miércoles, 9 de abril de 2025

Impone Trump arancel histórico de 104% a China.

Desde el 20 de enero, cuando regresó al poder, Trump gravó los productos chinos con una tarifa inicial de 20 por ciento. Foto Afp   Foto autor
Afp y Sputnik
08 de abril de 2025 22:05
Washington. Estados Unidos cumplió la más reciente amenaza del presidente Donald Trump con un arancel de 104 por ciento a los productos chinos y adelantó que las tarifas a los productos farmaceúticos serán el siguiente paso. Horas antes de la entrada en vigor de los nuevos cobros aduaneros sobre las importaciones, Trump apretó las clavijas a Pekín aún más de lo previsto.
Desde el 20 de enero, cuando regresó al poder, Trump gravó los productos chinos con una tarifa inicial de 20 por ciento. La semana pasada, al dar a a conocer aranceles “recíprocos” a diversos países, agregó otra tarifa de 34 por ciento, para un total de 54 por ciento. Pero no conforme con esa tarifa, Trump anunció ayer otro arancel adicional de 50 por ciento, como castigo a Pekín por haber tomado represalias pese a las advertencias de la Casa Blanca. Así, la tarifa total que el gobierno de Trumpo impuso a partir de hoy a las importaciones de China asciende a 104 por ciento.
Y es que el gobierno chino replicó imponiendo un impuesto de 34 por ciento a los productos estadunidenses, que implementará a partir del jueves.
Trump dijo el martes que cree que China quiere llegar a un acuerdo sobre aranceles, pero afirmó que mientras tanto Pekín pagará un arancel de 104 por ciento.
“Los aranceles adicionales sobre los productos chinos estarán en vigor a partir de la medianoche de hoy al 104 por ciento hasta que lleguen a un acuerdo con nosotros. Así será. Creo que llegarán a un acuerdo en algún momento. Quieren llegar a un acuerdo... Simplemente no saben cómo empezar porque son gente orgullosa”, dijo el mandatario en la cena del Comité Nacional Republicano del Congreso (NRCC, en inglés).
En un discurso pronunciado el martes por la noche ante sus colegas republicanos, Trump calificó de “sinvergüenzas y estafadores” a los críticos de los aranceles y anunció que los gravámenes a las importaciones de productos farmacéuticos serán el siguiente paso. Horas antes, en la Casa Blanca dijo que su país ingresa 2 mil millones de dólares al día por los aranceles, sin ofrecer detalles.
La administración estadunidense asegura, no obstante, seguir abierta a la negociación. Trump habló de acuerdos “a medida”. “Lo estamos haciendo muy bien y yo los llamo acuerdos a medida, no a la carta, son a medida, muy a medida”, dijo.
El secretario de Finanzas, Scott Bessent, declaró a Fox News que “quizás cerca de 70 países” ya se han contactado con la administración estadounidense para hablar de los aranceles.
“Todo esto va en la dirección correcta”, dijo a los senadores estadunidenses el representante comercial Jamieson Greer. Afirmó que el gobierno no tiene planes en el corto plazo de cambiar de táctica en el programa arancelario global.
“Debemos alejarnos de una economía basada únicamente en el sector financiero y el gasto gubernamental” para centrarnos en una “basada en la producción de bienes y servicios reales”, afirmó.
Aseguró que el país ha perdido cinco millones de empleos manufactureros y 90 mil fábricas en los últimos 30 años, desde que se promulgó un acuerdo de libre comercio trilateral con México y Canadá.
Los analistas consideran que la guerra comercial podría socavar la economía mundial, con riesgos de inflación, desempleo y disminución del crecimiento.
Los aranceles de Trump han causado revuelo incluso en el gabinete estadunidense. El hombre más rico del mundo, Elon Musk, un asesor de Trump y rostro visible de los recortes del gasto federal, llamó este martes “imbécil” y “tonto de remate” a Peter Navarro, uno de los principales consejeros comerciales de la Casa Blanca.
El jefe de Tesla, SpaceX y X reprocha que Navarro haya dicho que él “no es un fabricante de automóviles”, sino “un ensamblador” que trabaja con piezas importadas de Asia.

