”, además de anunciar una remodelación en su gobierno en el que habrá una nueva vicepresidencia para la recuperación y una consejería de Emergencias e Interior. Además, en su relato de los hechos, Mazón señaló que “mantuve mi agenda sabiendo que la consejera se había desplazado a las zonas afectadas” y que si él llegó tarde a la reunión en el Centro de Coordinación de Emergencias fue, según ha dicho, por “culpa del tráfico”. Y a partir de ahí señaló a la CHJ que, según él, “ni avisa ni alerta a Emergencias de la Generalitat del riesgo de desbordamiento del barranco del Poyo”, que fue el origen de la tragedia. “No contamos con información suficiente y a tiempo. La catástrofe superó nuestros protocolos. No es lo mismo un episodio de lluvias torrenciales, que era para lo que estaba previsto todo, que una barrancada que superó las previsiones de Aemet”.
Tras su comparecencia, la ministra de Ciencia y líder del socialismo valenciano, Diana Morant, exigió al Partido Popular (PP) que “destituya” a Mazón del cargo y se elige a un presidente de perfil “técnico” para liderar la reconstrucción de la zona. “Hay quien pide una convocatoria electoral, pero ahora toca sacar lodo de los colegios, no las urnas. Otros piden a Mazón que dimita, pero eso no soluciona el problema, que es la coalición con Vox, que elimina la ciencia y lo público y que la primera vez que se enfrenta a una emergencia fracasa estrepitosamente. Y eso no acabaría sin Mazón. Ante esta situación tan extraordinaria, debemos dar una respuesta responsable. No podemos seguir gobernados por un presidente negligente. Por eso, nos dirigimos al PP con una exigencia y una propuesta: que destituya a Mazón y que elija a un presidente con capacidad técnica y experiencia de gestión, que no anteponga su supervivencia a las necesidades de los valencianos”, dijo la ministra española.
Para el partido de la izquierda nacionalista valenciana, Compromís, la comparecencia de Mazón fue “absolutamente decepcionante” y “no aportó información sobre las horas más importantes, las horas en que estuvo desaparecido y las horas en que se hubiera podido mandar ese aviso que hubiera salvado muchísimas vidas. ¿Dónde estuvo esa tarde?, ¿qué hizo? y ¿por qué se mandó esa alerta a las 20.11, cuando muchísimos valencianos tenían ya el agua al cuello?”, se preguntó el líder Joan Baldoví.
América Latina: panorama sombrío
A unas semanas de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca, América Latina presenta un panorama sombrío en el que la mayor parte de los países es gobernada por fuerzas políticas que, si no son abiertamente rastreras hacia Washington, tampoco dan muestras de interesarse por proteger a sus ciudadanos de los embates que vendrán del norte. Con uno de los gabinetes más ultraderechistas de la historia reciente, y en particular con un personaje tan siniestro como Marco Rubio al frente de la cancillería, el magnate ha dejado claro que su administración profundizará las prácticas más dañinas que su país despliega en la región. Si a ello se suman las draconianas restricciones al movimiento de personas y proteccionismo comercial sui generis con que interpreta su lema America First (Estados Unidos Primero), es evidente que se avecinan tiempos turbulentos en el espacio latinoamericano.
Como se ha señalado en este espacio, el talante agresivo de Trump no tiene por qué ser una catástrofe mientras haya gobernantes decididos a plantarle cara de manera firme e inteligente, sin entrar en confrontaciones estériles, pero también sin ceder un ápice de soberanía. Lamentablemente, son contados los dirigentes latinoamericanos con la capacidad y la voluntad para emprender esa tarea y, aunque México sí tiene un Ejecutivo con esas características, es inevitable experimentar la desolación que se vive al sur, con administraciones surgidas de golpes de Estado –Perú–, elegidas de manera formalmente democrática pero al servicio de las oligarquías –Argentina, Chile, Ecuador–, que han mantenido a los ciudadanos de modo casi ininterrumpido bajo el yugo del Estado de excepción –Ecuador–, traidoras de todas las causas que abanderaron para ser elegidas –Chile– y que han emprendido el desmantelamiento sistemático de sus países para entregarlos a los grandes capitales locales y foráneos –Argentina–.
Los mandatarios chileno y argentino, Gabriel Boric y Javier Milei, supuestamente ubicados en las antípodas ideológicas, se han encontrado abrazados en su apoyo fanático a los intentos de Washington por derrocar al chavismo en Venezuela y apoderarse de las mayores reservas de petróleo del planeta mediante un gobierno títere. En Ecuador, Daniel Noboa ha probado por enésima ocasión el daño que infligen los multimillonarios cuando se hacen del poder político, mientras en Perú Dina Boluarte se mantiene en la Casa de Pizarro gracias a un pacto cupular que recurre a la fuerza ante el abrumador rechazo popular al Ejecutivo y el Legislativo. Caso aparte es el de Bolivia, donde gobierna un mandatario legítimo, pero acosado por una lucha fratricida que este diario ha relatado con un sentido solidario hacia el pueblo boliviano.
Todas estas tensiones coinciden, además, con movimientos geopolíticos de gran calado, como la toma del testigo por parte de China ante el abandono occidental del Sur Global, como exhibió esta semana la inauguración en Perú del megapuerto de Chancay como punto de partida para forjar un nuevo corredor terrestre marino entre China y América Latina y conectar el gran camino inca y la ruta marítima de la seda del siglo XXI, según expresó el presidente Xi Jinping. En este contexto, los mandatarios derechistas que se alinean con Trump en espera de que ello favorezca la llegada de inversiones y el espaldarazo financiero de Washington, harían bien en recordar que esa fórmula ya fue ensayada por el neofascista Jair Bolsonaro en Brasil durante el primer término del magnate, y que se saldó con un estrepitoso porque Trump no cree en la reciprocidad ni ve a quienes le rinden pleitesía como aliados, sino como vasallos.
Salen a las calles en repudio al gobierno de Ecuador
Periódico La Jornada
Sábado 16 de noviembre de 2024, p. 24
Movilizaciones contra el gobierno de Daniel Noboa se registraron ayer en varias ciudades de Ecuador en rechazo a los prolongados apagones –de hasta 14 horas cada día–, la inseguridad, la violencia criminal y la crisis económica, que los manifestantes atribuyen a la administración actual. Las protestas más intensas fueron en la capital, Quito (imagen). Cientos de estudiantes universitarios, sindicatos y miembros de organizaciones sociales salieron a las calles en medio de consignas y roces con las fuerzas de seguridad. Hubo quema de llantas, personas portando banderas de Ecuador y gritando consignas de ¡Fuera, Noboa, fuera!. En Guayaquil se movilizó otro contingente con los mismos reclamos, en el que participó el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Leonidas Iza, quien es el contrincante más fuerte del oficialismo a las elecciones presidenciales de febrero. Al cierre de la edición, no hay un reporte policial del saldo de las manifestaciones.