miércoles, 27 de agosto de 2025

Marcial Maciel, ángel perverso bajo el reino de la impunidad.

La serie de HBO titulada Marcial Maciel, el lobo de Dios vuelve a poner sobre la mesa las décadas de abusos cometidos por el fundador de Los Legionarios de Cristo y los artificios eclesiásticos, desde el arropo de la legión, así como la compra de voluntades eclesiásticas al más alto nivel en Roma. 
Foto Ap/ Archivo   Foto autor
Bernardo Barranco V.
27 de agosto de 2025 00:03
La serie de HBO titulada Marcial Maciel, el lobo de Dios vuelve a poner sobre la mesa las décadas de abusos cometidos por el fundador de Los Legionarios de Cristo y los artificios eclesiásticos, desde el arropo de la legión, así como la compra de voluntades eclesiásticas al más alto nivel en Roma. Destaca el grotesco encubrimiento del cardenal Norberto Rivera, quien aun con las evidencias autentificadas, lo siguió defendiendo a ultranza.
Marcial Maciel, pederasta, es ante todo un criminal que no pagó sus perversidades como debía. Para complacer sus instintos asesinos, profanó y sometió los cuerpos de cientos de menores, seres inocentes, para satisfacer sus patologías retorcidas.
Maciel abusó de su investidura simbólica. Quebrantó la confianza que la sociedad le depositó de buena fe. Desde su impostura clerical construyó un imperio financiero. Desde su representación social edificó una imagen de falsa santidad. Murió impune tanto del poder eclesiástico como de las leyes civiles. “Mon pere”, como lo llamaban sus discípulos, contradijo flagrantemente las enseñanzas de Jesús, contenidas en Mateo 18:10.
Cuando dice “mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”, la palabra menospreciar en griego significa “hacer tropezar, poner un obstáculo o impedimento en el camino, sobre el cual otro puede tropezar y caer, incitar al pecado, o hacer a uno empezar a desconfiar y desertar a uno en quien él debería confiar y obedecer”.
El fenómeno criminal que representa la pedofilia clerical en México lo encarna Maciel. Los depredadores sagrados contradicen los grandes principios del Evangelio, contravienen los fundamentos morales y éticos que la Iglesia pretende transmitir a la sociedad. Asimismo, la pederastia clerical desvirtúa la misión y la autoridad de la Iglesia en la historia humana. En suma, el pederasta es la antítesis del Corpus y la identidad del mensaje de Jesús. El depredador sagrado representa el lado oscuro y perverso de la Iglesia.
La pederastia clerical es un lastre criminal complejo. Maciel gozó de la impunidad de la Iglesia. Cardenales poderosos recibían sobres con 50 mil dólares en Roma para gozar de su silencio y protección, según la investigación de Jason Berry. El encubrimiento a un criminal debe pagarse. Maciel disfrutó de la benevolencia de los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón.
El líder de los Legionarios se benefició de medios de comunicación a modo, como El Norte, y comentaristas amañados que hasta el último siguieron defendiendo a este asesino clerical. Gozó también del sigilo de importantes empresarios que declararon un boicot comercial a CNI40 por la transmisión de denuncias de ex legionarios violados por Maciel.
Señala la Organización Mundial de la Salud: “Se clasifica la pederastia como los trastornos de preferencia sexual por los menores, que se encuentran entre las perturbaciones de la personalidad y del comportamiento en adultos. La pedofilia se define como la preferencia sexual por los niños, ya sean niños, niñas o ambos, generalmente en edad prepúber o al inicio de la pubertad”.
En todas las culturas existen bestiarios en sus mitologías. En la cultura contemporánea, el depredador sagrado es la bestia con sotana. Es el maligno que se arropa y disfraza con los símbolos de santidad. Un ser infausto que seduce y violenta sexualmente a sus víctimas con el rostro y ropaje de un ángel. La siquiatría moderna y las ciencias de la conducta definen el abuso sexual de un menor como un “asesinato síquico”; es decir, un acto que atenta contra la identidad y el potencial del menor. Transgrede el desarrollo de la persona. El niño representa esa identidad humana, esa vitalidad que el pederasta ha extraviado en algún lugar de su hoja de vida. En la conducta del pederasta clerical se presenta una pulsión homicida, compulsiva y repetitiva que personifica el aspecto sicopatológico, así como el control racional le confiere una cualidad criminal propia de las sicopatías.