 "No nos intimidan", responde Pekín y critica amenazas; "todos perdemos", advierte.
China se dijo comprometida a abrirse cada vez más al mundo, independientemente de los cambios en la situación internacional. Foto Ap /Archivo   Foto autor
Dora Villanueva
08 de abril de 2025 07:22
La nueva amenaza de Donald Trump de imponer un arancel adicional de 50 por ciento a China si ésta no deja de responder a su ofensiva comercial se topó con pared. No provocamos problemas ni nos intimidan. Presionar y amenazar no es la manera correcta de tratar con China, respondió la potencia asiática luego de que el presidente de Estados Unidos amagó con escalar las tarifas a las importaciones de ese país, y advirtió que está dispuesta a luchar hasta el final.
China ha tomado y seguirá tomando medidas firmes para salvaguardar su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo, destacó el gobierno chino en un posicionamiento frente al abuso arancelario por parte de Estados Unidos, al que también calificó de acto típico de intimidación económica.
Esta respuesta viene luego de que el republicano usó su red, Truth Social, para atizar la guerra arancelaria:
Tras recibir un arancel adicional de 34 por ciento en el Día de la liberación de Trump, China contratacó con una tarifa equiparable a partir del 10 de abril.
Primero por medio de su portavoz de Relaciones Exteriores, Lin Jian, y luego en una declaración oficial, la segunda economía más grande del mundo acusó a Estados Unidos de “explotar los aranceles para subvertir el orden económico y comercial internacional, anteponer los intereses estadunidenses al bien común de la comunidad internacional y promover sus ambiciones hegemónicas a costa de los intereses legítimos de todos los países.
Al tomar esta medida, Estados Unidos desafía las leyes fundamentales de la economía y los principios del mercado, ignora los resultados equilibrados alcanzados mediante las negociaciones comerciales multilaterales, ignora que Estados Unidos se ha beneficiado sustancialmente del comercio internacional durante mucho tiempo y utiliza los aranceles como arma para ejercer la máxima presión en beneficio de sus intereses egoístas, apuntó.
“El desarrollo es un derecho inalienable de todos los países, no el privilegio exclusivo de unos pocos (…) ¡El mundo debe abrazar la equidad y rechazar el hegemonismo!”, exhortó la potencia asiática.
Agregó que la narrativa de aranceles recíprocos y justicia impulsado por la administración de Trump sólo es un pretexto para imponer el principio de Estados Unidos primero y el excepcionalismo estadunidense, como parte de un acto típico de unilateralismo, proteccionismo e intimidación económica.
China se dijo comprometida a abrirse cada vez más al mundo, independientemente de los cambios en la situación internacional, al tiempo que sentenció: La intimidación económica que traslada los riesgos a otros acabará siendo contraproducente (...) No hay ganadores en las guerras comerciales ni arancelarias.

Mercados asiáticos se desploman ante aranceles de 104% a China
En China, el índice de la bolsa de Shanghai inició con pérdidas de más de 2 por ciento, pero horas más tarde entró en terreno positivo. Foto Afp   Foto autor
The Independent, Afp y la redacción
08 de abril de 2025 21:53
Las bolsas asiáticas abrieron este miércoles con fuertes caídas, continuando el descenso previamente en Wall Street, ante el temor de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desestabilice el sistema de comercio mundial con la entrada en vigor de su arancel de 104 por ciento a las importaciones procedentes de China.
El índice Nikkei de la bolsa japonesa cayó más de 3 por ciento en las primeras operaciones del miércoles, una baja similar a la del precio del petróleo en el comercio asiático. 
En China, el índice de la bolsa de Shanghai inició con pérdidas de más de 2 por ciento, pero horas más tarde entró en terreno positivo.
En Hong Kong el FTSE China 50 cedía 1.40 por ciento, en Singapur el STI Index caía 1.92 por ciento y en Corea del Sur el índice Kospi perdía 1.23 por ciento. La moneda surcoreana, el won, se depreció a mil 487.45 unidades por dólar estadounidense, su nivel más bajo desde 2009.
Los mercados mundiales entraron en turbulencia desde la semana pasada, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció una ola de aranceles a las exportaciones de casi todos los países.

