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Julio Gutiérrez
27 de abril de 2025 09:20
La tecnología ha tocado la puerta de los bancos centrales y, en diversas partes del mundo, hay organismos que comienzan a poner en marcha programas piloto de inteligencia artificial (IA) para realizar sus operaciones diarias, herramienta que mejora la productividad del personal sin alterar fundamentalmente la forma en que se realiza su trabajo, revela una nueva investigación del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).
Hay dos formas en las que los bancos centrales utilizan la IA en la actualidad: con programas piloto que complementan las habilidades humanas en lugar de remplazarlas, y los agentes de IA, que automatizan tareas específicas de estos organismos y actúan como sustitutos de las funciones humanas, según el Banco de Pagos.
“Los bancos centrales ya están integrando ‘copilotos de IA’ en sus operaciones diarias. Estas herramientas mejoran la productividad del personal sin alterar la forma en que se realiza su trabajo. Por el contrario, los agentes de IA podrían transformar los flujos de trabajo en la próxima década, aunque la supervisión humana seguirá siendo esencial para garantizar su adopción responsable y ética”, destaca.
El documento, titulado Inteligencia artificial y capital humano: desafíos para los bancos centrales, destaca que tareas como la previsión económica en tiempo real, la monitorización de la estabilidad financiera o la verificación de transacciones dependerán cada vez más de la IA, lo que requerirá que el personal supervise, interprete y refina sus resultados.
“Este cambio plantea importantes retos para la gestión del talento, especialmente en términos de contratación, retención y formación continua de la plantilla, ya que 83 por ciento de los bancos centrales informan de una mayor complejidad en la planificación de sus colaboradores.
La limitada oferta de talento con la combinación adecuada de habilidades en IA y experiencia en banca central agudiza estos retos, mientras que la rápida evolución del panorama tecnológico exige que las estrategias de la plantilla evolucionen constantemente, detalla el BIS.
Por lo anterior, el organismo plantea dos escenarios para el desarrollo de la IA en los bancos centrales –como lo es el Banco de México– y su uso.
El primer escenario, destaca, implica la aplicación de pruebas piloto basadas en grandes modelos de lenguaje (para entrenar a la IA) que amplían, en lugar de sustituir, habilidades y trabajadores humanos.
Mientras el segundo escenario “considera una posibilidad más radical que implica el despliegue de agentes de IA que pueden actuar como sustitutos de algunos papeles humanos.
Estos dos escenarios pueden considerarse como un continuo, donde las pruebas piloto se vuelven cada vez más capaces e independientes, lo que finalmente conduce al uso de agentes de IA que sustituyen muchas funciones humanas, profundiza.
Una de las conclusiones a la que llega el BIS es que en cualquier escenario los perfiles laborales cambiarán y los bancos centrales necesitarán una fuerza de trabajo capacitada para aprovechar los beneficios de la IA.
Agrega que en ambos escenarios, los bancos centrales necesitan opciones alternativas de personal para abordar las deficiencias de recursos a medida que surgen. Estas opciones incluyen recurrir en mayor medida a consultores, contratistas o trabajadores temporales, o la externalización en ciertas áreas que requieren habilidades muy demandadas.
Julio Gutiérrez
27 de abril de 2025 09:20
La tecnología ha tocado la puerta de los bancos centrales y, en diversas partes del mundo, hay organismos que comienzan a poner en marcha programas piloto de inteligencia artificial (IA) para realizar sus operaciones diarias, herramienta que mejora la productividad del personal sin alterar fundamentalmente la forma en que se realiza su trabajo, revela una nueva investigación del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).
Hay dos formas en las que los bancos centrales utilizan la IA en la actualidad: con programas piloto que complementan las habilidades humanas en lugar de remplazarlas, y los agentes de IA, que automatizan tareas específicas de estos organismos y actúan como sustitutos de las funciones humanas, según el Banco de Pagos.
“Los bancos centrales ya están integrando ‘copilotos de IA’ en sus operaciones diarias. Estas herramientas mejoran la productividad del personal sin alterar la forma en que se realiza su trabajo. Por el contrario, los agentes de IA podrían transformar los flujos de trabajo en la próxima década, aunque la supervisión humana seguirá siendo esencial para garantizar su adopción responsable y ética”, destaca.
