El mensaje criminaliza en forma grosera a millones de trabajadores que se encuentran en el país vecino de manera irregular. Buena parte de ellos son mexicanos que, pese a su carencia de documentos migratorios, realizan sustanciales aportes a las economías de ambos países y enfrentan, sin embargo, una implacable persecución policial al margen de derechos humanos y garantías individuales. Esa clase de propaganda apunta a legitimar las ilegales cacerías humanas que llevan a cabo las autoridades federales estadunidenses por instrucciones del magnate neoyorquino, violando incluso fallos judiciales que ordenan suspender esas acciones.
En tales circunstancias, resulta obligado preguntarse hasta dónde se debe tolerar la explotación comercial de frecuencias propiedad de la nación, cuando se realiza a contrapelo de la verdad, de los derechos humanos, del más elemental sentido de país y de las leyes nacionales.
En efecto, la Ley Federal de Telecomunicaciones advierte que la publicidad comercial que se difunda en los canales concesionados deberá evitar transmisiones contrarias a los principios de paz, no discriminación y de respeto a la dignidad de todas las personas, una norma que resulta claramente violentada por la transmisión de los anuncios intimidatorios de Noem. Asimismo, éstos contravienen el Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión, que señala que se permitirá la difusión de materiales grabados en el extranjero siempre y cuando no discriminen, transmitan información que cause alarma o pánico en el público o efectúen transmisiones contrarias a la seguridad del Estado, a la integridad nacional y a la paz.
Con estos elementos en mente, es claro que debe investigarse y sancionarse la transmisión de esas piezas de xenofobia, odio y racismo, dirigidas en buena medida a intimidar y crear pánico entre las comunidades mexicanas que residen en Estados Unidos y a reforzar un falso arquetipo de nuestros connacionales en ese país como criminales, por el simple hecho de carecer de documentación migratoria.
El propósito de lucro debe tener límites, sobre todo cuando se sirve de bienes de la nación, como lo son las bandas del espectro radioeléctrico de la televisión abierta. Es por demás lamentable que, en momentos en que la unidad nacional resulta imperativa para sortear los agresivos disparates de la administración trumpista, Televisa haya decidido convertirse, por cálculos mercantiles inescrupulosos, en megáfono de las agresivas y racistas intimidaciones que la Casa Blanca lanza contra todo el mundo y, particularmente, contra México.
Juez conservador critica fallo de la Suprema Corte contra expulsiones de Trump
Afp Periódico La Jornada
Lunes 21 de abril de 2025, p. 23
Washington. Samuel Alito, juez conservador de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, calificó la decisión del alto tribunal de bloquear la deportación de venezolanos detenidos en una prisión en Texas de precipitada y legalmente cuestionable.
La Suprema Corte suspendió antier la deportación de supuestos pandilleros venezolanos desde el estado de Texas al Centro de Confinamiento del Terrorismo, megacárcel salvadoreña que ha sido denunciada por activistas y Naciones Unidas por no respetar los derechos humanos, tras una orden del gobierno de Donald Trump invocando una ley del siglo XVIII utilizada únicamente en tiempos de guerra.
Alito y su colega Clarence Thomas fueron los únicos en oponerse a la decisión mayoritaria entre los nueve miembros de la institución.
La Corte emitió una medida sin precedente y legalmente cuestionable [...] sin escuchar a la parte contraria en las ocho horas siguientes a la recepción de la demanda, argumentó Alito en un escrito.
Mientras, Trump felicitó con burla ayer, Domingo de Pascua, a los lunáticos de la izquierda radical y a los debiluchos jueces del país en pleno conflicto sobre migración.
Felices pascuas a los lunáticos de la izquierda radical que pelean y conspiran para traer de vuelta a nuestro país a asesinos, capos de la droga, presos peligrosos, enfermos mentales, conocidos pandilleros y maltratadores de esposas, manifestó en su red Truth Social.
Apuntó a los jueces y agentes del orden debiluchos e ineficaces que permiten que continúe este siniestro ataque contra nuestra nación, tan violento que nadie lo olvidará jamás.
Además criticó una vez más al ex presidente Joe Biden, quien según él permitió deliberadamente que millones de criminales entraran a nuestro país, sin ningún tipo de control ni verificación, mediante una política de fronteras abiertas que pasará a la historia como el acto más calamitoso jamás perpetrado contra Estados Unidos.
El magnate acusó de nuevo a Biden de ser el peor y más incompetente presidente del país y, como viene haciendo desde hace años, volvió a denunciar sin pruebas que perdió las elecciones de 2020 contra el demócrata por fraude electoral.
A todas las personas que hicieron trampa en las elecciones presidenciales de 2020 para que este cretino tan destructivo fuera elegido, les deseo, con gran amor, sinceridad y afecto, una muy feliz Pascua, concluyó.
