Alfredo Jalife-Rahme
▲ El ex presidente de Estados Unidos todavía aboga por su proyecto fallido.Foto Ap
Ya es asunto juzgado que Wall Street colocó a Bill Clinton en la presidencia de Estados Unidos para impulsar el fallido globalismo financierista, como consta en 4 artículos seminales del NYT de 1999 (http://bit.ly/46dn5Xj), (http://bit.ly/3HL9leb), (http://bit.ly/4mNzkk5) y (http://bit.ly/3V3ZhQo). Desde 2007, asenté el inicio de la desglobalización (http://bit.ly/3VzcDEn) y en 2014, Philip Stephens, del Financial Times, lamentó que la globalización benefició a China e India (http://bit.ly/3IaMcBQ).
En la dinámica del nuevo orden mundial, asentado en Tianjin/Beijing/Vladivostok, resaltó el canto de cisne de Trump: “Parece que hemos perdido a India y Rusia por la China más profunda y oscura ¡Que tengan un futuro largo y próspero juntos! (http://bit.ly/3VysLpI)”.
David Lynch (DL), solvente analista financiero de la anglósfera, expuso en The Washington Post extractos de su reciente libro “La Peor Apuesta del Mundo: Cómo Fracasó el Juego de la Globalización (http://bit.ly/484SPjI)” cuando uno de los peores presidentes de Estados Unidos, Bill Clinton,“voltea a ver su presidencia y el impacto de la globalización en la economía y política de EU (http://bit.ly/4mPI1dJ)”.
Global Times RESUME espléndidamente el libro de marras, donde el polémico Clinton, íntimo de Epstein, sollozó por la falta de “claro pensamiento sobre las ventajas (sic) de la globalización” y adelantó que “China superaría a EU como la mayor economía mundial (http://bit.ly/4m1nQII)”. Bill todavía aboga por su distópico proyecto fallido que destruyó, más que la manufactura, el alma de EU que hoy está en una protoguerra civil y no tiene más remedio que admitir, ante la aplastante evidencia geoestratégica y geoeconómica, que “los eventos de la globalización no resultaron como esperaron” cuando los líderes subestimaron los candentes “resentimientos de la clase trabajadora”.
Nada qué festejar del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA) que, visto en retrospectiva, desquició a México y propició la migración a EU que hoy busca someter el antiglobalista Trump. Tampoco funcionaron los “casi 300 tratados comerciales de Clinton en sus 8 años en Washington”.
El UltraRreduccionismo financierista, mezclado con la crisis migratoria, desdeña la dinámica geoestratégica y geoeconómica y, sobre todo, la resurrección de Rusia. Clinton abusó de otra alucinación de los apparatchiks del Departamento de Estado que apostaban a que Internet, invento de DARPA del Pentágono, socavaría las autocracias, en particular, la del Partido Comunista de China. Bill desliza, sin citarlo abiertamente, que la “reacción contra la globalización fue amplificada por los rápidos cambios sociales (sic)” y el “tema transgénero”, en clara alusión al repudio rural y global de la Agenda WOKE/Agenda Verde/Agenda 2030.
DL desnuda benignamente la presidencia fallida de Clinton: “Fracaso Fabuloso (http://bit.ly/45UGehO)”, sin contar la crítica feroz de los antiglobalistas, quienes trituran su manejo cándido sobre China. Hoy, DL expone que “EU puede tropezar a una recesión antes de contemplar la Edad de Oro prometida por Trump” debido al débil crecimiento de empleos y la alta inflación, lo cual también afecta a Canadá (http://bit.ly/3I4ch5E).
Se puede asentar categóricamente que la globalización financierista afectó e infectó a la aplastante mayoría del planeta cuando sus únicos beneficiarios, los plutócratas de Wall Street y La City han recurrido a múltiples guerras, sin importar que el planeta se encuentre al borde de una Tercera Guerra Mundial nuclear, con el fin de sostener su burbuja especulativa de los “derivados financieros” a punto de estallar y llevar al mundo a una hecatombe que el analista Dennis Small calcula en US$2 mil millones de billones.
