martes, 30 de abril de 2024

EU y México reforzarán lucha para reducir flujo migratorio.

AMLO y Biden dialogaron por teléfono sobre atacar la raíz del fenómeno
▲ El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que se respetarán las garantías de los extranjeros en tránsito.Foto Presidencia
Alonso Urrutia y Emir Olivares
Periódico La Jornada  Martes 30 de abril de 2024, p. 3
Después de una conversación telefónica celebrada este domingo, los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y Estados Unidos, Joe Biden, acordaron dar instrucciones en el corto plazo, a sus equipos de seguridad nacional de que trabajen juntos para poner en marcha de inmediato medidas concretas para reducir significativamente los cauces fronterizos irregulares, protegiendo los derechos humanos, según lo dieron a conocer en un comunicado conjunto sobre el contenido de la plática.
En su conferencia, sin mediar pregunta, informó que durante su gira por Quintana Roo habló con Biden exclusivamente de migración. Además acordó impulsar iniciativas para abordar las causas fundamentales de esos desplazamientos. Ambos mandatarios coincidieron en que una prosperidad compartida en ambas naciones y la seguridad en la región serán de vital importancia para impulsar iniciativas para abordar las causas fundamentales de la migración en todo el hemisferio occidental.
López Obrador subrayó que en la actualidad, los flujos migratorios en la frontera norte se encuentra a la mitad respecto al nivel más alto registrado en enero pasado. Y todo esto es porque se están aplicando los programas de apoyo en varios países amigos de América Latina, programas que estamos financiando nosotros.
–¿Por qué la urgencia de la llamada de Biden el domingo?
–Porque nos comunicamos periódicamente, yo lo busco, él me busca, platicamos. Para que tengan una idea, de 12 mil migrantes promedio diario en la frontera norte, estamos ahora desde enero a la mitad.
Detalló que la charla se realizó a iniciativa del mandatario estadunidense, sobre la base de trabajar conjuntamente en distintos ámbitos, lo cual ha permitido consolidar la relación económica que coloca a México como el principal socio comercial de Estados Unidos en el mundo. Destacó que además la estabilidad económica en nuestro país y las reducidas tasas de desempleo han contribuido a que no aumente la migración nacional hacia el país del norte.
Reconoció que en tiempos electorales, como ocurre actualmente en ambos países, pero principalmente en Estados Unidos, el fenómeno migratorio es motivo de las campañas políticas, tanto de demócratas como de republicanos, con mayor énfasis en estos últimos.

El 1º de mayo de 2028 puede cambiar al mundo
Shawn Fain*
Miembros de Trabajadores del Automóvil Unidos (UAW, por sus siglas en inglés) combatieron con valor a la codicia corporativa en Ford, General Motors y Steallantis el otoño pasado, durante la histórica Huelga StandUp de seis semanas. Gracias a su determinación y compromiso, ganamos contratos sin precedente con las Tres Grandes fabricantes de automóviles.
Después de décadas de ir a la zaga, los trabajadores de la UAW comienzan a avanzar de nuevo.
Presentamos una serie de ambiciosas demandas en la mesa de negociación. Una en particular quizá no recibió la misma atención que la reinstalación de los ajustes por costo de vida o la reapertura de la planta de ensamble en Belvidere, Illinois, pero también puede causar una transformación: alinear nuestros contratos para expirar a la medianoche del 30 de abril de 2028.
Nos preparamos con todo a ir a la huelga el primero de mayo de 2028, lo cual tendrá una importancia crítica por varias razones.
La primera es que, para transformar la economía en una que funcione para beneficio de todos –no sólo los ricos–, necesitamos reclamar nuestra historia nacional de sindicatos militantes, que unieron a los trabajadores de todas las razas, géneros y nacionalidades.
El Primero de Mayo tiene sus raíces en Estados Unidos: en 1886, en las calles de Chicago, donde los trabajadores se organizaron y lucharon por la jornada laboral de ocho horas. Esa demanda se encontró con una brutal resistencia de los patrones, quienes emplearon tanto a despiadados mercenarios como a la policía para suprimir con violencia las protestas en masa encabezadas por los sindicatos. El 4 de mayo de 1886 estalló una bomba en la Plaza Haymarket de Chicago durante un enfrentamiento entre obreros y policías, donde murieron varios oficiales de policía y otras personas. Entre los resultados estuvo una farsa de juicio, en la que varios trabajadores fueron sentenciados a muerte. La causa de los Mártires de Chicago se convirtió en la de los trabajadores en todo el mundo, y el 1º de mayo se convirtió en un día internacional de asueto, conmemorativo de la lucha de los trabajadores del mundo para reclamar el tiempo y el valor de su trabajo.