El documento, titulado Inteligencia artificial y capital humano: desafíos para los bancos centrales, destaca que tareas como la previsión económica en tiempo real, la monitorización de la estabilidad financiera o la verificación de transacciones dependerán cada vez más de la IA, lo que requerirá que el personal supervise, interprete y refina sus resultados.
“Este cambio plantea importantes retos para la gestión del talento, especialmente en términos de contratación, retención y formación continua de la plantilla, ya que 83 por ciento de los bancos centrales informan de una mayor complejidad en la planificación de sus colaboradores.
La limitada oferta de talento con la combinación adecuada de habilidades en IA y experiencia en banca central agudiza estos retos, mientras que la rápida evolución del panorama tecnológico exige que las estrategias de la plantilla evolucionen constantemente, detalla el BIS.
Por lo anterior, el organismo plantea dos escenarios para el desarrollo de la IA en los bancos centrales –como lo es el Banco de México– y su uso.
El primer escenario, destaca, implica la aplicación de pruebas piloto basadas en grandes modelos de lenguaje (para entrenar a la IA) que amplían, en lugar de sustituir, habilidades y trabajadores humanos.
Mientras el segundo escenario “considera una posibilidad más radical que implica el despliegue de agentes de IA que pueden actuar como sustitutos de algunos papeles humanos.
Estos dos escenarios pueden considerarse como un continuo, donde las pruebas piloto se vuelven cada vez más capaces e independientes, lo que finalmente conduce al uso de agentes de IA que sustituyen muchas funciones humanas, profundiza.
Una de las conclusiones a la que llega el BIS es que en cualquier escenario los perfiles laborales cambiarán y los bancos centrales necesitarán una fuerza de trabajo capacitada para aprovechar los beneficios de la IA.
Agrega que en ambos escenarios, los bancos centrales necesitan opciones alternativas de personal para abordar las deficiencias de recursos a medida que surgen. Estas opciones incluyen recurrir en mayor medida a consultores, contratistas o trabajadores temporales, o la externalización en ciertas áreas que requieren habilidades muy demandadas.
China ya ganó la guerra comercial
Alonso Romero
En la semana, un anuncio pasó prácticamente desapercibido. Un equipo de laboratorio en China logró construir a nivel laboratorio un chip capaz de operar bajo arquitecturas comerciales, con transistores de tres átomos de grosor, a base de molibdeno, sin requerir equipo de litografía. Los chips más avanzados de Occidente son los conocidos como de dos nanómetros, que tienen un grosor de cinco átomos, con base de silicio y para fabricarlos se usan máquinas que produce ASML, compañía de Países Bajos y posteriormente TSMC (firma taiwanesa) fabrica los chips. Ambas compañías son el estado del arte y fabrican chips a todos los grandes consorcios del mundo. ¿Esto qué significa? Para fines prácticos, China fabricó un chip, fuera de todas las restricciones que EU impuso y siguiendo un camino tecnológico diferente. Esto no es nada menor, los chips son el producto más complejo, jamás elaborado por el hombre y son el centro de la batalla por el dominio tecnológico en el mundo. El que EU no posea la manera de frenar el desarrollo tecnológico chino a través de la imposición de sanciones tiene repercusiones enormes. Más aún, porque, como dijimos antes, ninguna de las compañías es estadunidense; una es europea, la otra taiwanesa. La estadunidense Intel se encuentra décadas por detrás, ya que dejó hace mucho la fabricación a las mencionadas empresas.
Lo mismo podemos observar en casi todos los sectores estratégicos y/o de alta tecnología. China es soberano o al menos, no depende de la esfera occidental. La realidad es que quien depende de China es EU. Si vemos la balanza comercial entre los dos países, Estados Unidos importa equipos electrónicos, teléfonos, computadoras, servidores (todos esenciales para los oligarcas estadunidenses), equipo para fabricación industrial y minerales estratégicos refinados (esenciales para baterías y la industria militar). En cambio China importa, carne, maíz, soya y trigo. Por eso es que cada que Trump anuncia un arancel, lo siguiente que anuncia es una excepción como lo vimos el 12 de abril, cuando exentó celulares, pantallas, chips, tarjetas de memoria, servidores tan sólo un día después de haber impuesto tasas de 145 por ciento para China (https://bit.ly/4lWuHo7).
Es muy complicado que Trump logre remplazar las cadenas de valor que China controla, más aún cuando su adversario opera bajo una lógica de largo plazo y él, obligado por los oligarcas, opera en el corto placismo del precio de la acción.
