Es un fracaso de la humanidad, dice Guterres // Mentira absoluta: Netanyahu
▲ En el hospital Nasser falleció el bebé de cinco meses, Zinab, debido a la malnutrición, informaron médicos en la ciudad de Gaza, sitiada por las fuerzas armadas de Israel, las cuales evitan la entrada de ayuda humanitaria.Foto Ap
Afp, Europa Press, Ap y Sputnik
Periódico La Jornada Sábado 23 de agosto de 2025, p. 17
Jerusalén. La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró ayer “oficialmente” la hambruna en la ciudad de Gaza, después de que sus expertos advirtieron que poco más de medio millón de personas se encuentran en una situación “catastrófica” y prevén que se extienda en el enclave palestino durante el próximo mes, al tiempo que aseguró que este es “un fracaso de la humanidad y un crimen de guerra”.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, sostuvo que “es un desastre provocado por el hombre, una crítica moral y un fracaso de la humanidad”; asimismo, indicó que la hambruna “no tiene que ver con la comida; es el colapso deliberado de los sistemas necesarios para la supervivencia humana”.
Tras meses de alertas sobre una hambruna en el territorio devastado por la guerra, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), organismo de la ONU con sede en Roma, confirmó que la ciudad de Gaza atraviesa actualmente una escasez alimentaria y se espera que se extienda a las zonas de Deir al Balah y Jan Yunis a finales de septiembre.
La gobernación de Gaza representa aproximadamente 20 por ciento del territorio palestino; si se le suma Jan Yunis (29.5) y Deir al Balah (16), se llega a 65.5 por ciento, lo que equivale a dos tercios de la franja de Gaza, con 365 kilómetros cuadrados y donde viven hacinados más de 2 millones de palestinos.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, afirmó que “es un crimen de guerra utilizar la falta de comida con fines militares” y que la hambruna es el “resultado directo de las acciones emprendidas por el gobierno israelí
El canciller español, José Manuel Albares, condenó la “hambruna inducida” en el territorio palestino y exigió a Tel Aviv el cumplimiento de sus obligaciones humanitarias; en su cuenta de X, escribió que “no podemos tolerar más muertes inocentes de civiles palestinos”.
Organizaciones humanitarias internacionales (Save the Children, Plan Internacional, Oxfam y Acción contra el Hambre) condenaron la catástrofe “final e inevitable” en Gaza, aseguraron que “los niños y las niñas pagan el precio más alto” y que los efectos serán irreversibles para muchos menores del enclave.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna Cisjordania reocupada, pidió “abrir las fronteras inmediatamente” para el ingreso de ayuda y una postura internacional “firme” ante esta declaración.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el informe de una “mentira absoluta” y reiteró que “Israel no tiene una política de hambruna, sino de prevención de la hambruna”, y aseguró que “refutar mentiras siempre lleva más tiempo que inventarlas”.
El movimiento de resistencia islámica puntualizó en un comunicado, recogido por la agencia de noticias Safa, que “el hecho de que la ocupación rechace este documento revela la mentalidad criminal y las mentiras utilizadas para encubrir los asesinatos”.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, amenazó con destruir la ciudad de Gaza y “abrir las puertas del infierno” a menos que Hamas ceda a los términos de Tel Aviv; de igual forma prometió que “si no aceptan, la capital de Hamas se convertirá en Rafah y Beit Hanun”, en referencia a dos ciudades que quedaron devastadas durante las operaciones.
Al menos 65 palestinos fueron abatidos por fuego israelí en las pasadas 24 horas, informaron autoridades del ministerio de Salud gazatí, con los cuales suman poco más de 62 mil 614 palestinos asesinados desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas el 7 de octubre de 2023.
En tanto, anoche el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, indicó que menos de 20 rehenes en Gaza aún están vivos. “Pero probablemente ya no sean esa cantidad porque un par de ellos ya no están”, expuso el mandatario.
El Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas respondió: “señor presidente (Trump), hay 50 rehenes. Para nosotros, cada uno de ellos es un mundo en sí mismo”, reportó The Times of Israel.