Clinton se empantana más con “una nueva propuesta para la globalización” que pueda superar (sic) el ascenso creciente del nacionalismo (¡mega-sic!), clásica “negación” siquiátrica estimulada por la intoxicación de la propaganda onanista de los omnipotentes multimedia de la anglósfera.
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Se modificó mapa global del abasto de hidrocarburos
Crudo con descuento y flota fantasma, así sobrevive Moscú al cerco energético
▲ El presidente ruso, Vladimir Putin, durante su visita a la Oficina de Diseño Kuznetsov, una instalación de motores de aviación en Samara.Foto Ap
Juan Pablo Duch Corresponsal
Periódico La Jornada Domingo 7 de septiembre de 2025, p. 13
Moscú. Las sanciones de Estados Unidos y sus aliados contra las exportaciones de hidrocarburos de Rusia tienen un impacto negativo en su economía, pero inciden de modo positivo en la estrategia geopolítica del Kremlin: a mayor presión contra este país, más acercamiento pragmático con China e India, así como con el Sur Global en general, que rechazan la política de imposiciones que practica el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
Los beneficios de la cooperación económica recíproca y las coincidencias en materia de política
exterior, que relegan a segundo plano sus diferencias –China, por ejemplo, no reconoce Crimea como parte de Rusia, y las controversias entre China e India no se limitan a las disputas fronterizas–, permiten a Moscú, Pekín y Nueva Delhi enfrentar mejor, como un frente común, las amenazas y pretensiones de Washington, señala un funcionario de la Cancillería rusa que pidió no ser identificado.
Estamos hablando, destacan analistas rusos, de dos países que tienen asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y, por tanto, el privilegio de ejercer el derecho al veto, que al sumar a India se convierten en tres potencias con arsenales nucleares, si bien esta última pertenece al club de los cinco autorizados para tener ese tipo de armamento (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) de modo extraoficial, igual que Pakistán, Israel y Corea del Norte.
En síntesis, aunque las armas atómicas se inventaron como instrumento de disuasión para que nadie las use, como solía decir el autor de la teoría de la contención, George F. Kennan, se está gestando un triple argumento de peso en favor del multilateralismo que beneficia, sobre todo, al más fuerte de ellos por su poderío económico: China.
Panorama del petróleo
En cuanto al petróleo ruso –habida cuenta de que es contraproducente sacarlo por completo del mercado internacional ante la imposibilidad de llenar el vacío que dejaría, con la consiguiente inevitable escasez y estrepitosa subida de precios–, desde febrero de 2022, cuando las tropas rusas cruzaron la frontera con el vecino país eslavo, las medidas que se han tomado sólo buscan reducir los ingresos que obtiene el Kremlin de su venta, considera Serguei Vakulenko, quien fue director de estrategias e innovación de Gazprom-Petróleo y ahora trabaja en un centro de estudios en Berlín.
Rusia trata de compensar sus pérdidas en Europa reconfigurando sus rutas petroleras hacia Asia, en particular hacia China e India, países que en la actualidad reciben 81 por ciento de sus exportaciones de crudo, según la estimación de varios organismos internacionales que cuentan con las herramientas para hacer el recuento.
En opinión del experto Vladislav Inozemtsev, Europa –que apoyó la decisión del G-7 de imponer un techo de 60 dólares por barril al precio del petróleo ruso y por su cuenta, en julio anterior, lo bajó a 47.60 dólares con un mecanismo automático de revisión– cometió el error de frenar la compra de crudo, cediendo a sus rivales geopolíticos y competidores económicos el petróleo que consumía y que ahora los gigantes asiáticos, China e India, adquieren con descuento a Rusia.
Los datos más recientes indican que China, en la última semana de agosto pasado, recibió un millón 280 mil barriles diarios y, en julio anterior, India compró un millón 780 mil barriles diarios. El año pasado, de acuerdo con las estadísticas que maneja la Organización de Naciones Unidas, China importó petróleo ruso por 62 mil 600 millones de dólares, en tanto India lo hizo por 53 mil millones de dólares.