Trump tiene dos estrategias que está intentando iniciar para presionar a China, una, es que toda Europa se desacople de ese país y la otra es usar sus exportaciones energéticas para controlar a dicho país.
La primera probablemente fallará, porque de los 27 países que forman parte de la Unión Europea (UE), EU es el mayor socio comercial de sólo dos, Irlanda y Alemania. De 15 países, incluidos Francia e Italia, su principal socio es Alemania. EU se volvió el principal socio comercial alemán a raíz de que se detuvo el suministro de gas natural (GN) proveniente de Rusia y EU incrementó el suministro de gas natural licuado (GNL). El problema es que China es el segundo socio comercial y es mucho más estratégico para Alemania que EU. Lo que EU ofrece es GNL que es mucho más caro que el GN ruso, y utilizarlo es la principal razón por la que se está desindustrializando el país. El remplazo que ofrece Rusia es inmediato, en cambio, la industria alemana, dedicada a la exportación, depende totalmente de China, no hay manera de remplazarlo. Si Alemania no se desacopla de China, el continente no se desacoplará. Que Europa escoja a EU se ve cada vez más complejo con Trump imponiendo aranceles, a sus aliados, favoreciendo a Rusia contra el discurso de la UE, y con un Elon Musk abiertamente favoreciendo a la ultraderecha.
La segunda estrategia, la energía, fallará de manera estrepitosa. El 26 de agosto, en una carta del Instituto Estadunidense del Petróleo (API, por sus siglas en inglés), la industria del GNL pidió a Trump reconsiderar las prohibiciones de utilizar barcos chinos para exportar gas. El API reconoció que actualmente no existe un solo barco de origen estadunidense ni capacidad para producirlos para 2029, que puedan remplazar a los barcos de origen chino (https://bit.ly/3GrpG6C ).Es decir, la agenda de Dominio Energético depende totalmente de China. Al mismo tiempo, China se encuentra implementando una estrategia de soberanía energética. Hoy, importa menos de 30 por ciento de su consumo energético, principalmente de Rusia y cada año disminuye su consumo de hidrocarburos, sobre todo en sectores como el transporte; es por eso que China es el líder indiscutible en electromovilidad. Tiene también el liderazgo en energías intermitentes, baterías, líneas de transmisión de ultralto voltaje (las más eficientes en largas distancias con pérdidas menores a uno por ciento por cada mil kilómetros) y mucho más importante, en reactores nucleares, con 102 en operación y/o construcción y suficiente combustible para miles de años. En total, China instala capacidad de generación eléctrica a un ritmo equivalente a remplazar todo lo instalado en EU a través de su historia, cada tres años.
Como podemos ver, China tiene alternativas que simplemente EU no tiene. La planificación de largo plazo china aprovechó el corto placismo neoliberal y logró que EU represente para ellos un exportador de materia prima y bienes de baja tecnología. Como punto final, y si todo lo demás falla y USA insiste en su guerra comercial, China es el segundo mayor acreedor de bonos del tesoro, sólo detrás de Japón, pero con suficiente poder como para generar un problema extremadamente fuerte si deciden utilizarlos. A Trump sólo le queda manejar el declive.
X: @aloyub
Estados Unidos: ¡cambiar para seguir igual!
Miguel Tinker Salas y Victor Silverman*
Un documento que circula dentro de la administración Trump y filtrado a los medios, propone un dramático recorte en el Departamento de Estado que incluye una reducción presupuestaria de 50 por ciento, el posible cierre de un importante número de embajadas y consulados, principalmente en África, la consolidación de subsecretarías incluyendo género, derechos humanos y diversidad, y la eliminación, ya concretada del USAID, las emisoras Voz de América, y Radio Martí.
Inicialmente el secretario de Estado, Marco Rubio, trató de negar la existencia del memorando, ya que probablemente no fue incluido en su redacción, lo cual revela las facciones que existen en el actual gobierno. A primera vista, pareciera que EU está reduciendo su postura internacional, pero en realidad esto no es lo que sucede.
El documento que contenía los cambios propuestos para el Departamento de Estado fue escrito y promulgado por la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) como parte de los recortes dirigidos por el billonario y ministro sin cartera Elon Musk. La propuesta representa la postura de la ultraderecha estadunidense y sus aliados internacionales, particularmente en Europa que pretenden reconfigurar el orden mundial.
