miércoles, 3 de septiembre de 2025

China es imparable, dice Xi Jinping al encabezar un masivo desfile militar.

El jefe de la Casa Blanca lo acusa de conspirar en contra de Estados Unidos, junto con Putin y Kim
▲ El presidente chino pasa revista a las tropas antes de iniciar el desfile.Foto Afp
Afp, Xinhua y Ap
Periódico La Jornada   Miércoles 3 de septiembre de 2025, p. 23
Pekín. El presidente de China, Xi Jinping, afirmó este miércoles que su país es “imparable”, en un discurso con el que dio inicio a un masivo desfile militar en Pekín para conmemorar el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, en el que se exhibieron misiles hipersónicos antibuque, misiles nucleares intercontinentales y armas de defensa aérea, entre otros equipos militares de alta tecnología.
“La revitalización de la nación china es imparable y las causas de la paz y el desarrollo de la humanidad prevalecerán”, expresó Xi en el mensaje transmitido por la televisión estatal.
“La humanidad se enfrenta nuevamente a una elección entre la paz y la guerra, el diálogo o la confrontación, y los resultados en los que todos ganan o los juegos de suma cero”, agregó.
“El pueblo chino es un pueblo que no teme a la violencia, y que es autosuficiente y fuerte”, manifestó. Y subrayó: “nos adheriremos al camino del desarrollo pacífico y trabajaremos de la mano con los pueblos de todos los países para construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad.
“La revitalización del pueblo chino no puede ser bloqueada, y el noble objetivo del desarrollo pacífico de la civilización humana debe triunfar”, dijo al final de su discurso.
Las multitudes de espectadores se sentaron en secciones claramente delimitadas en la plaza Tiananmen al otro lado de la amplia avenida por donde transcurrió el desfile. Agitaban pequeñas banderas rojas mientras coros entonaban canciones patrióticas como Defender el río Amarillo y No hay nueva China sin el Partido Comunista de China.
El desfile comenzó después de su discurso, con tropas marchando mientras Xi les pasaba revista.Incluyó la exhibición de misiles, aviones de combate modernos y otras muestras de poderío militar. Parte del equipo militar se mostró al público por primera vez.
Una serie de armas de defensa aérea, incluyendo los HongQi-20, HongQi-19 y HongQi-29, hicieron su aparición en el desfile militar del Día de la Victoria. Estos sistemas pueden interceptar misiles en múltiples fases y capas, así como ofrecer defensa aérea a largo, medio y corto alcance.
También fueron exhibidos misiles hipersónicos antibuque, incluidos los YingJi-19, YingJi-17 y YingJi-20, así como el misil nuclear estratégico intercontinental DF-5C.
Antes de que se iniciara la marcha, Xi recorrió las formaciones a lo largo de la avenida central Chang’an de Pekín en una limusina negra. Desde una abertura en el techo con cuatro micrófonos alineados frente a él, saludó a las tropas mientras pasaba junto a ellas y junto a hileras de misiles y vehículos militares.
Los soldados respondieron gritando al unísono lemas como “Servimos al pueblo”.
Antes de que Xi hablara, la ceremonia comenzó con un saludo de artillería de 80 cañonazos para marcar los 80 años desde el fin de la guerra, seguido por el himno nacional la Marcha de los voluntarios, compuesto en 1935 durante los primeros años de resistencia contra las fuerzas invasoras japonesas.
Xi y sus invitados, incluidos el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, llegaron más temprano a la histórica Puerta de Tiananmen para ver el desfile. Xi estrechó la mano de los invitados individualmente sobre una alfombra roja, antes de que subieran las escaleras hasta la plataforma de observación con vista a la Plaza de Tiananmen.
Putin y Kim –a quien lo acompaña en este viaje su hija Kim Ju-ae– flanquearon a Xi mientras se dirigían a la plataforma. Se detuvieron para estrechar la mano de cinco veteranos de la Segunda Guerra Mundial, algunos con más de 100 años de edad.
Mientras el desfile avanzaba, Donald Trump dijo en redes sociales que la gran pregunta era si Xi reconocería las contribuciones de los estadunidenses que lucharon en la guerra. “Por favor, dé mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y a Kim Jong-un que, como usted, conspiran contra Estados Unidos”, añadió.
Xi, en sus comentarios, no mencionó a Estados Unidos por su nombre, pero expresó su gratitud a los países extranjeros que ayudaron a China a resistir la invasión japonesa.
Ningún gobernante occidental estuvo presente en el evento que cerró con la liberación de 80 mil palomas y e igual número de globos.
