lunes, 25 de agosto de 2025

Zelensky insiste en reunirse con Putin ante estancamiento de pláticas de paz.

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Afp
24 de agosto de 2025 10:39
El presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, da una conferencia de prensa con motivo de la visita del primer ministro canadiense, Mark Carney, quien asiste a las conmemoraciones por el 34 aniversario de la nación europea, el 24 de agosto de 2025. Foto Afp
Kiev. El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, afirmó el domingo que una reunión con su homólogo ruso, Vladimir Putin, sería "la forma más eficaz de avanzar", ante el estancamiento de los esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra.
Estas declaraciones tuvieron lugar durante el aniversario 34 de la independencia del país europeo, un día marcado por diversas conmemoraciones, pero también por una serie de ataques ucranios con drones contra Rusia.
Las posibilidades de paz y los esfuerzos del presidente estadunidense Donald Trump por organizar una cumbre entre los presidentes de Rusia y Ucrania quedaron estancadas el viernes, cuando Moscú descartó cualquier encuentro inmediato entre ambos.
Zelensky insistió este domingo en que "el formato de las conversaciones entre líderes es la forma más eficaz de avanzar", renovando sus llamamientos a una reunión bilateral con Putin.
Sin embargo, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, criticó horas antes al líder ucraniano en una entrevista con el canal público Rossia por "empecinarse, poner condiciones y reclamar sea como sea un encuentro inmediato" con su par ruso.
Lavrov acusó también las potencias occidentales de "buscar un pretexto para impedir las negociaciones", "lanzadas por los presidentes" ruso y estadunidense.
Por su parte, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, rechazó las acusaciones de que Moscú está frenando un acuerdo de paz y afirmó que Rusia ha hecho "concesiones significativas" al presidente Donald Trump sobre sus demandas para terminar la guerra.
En Kiev, las conmemoraciones por el día de la independencia estuvieron marcadas por la participación del emisario estadunidense Keith Kellog, y la del primer ministro canadiense, Mark Carney.
"Juntos, los ucranios y nuestros socios, nos esforzamos por empujar a Rusia hacia la paz", declaró Zelensky durante la ceremonia.
Por su parte, el dirigente canadiense señaló que "no corresponde a Rusia decidir cómo garantizar la soberanía, la independencia y la libertad de Ucrania", a la vez que reclamó un alto al fuego en el frente.
La guerra, que ya dura tres años y medio y ha dejado decenas de miles de muertos, está actualmente en un punto muerto, aunque Rusia ha logrado avances recientes en la ruda ofensiva en el frente oriental.
Pueblos recuperados en Donestk
El comandante en jefe del ejército ucranio, Oleksandr Sirski, dijo el domingo que sus tropas habían recuperado el control de tres aldeas en Donetsk, ocupadas por las fuerzas rusas.
Ucrania también lanzó este domingo nuevos ataques de drones en territorio ruso. Uno de ellos fue derribado sobre la planta nuclear de Kursk, y explotó al caer, lo que provocó un incendio en la instalación.
Los responsables de la planta rusa dijeron que no hubo víctimas ni se registraron niveles anormales de radiación, y que el incendio fue extinguido.
Las autoridades rusas dijeron que habían derribado otros drones ucranios lejos del frente de batalla, incluida la ciudad de San Petersburgo.
Los servicios de seguridad ucranios y las fuerzas especiales ucranianas reivindicaron este ataque, asegurando haber alcanzado el complejo del "mayor productor de gas licuado de Rusia".
El ejército ucranio, de menor tamaño y con menos armas que Rusia, depende en gran medida de drones para responder a la invasión, con la mira puesta sobre todo en la infraestructura petrolera, fuente clave de ingresos de Moscú para financiar la guerra.
Kiev reportó además que Rusia atacó la madrugada del domingo con un misil balístico y 72 drones Shahed, de fabricación iraní, de los cuales la fuerza aérea derribó 48. Un aparato mató a una mujer de 47 años en la región oriental de Dnipropetrovsk, dijo el gobernador local.
Para apoyar la defensa aérea de Ucrania, Noruega anunció el domingo una financiación de 7 mil millones de coronas (unos 690 millones de dólares) para suministrar al país dos sistemas antimisiles estadounidenses Patriot, en colaboración con Alemania.
Este equipamiento es clave para Kiev, que sufre bombardeos rusos casi a diario desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.
Un aniversario con gusto a "sudor y sangre"
Esto últimos enfrentamientos ocurren cuando Ucrania celebra su día de la independencia, obtenida tras la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Para Dobrii, un médico de combate ucranio en el frente oriental, la conmemoración tiene "sabor a sudor y sangre".
"Soy un patriota de corazón, pero cuando el Día de la Independencia se convirtió en un día de combate, el sentimiento es un poco diferente", explicó a AFP.
Moscú y Kiev declararon haber devuelto este domingo 146 prisioneros de guerra y civiles, en el marco de una serie de intercambios que siguen siendo uno de los pocos ámbitos de cooperación entre ambas naciones.
Rusia controla cerca de una quinta parte de Ucrania, incluida la península de Crimea, que anexó en 2014.