El director de la oficina de OMB es Russell Vought, un nacionalista cristiano y fundador del Centro para la Renovación de América, que propone recobrar el consenso de Estados Unidos como una nación bajo Dios. Pero estos cambios no sólo ocurren en del Departamento de Estado. Como en los tiempos de la Inquisición, la fiscal general de la nación Pam Bondi dirige un comité del gabinete ejecutivo de Trump para erradicar cualquier prejuicio anticristiano que exista en el gobierno federal. Como parte de esta cacería de brujas se les exige a los empleados federales denunciar cualquier trabajador que expresa una actitud anticristiana si definir que implica ser anticristiano.
El uso del nacionalismo cristiano o la manipulación del antisemitismo como arma de guerra no trata de imponer un dogma cristiano o judío. En realidad, al gobierno de Trump le importan poco los valores religiosos de justicia, amor al prójimo, ayuda a los desposeídos o la paz. Lo que Trump busca es la sumisión política de las estructuras del Estado, de los funcionarios federales, los jueces, y de la sociedad civil. El director de contraterrorismo en el gobierno de Trump, Sebastian Gorka, declaró que las opciones son simples, o apoyan al gobierno o apoyan a los terroristas. Por su parte, Stephen Miller, subjefe del gabinete, resaltó que no respaldar a Trump implica apoyar a jueces radicales que destruyen el aparato de seguridad nacional. Ya han comenzado a arrestar jueces.
En realidad, Miller sabe muy bien que no existen jueces radicales de izquierda en el gobierno estadunidense. Al igual que durante la cruzada anticomunista de los años 50, se busca crear un ambiente de miedo. Incluso senadora republicana de Alaska, Lisa Murkowski, confesó que entre sus colegas todos tenemos miedo porque las represalias son reales. Este miedo se extiende a toda la sociedad civil, incluyendo las universidades y los medios de comunicación. Hace unos días el productor ejecutivo del reconocido programa de noticias 60 minutos renunció por la censura a que fue sometido. Por su parte, los ataques selectivos a los inmigrantes y los líderes estudiantiles promueve el miedo y la desmovilización entre estos sectores.
Vought, Gorka y Miller y su enfoque en el Departamento de Estado dejan en evidencia que el proyecto autoritario de Trump es parte de una red internacional de extrema derecha que promueve una visión de nacionalismo religioso como arma de guerra para lograr la sumisión de la población tanto en EU como a escala internacional.
La postura expuesta en el documento sobre el Departamento de Estado refleja el reciclamiento de posiciones evidentes desde el siglo XIX. En particular hace recordar el llamado Concierto de Europa, proyecto reaccionario de las monarquías europeas, que dividió el mundo entre los grandes poderes y creó correspondientes zonas de influencia. El concierto se basó en un consenso antirrevolucionario, y en favor de una jerarquía tradicional que incluía a la aristocracia, la Iglesia y la familia patriarcal. La Doctrina Monroe, que tanto menciona Trump, refleja la política operante durante el concierto europeo. En múltiples ocasiones Trump ha expresado que la doctrina Monroe es la política oficial de su gobierno, lo cual ayuda explicar sus declaraciones sobre la anexión de Groenlandia, Canadá y el Canal de Panamá.
La reorientación ideológica que ocurre en EU parecería impulsar un nuevo concierto global basado en nacionalismos religiosos y una jerarquía tradicional con la cual pretenden llenar el vacío que ha dejado el viejo orden neoliberal. No obstante, es importante recordar que los acuerdos entre potencias europeas en el siglo XIX nunca resolvieron los problemas en el continente. Al contrario, resultaron en guerras desastrosas en toda Europa, y el reparto brutal de África y Asia entre los poderes imperialistas. Un nuevo concierto, o como quieran llamarlo, también sería incapaz de resolver los múltiples desafíos que enfrenta el mundo en el siglo XXI.
*Profesores eméritos, Pomona College @mtinkersalas y @victorsilverman.bsky.social
México SA
Carlos Fernández-Vega
▲ La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, presentó esta semana la Agenda Mundial de Políticas, en Washington, EU.Foto Xinhua
Además de utilizar su destartalada bola de cristal (la cual, tradicionalmente no da una), desde la fundación y puesta en marcha (1945), el Fondo Monetario Internacional se ha dedicado a “adivinar (siempre bajo su óptica de control) el futuro económico del planeta, y ha sido práctica común presionar y chantajear a más no poder a gobiernos y países para mantener el control y así evitar que sus pollos se salgan del corral, como en el caso de México, históricamente a los pies del organismo internacional.