Jerusalén. La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró ayer “oficialmente” la hambruna en la ciudad de Gaza, después de que sus expertos advirtieron que poco más de medio millón de personas se encuentran en una situación “catastrófica” y prevén que se extienda en el enclave palestino durante el próximo mes, al tiempo que aseguró que este es “un fracaso de la humanidad y un crimen de guerra”.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, sostuvo que “es un desastre provocado por el hombre, una crítica moral y un fracaso de la humanidad”; asimismo, indicó que la hambruna “no tiene que ver con la comida; es el colapso deliberado de los sistemas necesarios para la supervivencia humana”.
Tras meses de alertas sobre una hambruna en el territorio devastado por la guerra, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), organismo de la ONU con sede en Roma, confirmó que la ciudad de Gaza atraviesa actualmente una escasez alimentaria y se espera que se extienda a las zonas de Deir al Balah y Jan Yunis a finales de septiembre.
La gobernación de Gaza representa aproximadamente 20 por ciento del territorio palestino; si se le suma Jan Yunis (29.5) y Deir al Balah (16), se llega a 65.5 por ciento, lo que equivale a dos tercios de la franja de Gaza, con 365 kilómetros cuadrados y donde viven hacinados más de 2 millones de palestinos.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, afirmó que “es un crimen de guerra utilizar la falta de comida con fines militares” y que la hambruna es el “resultado directo de las acciones emprendidas por el gobierno israelí
El canciller español, José Manuel Albares, condenó la “hambruna inducida” en el territorio palestino y exigió a Tel Aviv el cumplimiento de sus obligaciones humanitarias; en su cuenta de X, escribió que “no podemos tolerar más muertes inocentes de civiles palestinos”.
Organizaciones humanitarias internacionales (Save the Children, Plan Internacional, Oxfam y Acción contra el Hambre) condenaron la catástrofe “final e inevitable” en Gaza, aseguraron que “los niños y las niñas pagan el precio más alto” y que los efectos serán irreversibles para muchos menores del enclave.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna Cisjordania reocupada, pidió “abrir las fronteras inmediatamente” para el ingreso de ayuda y una postura internacional “firme” ante esta declaración.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el informe de una “mentira absoluta” y reiteró que “Israel no tiene una política de hambruna, sino de prevención de la hambruna”, y aseguró que “refutar mentiras siempre lleva más tiempo que inventarlas”.
El movimiento de resistencia islámica puntualizó en un comunicado, recogido por la agencia de noticias Safa, que “el hecho de que la ocupación rechace este documento revela la mentalidad criminal y las mentiras utilizadas para encubrir los asesinatos”.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, amenazó con destruir la ciudad de Gaza y “abrir las puertas del infierno” a menos que Hamas ceda a los términos de Tel Aviv; de igual forma prometió que “si no aceptan, la capital de Hamas se convertirá en Rafah y Beit Hanun”, en referencia a dos ciudades que quedaron devastadas durante las operaciones.
Al menos 65 palestinos fueron abatidos por fuego israelí en las pasadas 24 horas, informaron autoridades del ministerio de Salud gazatí, con los cuales suman poco más de 62 mil 614 palestinos asesinados desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamas el 7 de octubre de 2023.
En tanto, anoche el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, indicó que menos de 20 rehenes en Gaza aún están vivos. “Pero probablemente ya no sean esa cantidad porque un par de ellos ya no están”, expuso el mandatario.
El Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas respondió: “señor presidente (Trump), hay 50 rehenes. Para nosotros, cada uno de ellos es un mundo en sí mismo”, reportó The Times of Israel.
En la franja, el primer colapso alimentario en Medio Oriente
Somalia y Sudán, los únicos que han sufrido la tragedia
Reuters, Afp y Dpa
Periódico La Jornada Sábado 23 de agosto de 2025, p. 17
Nueva York., La Organización de Naciones Unidas (ONU) señaló ayer que es la primera vez que se confirma oficialmente una hambruna en la región de Medio Oriente y la quinta en el mundo desde 2011, conforme al sistema de Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria en Fases (IPC) del Fondo para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, aseguró que “se modifican los criterios para favorecer la narrativa de Hamas”; mientras el IPC defendió la validez de las normas empleadas en el estudio y argumentó que 15 por ciento de los menores examinados en Gaza presentan un diámetro de brazo compatible con la inanición extrema, y acusó a las autoridades de Tel Aviv de emplear parámetros incorrectos.
