miércoles, 27 de marzo de 2024

Un candidato-programa Maduro.

Fernando Buen Abad Domínguez*
Pesan más de 900 sanciones económicas impuestas por EU contra Venezuela, con las heridas sociales que implican, y eso no impidió el registro clamoroso de Nicolás Maduro como candidato a un nuevo periodo presidencial. Fue un clamor de pueblo movilizado que, desde sus entrañas dolidas y heroicas, ha debido soportar a pie firme, la insolencia y la estulticia imperial yanqui. A pesar de todo, ese pueblo ha encontrado las fuerzas históricas indispensables para no sucumbir arrodillado por extorsiones y humillaciones a destajo. Una muchedumbre, con vocerío preclaro, sacó a las calles y las avenidas su mensaje hondo y nítido, conmovedor por inamovible: ¡váyanse al carajo, yanquis de mierda! La derrota de la derecha parece inevitable.
Resisten una de las más virulentas ofensivas económico-mediáticas, desencadenada contra el programa bolivariano y socialista. Los gringos han sobrepasado sus agresiones conocidas y han desplegado repertorios peores a manos de las jaurías neoliberales y sus secuaces mass media. Lo que han hecho contra el pueblo venezolano es una canallada insoportable. Han llegado a usar el nombre de su país con sorna y desprecio. Repudiemos la guerra de desprestigio instalada contra Venezuela. Que no se naturalice el odio de clase como sustituto del debate.
La respuesta de los hijos de Bolívar se despliega en clave electoral, por la democracia. Acudió ese pueblo extraordinario a registrar al candidato Nicolás Maduro. Preparan una contraofensiva ayudados con las urnas, las leyes y orgullo de contar con una estructura electoral impecable, revisada y avalada por los organismos y los expertos más exigentes del orbe. Contraofensiva de dignidad que extrae la artillería de la cordura y la autodefensa, de los arsenales históricos del chavismo para no caer en provocaciones y emboscadas del imperio gringo. Irán por los votos para una victoria contundente e histórica.
Desde luego la derecha y sus corifeos se precipitan para interrogar airadamente, como si tuviesen algún derecho para interrogar, la relección, el régimen, la dictadura y el manto de la virgen… claro, sin pasar revista al escándalo de corrupción macabro que pudre desde sus entrañas al capitalismo, que ellos tanto aman, empeñado en destruir todo signo de civilización y toda dignidad humana. Ahora el programa del socialismo bolivariano se ensancha en un polo patriótico que teje la trama de las alianzas emergentes en un mundo pospandemia, ensangrentado, saqueado, explotado y humillado hasta el hartazgo. Así, han encontrado el modo para organizar la resistencia y la rebeldía en unidad.
Es imperfecto ese socialismo, dicen algunos desde las diestras y las siniestras. Es incompleto, añaden otros. No es Marx, no es Lenin, no es Trotsky, reclaman aquellos. No es Chávez, rumoran los más delirantes. Muchos omiten lo que se escucha en las calles. Ignoran lo que mandatan miles de asambleas populares que organizan la voluntad política del pueblo de Chávez como plan de lucha electoral que lleva a Maduro al Consejo Nacional Electoral para hacerlo candidato de nuevo.
No todos están contentos, es verdad que hay fatigas y heridas. Falta mucho, hay deudas y demoras. Las más de 900 sanciones imperiales no lo explican todo y sigue habiendo desigualdades añejas con distorsiones nuevas y viejas. Hubo traiciones, puñaladas y bofetadas de corrupción escandalosa y faltan soluciones más enérgicas con sanciones ejemplares para los traidores. Para superar eso, el pueblo bolivariano extiende otro voto de confianza, ahora transversal al programa de la patria que marca la dirección política de esta etapa. Es una dialéctica histórica que enloquece a los pitucos y a sus apellidos.
Hasta para seguir disputando su derecho a ser libres, miles de asambleas de barrio han optado por Maduro. Por cierto, indica pobreza intelectual severa o mala fe emitir afirmación sobre Venezuela, omitiendo el peso de las más de 900 sanciones que son por sí mismas un crimen de lesa humanidad. Algo muy bueno para su pueblo debe estar haciendo el chavismo que enoja tanto a la burguesía. Recrudecerán en los meses próximos las campañas del odio que han pretendido desfigurar el impulso revolucionario de las masas venezolanas. Intentarán crear las condiciones para un escarmiento macabro que extinga la osadía de querer ser soberanos, igualitarios y comunitarios. El imperio amenaza con sus palabrejas apocalípticas para destruir las libertades y las dignidades democráticas. Las comparsas mediáticas exhiben sus circos con la esperanza mercenaria de insuflar los influjos siniestros de los oligopolios mediáticos.
Está activado un movimiento de masas que construye su agenda de lucha inspirado en sus propias luchas. Se hermana con las victorias históricas de otros pueblos y entiende el rol de las generaciones que se dan cita para garantizar soberanía a sus riquezas naturales y a sus riquezas morales. Que las tiene y muchas en cantidad y en calidad. Maduro es signo de la resistencia disciplinada, cuya tarea histórica es contribuir a perfeccionar el socialismo bolivariano de Venezuela. Se lo ordena la revolución misma. Su campaña será obedecer la orden hacia un gran avance revolucionario. Eso significa mucho en el actual periodo revolucionario pese a los miles de obstáculos y afrentas porque el cometido electoral de Maduro no es sólo la victoria.
El mandato es una victoria contundente y han de saberlo muy bien todos los obreros, los campesinos, los estudiantes de todo el mundo, porque este proceso electoral ya no es sólo un asunto de Venezuela, es sin duda, un continental y global del que surgiría una geopolítica cargada con novedades. No habrá electores con sentido quietista, todos saben que su voto es un documento histórico de lucha en el que habita el avance dialéctico y revolucionario que, todavía, no conocen muchos pueblos y que ha costado trabajo entender en el estado actual de alienación mundial. Maduro es ya candidato, y deberá ser escuchado atentamente porque su voz no es otra que la de un pueblo indicando los pasos de su revolución.
Maduro es un candidato-programa, parido por las masas para multiplicar las fórmulas de la ecuación rebelde en una revolución bonita comprometida con la “máxima felicidad posible para todos y todas. La nominación de Maduro como candidato será movilización permanente del vocerío revolucionario escrito por la mano de campesinos y obreros de todos los frentes en lucha que son soporte crucial y futuro único. Será acción directa porque su pueblo lo ordena. Acción directa de una democracia revolucionaria que no se detendrá aunque muchos la ignoren o la desprecien.
* Doctor en filosofía