Las perversiones sexuales de los personajes públicos y poderosos, como políticos, artistas y eclesiásticos, son también resultado de las relaciones de poder que guardan los individuos con el establishment. Michel Foucault, en su Historia de la sexualidad, encuentra un estrecho vínculo en el imperio de los privilegios como factor represivo y la sexualidad como dimensión construida desde el poder.
Hombres poderosos como Silvio Berlusconi, Harvey Weinstein, Dominique Strauss-Kahn y los pudientes personajes que aparecen en la lista de Jeffrey Epstein son una muestra. En nuestro medio, Andrés Roemer y Enrique Guzmán se saben protegidos por el poder. Dicha impunidad no guarda mucha diferencia con los sacerdotes pederastas.
Cobijados por el predominio de una cultura patriarcal, los pederastas clericales se sienten por encima de la sociedad. Estos rufianes se sienten conductores y dueños de las conciencias de los individuos y, por tanto, también de sus cuerpos. Políticos envilecidos encuentran refugio en el poder los gobiernos, mientras los sacerdotes pederastas en la estructura eclesiástica. Así, la patología de los abusos sexuales son expresiones de la corrupción del poder.
En 2023, la organización estadunidense Bishop Accountability exhibió a 15 obispos y arzobispos mexicanos que encubrieron a sacerdotes pederastas. El cardenal João Braz de Aviz, ex prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, sobre el caso Maciel afirmó: “Quien lo tapó era una mafia, ellos no eran Iglesia… Llevamos 70 años encubriendo y esto ha sido un tremendo error”.

Dos maíces, dos políticas, una soberanía
Mazorca de maíz en imagen de archivo. Foto Cristina Rodríguez Foto autor
Víctor M. Quintana S.
27 de agosto de 2025 00:04
“Sin maíz no hay país” es la divisa de un amplio movimiento social de personas productoras, artistas, intelectuales. “Sin maíz no hay negocio” podría ser el eslogan de las empresas Cargill, Archer Daniels Midland, Tyson o Pilgrim’s. No se trata del mismo grano: el primero es el maíz blanco para la alimentación básica del pueblo mexicano. El segundo, el maíz amarillo que se utiliza en la engorda del ganado; en la producción de carne, leche y huevo o se va a múltiples usos industriales.
Aunque ambos maíces son importantes para la alimentación y la industria y es válido que sean negocios con margen razonable de ganancia, deben ser objeto de políticas públicas diferenciadas. Son dos productos distintos histórica, cultural, social y económicamente, con cadenas de valor totalmente distintas.
Hay que esclarecer algunos datos sobre nuestro maíz: de 2018 a 2024, la producción nacional de maíz blanco ha oscilado entre 21.4 y 24.5 millones de toneladas para un consumo nacional de 21 millones de toneladas. Las importaciones de este grano han oscilado entre 1.1 millones de toneladas en 2018 y 200 mil en 2024. Somos prácticamente autosuficientes en este grano.
Contra lo que se piensa comúnmente, 70 por ciento del maíz blanco se produce en 85 por ciento de la superficie sembrada, en parcelas de una a 20 hectáreas por 2 millones 432 mil 892 agricultores, que constituyen 99 por ciento del total de productores. Precisando más: 72.63 por ciento de las personas productoras cultivan predios entre cero y 2 hectáreas y generan 16 por ciento de la producción nacional, con un rendimiento de 1.85 toneladas por hectárea. De los 16 millones de toneladas producidas en predios hasta de 20 hectáreas, 6 millones se dedican al autoconsumo y 10 millones se van al mercado.
En 15 por ciento de la restante superficie sembrada se genera 30 por ciento de la producción nacional por poco menos de 17 mil personas productoras que no llegan ni a 0.7 por ciento del total de productores, pero que obtienen mucho mejores rendimientos. Más de 80 por ciento del maíz blanco se produce en 12 estados de la República: Sinaloa, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Chiapas, estado de México, Guerrero, Veracruz, Puebla, Oaxaca y Campeche.