Para eludir las sanciones, Rusia se ve obligada a recurrir a mecanismos opacos que incluyen utilizar una flota fantasma con bandera de terceros países y con trasbordos barco a barco; con aseguradoras que alteran la documentación para ocultar el destino final de los envíos; con pagos que se efectúan mediante criptomonedas o de intermediarios en el Golfo Pérsico, entre otros recursos.
Las restricciones contra estos buques por lo común viejos, con mantenimiento deficiente y que desconectan las sistemas de localización, no resultan tan efectivas como lo presentan sus promotores, a juicio de Dimitri Nekrasov, estudioso del tema.
El paquete número 18 de la Unión Europea, aprobado en julio pasado, identificó 105 embarcaciones adicionales que operan de manera ilegal en favor de Rusia. Del total de 444 petroleros incluidos en su lista de sancionados, Nekrasov sostiene que sólo 21 dejaron de operar y, en general la flota fantasma rusa, cuenta con 600 buques, de acuerdo con la plataforma Windward Maritime AI, o 670 si se prefiere Lloyd’s List Intelligence.
Perspectivas del gas
De los gasoductos rusos que había en Europa antes del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, dejaron de operar la red de tuberías que atravesaba el territorio de Ucrania, oficialmente a partir de este año, y los alternativos Nord Stream 1 y 2 (el primero saboteado presumiblemente por ucranios y el segundo, bloqueada su certificación por Alemania en 2022 debido al reconocimiento ruso de la independencia de las regiones separatistas ucranias).
Tres años y medio después, sólo funciona el Flujo Turco con capacidad anual de 31 mil 500 millones de metros cúbicos que transporta el combustible ruso a Turquía, Serbia y Hungría (Austria suspendió la compra en 2024) y que, desde 2027, salvo en Turquía, ya no se podrá usar por decisión de la Unión Europea, lo mismo el gas licuado ruso que, en agosto pasado, representó 19 por ciento del combustible de ese tipo que consumieron los países europeos.
Igual que sucede con el petróleo, Rusia busca la manera de compensar sus pérdidas en Europa poniendo los ojos en Asia, en primer término en China. En su pico más alto, Europa llegó a comprar 180 mil millones de metros cúbicos de gas y, antes de la guerra, cuando Gazprom, la corporación pública del gas, –cuenta Mijail Krutijin, reconocido analista del sector petrolero y del gas rusos– empezó a recortar los suministros para que los europeos “se congelen y nos pidan de rodillas” el combustible, adquirió 155 mil millones de metros cúbicos.
Ahora, Rusia aspira a suministrar a China 106 mil millones de metros cúbicos de gas cuando entre en operación el incremento, pactado en fecha reciente durante la visita del presidente Vladimir Putin a Pekín, en los gasoductos Fuerza de Siberia 1, de 38 mil a 44 mil metros cúbicos y Ruta Oriental de 10 mil a 12 mil metros cúbicos, así como cuando esté listo el gasoducto Fuerza de Siberia 2, que debe aportar 50 mil millones de metros cúbicos de gas al año.
El problema es que tanto el titular del Kremlin como el director general de Gazprom, Aleksei Miller, subordinado de Putin desde los tiempos en que el mandatario trabajó como vicealcalde de San Petersburgo, dan por hecho la firma de un “memorando vinculante” para construir los 6 mil 700 kilómetros del Fuerza de Siberia 2, pasando por territorio de Mongolia, el cual es todavía un proyecto que no ha podido resolver lo principal: la fecha para empezar las obras y fijar el precio que “será de mercado, aunque más bajo que en Europa”, conforme lo admitieron tanto Putin como Miller.
Krutijin explica que es comprensible que Pekín no haya confirmado ni desmentido aún la firma de ese documento. En su opinión, es parte de la estrategia de negociación de los chinos y está ocurriendo lo mismo que pasó con Fuerza de Siberia 1 cuando se firmó en 2014. Para hacer rentable ese gasoducto, Gazprom anunció a bombo y platillo que en 30 años iba a obtener 400 mil millones de dólares y empezó a bombear gas cuatro años más tarde al acordarse por fin un precio muy diferente.