China fue un frente importante en la guerra, lo que suele pasarse por alto en relatos que se centran más en la lucha por Europa y las batallas navales de Estados Unidos en el Pacífico. Durante el conflicto, Japón mató a millones de chinos.

Bajo la lupa
¿Quién perdió India?: “Cisne negro” del nuevo orden mundial que aceleró el grupo de Shanghái
Alfredo Jalife-Rahme
▲ Los presidentes Vladimir Putin, de Rusia, y Xi Jinping, de China, durante su encuentro de ayer en el Gran Salón del Pueblo en Pekín, China.Foto Ap
Se ha fijado la mira en la trascendental cumbre de Tianjin, donde tres de los principales mandatarios del orbe consolidaron la alianza proveniente desde el RIC (Rusia/India/China), que impulsó en 1998 el ex primer ruso Yevgeny Primakov para defender a Rusia del globalista asedio unipolar (bit.ly/3K2MeMD).
La asociación estratégica de Vladimir Putin, Narendra Modi y Xi Jinping provocó apoplejía en la omnipotente prensa propagandista de Occidente (bit.ly/46pAMCD).
Así como toda la fauna del partido Demócrata –los Clinton (Bill y su esposa Hillary) y la dupla Obama/Biden– cometió el grave error geoestratégico de empujar a China a brazos de Rusia, hoy Estados Unidos, en un grave error de cálculo, mandó a India a brazos de China y no a los de Rusia, donde ya se encontraba.
La profunda relación de la ex URSS o Rusia con India es añeja: ya sea con el Partido del Congreso del ex primer Nehru y su familia, los Gandhi, o con el Bharatiya Janata, del integrismo hinduista de Modi.
En Tianjin, la relación de Moscú con Delhi se consolida, pero la real asombrosa noticia es el acercamiento de Modi con su homólogo chino, Xi, que ya le quitó el sueño a todos los proyectos balcanizadores de la anglosfera.
De los cuatro grandes del planeta, desdeel punto de vista geoeconómico, medido por elpoder adquisitivo ( purchasing power parity), China se sitúa en el primer lugar, seguido por Estados Unidos; en tercer lugar, India (¡mega-sic!), y en cuarto, Rusia (bit.ly/4ncZA7A).
El RIC, con 27 años de existencia, aceleró su dinámica de implementación en relación inversa a la decadencia, más que de Estados Unidos, de la Unión Europea y Gran Bretaña, cuando el grupo del BRICS+ –apéndice del de Shanghái, conglomerado militar y de seguridad– superó al agonizante G-7 (bit.ly/4g4qtbn).
Muchos factores secuenciales orillaron a India, en la etapa del gobierno integrista hinduista del partido Bharatiya Janata a optar finalmente por el grupo de Shanghái y a consolidarse en el seno del BRICS+.
Se ha abultado en demasía que las tarifas salvajes de Trump, que castigaron con 50 por ciento a India, fueron el detonante de la decisión geoestratégica de India por adherirse al proyecto multipolar del Sur Global.
Ya van varios años en los que la anglósferapresiona a India –curiosamente en Canadá, feudo de la monarquía británica, donde se inició la persecución de la hija china del mandamás de Huawei– mediante la balcanización de los Sikhs (bit.ly/4mRV6na), su montaje de Khalistán (bit.ly/4mIOmHR), y toda una secuencia de intrigas macabras que tenían la intención aviesa y traviesa de obligar a Delhi a formar parte del esquema antagónico a China, más que a Rusia, con el hoy enterrado QUAD (Cuadrilátero de EU/India/Japón/Australia).
Dos reflejos dramáticos de la angustia de Occidente son las reacciones del Olimpo globalista: tanto del lord británico Jim O’Neill como del jázaro (Khazar; bit.ly/3QqemJr) Jacobo Sullivan, ex asesor de Seguridad de Biden, quienes sollozan la pérdida de la “carta india”.
El delirio del economista británico O’Neill, ex mandamás de Goldman Sachs, alcanza niveles alarmantes cuando alucina que “¿Es Trump un agente secreto de los BRICS? (bit.ly/429j3O8)”, donde juzga que “alienar al país más poblado del planeta es riesgoso”.
El polémico Sullivan, fustigó en forma muy banal a Trump de haber cometido “un inmenso daño geoestratégico” al haber jerarquizado los intereses de negocios –tratos con bitcoins y acuerdos comerciales bajo la mesa– de su familia con Pakistán (¡mega-sic!), en lugar de fortalecer lazos con India cuando la relación Washington-Nueva Delhi estaba diseñada para contrarrestar a China (bit.ly/46jYssU).
Cuando su conducción de la “seguridad nacional” dejó mucho que desear, Sullivan instigó el fake Russiagate y su rusofobia estuvo a punto de llevar a una tercera guerra mundial.