Es necesario diseñar y operar una política pública que incentive la producción de maíz blanco, sobre todo donde están los productores de mayor pobreza y menores rendimientos por hectárea. Una política de este tipo debería comprender algunos factores indispensables: en primer lugar, entender la racionalidad campesina de esta región y por qué las personas productoras deciden no aumentar la siembra de maíz blanco. En segundo, diseñar una política de precios y coberturas que disminuyan los riesgos y proporcionen seguridad a los pequeños productores, a la vez que se ordenan los mercados. En tercero, poner en marcha un proceso de mejora genética de semillas, capacitación y asistencia técnica a los productores con menores rendimientos. Además, habría que prever la respuesta al gran desafío de la logística, la infraestructura que implican el transporte, acopio y almacenamiento y comercialización de la producción excedente. La política para incentivar la producción de maíz blanco para pequeños productores de los estados más pobres debe ser integral y alinear a ella programas como el de Producción para el Bienestar, Fertilizantes para el Bienestar y Escuelas de Campo.
No puede dejarse de lado que el logro de la autosuficiencia y soberanía en un grano estratégico como el maíz blanco tiene que considerar en un momento dado acudir a los subsidios y algunos gastos extras. Ya se ha hecho: entre 2022 y 2025, los recursos emergentes federales y estatales erogados sólo a Sinaloa para apoyar la producción de maíz blanco sumaron 15 mil 68 millones de pesos, un promedio de 3 mil 767 millones de pesos anuales. Habría que ver de cuánto es posible disponer para otros estados más pobres, con posibilidades productivas.
Diseñar y operar una política específica para el maíz blanco no significa que se deje al laissez faire la producción, comercialización e importación del maíz amarillo.
Hay que elaborar una política de Estado muy clara y específica con respecto a este grano por varias razones: se ha ido convirtiendo en un componente básico para la dieta moderna; con el mejoramiento del nivel de vida, se incrementa el consumo de proteínas animales: carnes, leche, huevos, lo que implica mayor consumo de maíz forrajero en una industria cada vez más en manos de trasnacionales.
También se ha incrementado la producción de este grano dirigida a sus múltiples usos industriales, entre ellos el de jarabe de alta fructosa, que ha ido sustituyendo al azúcar de caña en la industria alimentaria, con sus consiguientes efectos en la salud humana. Desde principios de los años 70, el gobierno de Estados Unidos ha convertido los subsidios a la producción y exportación de maíz amarillo y del jarabe de alta fructosa derivado de él, uno de sus puntos de ataque en el mercado internacional de las materias primas. ¿Qué queremos y vamos a hacer al respecto?
Es necesario distinguir los dos maíces, ordenar los mercados de ambos, poner en marcha políticas públicas diferenciadas para cada uno de ellos, pero sin perder nunca el objetivo fundamental: fortalecer nuestra suficiencia y soberanía alimentarias, mejorando la calidad de vida de productores y consumidores.

México SA
El Mayo Zambada: “nada importa…”// ¿“Victoria crucial” contra las drogas? // Trump pretende colgarse la medallita
Carlos Fernández-Vega
▲ El Mayo Zambada en el tribunal federal de Brooklyn, con su abogado defensor.Foto Imagen Ap
Muy seguros de sus dichos, pero hechos bolas con el calendario, la fiscal general de Estados Unidos, Pamela Bondi, y el jefe de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Terrance Cole, calificaron de “un triunfo sin precedente” y “una victoria crucial del presidente Trump” que Ismael El Mayo Zambada reconociera su culpabilidad, de tal suerte que ambos funcionarios se animaron a subrayar que “nadie está fuera del alcance de la justicia estadunidense”.
Al borde del orgasmo, la señora Bondi dijo: “estamos desmantelando a estos narcoterroristas y eso es exactamente lo que son”, en referencia a El Mayo y a Joaquín El Chapo Guzmán, cofundadores del cártel de Sinaloa, quienes “asesinaron a múltiples gentes e inundaron a nuestro país con drogas”. Pero, aseguró, “su reino de terror ha terminado”, mientras el consumo interno de drogas alcanza niveles históricos.
