▲ El secretario estadunidense de Defensa, Pete Hegseth, ayer en la tradicional carrera de los huevos de Pascua, en la Casa Blanca.Foto Ap
Afp, The Independent, Reuters y Ap
Periódico La Jornada Martes 22 de abril de 2025, p. 21
Washington. El presidente Donald Trump respaldó ayer a su controvertido secretario de Defensa, Pete Hegseth, en medio de un nuevo escándalo por el supuesto uso de la aplicación de mensajería Signal para discutir los ataques de Estados Unidos en Yemen con su esposa y otras personas.
Pete está haciendo un gran trabajo. Pregúntenle a los hutíes cómo lo está haciendo, declaró Trump, quien tachó la información de noticias falsas.
El magnate destacó que el ejército estadunidense tiene las mejores cifras de reclutamiento de los últimos 30 años.
El jefe del Pentágono supuestamente dio detalles sobre los bombardeos en un grupo de la aplicación Signal, la segunda vez que salen a luz informes sobre el uso de aplicaciones de mensajería comerciales para compartir información con personas no autorizadas por parte del jerarca.
Esto es lo que hacen los medios de comunicación. Toman fuentes anónimas de antiguos empleados descontentos y luego tratan de apuñalar y quemar a la gente para arruinar su reputación, señaló Hegseth en la Casa Blanca. No va a funcionar conmigo, advirtió.
Tres ex empleados de Defensa denunciaron sus despidos y el ex secretario de prensa del Pentágono casi pidió su destitución.
Estamos cambiando el Departamento de Defensa, poniendo al Pentágono de nuevo en manos de combatientes. Y las difamaciones anónimas de ex empleados descontentos son viejas noticias, no importan, destacó Hegseth en la tradicional carrera de huevos de Pascua celebrada ayer en la Casa Blanca.
Aseguró que mantiene el apoyo de Trump, y que está muy orgulloso del trabajo que el Departamento de Defensa hace por el presidente.
Legisladores demócratas han pedido la salida de Hegset, antigua estrella de Fox News y veterano de la Guardia Nacional sin experiencia previa en política.
Hegseth ya ha filtrado dos veces planes militares clasificados, esta vez a través de un chat no seguro de Signal. Es un desastre andante para la seguridad nacional y tiene que dimitir o ser despedido, exigió el representante Jim McGovern.
Nuestro ejército y nuestro país merecen líderes serios. Si le importara la institución que dirige, debería ser un hombre, reconocer que es una distracción para la misión militar y dimitir, afirmaron los senadores Mark Warner, Andy Kim y Elissa Slotkin.
Después de que la radio NPR informó que la Casa Blanca comenzó a buscar un nuevo secretario de Defensa, la portavoz de Trump, Karoline Leavitt, publicó en X que se trata de “noticias completamente falsas basadas en una fuente anónima que claramente no tiene idea de lo que está hablando.
El presidente apoya firmemente a Hegseth, añadió.
El mes pasado, la revista The Atlantic reveló que su redactor jefe fue incluido en un chat de Signal en el cual Hegseth y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, hablaban con otros funcionares de los ataques del 15 de marzo en Yemen.
Un inspector general del Pentágono investiga el uso de Signal por parte de Hegseth.
El New York Times y CNN aseguraron el domingo que Hegseth compartió información en otro grupo de Signal sobre los mismos ataques.
En el chat, que llevaba el nombre de Defensa/Reunión de Equipo, se encontraban personas de su entorno personal y de trabajo, como su esposa, su hermano o su abogado.
Este segundo se creó durante el proceso de confirmación de Hegseth para discutir cuestiones administrativas y no una planificación militar detallada.
Mientras, Nadine Menendez, esposa del ex senador de Nueva Jersey Bob Menendez, fue declarada culpable por desempeñar un papel central en un plan de soborno que duró años junto con su esposo y otros dos coacusados.
En otro orden, la Universidad Harvard anunció que demandará a la administración Trump para detener el congelamiento de más de 2 mil 200 millones de dólares en subvenciones, después de que la institución dijo que desafiaría las exigencias del gobierno federal de limitar el activismo en el campus.
Guerra EU-China apunta a un endurecimiento en ambos lados: expertos
El presidente de EU, Donald Trump (izq) y su homólogo chino, Xi Jinping (der) en imagen de archivo. Foto Afp Foto autor
The Independent
21 de abril de 2025 21:01
La actual batalla arancelaria de la administración de Donald Trump con China causa en los observadores el temor de que pueda estallar un nuevo conflicto de poder al estilo de la Guerra Fría.
“Lo que estamos presenciando ahora es la mayor guerra comercial de la historia”, declaró Yun Sun, director del programa sobre China en el Centro Stimson, un centro de estudios de Washington, a The Wall Street Journal. “El riesgo de que la guerra comercial se extienda a otros ámbitos es bastante alto”.
