sábado, 19 de abril de 2025

El agro desbanca a las remesas en la captación de divisas.

Sumaron 9 mil 282 mdd en el primer bimestre
Las exportaciones del sector superaron también al turismo y las ventas petroleras
▲ Cultivo de berries en Jalisco, uno de los pilares del sector agroalimentario.Foto Arturo Campos Cedillo
Braulio Carbajal
Periódico La Jornada   Sábado 19 de abril de 2025, p. 13
Las exportaciones agroalimentarias desbancaron a las remesas como el principal generador de divisas del país, esto en un contexto en el que las transferencias de los connacionales se han desacelerado y los envíos de productos del campo a Estados Unidos aumentaron pese a las constantes amenazas arancelarias del presidente Donald Trump.
De acuerdo con datos oficiales, entre enero y febrero de 2025 el valor de las ventas al extranjero de productos agroalimentarios registró un total de 9 mil 282 millones de dólares, dejando atrás a las remesas, que terminaron los dos primeros meses del año en 9 mil 119 millones de dólares.
En el primer bimestre hubo una industria que generó más divisas que los migrantes: la automotriz, con 21 mil 808 millones de dólares, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía; sin embargo, este sector depende en buena parte de importaciones de piezas automotrices, maquinaria, productos metálicos y demás insumos, por lo que no es comparable.
Las exportaciones agroalimentarias también superaron a otros rubros importantes de generación de divisas, como el turismo, que reportó 6 mil 881 millones de dólares, y a las exportaciones petroleras, que tuvieron un valor de 3 mil 529 millones de dólares. Otro segmento importante es la inversión extranjera directa; sin embargo, la Secretaría de Economía actualiza ese dato cada trimestre.
A raíz de la crisis sanitaria provocada por el covid-19, las remesas comenzaron a crecer al grado de que en 2020 registraron un aumento de 11.4 por ciento para alcanzar un nivel sin precedente de 40 mil 607 millones de dólares, saltando al primer lugar entre los mayores generadores de divisas, dejando en segundo lugar al sector agroalimentario. En 2024, repitió con más de 64 mil millones de dólares.
No obstante, las remesas han comenzado a perder fuerza. De acuerdo con datos del Banco de México, en febrero pasado el país recibió 4 mil 459 millones de dólares, lo que implicó una disminución anual de 0.8 por ciento.
Los envíos de febrero, según muestran datos del banco central, fueron 4.3 por ciento menores a los de enero de este año, con lo que se acumulan cuatro meses consecutivos a la baja, algo que no se veía desde el periodo de septiembre 2011 a enero 2012 y antes de eso desde julio a noviembre de 2009.
Por el contrario en el primer bimestre de 2025 el valor de las exportaciones agroalimentarias mostó un incremento de 2.1 por ciento respecto a los 9 mil 90 millones de dólares reportados en igual periodo de 2024.
Un reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas muestra que la cerveza se ubicó como el principal producto agroalimentario exportado por México, con un valor de mil 62 millones de dólares en los primeros dos meses de este 2025, lo que implicó un aumento de 4.9 por ciento frente a los mil 130 millones de dólares de igual periodo del año pasado.
En segundo lugar se ubicaron las berries (zarzamoras, fresas, arándanos y frambuesas) con 871 millones de dólares, que no obstante, significó una caída anual de 3.8 por ciento; en contraste, el aguacate mostró un aumento anual de 31.5 por ciento al pasar de 611 millones de dólares a 804 millones de dólares.
Más atrás se colocó el tequila, con un aumento anual de 10 por ciento al ir de 621 millones a 683 millones de dólares, mientras el tomate cayó 0.5 por ciento al pasar de 634 millones a 631 millones de dólares. En el caso de los chiles, se registró un aumento de 7 por ciento en las exportaciones, al ir de 480 millones a 513 millones de dólares; el azúcar tuvo un crecimiento de 2.2 por ciento al pasar de 385 millones a 393 millones de dólares.

México SA
Mario Delgado, como el Prian // Chatarreros y sus funcionarios // ¿Combatir la obesidad infantil?