Ahora, 138 años después, el 1º de mayo es un día de asueto oficial en países que van de Argentina a Sudáfrica, Suecia y Hong Kong, prácticamente en todas partes, excepto en su país de origen. No es coincidencia. La clase multimillonaria y sus lacayos políticos han hecho cuanto han podido para blanquear la historia de la clase trabajadora en nuestro país.
Quieren hacernos creer que los jefes corporativos dieron a los trabajadores salarios decentes, prestaciones y condiciones de trabajo más seguras por la bondad de sus corazones. Que la justicia y equidad para las personas de color, los inmigrantes, las mujeres y las comunidades homosexuales fueron regalos concedidos con benevolencia desde las alturas. Pero sabemos la verdad. Cada ley aprobada, cada sindicato formado y cada contrato ganado –cada mejora introducida en el centro de trabajo– lo han sido mediante el incansable sacrificio de la clase trabajadora.
Si en verdad vamos a reclamar el poder y la importancia del Primero de Mayo, no podemos hacerlo mediante el simbolismo vacío. Debe ser por medio de la acción.
Queríamos asegurar que nuestros contratos expiraran el 30 de abril de 2028 no como un gesto simbólico, sino como una arenga. Hemos pedido a otros sindicatos unirse a nosotros en fijar la fecha de expiración de sus contratos el 1º de mayo de 2028, con la esperanza de que el movimiento laboral en conjunto pueda aspirar colectivamente a construir el poder necesario para cambiar el mundo.
Formamos sindicatos en nuestro centro de trabajo porque sabemos que tenemos mucho más poder unidos que el que tenemos como individuos. Lo que es verdad para los trabajadores en un centro de trabajo es verdad para los de todos los centros de trabajo. Cuando los sindicatos se organizan juntos en todas las industrias y países, nuestro poder se amplifica de manera exponencial. El hecho es que sin trabajadores, el mundo deja de funcionar.
Para que los trabajadores triunfen en escala masiva –ganar la atención a la salud como un derecho humano, pensiones para que nos jubilemos con dignidad, un mejor nivel de vida y más tiempo para pasarlo con nuestra familia y amigos–, los sindicatos tienen que comenzar a pensar más en grande.
Les pondré un ejemplo. El verano pasado, durante el movimiento hacia la expiración del contrato en las Tres Grandes, me reuní con el presidente del Sindicato General de Camioneros, Sean O’Brien, en su sede en Washington. Durante nuestra conversación, él se comprometió a que ningún camión manejado por su sindicato entregaría autopartes a instalaciones de las Tres Grandes en huelga.
El poder de los trabajadores de la UAW en respaldo de nuestros trabajadores durante la Huelga Stand-Up fue enorme. Pero, con el respaldo de los camioneros, que se negaron a entregar autopartes a las instalaciones de las Tres Grandes, tuvimos aún más poder. Eso creó otro quebradero de cabeza para los fabricantes de Detroit y más presión para que las Tres Grandes cedieran a las demandas. Ahora, imaginen esa misma solidaridad laboral en una escala mucho mayor.
Y así como la codicia corporativa no reconoce fronteras, nuestra solidaridad tampoco debería hacerlo.
En la UAW, hemos visto de primera mano cómo las compañías lanzan a los trabajadores unos contra otros. Los trabajadores en Michigan son enfrentados a los de Alabama, los de Estados Unidos son enfrentados a los de México, los de Norteamérica a los de Sudamérica. Es un juego simple. Las empresas se llevan la producción –o amenazan con llevársela– a localidades donde la mano de obra es más barata, las regulaciones laborales más laxas y los recortes fiscales y subsidios más grandes.
Una clase trabajadora unida es la única muralla efectiva contra la carrera de la clase multimillonaria hacia el fondo. Para el movimiento laboral estadunidense, eso significa lidiar con algunas duras verdades. Como el hecho de que es imposible proteger empleos en Estados Unidos mientras se hace caso omiso de los apuros de todos los demás.
Siempre he oído hablar de una huelga general. Pero eso es todo lo que ha habido: charla. Si tomamos en serio lo de construir suficiente poder colectivo para ganar atención universal a la salud y el derecho a jubilarnos con dignidad, necesitamos pasar los próximos cuatro años preparándonos.