Colapsa puente en Baltimore tras ser embestido por barco de carga
Seis personas desaparecidas
Hoy se reanudarán las labores de búsqueda
▲ Partes del puente Francis Scott Key, el más importante de Baltimore, asoman en el río Patapsco luego de que la estructura se vino abajo por la embestida de un buque carguero. Varios trabajadores que daban mantenimiento a la vía cayeron al agua.Foto Ap
The Independent y Ap   Periódico La Jornada
Miércoles 27 de marzo de 2024, p. 24
Baltimore. El puente Francis Scott Key, el más importante de esta ciudad, se vino abajo la madrugada de ayer cuando el buque carguero Dali se estrelló contra uno de sus soportes. En cuestión de segundos, la estructura se precipitó al río Patapsco.
Este accidente podría afectar durante meses las actividades en este puerto.
Los rescatistas sacaron del río a dos sobrevivientes. Seis personas que se encontraban en el puente, entre ellas dos guatemaltecos, continuaban desaparecidas. Su búsqueda se reanudará hoy.
Los operadores del Dali emitieron una llamada de auxilio momentos antes del percance, lo que permitió a las autoridades limitar el tránsito, informó el gobernador de Maryland, Wes Moore.
El impacto hizo que la estructura colapsara como si fuera de juguete. El barco se incendió y despidió una columna de humo denso y negro.
Como la nave avanzaba hacia la estructura a una velocidad muy, muy rápida, las autoridades sólo tuvieron tiempo para evitar que los autos tomaran el puente, dijo el gobernador. “Esas personas son héroes –dijo Moore–. Salvaron vidas anoche”.
El accidente ocurrió mucho antes de la ajetreada hora pico de la mañana, en la vía de 2.6 kilómetros que fue utilizada por 12 millones de vehículos el año pasado.
Las seis personas que no habían sido localizadas hasta anoche formaban parte de un equipo de trabajadores que rellenaba baches en la carpeta asfáltica de la vía, dijo Paul Wiedefeld, secretario de Transporte del estado.
La Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de Infraestructura señaló en un informe, citado por ABC News, que al parecer el barco perdió propulsión al salir del puerto y la tripulación informó de inmediato a las autoridades de Maryland.
Se dio a conocer que el carguero es propiedad de la empresa Synergy Marine Group y está registrado en Singapur. Acababa de salir del puerto de Baltimore y se dirigía hacia la capital de Sri Lanka, Colombo, a donde debía llegar a finales de abril.
Synergy Marine Group señaló que todos los miembros de la tripulación, incluidos dos pilotos, resultaron ilesos. A su vez, las autoridades declararon que no había indicios de que el incidente haya sido resultado de un acto terrorista.
Jayme Krause, de 32 años, estaba trabajando en el turno nocturno en una instalación logística cuando escuchó un ruido que comparó con el de una tormenta. Un compañero le avisó que el puente había colapsado y salió corriendo a ver, pero en el lugar donde estaba el puente ya no había nada. Fue impactante, contó a los reporteros.
El alcalde de Baltimore, Brandon Scott, calificó el accidente de tragedia impensable y describió la escena como sacada de una película de acción.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió que se reconstruirá la estructura con rapidez y que el gobierno federal pagará por los trabajos. Este podría ser el peor colapso de un puente desde 2007, cuando el I-35W en Minneápolis colapsó en el río Misisipi.
Por el Francis Scott Key, inaugurado en 1977, circulaban diariamente 31 mil autos y era una de las principales carreteras interestatales para viajar entre Nueva York y Washington sin cruzar por el centro de Baltimore.