Carlos Fernández-Vega
▲ El titular de la SEP, Mario Delgado, hizo partícipe a los empresarios en la toma de decisiones del programa de protección a la salud de los estudiantes.Foto Marco Peláez
El ex subsecretario de Salud Hugo López-Gattel denuncia la sucia maniobra del actual titular de Educación Pública, Mario Delgado: incorporar a los fabricantes de comidas y bebidas chatarra al esfuerzo gubernamental de implementar el programa para eliminar la promoción, distribución y venta de esos productos en las escuelas, siempre con la intención de “dejar de ser el país con mayor índice de sobrepeso y obesidad infantil, y lograrlo para que esta generación de niñas y niños sea la más saludable, fuerte y feliz en la historia de México.
Delgado se mordió la lengua, porque lo primero que hizo fue incorporar a los empresarios chatarreros en este proceso que, oficialmente, inició el pasado 29 de marzo. Y el funcionario tardó más en anunciarlo que pactar con aquellos para evitar la deschatarrización. Por ello, López-Gattel advirtió que el proceder del titular de la SEP es exactamente igual al de los secretarios de esa misma dependencia en los sexenios calderonista y peñanietista.
Dice Gattel: no difamo al secretario de Educación; él solito está presumiendo sus acciones. Su comportamiento es idéntico al de los funcionarios de Calderón y Peña Nieto, pues establece mecanismos de colaboración, es decir, (a los chatarreros) los hace partícipes de la toma de decisiones de este programa de protección de la salud de toda la comunidad educativa, no sólo la infancia y la adolescencia.
Mientras Mario Delgado oficialmente promueve la vida saludable, se reunió con los principales empresarios chatarreros (Bimbo, Coca-Cola, Pepsi y demás) con quienes acordamos sumar esfuerzos para impulsar y fortalecer la estrategia integral de nuestra Presidenta de poner por delante la salud de las infancias. Y anunció que los barones engordadores se comprometieron a donar básculas, elaborar materiales para promover la actividad física y compartir información derivada de investigaciones científicas sobre alimentación y salud en los planteles escolares. Y ¡viva el conflicto de intereses!
Entonces, encuentre las diferencias (México SA, 17 de agosto de 2010): al igual que los titulares calderonistas de la SEP y de la Ssa, Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio y José Ángel Córdova Villalobos, el líder de la bancada panista en el Senado, Gustavo Madero, aseguró que no cedimos a presiones de las trasnacionales de las burbujas y los carbohidratos para frenar la aprobación de la ley contra la comida chatarra. Lo cierto fue que 60 iniciativas legislativas para contener la inundación de ese tipo de productos y frenar el bombardeo publicitario asociado a su comercialización acabaron en el bote de la basura.
(México SA, 16 de agosto de 2010): con velocidad inaudita, el calderonato modificó la posición oficial en torno a un delicado tema que afecta en mayor medida a la población infantil: de los cotos de poder denunciados en enero pasado por Lujambio y Córdova, la supuesta autoridad (SEP y Ssa) encargada del asunto pasó a un complaciente en ningún momento hubo presiones de las empresas; de la firme decisión de erradicar la comida chatarra de las escuelas, a se mantendrá su venta; del preocupante incremento de la obesidad infantil, a que vivan los gorditos tan bonitos en este país; del somos el gobierno, al nunca se te olvide quién te instaló en Los Pinos.
Y en la complacencia absoluta, el gobierno calderonista vergonzosa y rápidamente reculó tras reunirse con los siempre dispuestos empresarios chatarreros (Bimbo-Marinela-Barcel, Coca-Cola-Femsa-Del Valle, Pepsi-Sabritas-Gamesa, Nestlé, Jumex, Grupo Peñafiel, Kellogs, etcétera, los mismos que ayudarán a Mario Delgado), es decir, aquellos a los que, en un principio, acusaron de fomentar la obesidad infantil, porque “en sólo siete años –reconocían Lujambio y Córdova– aumentó 77 por ciento en niños de entre cinco u 11 años”.
¿Y con Peña Nieto? Lo mismo: reforma constitucional a la educación, que incluyó la “prohibición de comida chatarra en las escuelas” y el suministro de alimentos saludables. Al frente de la SEP, Aurelio Nuño y Otto Granados, que también recularon.