Una huelga general internacional no va a ocurrir con un tronar de dedos. No va a ocurrir a través de las redes sociales. Una huelga general exitosa va a requerir tiempo, coordinación de masas y un montón de trabajo por parte del movimiento laboral.
Como trabajadores, debemos unirnos. Ya no podemos permitir que las corporaciones, los políticos y las fronteras nos dividan. Es tiempo de reclamar el Primero de Mayo para la clase trabajadora.
De eso se trata nuestra expiración de contrato el 1º de mayo.
* Primer presidente de la UAW elegido directamente por los agremiados. Este artículo apareció originalmente en In These Times ( inthesetimes.com).
Traducción: Jorge Anaya

El iletrismo en Francia
Vilma Fuentes
Mientras países del mal llamado Tercer Mundo pueden ufanarse en su lucha contra el analfabetismo, en un país considerado potencia mundial como es Francia, el analfabetismo funcional o iletrismo roe la sociedad a causa, tal vez, de los paradójicos progresos del mundo moderno. Uno de cada 10 habitantes padece iletrismo; es decir, no comprende lo que lee y no es capaz de escribir un texto (rellenar una solicitud, leer un diario, entender un contrato, seguir instrucciones escritas). A estas limitaciones se agregan ahora las producidas por las nuevas tecnologías de información y comunicación: computadoras, calculadoras, teléfonos móviles y otros diversos nuevos aparatos.
La paradoja, en ocasiones, es que los productos de las nuevas tecnologías son causas de parte del iletrismo. La lectura de libros es cada vez más reducida, la computadora sugiere las frases para continuar la escritura de un texto, las pantallas de las modernas máquinas ocupan el espacio que podría dedicarse a leer al menos un diario, la escritura manuscrita se desvanece bajo los teclados de un moderno aparato, la variedad de vocabulario se reduce, las palabras escasean y los pensamientos se van limitando a formulaciones prefabricadas por la inteligencia artificial de los instrumentos a diario utilizados.
Dos de las primeras víctimas del actual analfabetismo son la poesía y la filosofía; es decir, el pensamiento. Si se acepta que el ser humano es tal porque es capaz de pensar, a diferencia de otros animales y especies, el empobrecimiento de su inteligencia estaría causando una futura deshumanización. En lugar del superhombre de Nietzsche, encarnación de la lucidez y trascendencia de sí para devenir lo que es, liberado con la muerte de Dios, el hombre actual emprendería el camino contrario a su evolución, cuyo primer signo fue el inicio del pensamiento en Grecia.
Con el Poema de Parménides se expresa por vez primera el pensamiento escrito en Occidente ante la revelación del milagro de ser: En efecto hay ser, al contrario, la nada no es. Pensar y ser es la misma cosa, afirma asimismo en el poema, manantial y principio de la reflexión.
La evolución del pensamiento, con y sin tropiezos, ha evolucionado a través de los siglos. La mente formula con palabras las ideas expresadas. La escasez de vocabulario, sea la lengua o idioma que sea, limita la idea que se desea exponer. La persona que carece de las palabras es incapaz de formular en su mente lo que percibe apenas como un destello. Menos aún expresar en voz alta lo que es un hervor en su cabeza.
Orgullosos de los progresos científicos y técnicos, hombres y mujeres se vuelven más y más dependientes de sus propias invenciones. Pueden dejarse a las máquinas muchas de las tareas realizadas por ellos durante siglos de Historia, pero no el pensamiento. El robot más perfeccionado puede dejar caer gotas de agua salada como lágrimas y emitir ruidos jocosos, pero no sufre ni ríe. Emite frases y escribe discursos, pero no piensa. Su programación no alcanza la capacidad de reflexión que da la palabra. Por esto es grave el empobrecimiento del vocabulario. El riesgo, en este retroceso, es acostumbrarse, a causa de la falta de palabras, a la facilidad perezosa que es repetir lo escuchado en radios, televisores, reuniones, amaestrados por anuncios publicitarios y propagandas, engañándonos imaginando que pensamos y expresamos nuestras ideas.
Por fortuna, aún estamos a tiempo de invertir el proceso de analfabetismo que brota aquí y allá como en Francia. Marc Menant, periodista, cronista de televisión y escritor, aconseja con su aguda lucidez la lectura diaria de un poema en las escuelas. Inocular en las nuevas generaciones el placer de la lectura. Creo que es posible apasionar a los niños con la lectura de El corsario negro, Los tres mosqueteros o los cuentos de Las mil y una noches. Y, ¿por qué no Harry Potter, ya tan leído por muchos de ellos?
vilmafuentes22@gmail.com