miércoles, 27 de marzo de 2024

Suspenden ley antinmigrante de Texas hasta nuevo aviso: Bárcena.

Migrantes esperan a ser procesados por agentes de la Patrulla Fronteriza después de cruzar el Río Grande desde México, en Eagle Pass, Texas. 
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Arturo Sánchez Jiménez
27 de marzo de 2024 07:52
Ciudad de México. La ley antinmigrante SB4 de Texas permanecerá suspendida hasta nuevo aviso.
“El Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de los Estados Unidos rechazó la moción de Texas”, informó este miércoles la canciller Alicia Bárcena en las redes sociales.
En una votación de 2-1, el tribunal resolvió que la ley SB4 -que crea el delito de “entrada ilegal” a Texas y permite a autoridades locales detener, encarcelar y deportar a extranjeros sospechosos de haber ingresado a Estados Unidos sin documentos seguirá bloqueada mientras los jueces consideran la cuestión más amplia de si viola la Constitución estadunidense.
En su resolución, el tribunal hizo referencia al escrito “amigo de la corte” (amicus curiae) presentado por el gobierno de mexicano.
“México ya protestó la SB4 y señaló que la aplicación del estatuto frustraría los esfuerzos bilaterales, incluidas las expulsiones de no ciudadanos”, señaló el tribunal.

Colombianos y ecuatorianos, al plan de apoyo a migrantes
Al igual que venezolanos, recibirán 110 dólares al mes
El programa de repatriación incluye fuentes de trabajo en sus naciones
Emir Olivares y Arturo Sánchez
Periódico La Jornada  Miércoles 27 de marzo de 2024, p. 5
México ampliará el programa de repatriación de migrantes a ciudadanos de Colombia y Ecuador, con una aportación de alrededor de 110 dólares al mes por persona durante un semestre, informó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Añadió que su administración trabaja a diario para resolver el fenómeno, con programas, atención y recursos, pues destina 4 mil millones de dólares para atender exclusivamente el tránsito migratorio por el país, además de implementar programas sociales en Centroamérica y el Caribe.
Por lo anterior insistió en la necesidad de que Estados Unidos destine al menos 20 mil millones de dólares de apoyo a los países de la región para evitar la diáspora.
En la mañanera de ayer se le preguntó sobre el convenio firmado con el gobierno de Venezuela –anunciado la semana pasada por la canciller Alicia Bárcena en Oaxaca– en el que informó que la intención es que a quienes acepten ser repatriados se les dará la aportación económica y se buscan acuerdos para que sean empleados en su lugar de origen.
Al respecto, el mandatario detalló que se han firmado ya sendas cartas de intención con los gobiernos de Ecuador y Colombia, a fin de replicar el programa en términos muy similares para favorecer a los migrantes que acepten regresar a sus naciones.
El mandatario presentó una gráfica con cifras de la Administración de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos que muestran que del primero al 21 de marzo los encuentros con ciudadanos venezolanos crecieron 66.9 por ciento; de ecuatorianos, 60.1, y de Colombia, 12.7; mientras de Cuba, Honduras, Haití, Guatemala y Nicaragua, las cifras bajaron.
Reaccionarios se oponen
Ante las críticas al programa firmado con Venezuela, el mandatario consideró que se trata de posiciones reaccionarias del bloque conservador, y que el objetivo es proteger a los migrantes que en la ruta corren muchos riesgos, de todo tipo: secuestros, asesinatos, violaciones, toda la travesía desde el sur hasta la frontera norte, y no queremos que les pase nada.
Recordó que hace un año 40 migrantes murieron y 28 resultaron heridos en un incendio ocurrido en una estancia provisional del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, Chihuahua.
El jefe del Ejecutivo agregó que se negocia con empresas como Bimbo y Femsa, que tienen sedes en naciones del sur del continente, para que contraten a migrantes repatriados.
Estamos absolutamente seguros de que si se apoya a la gente en sus lugares de origen se reduce considerablemente el flujo migratorio, pero eso requiere recursos y eso es lo que no ha querido hacer el gobierno de Estados Unidos, destinar fondos para apoyar a los pueblos de América Latina y el Caribe, y lejos de ello es más fácil que destinen muchísimo dinero a la guerra.
Interrogado sobre la caravana migrante que partió de Tapachula, Chiapas, rumbo al norte, con alrededor de 2 mil personas, aseveró que va a ser atendida, como siempre, y estamos ayudando bastante.