“Según el cálculo inicial de Gazprom, mil metros cúbicos de Fuerza de Siberia 1 tendrían que costar a China 350 dólares. La fórmula que impusieron los chinos es, en este momento, de 257 dólares frente a los 340 dólares que se cobra a los turcos, y en 2027 bajará a 231 dólares”, sostiene.
Asegura que, de acuerdo con informaciones en su poder, los negociadores chinos quieren pagar 120 dólares por mil metros cúbicos de gas de Fuerza de Siberia 2 y que su construcción correrá a cargo de empresas rusas, cuyos dueños, “muy cercanos al Kremlin, son los más interesados en este proyecto más político que rentable”, apostilla.
Hidrocarburos, aún decisivos
No obstante que se acabaron los años de la bonanza de los hidrocarburos que permitieron a Rusia estabilizar la economía y hacer ahorros significativos, la venta de hidrocarburos a pesar de los escollos que se tienen que sortear y las pérdidas que se sufren al perder mercados, el europeo ante todo, siguen siendo fuente de ingresos decisivos.
La situación de la economía rusa se puede leer de dos maneras. La oficial, con base en los indicadores del producto interno bruto, procura tranquilizar a una sociedad –más de 20 por ciento de la población que se beneficia de la guerra al servir por contrato en el ejército, suministrar insumos al complejo industrial-militar y trabajar en las fábricas de armamento, de acuerdo con un estudio reciente del economista Igor Liptsis– que no acaba de entender por qué no hay dinero para llevar gas a muchos regiones del interior de Rusia (Putin lo reconoció hace poco en Vladivostok y recomendó usar carbón que “hay suficiente para unos 900 años”), mientras más de 40 por ciento del gasto del presupuesto federal se destina a la “operación especial militar”.
La otra lectura es de los especialistas que, como el ya mencionado Liptsis, Serguei Vakulenko o Dimitri Potapenko, por citar sólo tres, critican la política del Kremlin al preguntarse cuánto tiempo aguantará Rusia el actual derroche y señalan seis factores que deberían tomarse en cuenta:
1) Las reservas de oro se redujeron de 400 toneladas (antes de la guerra) a 139 toneladas 500 kilogramos y el Fondo de Bienestar Popular, la alcancía de las ganancias petroleras y del gas, pasó de 110 mil millones de dólares a 38 mil millones; 2) se acabó el flujo de inversiones extranjeras y ahora Rusia tiene que subsistir con sus propios recursos; 3) los hidrocarburos, fuente principal de ingresos del Estado y del Fondo de Bienestar Popular, sufrieron ya una caída significativa y seguirán cayendo; 4) las sanciones contra Rusia son para mucho tiempo y seguirán destruyendo la economía; 5) el complejo industrial-militar creció desmesuradamente y devolverlo a su tamaño en tiempos de paz será muy difícil y para la población, demasiado caro, y 6) si Rusia mantiene los territorios ucranios que se anexionó tendrá que gastar ingentes recursos y no hay de dónde sacar ese dinero.
Hay banqueros, como Guerman Greff, presidente de SberBank, el banco más importante del país, que afirman que la economía se encuentra en un “estancamiento técnico” o ministros, como Maksim Reshetnikov, titular de la cartera de Desarrollo Económico, que advierten que “estamos cerca de la recesión”, pero el Kremlin dice que no está de acuerdo y sólo hay que ver los indicadores del PIB.
La economía real, revira Dimitri Potapenko, empresario ruso que se exilió en otro país y lleva un blog en Youtube, es muy diferente: “Detrás de cada proyectil que se fabrica, que requiere metal y otros insumos, hay una persona que tiene empleo y buen salario, y todo ello se refleja en las estadísticas oficiales, pero cuando ese proyectil se utiliza… no queda nada, sólo un gasto innecesario”.