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Estrechan Moscú y Pekín su “alianza estratégica” ante las presiones de Trump
Anuncian la construcción de un gasoducto
Juan Pablo Duch   Corresponsal
Periódico La Jornada  Miércoles 3 de septiembre de 2025, p. 23
Moscú. Los líderes de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, constataron este martes en Pekín que su “alianza estratégica” será cada vez más estrecha, en la medida en que el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, tome medidas contra sus intereses, en una reunión cordial que se coronó con dos anuncios relevantes: la decisión de construir el gasoducto Fuerza de Siberia 2 y la supresión de visas para ciudadanos rusos en estancias de corta duración.
El encuentro tuvo esta vez más forma que fondo, porque ya el día anterior ambos mandatarios, junto con el premier de India, Narendra Modi, y los demás gobernantes de los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái refrendaron, en la cumbre de Tianjin, su firme decisión de defender –así lo asienta la declaración final de la reunión– los propósitos y principios de la Carta de la ONU, así como de promover la creación de un sistema global más justo y equitativo, donde primen el derecho internacional y el multilateralismo.
El anfitrión resumió la importancia de la relación bilateral: “Los nexos entre China y Rusia han resistido una coyuntura internacional cambiante y son ejemplo de cómo deben ser las relaciones entre potencias. Se han caracterizado por una buena vecindad duradera, coordinación estratégica integral y cooperación mutuamente beneficiosa”, definió Xi, según agencias internacionales.
Consolidar cooperación
El presidente chino dijo que espera que los vínculos con Rusia obtengan “un mayor impulso” y que ambos países “aspiren a integrar mejor sus intereses y a consolidar y desarrollar la cooperación”.
El huésped, por su parte, tras agradecer la cálida recepción en suelo chino y, en especial, la invitación para asistir al desfile para conmemorar el 80 aniversario de la victoria de China sobre el militarismo japonés en la Segunda Guerra Mundial, afirmó que la estrecha comunicación que existe con Xi se corresponde con el “carácter estratégico de las relaciones ruso-chinas, que han alcanzado máximos históricos”.
Putin llegó a la cita con Xi al frente de una comitiva oficial de 36 personas, entre ministros, directores de consorcios públicos, banqueros y magnates, que asistieron como protagonistas o testigos a la firma de 22 memorandos de intención y/o cooperación entre instituciones rusas y chinas.
Llamó la atención de los observadores que, entre esos documentos, no figure el “memorando jurídicamente vinculante para la construcción del gasoducto Fuerza de Siberia 2” que, apenas concluyó la ceremonia, destacó en la televisión rusa Aleksei Miller, presidente de Gazprom, el consorcio público del gas, como “paso importante para fortalecer y desarrollar nuestra asociación estratégica” con China.
Sin fecha para la obra
Es probable que Miller se refiriera al “acuerdo de cooperación estratégica” que firmó con la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), el cual contempla el acuerdo para incrementar, a través de Fuerza de Siberia, el suministro de gas natural de los actuales 38 mil millones a 44 mil millones de metros cúbicos por año y desde el gasoducto Ruta Oriental de 10 mil millones a 12 mil millones de metros cúbicos por año. No precisó si también incluye un preacuerdo para tender el gasoducto Fuerza de Siberia 2 o se trata de un documento aparte que no está en el listado publicado por el Kremlin.
Este proyecto, que llevaría el gas ruso durante 30 años y a lo largo de 6 mil 700 kilómetros, desde la Península de Yamal en el círculo polar ártico hasta China, pasando por Mongolia, parecía desechado cuando, en diciembre de 2024, el gobierno de Ulán Bator no lo incluyó en su plan de obras hasta 2028, pero ayer revivió en la reunión trilateral que mantuvieron en Pekín Putin y Xi con su colega mongol, Ukhnaa Khurelshukh.
Para Miller, la construcción de Fuerza de Siberia 2 será “el proyecto más grande y con mayor inversión en el sector del gas mundial” y permitirá “bombear 50 mil millones de metros cúbicos anuales”. Los pagos, indicó, se harán a 50 por ciento en rublos y en yuanes.
Falta definir lo principal: cuándo va a comenzar la construcción del gasoducto, que estaría listo para entrar en operación cerca de cinco años más tarde, y quizás lo más importante: el precio del gas.
Por años, el proyecto, que se empezó a debatir en 2020, no se pudo concretar, ya que China quería pagar 60 dólares por mil metros cúbicos, cantidad casi igual a lo que cuesta el gas en el mercado interno de Rusia, exigencia inaceptable para Gazprom. (Nota completa en: https://shorturl.at/NPQZ2.)