Incendios, desastres previsibles
Hasta ayer, autoridades y ciudadanos luchaban para controlar y sofocar seis incendios en Veracruz, uno en Guanajuato y otro en Nuevo León, el primero de los cuales ha consumido más de 600 hectáreas de bosques. En el combate a las conflagraciones participan bomberos, elementos de la Guardia Nacional, de las secretarías de la Defensa Nacional y de Medio Ambiente estatales, el Equipo de Manejo de Incidentes veracruzano, así como brigadistas municipales, de Petróleos Mexicanos y otras agrupaciones.
Como en otros desastres, esta serie de incendios ha sacado a relucir lo mejor y lo peor de la sociedad. Lo mejor, por la manera espontánea en que cientos de ciudadanos se han presentado como voluntarios para prestar ayuda, ya sea combatiendo el fuego o brindando alimentos y otros insumos a quienes lo hacen. Lo peor, por la negligencia y la irresponsabilidad criminal de quienes probablemente ocasionaron algunos de los incendios, ya fuera incinerando basura a cielo abierto (en Acapulco), realizando quemas agrícolas ilegales (en Veracruz) o manejando de manera inapropiada fogatas recreativas (en Durango, donde el daño ya es 150 por ciento mayor al padecido en el primer trimestre de 2023).
Asimismo, el gran número de dependencias de los tres niveles de gobierno que participan en los esfuerzos de control de daños tiene un aspecto virtuoso y uno inquietante. Por una parte, muestra que las autoridades movilizan todos sus recursos materiales y humanos para enfrentar estos siniestros tan dañinos. Por otra, señala la carencia de una instancia central especializada, capacitada y dotada de los elementos necesarios para combatir los incendios tan pronto se presenten en cualquier punto del territorio nacional, pues queda claro que es casi imposible coordinar en unas pocas horas a dependencias federales, estatales y municipales, así como trasladar al personal y la maquinaria a los sitios donde se les requiere con la celeridad debida.
Existen varias vías para subsanar esta ausencia, ya sea dotando a las fuerzas armadas de un mandato específico de combate de incendios forestales o creando una dependencia que se ocupe de ello. La multiplicación de estos eventos a causa del cambio climático pone una presión adicional a la necesidad de contar con un marco institucional y normativo diseñado a la medida de las condiciones geográficas mexicanas.
No puede pasarse por alto que la falta de cobertura vegetal genera un círculo vicioso de graves consecuencias para el ser humano: al perderse la vegetación que cubre el suelo, sobre todo cuando se trata de especies arbóreas, se reduce de manera dramática la captación y fijación del agua, con lo que empeora el estrés hídrico y la vegetación restante queda más expuesta a los fuegos naturales o inducidos. Esto afecta a las personas por la baja en la disponibilidad de agua tanto para actividades agrícolas e industriales como para consumo directo, pero también incrementa el riesgo de que poblaciones rurales y urbanas sean atacadas por las llamas. El público está familiarizado con las imágenes de suburbios estadunidenses, europeos y australianos consumidos por incendios descontrolados, pero en estos días habitantes y autoridades tuvieron que desplegar estrategias de contención para que dichas escenas no se vivieran en Acapulco y Veracruz.
A diferencia de fenómenos como los terremotos o los huracanes, que son res-pectivamente imprevisibles e incontrolables, en el caso de incendios es posible aminorar los daños siempre y cuando se les detecte a tiempo, se intervenga de manera oportuna y se disponga de la infraestructura, la organización y el equipamiento para afrontarlos. Por ello, es imperativo adoptar políticas de Estado dirigidas a prevenir y mitigar tales conflagraciones.