martes, 14 de mayo de 2019

Valle de México: atmósfera sin plan.

Luego de varios días caracterizados por incendios industriales, agrícolas, forestales y de pastizales en diversas alcaldías de la Ciudad de México (CDMX), entre ellas Cuajimalpa, Xochimilco y Magdalena Contreras, y del estado de México (Tultepec y Atizapán de Zaragoza), y frente a un evidente incremento de la contaminación atmosférica en el valle de México, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) emitió una alerta, debido a la presencia de partículas finas (PM2.5) suspendidas en el aire e hizo recomendaciones a la población; sin embargo, hasta ahora no se ha declarado una contingencia ambiental que implique restricciones en la circulación de vehículos.
La jefa de gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, informó que la Came no cuenta con un protocolo para declarar la contingencia por ese contaminante, por lo que esa comisión, integrada por los gobiernos de la CDMX, estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala y Querétaro, trabaja en la elaboración de un programa para ha-cer frente a situaciones como las que están ocurriendo.
La mala calidad del aire ha creado una justificada preocupación entre la población, no sólo porque la otrora llamada región más transparente luce como la más opaca y turbia en muchos años, sino también por las molestias respiratorias y oculares que ya afectan a muchas personas.
También ha generado consternación y enojo que las autoridades no hayan anunciado hasta ahora medidas específicas para hacer frente a la circunstancia y que ni siquiera la tengan prevista. Los planes de contingencia ambiental, en efecto, están diseñados para activarse ante el exceso de otros contaminantes, pero no para ser aplicados en casos de que haya exceso de humo y hollín en el aire. Y aunque es cierto que en la actual temporada de seca los incendios forestales y agrícolas han coincidido con los industriales en forma excepcional, resulta desoladora la ausencia de un programa para hacer frente a sus consecuencias ambientales.
Lo anterior obliga a preguntarse si no es tiempo de reconfigurar la Came para convertirla en una entidad capaz de dar respuestas más ágiles y, por supuesto, si no es oportuno revisar los criterios con los cuales se declaran las contingencias ambientales; porque es difícil negar que la presente lo es, aunque no haya sido declarada oficialmente.

Negocios y empresas
Trump, el proteccionista
Miguel Pineda
Donald Trump es el presidente más proteccionista de las últimas décadas en Estados Unidos. Su estrategia consiste en poner todo tipo de barreras a las importaciones y buscar que las empresas inviertan en su país para sustituir las compras que realiza en el extranjero.
Esta política afecta a todo el mundo, comenzando por sus aliados históricos, al imponer aranceles a todo producto que quiera que se produzca en su territorio. Según Trump, lo que Estados Unidos compra del extranjero se traduce en pérdida para su economía, y lo que exporta, en ganancia. Si Estados Unidos importa mil dólares y sólo exporta 500, su visión es que pierde 500, y eso se traduce en menor riqueza y menos generación de empleos en su país.
La medida proteccionista más reciente la impuso el viernes pasado, al subir los impuestos a diversos productos chinos de 10 a 25 por ciento. Piensa que esa estrategia es lo mejor que pudo hacer. Los derechos de aduana aportarán mucho más riqueza a nuestro país que un acuerdo fenomenal de tipo tradicional, señaló. Por su parte, Robert Lighthizer, su representante comercial, dijo que gracias a este movimiento el gobierno recibirá 45 mil millones de dólares adicionales.
Aparentemente con este tipo de medidas el país se fortalece, ya que el gobierno obtiene más dinero, invierten más las empresas locales y se fortalece el empleo. Sin embargo, a mediano plazo Estados Unidos se debilitará, porque todo costará más a los consumidores, lo que se traducirá en una contracción del mercado.
Además, la mayoría de bienes y servicios ya no son de manufactura nacional, sino global. Un dispositivo electrónico o un automóvil, por ejemplo, se producen con la tecnología de Estados Unidos, Japón o Europa, pero en su proceso se incorporan materiales y mano de obra de Asia, África y América Latina. La autosuficiencia de todo lo que consume un país ya no existe.
En estas condiciones, lo que generará la política proteccionista de Estados Unidos es un rezago de su economía frente a economías abiertas a la competencia y, en especial, frente a China, que rápidamente mejora su educación y tecnología y aumenta la exportación de productos de alto valor agregado. Como muestra, simplemente revise en qué país se ensambló su celular.
miguelpineda.ice@hotmail.com