Pero la fiscal general estaba tan contenta que dejó de “olvidó” dos elementos fundamentales en todo esto; el primero, por aquello de que su “reino de terror se ha terminado”, la recurrente advertencia de El Mayo, es decir, “nada importa si caen los capos, porque sus remplazos ya están ahí”, y la historia le da la razón; y el segundo, que la captura de Ismael Zambada no fue una “victoria crucial” de Trump, que se quiere colgar la medallita, sino, en todo caso, de su antecesor Joe Biden, mediante un operativo ilegal (léase secuestro en julio de 2024) del que el gobierno estadunidense sistemáticamente se ha negado a informar al mexicano.
Lo mismo con Joaquín El Chapo Guzmán: capturado por primera vez en 1993, tras el asesinato del cardenal Posadas; se fugó en 2001, con Vicente Fox en Los Pinos; por obvias razones, en el sexenio de Felipe Calderón el sinaloense se mantuvo libre y a sus anchas; lo recapturaron en 2014, en el gobierno de Peña Nieto, y se fugó en 2015, solo para regresarlo a la cárcel en 2016 y extraditarlo en 2017 (un día antes de la primera toma de posesión de Trump). Y obvio es que estos movimientos ni lejanamente son atribuibles al hombre naranja y menos a su “victoria crucial”.
Lo que sí es documentable es que en ese periodo el trasiego de drogas y el consumo de ellas en Estados Unidos creció como la espuma y ninguna autoridad movió un dedo para evitarlo o cuando menos atenuarlo. Al mismo tiempo, ni un solo capo gringo fue capturado y encarcelado. Si bien va, sólo narcomenudistas. De ese tamaño es la verdadera “victoria crucial” de Trump, en particular, y del gobierno estadunidense, en general, en poco más de cinco décadas de “guerra” (Nixon dixit) contra los enervantes, ergo, la euforia de la señora Bondi (“su reino de terror ha terminado”) es una tomadura de pelo, mientras los consumidores gringos se fuman hasta las cortinas y se incrementa el número de muertes por sobredosis.
Ahora bien, si la señora Bondi está decidida a derrumbar el “reino de terror” y acabar con el narcotráfico, bien haría en comenzar por casa. Por ejemplo, con la Administración de Control de Drogas (DEA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que de esto saben un buen rato, y pruebas sobran. Solo así la fiscal general podría presumir que en realidad “nadie está fuera del alcance de la justicia estadunidense” y que “vamos por todos los narcoterroristas”. Lo demás es discurso barato y pretexto para meter la mano en terceras naciones.
El Mayo, que nunca pisó siquiera un Ministerio Público, ha reconocido que a lo largo de medio siglo se dedicó al narcotráfico a gran escala, y en esos 50 años nunca fue molestado por las autoridades gringas o mexicanas (y si hubo alguna “contrariedad” para él o los suyos, pues para estaban los “procuradores” e “impartidores” de justicia). Es decir, dadas las características del negocio, nadie sobrevive, y menos cinco décadas, sin la complicidad del poder político, económico y judicial en ambos lados de la frontera.
Ayer la presidenta Sheinbaum se refirió a uno de los pasajes de la conferencia conjunta Bondi-Cole: “lo que más me llamó la atención es que el director de la DEA dijo ‘hemos derribado a tres grandes narcotraficantes: el primero, García Luna; el segundo, El Chapo, y el tercero, El Mayo’. O sea, pone al mismo nivel a dos conocidos capos de la droga y al que fue secretario de Seguridad de Calderón, así lo dijo. ¿No les parece interesante eso?”
Las rebanadas del pastel
Para efectos prácticos, más “interesante” es conocer quiénes recibieron coimas de El Mayo en sus cinco décadas de narcotraficante impune y saber cómo se lo llevaron ilegalmente a Estados Unidos. ¿O no?
X: @cafevega   cfvmexico_sa@hotmail.com