Trump: desastre autoinfligido
El gobierno de Donald Trump continúa a toda máquina la destrucción de la economía y el tejido social estadunidense. Ante el rechazo de Pekín a aceptar en silencio la imposición de aranceles de 54 por ciento (34 establecido la semana pasada sobre el 20 vigente con anterioridad) a sus exportaciones hacia Estados Unidos, el magnate dobló la apuesta con una tarifa adicional que elevará hasta 104 por ciento el recargo a las mercancías chinas. Mañana entrarán en vigor los aranceles de 34 por ciento a algunos productos estadunidenses establecidos por la potencia asiática en respuesta al embate trumpiano, y también se espera que la administración de Xi Jinping fije su postura frente a la nueva andanada. Por otra parte, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) indicó a los migrantes con permiso de residencia temporal bajo el programa CBP One que abandonen el país de inmediato. No se sabe a cuántas personas les llegó la notificación de expulsión, pero son más de 900 mil quienes se acogieron a ese plan de la era Biden que también les daba una licencia de trabajo.
El delirio arancelario contra China sólo puede conducir al desastre. Antes de la escalada de 50 por ciento, los fabricantes estimaban que los aranceles encarecerán en al menos 37 por ciento la ropa y calzado, 30 por ciento los videojuegos, 27 por ciento los teléfonos celulares, 22 por ciento los materiales de construcción y 10 por ciento los equipos de diagnóstico médico, por mencionar sólo algunos rubros en que se verán afectados los consumidores estadunidenses. El último de los enlistados es muy significativo en tanto que Estados Unidos ya es el país con los costos de atención médica más elevados y también se verá sometido a alzas por otros conceptos: China provee al mundo casi 30 por ciento de los ingredientes crudos utilizados en la fabricación de medicamentos esenciales, un tercio de las mascarillas desechables y casi todos los guantes de plástico empleados en el sector sanitario. En cuanto a la posibilidad de suplir las importaciones con producción nacional, vale señalar que en Estados Unidos se necesitan hasta 10 años –y nunca menos de cinco– para construir una nueva planta farmacéutica y hacerla cumplir con los requisitos regulatorios. Como ilustra el ejemplo anterior, abrir una guerra comercial contra la mayor potencia industrial del planeta es arriesgado; hacerlo sin ningún tipo de preparación es pura estulticia.
En cuanto a la cancelación de los permisos de permanencia temporal, debe puntualizarse que se suma a la revocación de la libertad condicional otorgada a 532 mil personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, así como al fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para 600 mil venezolanos y unos 500 mil haitianos, de momento detenido por un juez. Es decir, que la Casa Blanca quiere sacar de una vez a dos millones de seres humanos contra quienes ni siquiera tiene el argumento de la ilegalidad, pues su estancia se encuentra perfectamente regulada y registrada.
El asunto es que las deportaciones no son, como afirman Trump y sus subordinados, un asunto de seguridad nacional, sino un espectáculo de sadismo diseñado para complacer a los sectores más retardatarios del electorado republicano. Por ello, al toparse con dificultades para localizar suficientes migrantes en situación irregular para nutrir de imágenes nuevas a su audiencia, el magnate echa mano de extranjeros que tienen todos sus papeles en regla, con la cruel paradoja de que su estatus legal los hace fácilmente rastreables para sus perseguidores. Más allá de la catástrofe humanitaria, la medida supone eliminar de un día para el otro a millones de integrantes de la fuerza de trabajo, que son también consumidores de negocios de todos tamaños y contribuyentes del fisco tanto local como federal. De este modo, el trumpismo ha creado por decreto un agujero económico que sólo suele ocurrir durante las peores crisis del capitalismo. La irracionalidad es total si se considera que está eliminando su mano de obra más confiable al mismo tiempo que pretende relanzar su sector industrial.
Ante la barbarie que se propaga al norte del río Bravo, a México sólo le queda prepararse para recibir a los connacionales que retornen por su pie o de manera forzosa, así como a los extranjeros que decidan quedarse aquí ante la imposibilidad de alcanzar el cada vez más sombrío sueño americano. Por ahora, la escalada trumpiana contra el gigante asiático podría favorecer a la economía mexicana, pero el desorden mundial desatado por Washington constituye una advertencia acerca de la necesidad de diversificar las relaciones comerciales y revisar un modelo productivo excesivamente dependiente de la exportación.