Entonces, ¿diferencias entre el proceder calderonista y peñanietista con el de Mario Delgado? Ninguna, mientras los barones de la chatarra siguen muertos de la risa, engordando a la niñez e hinchándose de utilidades.
Las rebanadas del pastel
Dice el salvaje de la Casa Blanca que sin Estados Unidos los mexicanos no tendrían país. Por el contrario, a pesar de los gringos, que se robaron la mitad de nuestro territorio, México es enorme, grandioso en todos los sentidos.
X: @cafevega   cfvmexico_sa@hotmail.com

Hacienda espera que baje en 2026 el costo financiero de la deuda
Dora Villanueva
Periódico La Jornada   Sábado 19 de abril de 2025, p. 13
Tras cuatro presupuestos federales en que se habrán ido cerca de 4 billones y medio de pesos sólo en el pago de intereses y servicio de la deuda pública, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público plantea que el próximo año se reducirá el costo financiero, una vez que comience a tener efecto la disminución de tasas del Banco de México.
De acuerdo con los Precriterios 2026, la dependencia proyecta que sea hasta el próximo año cuando las obligaciones derivadas del pago de la deuda pública caigan 15.3 por ciento, debido a la meta de reducir el déficit público, lo cual coincide con una caída en las tasas de interés que llegaron a fijarse en 11.25 por ciento.
En junio de 2021 el Banco de México inició un ciclo de alzas en su política monetaria para mitigar la espiral inflacionaria desatada por la pandemia de coronavirus. En ese momento, la tasa de interés ubicada en 4 por ciento comenzó a aumentar hasta llegar a 11.25 por ciento en marzo de 2023.
Estos incrementos tuvieron su primer efecto en los pasivos públicos. Tras dos años de caída, en 2022 el costo financiero de la deuda aumentó 10 por ciento, para llegar a 815 mil 221 millones de pesos. Al año siguiente, la escalada fue de 21.5 por ciento y desde ese momento se ancló en más de un billón de pesos por año el pago de intereses.
Más de un billón de pesos se van a pagar intereses de la deuda (más de diez de cada 100 pesos de los presupuestos anuales) desde 2023; y dado que son obligaciones irrenunciables, al menos en los últimos dos años se han ido más recursos al pago de pasivos que a la inversión en infraestructura (inversión física).
Al compás del incremento de tasas, en 2022 se destinaron 815 mil 221 millones de pesos al costo financiero de la deuda; en 2023, un billón 45 mil 85.9 millones; para 2024 un billón 150 mil 427.1 millones y este 2025, luego de un incremento de 2 mil 300 millones debido a la depreciación del peso frente al dólar, Hacienda prevé gastar un billón 390 mil 676.2 pesos sólo en cumplir con los abonos a los pasivos públicos.
En suma, luego de gastar 4 billones 401 mil 410.2 millones de pesos en intereses, Hacienda apunta a que habrá una reducción de 15.3 por ciento en el pago de los intereses, aunque esta en su medida más amplia –el saldo histórico de los requerimiento financieros del sector público– llegue a 19 billones 958 mil 457.4 millones de pesos.
El estimado de gastar un billón 219 mil 665.1 millones de pesos en intereses durante 2026, coincide con una política monetaria más laxa por parte del Banco de México. La tasa de interés que hasta marzo del año pasado se encontraba en 11.25 por ciento, actualmente se encuentra en 9 por ciento y Hacienda apunta a que bajará a 8 por ciento al cierre de 2025; además de que la dependencia tiene la meta de reducir el déficit público y el presupuestario.
El gasto neto total deberá ajustarse a la baja en 245 mil 900 millones de pesos de 2026 en comparación con el monto aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 (...) Este ajuste se concentrará principalmente en tres componentes: el costo financiero de la deuda, las participaciones a entidades federativas y municipios y Adefas, explica Hacienda en los Precriterios 2026.
Parte del manejo de las obligaciones de la deuda pública es observar su valor como proporción de la economía. El año pasado el costo financiero alcanzó 3.4 por ciento del producto interno bruto (PIB); este 2025 –dado que se espera un crecimiento más bajo– se ubicaría en 3.9 por ciento y el objetivo para 2026 es que pase a 3.2 por ciento, según Hacienda.