El factor China
León Bendesky
Se recoge en un reciente artículo del diario Financial Times una precisa reflexión de Andrew Grove, destacado personaje de la industria tecnológica. Uno de los fundadores de la compañía Intel, que dispuso en 1971 del primer microprocesador, componente clave del desarrollo de las computadoras. Intel, a la que Grove dirigió a finales de la década de 1980, controlaba 85 por ciento del mercado mundial de chips en 1997.
Grove sostenía que el gobierno tiene una función primordial en el desarrollo de una sólida infraestructura nacional, apoyando la investigación básica como medio para mantener una pujante base manufacturera.
Esto incita a la discusión sobre la disputa económica que hoy se centra en un cambio radical en las pautas del comercio mundial, con la imposición de medidas proteccionistas, y las consecuencias que de ahí se derivan.
Requiere poner en perspectiva la estrategia de China y de otros países del sudeste asiático para impulsar, según decía Grove, el eje del crecimiento económico, compuesto por tres elementos principales: el control del abastecimiento de materias primas, el dominio de la producción de componentes y del empaquetado.
Esta línea del desenvolvimiento industrial se ha complementado, de modo relevante, a fuerza de crear una significativa estructura de ingenieros y científicos y generar una amplia variedad de productos. Las cadenas de producción, base del desarrollo industrial en la economía mundial, están soportadas de manera relevante por la base productiva de China. Ahí se han desarrollado empresas representativas como Huawei, BYD y Xiaomi, una firma de productos electrónicos creada apenas hace 15 años. Las cifras de la producción son notables, por ejemplo, en el caso de la industria automotriz, ya que en 1987 se producían en China 450 mil autos y en 2024 la cifra alcanzó 31 millones de unidades.
Brad de Long, historiador económico de la Universidad de California en Berkeley, recoge una consideración que apunta a que desde el año 2000 el principal motor del crecimiento global ha sido la rápida industrialización de China, a la que se considera la más estupenda modernización de la historia, movilizando a cientos de millones de campesinos de las áreas rurales a las ciudades. Este proceso, a su vez, propulsó las exportaciones de países productores de recursos como Brasil y Rusia y otros que venden petróleo, metales y demás recursos a aquella fábrica del mundo. Pero señala que la expansión de ese país tiene límites que se expresan ya en una menor tasa de crecimiento del producto, a lo que se suma una condición de alto endeudamiento. Una cuestión a considerar es si China es el último país en seguir el camino probado de la industrialización, es decir, trasladando campesinos a las fábricas e importando tecnología para las manufacturas, a lo que se añade una cuestión singular: Ningún país ha alcanzado altos niveles de ingreso moviendo en masa a la población hacia el sector de los servicios.
El conflicto planteado por la política proteccionista actual no puede subestimar la condición y el poder de China. Un artículo de la revista Foreign Affairs, publicado hace unos días, apunta que China es el único país en un siglo cuyo producto ha superado el nivel de 70 por ciento del de Estados Unidos. Además de que en ciertas cuestiones lo ha aventajado, como ocurre con la capacidad manufacturera, la tecnología con que domina la producción de vehículos eléctricos y la de reactores nucleares de cuarta generación, y produce anualmente más patentes y citas en revistas científicas.
En materia militar, China cuenta con la marina más grande y una capacidad de construcción de navíos muy superior a las de otros países; tiene un gran acervo de misiles y otras tecnologías; se considera que ha conseguido una muy rápida modernización militar. Se destaca que China está rezagada en campos como la biotecnología y la aviación, en las que Estados Unidos tiene más fortalezas. Pero en China se producen casi la mitad de los productos químicos del mundo, se construyen la mitad de los barcos, más de dos terceras partes de los vehículos eléctricos, más de tres cuartas partes de las baterías eléctricas y 90 por ciento de los paneles solares. Ahí se obtiene una gran parte de las tierras raras y se instala la mitad de los robots industriales en el mundo. Se ha señalado el hecho de que la última potencia mundial que dominó tan plenamente la producción mundial fue Estados Unidos entre 1870 y la década de 1940.
Estos son algunos de los linderos que definen y caracterizan la pugna que, entre otros factores, habrá de delimitar una nueva configuración del orden mundial, una vez que el que existía está hoy en un abierto proceso de transformación.
En este entorno es evidente que no se puede subestimar el factor China, pero tampoco puede desestimarse el poderío de Estados Unidos.
N. B . La noticia fue escueta, pero resonó el pasado 16 de abril. Nuo Capital, sociedad luxemburguesa dirigida por el magnate chino Stephen Cheng, ha cerrado el acuerdo de compra para la adquisición del 78.567 por ciento de las acciones de Bialetti.