Ucrania ataca centrales rusas al cumplir 34 años de su separación de la URSS
Ap, Afp, Reuters y Europa Press
Periódico La Jornada   Lunes 25 de agosto de 2025, p. 23
Kiev. Ucrania lanzó ayer ataques con drones contra instalaciones rusas al conmemorar el 34 aniversario de su independencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), al tiempo que el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, rechazó las sugerencias de que Moscú frena un acuerdo de paz con Kiev, al asegurar que el Kremlin ha hecho “concesiones significativas” al presidente Donald Trump sobre sus demandas para terminar la guerra.
Las autoridades rusas señalaron que los ataques ucranios provocaron incendios en la planta nuclear de Kursk y en una terminal petrolera en el puerto de Ust Luga, cerca de San Petersburgo.
Zelensky aseguró durante el acto conmemorativo, en el que estuvo acompañado por el primer ministro de Canadá, Mark Carney, y el enviado estadunidense, Keith Kellogg, que una reunión con su par ruso, Vladimir Putin, sería “la forma más eficaz de avanzar” en los esfuerzos para poner fin a la guerra.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, criticó al mandatario ucranio por “empecinarse, poner condiciones y reclamar sea como sea un encuentro inmediato” con Putin, durante una entrevista con medios rusos.
En entrevista con NBC; Lavrov acusó a Kiev y a Occidente de “buscar un pretexto para impedir las negociación” impulsada por Trump y Putin, mientras un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania fue anunciado por los aliados occidentales.

Temple y prudencia
Arturo Balderas Rodríguez
La más reciente entrega de la revista The Atlantic está dedicada al proceso histórico que determinó la construcción de la bomba atómica, que posteriormente abrió la puerta a la era nuclear. Los artículos tienen en común una tarea: crear conciencia sobre el peligro que en nuestra era representa la proliferación de armamento nuclear, particularmente en dos países: Estados Unidos y Rusia.
Por añadidura, entender el peligro de que una sola persona sea capaz de crear una situación irreversible en todo el planeta si decide lo que figurativamente se conoce como oprimir “el botón rojo”, que no es otra cosa que activar un mecanismo que puede ocasionar la muerte de millones de seres, si no es que la desaparición de la humanidad. No hay que ser un genio para entender que la referencia corresponde a Donald Trump y a Vladimir Putin, lo que realza la importancia de la reunión de ambos mandatarios en territorio estadunidense.
En términos formales, el objetivo fue discutir la situación en Ucrania, pero también tuvo un significado especial. Rusia fue reconocida nuevamente como igual, y después de tres años Putin rompió su aislamiento diplomático (Joshka Fischer en Project Syndicate.org).
Una de las historias en The Atlantic revela la forma cómo en uno de los episodios más graves de la guerra fría, la prudencia de los primeros mandatarios de Estados Unidos y la Unión Soviética salvó a la humanidad de una catástrofe difícil de imaginar.
John F. Kennedy advirtió a Nikita Khrushchev el peligro que para la paz representaba el desembarco de varios cohetes en Cuba con el fin de atacar a Estados Unidos. La historia es de sobra conocida, pero no el contenido de la nota que Khrushchev envió a Fidel Castro para disuadirlo de atacar a Estados Unidos y convencerlo de la necesidad de regresar los cohetes a Rusia.
“Naturalmente, usted entenderá que las consecuencias del ataque no pararán ahí, sino que serán el principio de una guerra termonuclear. Estimado camarada Fidel Castro, no obstante entender sus razones, encuentro que su propuesta es errónea.” (Jeffrey Goldberg The Atlantic, agosto 2025 p. 24). La nota es un ejemplo del temple y la cordura que prevaleció y debe prevalecer en cualquiera que tenga su alcance la posibilidad de usar armas nucleares.
Un salto en el tiempo nos lleva a la reunión en Alaska y sus diferentes lecturas. Una de ellas es la indiferencia que Trump ha demostrado a la necesidad de imponer un límite a Putin para que cese las hostilidades y detenga sus ataques a Ucrania. El apoyo de los países europeos a esta última fue una enérgica llamada de atención a Putin, quien contratacó advirtiendo que la única forma de cesar las hostilidades es reconocer el derecho de Rusia a las regiones que ha ocupado desde la invasión, en 2022.
El impasse que se ha abierto en las discusiones podría derivar en un nuevo episodio de la guerra fría en momentos en que los protagonistas se multiplican, incluidos China, Taiwán y Corea del Norte, Irán, Israel, Palestina y un puñado más de naciones.
El peligro es latente por el hecho de que algún pirómano decida prender un cerillo al barril de pólvora sobre el que el planeta está sentado. En otras palabras, “oprimir el botón rojo”.
En el plano doméstico, con sus torpezas en materia de política exterior y su guiño a Putin, Trump ha renovado el recelo histórico que los estadunindenses tienen con Rusia. Además de sus yerros en materia de aranceles, política migratoria y militarización de diversas ciudades, su extraña fascinación por el ex agente de la KGB ha tenido un efecto negativo en su popularidad, según describe la revista The Economist en su edición más reciente.
Para Trump, el dilema en la cuestión doméstica lo resolverá, como en otras ocasiones, con litigios, persecución, venganzas, golpes publicitarios, y remplazos de quienes no le sean leales. Pero en el plano externo no le será fácil cuadrar el círculo cuando Putin exige que para cesar las hostilidades se reconozca la pertenencia a Rusia de los territorios invadidos, mientras Zelensky exige que sean devueltos a Ucrania. Los agravios y decenas de muertos son muchos. No está claro cómo uno u otro cederán.
La pregunta es cuál será la opción que Trump proponga en su azarosa carrera por ganar el Nobel de la Paz.