De acuerdo con el informe, una hambruna se declara formalmente cuando se cumplen tres criterios: al menos 20 por ciento de los hogares se enfrentan a una escasez extrema de alimentos; si 30 por ciento de los infantes sufren desnutrición aguda y al menos dos adultos o cuatro niños por cada 10 mil habitantes mueren cada día de hambre o por una combinación de desnutrición y enfermedad.
Para finales de septiembre, más de 640 mil personas en toda la franja se enfrentarán a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria, clasificados como nivel 5 (grave) de la Clasificación Integrada de Fases de la Seguridad Alimentaria. Otros 1.14 millones de personas estarán en la etapa 4, y 396 mil más se enfrentarán a la escala 3, estimó el IPC.
Las clasificaciones que anteceden a la cinco son fase de emergencia (4); crisis (3); inseguridad alimentaria en tensión (2), y la fase uno, que indica una situación de inseguridad alimentaria mínima o inexistente.
Es la quinta vez en los pasados 14 años que la IPC determina la existencia de una hambruna. Esta herramienta fue creada en 2004, y en la iniciativa participan 21 grupos humanitarios, organismos de la ONU y organizaciones regionales y que están financiadas por la Unión Europea, Reino Unido y Canadá.
El informe sobre seguridad alimentaria reportó con anterioridad que hubo hambruna en zonas de Somalia en 2011, Sudán del Sur en 2017 y 2020, y Sudán en 2024. El IPC sostuvo que no declara la hambruna, sino que proporciona análisis para que los gobiernos y otras instituciones lo hagan.
Hasbará y genocidio
Claudio Albertani*
Hasbará es una palabra en hebreo que significa explicación o esclarecimiento. En los hechos, indica una agresiva estrategia de propaganda, engaño y desinformación que despliegan el Estado judío y sus proxis para justificar los abusos y los crímenes de lesa humanidad que cometen contra la población palestina.
No es algo reciente. El exitoso eslogan “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra” revela que la voluntad de deshumanizar a los palestinos se encuentra en el origen mismo del sionismo. A principios del siglo XX, Palestina tenía unos 600 mil habitantes, de los cuales 87 por ciento eran árabes musulmanes, 10 por ciento árabes cristianos y sólo 3 por ciento eran judíos nativos. En esa época, Jerusalén, Gaza, Haifa y Hebrón eran ciudades prósperas con una población en crecimiento. Los palestinos tenían historia y tradiciones culturales: literatura, gastronomía, teatro, danza, música, además de artesanías, como joyería de plata, cerámica, textiles y tallas de madera.
Otra impostura es el supuesto derecho de los judíos “a retornar a Palestina”, tierra de la cual habrían sido expulsados por los romanos en los primeros siglos de la era cristiana. Admitiendo, sin conceder, que dicha expulsión haya tenido lugar, los judíos askenazis que llegaron de Europa oriental a lo largo del último siglo son los descendientes de un pueblo de nómadas esteparios, los jázaros, que se convirtieron al judaísmo en la Edad Media y no tenían relación alguna con los judíos bíblicos. Una patraña más es que los colonos sionistas transformaron páramos estériles que yacían abandonados en tierras fecundas. Además de ser conocida por sus olivos, dátiles e higueras, Palestina producía trigo, cebada y vid en abundancia, desde tiempos inmemorables.
Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la humanidad se enteró del genocidio nazi contra los judíos, los sionistas proclamaron la creación del Estado de Israel con el beneplácito de la ONU y de las dos potencias ganadoras de la guerra: Estados Unidos y la Unión Soviética. Fue un Estado supremacista desde el principio pues, según los planes de sus fundadores –entre ellos los “izquierdistas” David Ben-Gurión y Golda Meir–, la población no judía no tendría que rebasar 20 por ciento. Como consecuencia, decenas de miles de palestinos fueron asesinados y 750 mil huyeron convirtiéndose en refugiados. Esa fue la primera nakba, o catástrofe, la limpieza étnica de Palestina, pero gran parte del mundo creyó que se estaba rindiendo justicia a los judíos europeos sobrevivientes de los campos de exterminio. ¿Cómo se puede rendir justicia a un pueblo agraviando a otro?