A lo largo de los años, México ha firmado alrededor de 15 acuerdos con el FMI: dos en el sexenio de Miguel Alemán; tres en el periodo que abarca del de Adolfo Ruiz Cortines al del genocida Gustavo Díaz Ordaz; dos con Luis Echeverría, y ocho adicionales en el lapso de José López Portillo a Ernesto Zedillo ( Las relaciones de México con el Fondo Monetario Internacional, José Aranda Izguerra. Facultad de Economía, UNAM 2005). También Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto caminaron de la mano del desinteresado organismo financiero. El pollo, pues, siempre en el corral y con buenos modales.
Con López Obrador, nuestro país firmó una línea de crédito flexible por 35 mil millones de dólares para prevención de crisis, misma que no se utilizó dado que México mostraba gran solidez de sus fundamentos económicos y marcos institucionales de política económica y de su trayectoria de desempeño macroeconómico e implementación de políticas (FMI dixit). La primera de estas líneas las firmó Felipe Calderón, en 2009.
Y con la presidenta Sheinbaum… nada, por lo que el FMI aplicó su clásica técnica de presión y chantaje, al decir públicamente que en 2025 la deuda pública mexicana rebasará 60 por ciento de su producto interno bruto, aunque paradójicamente al mismo tiempo estima que, en el mismo año, el déficit gubernamental se reducirá a 4 por ciento del PIB (1.7 puntos porcentuales menos respecto de 2024). El Fondo, pues, encabronado porque se le rebela el corral.
Ayer, la mandataria mexicana comentó este asunto: Hace dos días, el Fondo Monetario Internacional publicó un reporte que decía que México se iba a endeudar en los próximos años hasta 9 billones de pesos, decían, no sé cuánto. Y les contesté: no (lo va a hacer), pues, ¡qué no se dieron cuenta que aquí llegó la Cuarta Transformación, que ya no hay corrupción, que ya no hay privilegios! México no va a endeudarse, eso es absolutamente falso.
¿Nueve billones de pesos de nueva deuda en sólo 12 meses? Aventurada, por decirlo suave, la chantajista versión del FMI. Sólo como una muestra: del inicio sexenal de Vicente Fox al de Enrique Peña Nieto (18 años), el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (el indicador más puntual sobre el endeudamiento público del país) se incrementó 8 billones 500 mil millones de pesos (a razón de un promedio anual de 472 mil millones), que ya es una barbaridad, sobre todo si se recuerda que ese monto se destinó, mayoritariamente, a pagar intereses del propio débito.
Pero el corral está agitado y endebles las cercas. Entonces, según el FMI, en sólo un año México se endeudaría a un ritmo promedio diario cercano a 24 mil 700 millones de pesos, o si se prefiere mil 29 millones por hora. Ridículo, igual que su pronóstico de que en 2025 la economía nacional se hundirá (por no atender las recomendaciones del propio organismo monetario).
Pues bien, aunque se ofenda la destartalada bola de cristal del FMI, la información más reciente indica ( La Jornada, Julio Gutiérrez): “Contra todo pronóstico, la economía mexicana repuntó en febrero y revirtió dos meses consecutivos a la baja, dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía; al presentar el Indicador Global de la Actividad Económica, una aproximación al desempeño del producto interno bruto, el organismo indicó que la economía mexicana avanzó uno por ciento en su comparativa mensual –respecto a enero– con un impulso proveniente de las actividades secundarias, particularmente, de la construcción y las manufacturas.
Se trata de la mejor tasa de crecimiento desde abril de 2023, y se presenta durante el primer mes completo de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
Las rebanadas del pastel
En 2024, la deuda pública de Estados Unidos equivalía a 121 por ciento de su producto interno bruto, y el FMI no dijo ni pío, aunque ello implica quiebra técnica del país. Lo mismo en los casos de Francia (113 por ciento), Gran Bretaña (101 por ciento), Japón (240 por ciento), Canadá (111 por ciento), Italia (135 por ciento). Entonces, a juicio del organismo financiero, hay de pollos a pollos.
Twitter: @cafevega cfvmexico_sa@hotmail.com
