Hace unos días, se reveló que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, compartió en dos ocasiones planes confidenciales de ataque a Yemen, incluidos los horarios de despegue de aviones de combate, en un grupo de Signal. El primer evento salió a la luz porque el asesor de seguridad nacional del presidente, Mike Waltz, añadió por error al editor en jefe de The Atlantic, pero ahora se sabe que Hegseth creó otro chat grupal en el que participaban su esposa, su hermano y su abogado personal. Los dos últimos son también empleados del Pentágono –lo cual refuerza la percepción de que el nepotismo y los conflictos de intereses son el sello del trumpismo–, pero ninguno posee un cargo ni un rango que justifique compartirles datos tan delicados. Trump ha defendido sin resquicios a su subordinado, hasta el punto de calificar de pérdida de tiempo hablar del tema.
Los problemas de Hegseth eran previsibles y evitables. Desde hace años se le ha acusado de abuso de alcohol, violencia doméstica y malversación de fondos. Es abiertamente misógino y defiende el perdón a criminales de guerra. Al igual que su jefe, Hegseth se vio envuelto en un escándalo de pago a cambio de silencio a una mujer con quien se involucró sexualmente; con un agravante: la mujer lo acusa de agresión sexual. El funcionario admite haberle pagado por ocultar los hechos para evitar consecuencias profesionales cuando era presentador de Fox News, aunque niega la existencia de abuso.
El pasado fin de semana, por otra parte, a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, le robaron en un restaurante un bolso con 3 mil dólares en efectivo, su pasaporte, la placa de seguridad del departamento que encabeza, su permiso de conducir, llaves de su vivienda y cheques en blanco. El hurto de un bolso a una funcionaria de máximo nivel, quien cuenta con protección permanente del Servicio Secreto, raya en lo inverosímil y levanta suspicacias acerca de las circunstancias en que ocurrió la pérdida de la prenda. Del mismo modo, aunque nadie está salvo de un carterista hábil, tiene un tinte cómico que le roben el bolso a la encargada de la seguridad de una superpotencia planetaria.
Adicionalmente, medios de comunicación afirman que la confrontación con la Universidad Harvard, considerada la más prestigiosa del país, escaló hasta debido al envío accidental de un correo electrónico que debió haberse almacenado en borradores. En ese texto se exige al centro de estudios plegarse a políticas de contratación, admisiones y curriculares tan invasivas que a sus directivos no les quedó otra opción que rechazarlas públicamente. La incontinencia verbal del mandatario hizo el resto, y hoy se vive un choque tan incómodo como innecesario entre pilares del poderío estadunidense. Como parte del caos desatado por el delirio arancelario de Trump, en una semana tres personas han dirigido el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés, equivalente del SAT mexicano) y han menudeado otros escándalos menores imposibles de reseñar en este espacio.
Durante su primer mandato, el magnate se obsesionó con evitar el incesante flujo de filtraciones a la prensa acerca del funcionamiento interno de su gobierno, y es claro que esa preocupación estuvo entre sus motivaciones para escoger cuidadosamente a personas comprometidas hasta el fanatismo con su programa y su figura de cara al segundo término que recién comienza. De manera paradójica, casos como los referidos apuntan a que las filtraciones no se detendrán, aunque esta vez no provengan de la deslealtad, sino de la lastimosa incompetencia de sus funcionarios. Y ésa es, tal vez, el principal enemigo interno.
Del fusil a la pantalla: el intervencionismo que no cesa
Juan Becerra Acosta
Voraz, agresivo, beligerante, como una infección, Estados Unidos (EU) busca –desde hace más de 200 años– dominar a otras naciones. Para lograrlo acude a acciones militares, económicas o políticas. Apoya movimientos disidentes para que hagan el trabajo sucio que obligue a EU a intervenir naciones para brindar ayuda humanitaria, eufemismo para justificar una invasión. Inventan, por ejemplo, la supuesta presencia de armas químicas para desatar un conflicto bélico, como sucedió en Irak en 2003, país al que invadieron a pesar de que no contaron con el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, presidido entonces por el embajador de México ante el organismo, Adolfo Aguilar Zínser.
Desde 1776 EU ha participado en al menos 120 guerras. Su avidez expansionista le ha llevado a perfeccionar prácticas manipuladoras para hacerse de territorios codiciados. Recordemos el apoyo que brindó a Texas cuando en 1832 anunció su intención de separarse de Coahuila, por lo tanto de México, y la reconoció como nación independiente para luego intervenir en México, anexar a Texas como un estado suyo y, finalmente, adueñarse de más de la mitad del territorio mexicano.
Entonces malos mexicanos, traidores a la patria sedientos de poder, apoyaron al ejército invasor en quien vieron un instrumento para alcanzar el objeto de su ambición. El presidente José Joaquín de Herrera envió tropas para defender Texas, y con ellas una retaguardia confiada a Mariano Paredes y Arrillaga en San Luis Potosí, quien no sólo desobedeció, sino que regresó a la capital para atacar al presidente. Tras la anexión de Texas a EU, Paredes fue nombrado, a inicios de 1846, presidente de México por una junta de notables que él nombró.
Sin dejar a un lado el fusil, EU ha encontrado herramientas para combatir sus guerras, muchas silenciosas, con las que desestabiliza territorios para crear escenarios de caos que le abren las puertas para intervenir de manera directa o indirecta. Como sucedió en noviembre de 2019 en Bolivia, donde se concretó un golpe de Estado orquestado y financiado por EU contra el gobierno legítimo de Evo Morales. Evo se asiló en la embajada de México, país al que viajó salvando con ello la vida, mientras Jeanine Áñez se proclamó presidenta para, en el lapso de un año, destruir la mayor parte de los alcances socioeconómicos de los gobiernos del Movimiento al Socialismo, lo que no hubiese sucedido de no haber existido colusión entre bolivianos opositores al gobierno de Morales y las garras expansionistas estadunidenses.