Miles exigen a Trump retirar de Washington a la Guardia Nacional
El presidente anuncia despliegue de tropas en Chicago // Demócratas lo llaman “aspirante a dictador”
▲ Residentes, partidarios de Palestina y migrantes marcharon por la capital de Estados Unidos y gritaron consignas contra el jefe de la Casa Blanca.Foto Ap
Reuters, The Independent y Ap
Periódico La Jornada Domingo 7 de septiembre de 2025, p. 19
Washington. Al grito de “Todos somos DC”, “Trump debe irse ahora”, “Resistamos la tiranía” y “Libertad para DC”, miles de residentes de Washington, incluidos migrantes indocumentados y partidarios de Palestina, marcharon ayer para exigir al presidente de Estados Unidos poner fin al despliegue de tropas de la Guardia Nacional que patrullan las calles de la capital.
En tanto el magnate difundió en redes sociales una parodia de la película Apocalipsis ahora, en burla a los migrantes deportados y para anunciar un próximo despliegue militar en Chicago, Illinois, que provocó reacciones de rechazo entre los demócratas, que lo llamaron “aspirante a dictador” que “amenaza con declarar la guerra a una ciudad estadunidense”.
“Estoy aquí para protestar contra la ocupación de Washington DC”, afirmó el manifestante Alex Laufer. “Nos oponemos al régimen autoritario y necesitamos sacar a la policía federal y a la Guardia Nacional de nuestras calles”, expresó.
El mes pasado la Casa Blanca desplegó tropas para “restablecer la ley, el orden y la seguridad pública”, al afirmar que el crimen asolaba la ciudad. También colocó al Departamento de Policía Metropolitana del distrito capital bajo control federal directo y envió personal federal, incluidos miembros del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) para vigilar las calles de la capital, medidas que los críticos denunciaron como una extralimitación.
Los datos del Departamento de Justicia mostraron que los delitos violentos en 2024 alcanzaron el nivel más bajo en 30 años en Washington.
La Guardia Nacional responde a los gobernadores de los 50 estados, excepto cuando es convocada al servicio federal. La de Washington DC reporta directamente al presidente.
“Lo que intentan hacer en Wa-shington DC es lo mismo que pretende con otras dictaduras”, explicó Casey, otra manifestante, quien se negó a dar su apellido. “Están poniendo a prueba a la capital y si la gente lo tolera lo suficiente, lo harán cada vez en más ciudades. Así que tenemos que detenerlo mientras aún podamos”.
Más de 2 mil soldados, incluidos los de seis estados gobernados por republicanos, patrullan la capital. Se desconoce cuándo finalizará su misión, que esta semana fue extendida hasta el 30 de noviembre por el ejército.
En tanto, comunidades de todo Chicago se preparan para las redadas del ICE. Ante el anuncio de que comenzarían ayer, algunos actos para conmemorar el Día de la Independencia de México fueron cancelados como medida preventiva.
Ayer el magnate escribió en Truth Social: “Me encanta el olor de las deportaciones por la mañana”, y “Chicago está a punto de descubrir porque fue llamado Departamento de Guerra”, y acompañó su mensaje con una imagen generada por inteligencia artificial en la cual Trump aparece con sombrero de vaquero, uniforme militar del ejército estadunidense y gafas de sol de aviador, mientras helicópteros militares sobrevuelan en el horizonte de esa ciudad envuelto en llamas.
La imagen es acompañada por el texto “Chipocalypse now,” en referencia a la película de 1979 Apocalypse now (Apocalipsis ahora), del director Francis Ford Coppola, cuya frase más famosa es:“Me encanta el olor a napalm por la mañana”.
El gobernador demócrata de Illinois, JB Pritzker, un acérrimo enemigo de Trump que prometió recurrir a los tribunales para luchar contra el despliegue presidencial de la Guardia Nacional respondió en X: “El presidente de Estados Unidos amenaza con declarar la guerra a una ciudad estadunidense. Esto no es una broma. No es normal. Donald Trump no es un dictador, es un hombre temible. Illinois no se dejará intimidar por un aspirante a dictador”, informó The Chicago Tribune.
El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, señaló que las amenazas del presidente “son indignas para nuestra nación, pero la realidad es que quiere ocupar la ciudad y quebrantar nuestra Constitución. Debemos defender la democracia de este autoritarismo protegiéndonos mutuamente y cuidando a Chicago de Donald Trump”.