Después de la Guerra de los Seis Días (1967), Elie Wiesel (premio Nobel de la paz en 1986) y otros sionistas decretaron la singularidad histórica del holocausto, por su carácter sistemático e industrializado y por la intención de aniquilar completamente a un grupo humano, los judíos, a partir de una ideología de odio racial. Esta es una verdad a medias. En su libro, La violencia nazi. Una genealogía europea, Enzo Traverso ha mostrado que el holocausto judío no es único, pues la historia del colonialismo está saturada de guerras de exterminio contra múltiples pueblos en África, Asia y América, siempre justificadas con la necesidad de eliminar las “razas inferiores”.
Hoy, Israel se presenta como la víctima inocente del antisemitismo y del terrorismo; sin embargo, la lista crímenes que ha cometido contra los palestinos es tan larga que corremos el riesgo de perder nuestra capacidad de indignación. Sus mal llamadas Fuerzas de Defensa –o FDI, “el ejército más moral del mundo”– han masacrado impunemente a decenas de miles de mujeres y niños y han violado sistemáticamente todas las leyes de la guerra. Últimamente se han deshonrado practicando el tiro al blanco contra gazatíes indefensos que se acercan a los puntos de entrega de comida manejados por una orwelliana Fundación Humanitaria de Gaza, financiada por Estados Unidos e Israel.
Ahora mismo, el Estado judío lleva a cabo la segunda nakba, un genocidio en gran escala que observamos impotentes en tiempo real. Sus perpetradores no lo ocultan, se ufanan de ello y tildan a los palestinos de animales humanos. Las atroces imágenes de niños gazatíes en los puros huesos evocan Auschwitz, y el plan de deportar a los palestinos a África se parece como gota de agua al fallido intento de los nazis en 1941 de reubicar a la población judía en Madagascar. Por otra parte, las campañas militares contra Irán, Libano y Siria le deben mucho a la doctrina del Lebensraum (espacio vital) de hitleriana memoria. Lo cierto es que, contra la opinión del propio ejército, el gabinete de seguridad israelí ha aprobado la solución final: el plan de Netanyahu de ocupar integralmente Gaza, territorio que ya controla en 85 por ciento. El próximo objetivo es Cisjordania.
Así las cosas, las tareas de la hasbará son cada vez más complicadas. Varias dependencias gubernamentales de Israel trabajan tiempo completo para “explicar” el genocidio. Relaciones Exteriores ofrece becas y subvenciones a universidades, centros de investigación, ONG y empresas de comunicación y cabildeo. El Ministerio de Cultura y Deporte y el de Educación organizan actos culturales y artísticos con tufo a propaganda. Son muy dinámicos en las redes sociales. Alteran algoritmos, corrompen periodistas; se entrometen en la vida de instituciones extranjeras. Un ejemplo es el programa “Héroes por la vida”, a través del cual militares israelíes con baja del servicio activo siembran la palabra sionista en escuelas públicas de Asia y América Latina, incluyendo México.
¿Qué sigue? Mientras Estados Unidos lo tolere, Israel profundizará sus políticas genocidas y sólo estará la resistencia palestina para contrarrestarlas, junto con la solidaridad internacional. Nuestra tarea es exigir el rompimiento de las relaciones diplomáticas, académicas, militares y económicas con el Estado sionista, según las indicaciones del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones).
Pese a este panorama aterrador, hay un terreno en el cual la hasbará ya perdió. En Israel y en los territorios ocupados, hay 7.5 millones de judíos frente a igual número de palestinos. Por más que no les falte determinación y brío, los sionistas no lograrán matarlos ni expulsarlos a todos. En pleno siglo XXI, un Estado etnorreligioso que devora todo lo que está a su alcance es una bomba de tiempo para la humanidad.
* Historiador italiano