Ahora Washington, que como nunca enaltece de manera frontal el discurso del odio y del racismo, transmitió espots en canales de televisión abierta mexicanos, en horario estelar, con un mensaje discriminatorio que, de acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, atenta contra la dignidad humana. Muestra a oficiales de Servicio de Inmigración y Control de Aduanas esposar a personas, a grupos de adultos y niños que cruzan un río, mientras se escucha a la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, decir: Si estás considerando entrar a Estados Unidos ilegalmente, ni siquiera lo pienses. Si vienes a nuestro país y rompes nuestras leyes te perseguiremos. Si intentas ingresar ilegalmente serás atrapado, serás expulsado y nunca volverás.
Los concesionarios y permisionarios de radiodifusión y televisión en el país no podrán transmitir propaganda política, ideológica o comercial de gobiernos o entidades extranjeras, ni permitir que los medios de comunicaciones que operan en su concesión sean utilizados para fines que pueden influir en los asuntos internos del país, señalaba un artículo incluido en la Ley Federal de Telecomunicaciones, abrogada por decreto el 14 de julio de 2014, que hoy busca ser rescatado a iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum.
El Poder Ejecutivo envió al Legislativo la iniciativa para recuperar esa ley y con ello garantizar que ningún gobierno extranjero, o ninguna entidad de ningún gobierno extranjero, pueda difundir propaganda.
Se espera que sea aprobada por unanimidad. Que la indignación expresada por la oposición ante la transmisión del espot no quede sólo en ello, sino también reflejada en el tablero de votación, lo que implicaría que, a diferencia de la Comisión de Miramar o del mismo Mariano Paredes y Arrillaga que operó a favor del ejército invasor estadunidense, se antepongan los intereses soberanos sobre cualquier otro.
Gaza lleva 50 días sin ayuda por el bloqueo de Israel, denuncia la ONU
Hay 600 mil niños palestinos en riesgo por la falta de comida, agua potable y vacunas contra la poliomielits
▲ Inspección de daños en un garaje de la municipalidad de Jabaliya que fue impactado ayer por bombas israelíes.Foto Afp
Ap, Europa Press, Afp y Xinhua
Periódico La Jornada Miércoles 23 de abril de 2025, p. 22
Deir Ballah., Las operaciones militares de Israel en Gaza se saldaron con más de 30 palestinos asesinados en las últimas 24 horas; el balance de víctimas mortales se elevó a 51 mil 250, incluidos mil 890 asesinados y 4 mil 950 heridos desde el 18 de marzo, cuando Tel Aviv reanudó su ofensiva contra el enclave.
En tanto, la Organización de Naciones Unidas (ONU) denunció que Israel mantiene un bloqueo total a la entrada de ayuda humanitaria desde hace 50 días, el periodo más largo sin suministros desde el 7 de octubre de 2023, cuando comenzó la guerra, mientras la agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa) lamentó que estos bienes sean usados como moneda de cambio y arma de guerra, mientras una crisis humanitaria sin precedente azota a la población gazatí.
Tras uno de los bombardeos contra una casa en Jan Yunis durante la madrugada de ayer, se encontró entre los muertos a una niña de 2 años y sus padres. “Estaban dormidos, contó Awad Dahliz, el abuelo de la niña. ¿Cuál es la culpa de esta niña inocente?
Los últimos ataques también destruyeron excavadoras, un camión cisterna, otro para el bombeo de aguas residuales y un generador móvil de energía, proporcionados por grupos de ayuda.
En tanto, alrededor de 3 mil camiones cargados de ayuda vital esperan que Israel levante el bloqueo para poder entrar en Gaza.
Cuánto tiempo tendrá que pasar hasta que las vacías palabras de condena se traduzcan en una acción para levantar el cerco, reiniciar un alto el fuego y salvar lo que quede de humanidad, preguntó el director de la Unrwa, Philippe Lazzarini, luego de afirmar que Gaza se ha convertido en una tierra de desesperación donde la población sufre un castigo colectivo.
El ministerio gazatí de Sanidad acusó a Israel de impedir también la entrada de vacunas contra la poliomielitis desde hace más de un mes y advirtió que más de 600 mil niños están en riesgo de sufrir parálisis permanente y discapacidades crónicas si no se entregan las vacunas, situación que se añade al riesgo de complicaciones de salud graves por la falta de nutrición adecuada y agua potable.
En este contexto, una delegación de Hamas encabezada por su negociador, Khalil Hayya, está en camino a El Cairo para discutir nuevas ideas sobre una tregua en la franja, luego de haber rechazado una propuesta israelí porque significaba un acuerdo parcial. Hamas pide un acuerdo completo, como estaba previsto originalmente, que incluya el fin de la guerra, la retirada de las tropas israelíes del territorio palestino y el inicio de su reconstrucción.
Asimismo, un nuevo informe del diario israelí Yedioth Ahronoth, difundido por la cadena catarí Al Jazeera, reveló que Israel necesita 2 mil 600 millones de dólares más para continuar expandiendo su ofensiva en la franja, con una operación terrestre a gran escala que le permitiría apoderarse de alrededor de 40 por ciento del territorio del enclave en las próximas semanas.
Es inconcebible que, más allá de los casi 31 mil millones de dólares ya asignados, puedan añadir otros dos mil 600 millones a un presupuesto de defensa ya inflado, comentó un alto funcionario al periódico.