Estados Unidos y China han tenido durante mucho tiempo una relación complicada (que abarca ser socios comerciales importantes y también rivales geopolíticos y económicos), pero un nuevo paradigma comenzó con la agenda del “Día de la Liberación” de aranceles mundiales de la administración Trump.
Si bien el presidente republicano ha pausado desde entonces muchos de los aranceles recíprocos a los que se comprometió inicialmente, China aún enfrenta una tasa arancelaria de 145 por ciento, una medida que inspiró a Pekín a aplicar a Estados Unidos un impuesto de 125 por ciento.
Trump se ha mostrado públicamente optimista sobre las perspectivas de alcanzar un acuerdo comercial de algún tipo con China, aunque la administración no ha delineado públicamente el progreso para lograr tal acuerdo.
“Oh, vamos a llegar a un acuerdo”, dijo Trump la semana pasada. “Creo que vamos a lograr un muy buen acuerdo con China”.
El presidente puede ser optimista, pero la mayoría de las otras señales apuntan a un endurecimiento de la posición en ambos lados.
China ha prometido “luchar hasta el final” contra los aranceles, mientras que la administración Trump ha impuesto controles de exportación a los chips informáticos de alta tecnología fabricados en Estados Unidos que se dirigen a China.
Pekín dijo esta semana que “tomará contramedidas de manera resuelta y recíproca” contra las naciones que alcancen acuerdos comerciales con Estados Unidos que dañen los intereses chinos.
“Estados Unidos ha abusado de los aranceles sobre todos sus socios comerciales bajo el lema de la llamada ‘equivalencia’, al tiempo que obliga a todas las partes a iniciar negociaciones con ellos sobre aranceles recíprocos”, declaró el Ministerio de Comercio de China.
Mientras tanto, Trump y el secretario de Estado Marco Rubio no habrían recibido ningún mensaje directo ni oferta de sus homólogos chinos para llegar a un acuerdo, según el Journal.
Más allá de las cuestiones comerciales, las tensiones entre Estados Unidos y China han ido aumentando desde hace algún tiempo, incluidos presuntos ataques cibernéticos de ojo por ojo entre las dos naciones en los últimos meses, y China realizando ejercicios militares a gran escala alrededor de la isla de Taiwán, alineada con Estados Unidos.
The Independent
21 de abril de 2025 21:01
La actual batalla arancelaria de la administración de Donald Trump con China causa en los observadores el temor de que pueda estallar un nuevo conflicto de poder al estilo de la Guerra Fría.
“Lo que estamos presenciando ahora es la mayor guerra comercial de la historia”, declaró Yun Sun, director del programa sobre China en el Centro Stimson, un centro de estudios de Washington, a The Wall Street Journal. “El riesgo de que la guerra comercial se extienda a otros ámbitos es bastante alto”.
Estados Unidos y China han tenido durante mucho tiempo una relación complicada (que abarca ser socios comerciales importantes y también rivales geopolíticos y económicos), pero un nuevo paradigma comenzó con la agenda del “Día de la Liberación” de aranceles mundiales de la administración Trump.
Si bien el presidente republicano ha pausado desde entonces muchos de los aranceles recíprocos a los que se comprometió inicialmente, China aún enfrenta una tasa arancelaria de 145 por ciento, una medida que inspiró a Pekín a aplicar a Estados Unidos un impuesto de 125 por ciento.
Trump se ha mostrado públicamente optimista sobre las perspectivas de alcanzar un acuerdo comercial de algún tipo con China, aunque la administración no ha delineado públicamente el progreso para lograr tal acuerdo.
“Oh, vamos a llegar a un acuerdo”, dijo Trump la semana pasada. “Creo que vamos a lograr un muy buen acuerdo con China”.
El presidente puede ser optimista, pero la mayoría de las otras señales apuntan a un endurecimiento de la posición en ambos lados.
China ha prometido “luchar hasta el final” contra los aranceles, mientras que la administración Trump ha impuesto controles de exportación a los chips informáticos de alta tecnología fabricados en Estados Unidos que se dirigen a China.
Pekín dijo esta semana que “tomará contramedidas de manera resuelta y recíproca” contra las naciones que alcancen acuerdos comerciales con Estados Unidos que dañen los intereses chinos.
“Estados Unidos ha abusado de los aranceles sobre todos sus socios comerciales bajo el lema de la llamada ‘equivalencia’, al tiempo que obliga a todas las partes a iniciar negociaciones con ellos sobre aranceles recíprocos”, declaró el Ministerio de Comercio de China.
Mientras tanto, Trump y el secretario de Estado Marco Rubio no habrían recibido ningún mensaje directo ni oferta de sus homólogos chinos para llegar a un acuerdo, según el Journal.
Más allá de las cuestiones comerciales, las tensiones entre Estados Unidos y China han ido aumentando desde hace algún tiempo, incluidos presuntos ataques cibernéticos de ojo por ojo entre las dos naciones en los últimos meses, y China realizando ejercicios militares a gran escala alrededor de la isla de Taiwán, alineada con Estados Unidos.
